Capítulos atrás hay un guiño a La mala reputación de Andrea Evich (otra de mis historias) que hasta ahora (entre quienes ya la leyeron) nadie ha notado. Al primero o primera que me señale con un comentario ahí mismo cuál es el guiño, le haré una mención especial aquí :)
---------------
Soundtrack Heroes de David Bowie
https://youtu.be/C2vYFjVj1Jw
Gilmour ya se echaba a descansar sobre el marco de mi ventana, y pese a que sólo lo hacía cuando había sombra, poco a poco se animó a más. Es un gato estupendo. Con los días dejó de huir de Suhail y posteriormente también aprendió a confiar en Bill y mamá.
El gato sólo necesitaba paciencia y tiempo.
Muchos afirman que se vale soñar y que no hace daño cerrar los ojos e imaginar un mundo donde todo sea diferente, en el que podamos volar si no podemos caminar.
¿Qué cambió entre Suhail y yo al alejarse Aitor y dar yo un paso adelante? Es difícil de explicar. Todo y nada cambió.
Todo porque desde entonces discutimos menos y, por el contrario, nos besamos más.
Nada porque en ese entonces todavía luchaba por mantenerme a flote.
—I, I will be king. And you, you will be queen... —Estaba escuchando Heroes de David Bowie cuando Suhail entró a mi habitación. Había pasado un día desde que me animé a dar un paso adelante—. Tengo que hacer algo para que nadie entre sin avisar —dije, gruñendo.
—Oh, lo siento —se disculpó ella, queriendo marcharse.
—Estoy bromeando —reí, lo que no era del todo cierto y le pedí terminar de entrar.
Suhail dudó. Le fue difícil acostumbrarse al Max no tan imbécil.
Para Suhail y para mí se sintió raro saludarnos en plan de enamorados. Aunque quizá la palabra correcta no sea "raro", tal vez lo apropiado sea decir "poco usual". Era poco usual para Suhail y para mí comportarnos como un par de enamorados. Pasamos años en plan de enemigos y otro par como hermanastros, ¿de pronto estábamos enamorados?.
¿Si notaron que me corregí a mi mismo y busqué una palabra más adecuada para así aclarar mejor mi punto? Es parte de lo mucho que dejó dentro de mí Suhail.
Tampoco es correcto decir que de pronto estábamos enamorados. Porque no. Lo adecuado sería decir que por fin eramos francos con nosotros mismos y aceptábamos lo que hace mucho nuestro corazón pedía.
Suhail y yo crecimos juntos. Incluso me atrevería a decir que nadie nos conoce mejor que como nos conocemos el uno al otro. Porque yo sé que ella puede llegar a ser cansina e intensa al hablar y hacer de todo y nada por las injusticias del mundo, pero es tierna. Puede concentrarse durante horas buscando palabras, pero también dedica el mismo tiempo a ayudar a otros. Reflexionar esto me hace querer saber qué vio Suhail,en mí, además de un idiota que suele lastimarla, como para arriesgarse a tener relación conmigo.
—Es genial que estés escuchando música —dijo, al verme acomodar un reproductor sobre mi regazo.
Arrugué un poco mi frente. —Me quede... —Sin embargo, callé al darme cuenta de que iba a decir una estupidez.
—¿Qué? —preguntó Suhail, sentándose en una esquina de mi cama. Negué con la cabeza—. No, ahora dime —insistió, acercándose un poco más a mí para abrazarme.
—Te vas a enojar —le advertí, aceptando que sus brazos rodearon mi cuello.
—¿Max Solatano está cuidando las palabras que va a decir para evitar que me lastimen? —rió, abrazándome con más fuerza, prácticamente estrujándome y besó mis dos mejillas.
Me abochorné un poco. No era usual para mí "cuidar mis palabras". —No te burles.
—No, no me burlo —añadió—. Me parece tierno.
Relajé un poco mis hombros y la miré a los ojos. —Sabes, usualmente una mujer llama "tierno" al hecho de que su novio le regale flores, no a que evite decirle idioteces.
—Un ramo de flores cuesta ¿qué? ¿tres dólares? —dijo, pensativa—. Pero yo tengo claro cuánto más te cuesta a ti no decir idioteces.
Muy cierto. —Bueno, sí.
—Y también sé cuánto te cuesta no dejar de ir a terapia.
Lo hacía, sobre todo, para estar cerca de Sam. Al salir de mi terapia mamá me llevaba con él y pasaba horas hablándole. Algo que nunca hice cuando él estaba bien.
—Dime qué ibas a decir, Max —insistió Suhail, mi novia...
Mi novia. ¿Escuchaste eso, Aitor? Mi novia. ¿Te quedó claro, Finley? Yo fui primero.
Y me llenó la cara de besos para convencerme.
Fue más fácil para Suhail que para mí adaptarse a las muestras de afecto de quien fue su bully. Yo todavía no podía creer que ella quisiera estar ahí... conmigo.
—No —negué, tratando de verme difícil de convencer.
—Anda...
A continuación, puso cara de "No me niegues nada", lo que se sintió raro en mi estómago porque me estaba obligando a ceder. Reconocí eso como una evidencia de la fuerza de mis afectos hacia ella.
—Iba a decir que... —dudé un poco—. Promete que no te vas a enojar.
—No me voy a enojar —prometió, sonriente.
—Iba a decir que me quedé cojo no sordo —terminé, dudoso de que siempre si se enojara. Pero no... Suhail se echó a reír conmigo.
Paso 1: Dejar de negar lo que siento por Suhail.
Paso 2: Asimilarlo de tal forma que casi muero al evitar que esté con otro.
Paso 3: Hundirme en la desesperación y enojo conmigo mismo.
Paso 4: Aceptar que no hay vuelta atrás e intentar ver el lado positivo: Suhail me ama.
Paso 5: Decirle lo que siento.
Paso 6: Procurar no arruinarlo.
Y en medio de todo eso, hacer y decir cosas estúpidas que hagan dudar a mis allegados sobre mi cordura.
Viví parte de mi vida en negación respecto a querer a Suhail. La miraba de forma superficial: Una niña extraña que incomodaba a quienes tratábamos de quedar bien con todos.
Todos los que me abandonaron cuando más los necesité.
No es difícil amar a Suhail. Lo fea que la vi antes, compensó lo hermosa que me parece ahora. No sé si como aquel cisne que se volvió bello al crecer, ella también se perfeccionó con los años, o por otro lado fui yo el que cambió su percepción. El caso es que nadie más que ella me llena ni llenará. Me volví adicto a ella.
Suhail se amolda tan perfectamente a mí que, al aceptar mis sentimos hacia ella, olvidé dónde empiezo yo y termina ella. Somos uno solo cuando estamos juntos pese a nuestras notables diferencias... Y es que si fuéramos iguales no nos necesitaríamos, puesto que, por lo mismo, no nos complementaríamos.
Mamá no dijo nada a Suhail o a mí sobre si sospechaba o no que estábamos juntos. Es más, al verme más anuente con mi situación tanto ella como Bill se animaron a volver salir juntos o por separado, dejándonos a Suhail y a mí solos.
Pasamos muchas mañanas, tardes y noches hablando y recordando. Apenas teníamos dieciocho pero ya había mucho que contar.
—¿Y... quién es el Mono? —preguntó.
Rasqué un poco mi frente. —No quiero hablar de eso.
Ella soltó una risa.
Solíamos recostarnos sobre el marco de su ventana, situada frente a la que fue mi ventana, ya que en mi antigua casa, para entonces, vivía una pareja de ancianos. Era divertido verlos e imaginarnos en la misma situación que ellos.
—Sólo repetías frases celebres del tal mono —continuó ella, rememorando mi primera vez con María Juana.
—Era de muy mala calidad y yo no estaba acostumbrado —me defendí.
—Hablas de eso como si hubiera sido hace muuuchos años... Fue hace meses, Max.
Ella continuó riendo. Sin embargo, lo mejor era callarnos el uno al otro con besos. Muuuuuchos besos. Buenísimos besos.
¿Si mencioné que yo le enseñé a besar? De nada, Finley.
—Relájate —empecé, colocando una de mis manos en la parte baja de su espalda y otra en su cuello, a modo de guiarla lentamente hacia mis labios.
Sus ojos me miraron temerosos, pero al mismo tiempo curiosos. Había una chispa de expectativa en ellos.
Esa vez nos encontrábamos en la sala familiar, uno de los tantos días que Miranda y Bill salieron, lo que era genial... que salieran, digo, e hicieran su vida... Aunque también era genial que nos dejaran solos.
Suhail se estremeció un poco. —Despacio... —pidió.
—Lo bueno de los besos, es que pueden ser buenos tanto sin son lentos como si son rápidos —sonreí y Suhail suspiró. Traté de hacerla sentir más cómoda. —Te he besado antes...
Ella negó con la cabeza. —La primera vez por accidente, la segunda a lo bruto y la tercera...
—¿La tercera qué? —pregunté, acercándome un poco más a ella. Necesitaba tener sus labios sobre los míos... mucho.
—La tercera vez si estuvo bien —reconoció.
Asentí. —Y prometo que cada vez será mejor, solo danos tiempo.
—Tiempo —repitió, nerviosa. Adorablemente nerviosa. Sus manos sudaban.
Sonreí un poco y nos acercamos un poco más y más...
—¿Habrá lengua? —quiso saber, alejándose otra vez unos centímetros, rompiendo la emoción del momento.
Oh, Jesús. Casi lo logré. ¡Casi!
Entorné un poco mis ojos. —No hay beso sin lengua, Suhail.
—Claro que sí porque...
—No de los que yo quiero darte —aclaré, plantando un beso sobre su barbilla.
Ella movió un poco sus hombros a manera de relajarlos y, ya menos tensa, aceptó volver a aproximarnos.
Más cerca...
Sólo un poco más...
—¿Pero si vas a parar cuando yo ya no quiera? —preguntó, alejándose una segunda o tercera vez. Perdí la cuenta.
Esto va a costar.
—Estarás bien, lo prometo —suspiré, sintiéndome tenso yo.
—Está bien... Está bien... Esta vez sí —prometió, cogiendo aire de tal forma que su pecho aumentó un poco y rozó el mío, lo que me impacientó más. Jesús, en mis peores pesadillas pierdo mi polla en lugar de mi pierna—. No me volveré a alejar. Seré valiente.
—Voy a confiar... —dije, acercándome yo para que no tuviera que aproximarse ella.
—¿Pero si...
No la dejé volver a hablar y atrapé con mis labios los suyos para primero acariciarlos lentamente. Así, sin más que temer, Suhail se dejó besar por mí hasta perder la vergüenza y el miedo.
Fue extraño...
Me refiero a que fue como si yo le hubiera mostrado cómo probar el amor de forma física y ella a mí cómo sentirlo en espíritu... con convicción... con ética. De esa forma también nos complementamos.
---------------------
¿Les gustó? :)
Gracias por votar y comentar ♥
Dibujo compartido en el grupo de Facebook Tatiana M. Alonzo - Libros
By @MishParish
Estaré compartiendo todos los dibujos, imágenes y demás que dejen en el grupo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro