Dia 26: Extractor De Leche
Los meses habían pasado, ahora se encontraban listo para la última carrera del año, Checo estaba al frente, y Max y Lewis se quedarían de viaje hasta la fiesta de la FIA unos días después, eso significa que estarán casi una semana sin su hijo de tres meses que se quedaría con la madre de Max y su hermana, Victoria llevaría a sus hijos para que estuvieran con su pequeño primo.
Desde que nació Nate, Max ha estado produciendo una gran cantidad de leche, por lo que ordenaron un extractor de leche, porque si el bebé no puede succionar toda la leche del pecho, puede eso puede perjudicar a la madre/padre.
Y ahora, tal como lo esperaba, necesitaba usar la bomba, porque sus pechos estaban llenos de leche, a pesar de que ya le había dado de comer a Nate. Les habían recomendado que como él pequeño estaba creciendo bien a base de la leche que producía Max, que lo que se extrajera lo guardará y se lo dieran en biberon, eso sería también de ayuda cuando ellos no estén y en los viajes que se acercaran con las carreras, hasta por lo menos Nate comience a comer algo extra cuando sea más grande. Pero por ahora, sólo leche de pecho sería.
Max sacó su seno izquierdo, colocó la parte insertada del reborde del extractor de leche en su pezón, que calzaba perfectamente, y comenzó a bombear. Pronto, el biberón comenzó a llenarse con la leche materna de Max, quien sisea ante el contacto, sus pechos doloridos y sensibles, sus pezones en carne viva.
Al menor contacto, la leche brota de ellos, goteando de la carne enrojecida y corriendo sobre su cuerpo, había comenzado a entrenar nuevamente y Habia tenido algunas fugas, suerte tenía de usar el regalo de su madre, le había resultado muy práctico.
Cuando se llena uno de los recipientes, el pulgar de Lewis lo atrapa y el toque hace que Max se estremezca.
"¿Demasiado sensible?", susurra Lewis al ver la reacción de su pareja.
Max asiente, recostándose un poco, está en topless y sentado en el sofá, Lewis a su lado mientras espera que su pareja use el dispositivo que compraron recientemente.
Es un poco difícil al comienzo y Max agradece la posibilidad de un poco de alivio. Lewis también parece entusiasmado con la perspectiva, pero Max sospecha firmemente que tiene más que ver con la acción de ordeñar que con cualquier otra cosa, sabe que Lewis ama lo suave de sus senos y mama con la frecuencia que Max le permite.
Algo que Max había descubierto en su embarazo, es que una de las cosas favoritas de Lewis, especialmente antes de que naciera su hijo, era presionar su boca en el pecho de Max, bebiendo la leche que corría de los senos del joven cuando succionaba. Las manchas que empapaban las remeras que usaba Max atraían a Lewis hacia él más fácilmente que cualquier otra cosa, como abejas en lo dulce.
La incomodidad ahora dicta con qué frecuencia puede complacer a Lewis e incluso alimentar a su propio hijo. Ha habido momentos en que ha sido demasiado doloroso siquiera pensar en amamantar. Afortunadamente, en este momento solo es una leve molestia lo que lo hace reaccionar, en lugar de algo más grave. Se relaja cuando la mano de Lewis se mueve hacia un lado, acariciando y ahuecando suavemente el pequeño seno de Max en su mano y haciendo que salga más leche.
"¿Quieres que te ponga un poco de crema que te recomendó el médico después?", pregunta el mayor preocupado.
"Por favor", acepta Max, moviendo ligeramente las caderas al ver a Lewis, que ahora se arrodilla ante él.
Ignorando el extractor, Lewis se inclina, la mano de Max acaricia su cabello justo cuando los labios de Lewis alcanzan el exterior de su pecho, suaves labios que presionan un beso reverente en la delicada carne. La forma en que Lewis lo mira lo deja sin aliento, y Max asiente ante la súplica silenciosa, observando cómo su permiso hace que los párpados de Lewis se cierren y sus suaves labios rozan la piel sensible, una lengua grande y flexible encuentra y se enrosca alrededor de un pezón casi dolorido.
Las manos de Max se aprietan y jadea ante el contacto, presionando rápidamente la parte posterior de la cabeza de Lewis para alentarlo a continuar. A pesar de la leve incomodidad, hay una emoción innegable al tener la boca de su pareja sobre él, y con la más suave de las mamadas, la leche escurre. Lewis tararea al saborearlo en su lengua, como siempre lo hace, y después de varios momentos se mueve, retirándose para poner la atención del otro seno de Max, luego de haber retirado el extractor. Este duele un poco más, y puede sentir a Max ponerse tenso, reaccionando ante su brusca inhalación, Lewis se separa, mirándolo con grandes ojos marrones llenos de preocupación.
"Está bien", lo tranquiliza Max, acariciando el cabello trenzado de mayor.
A pesar de las palabras de Max, Lewis se aleja después de rodear suavemente el pezón de Max solo unas pocas veces, claramente con cuidado de no molestarlo.
"¿Estás listo?", Lewis mira a su pareja con adoración, sus labios están húmedos cuando se aparta y mira a Max. Los pantalones delgados que usa no hacen nada para ocultar su estado de semiexcitación.
"Sí.", Max se esfuerza por asentir, en lugar de inclinarse y besarlo.
Las manos de Lewis alcanza el extractor nuevamente, y Max coloca sus propias manos suavemente sobre su estómago mientras observa, lo que le permite a Lewis levantar cada una de las ventosas hacia sus senos por turno. Se ajustan perfectamente, aunque Max está más concentrado en la expresión cambiante de su pareja que en cómo se siente.
Su pareja se enfoca intensamente, destellos de preocupación, sorpresa y satisfacción, todos tomando su turno para en su rostro expresivo. Incluso sin encender el dispositivo, un poco de leche se ha filtrado de los senos de Max, y la mirada de Lewis se detiene por un momento.
"¿Duele?", Lewis lo mira preocupado, el mayor quería hacer todo lo posible para que su prometido estuviera cómodo.
"No. ¿Te gustaría encenderlo?", Max responde tranquilo, acomodandose mejor en el sofá.
Lewis lo ve asintiendo. Max mira la tela de los pantalones de Lewis, que se contrae de manera reveladora. Un momento después, él mayor enciende el extractor de leche.
Sin estar preparado para la sensación, Msx deja escapar un grito ahogado y se inclina hacia adelante.
"¡Vaya!"
"Mierda, ¿estás bien? ¿Debería ser más suave?", Lewis parecía más preocupado ahora.
Max interrumpe a Lewis colocando una mano sobre su hombro, encontrando la mirada preocupada con la mayor firmeza posible. Max descubre que se está mordiendo el labio y se obliga a soltarlo para poder hablar, "No", se las arregla, intentando acostumbrarse a la sensación.
Es extraño. Agradable, incluso. El extractor succiona con fuerza pero sobre un área más amplia, disminuyendo la intensidad y las molestias. También es una sensación extraña, no tener una boca en su pecho pero tener leche fluyendo libremente de él.
"No", repite Max. "Está bien, se siente bien".
Quizás un poco más que bien. Max se encuentra jadeando, inclinándose aún más hacia adelante. Se frota la piel tensa de su estómago con la mano que aún descansa allí, abriendo un poco más las piernas.
Al notar claramente su estado de excitación, Max ve que los ojos de Lewis se oscurecen y se nublan de deseo.
"Se siente bien", respira Max, observando cómo las pupilas de Lewis se dilatan aún más, sus mejillas se sonrojan y la mirada pasa de sus se senos hacia la cara de Max.
"Maxy", Lewis murmura, sonando desesperado. Da un gemido bajo y frustrado cuando vuelve a tomar el extractor, un poco exitado.
"¿Nate está dormido?", Max pregunta un poco ansioso.
Lewis asiente, sin siquiera mirar en dirección al dormitorio. Max se pregunta si es capaz de hablar.
"Ponte de pie", ordena Max, mientras Lewis obedece, Max se desliza con gracia del sofá, se arrodilla sobre la lujosa alfombra y siente cómo las ventosas se mueven sutilmente en su pecho.
Retiene un gemido, mirando hacia abajo para comprobar que no ha tocado el dia positivo. Por encima de él, Lewis parece apenas capaz de contenerse. Mientras lleva sus manos a la cintura de los pantalones de Lewis, él joven sonríe levemente, lleno de picardia y exitacion.
"¿Te gusto así?" pregunta mientras tira de la tela hacia abajo. La longitud de Lewis salta libre, ya completamente dura.
La voz de Lewis está destrozada, para algún que siempre tiene algo que decir, parece haberse quedado sin palabras. "Sí."
Max sonríe y pasa su lengua sobre sus labios antes de tomar la punta en su boca y chupar húmedamente a Lewis, quien se sacude involuntariamente.
"Mírame", Max le habla, retrocediendo para velero. Ya está demasiado cerca del sofá para retroceder un poco más, pero hay espacio suficiente para que Lewis mire hacia abajo y vea todo lo que Max quiere que vea, siempre lo ha dicho, Max Verstappen va a ser la muerte de Lewis Hamilton.
"Joder", murmura Lewis, casi como si fuera a correrse de solo ver a Max arrodillado mientras el extractor lo succiona. La sensación de la máquina succionando ambos senos a la vez hace que Max se entusiasme mucho más de lo que pensaba, pero es la vista de Lewis derritiéndose sobre él, le da la mayor excitación posible en ese momento.
"¿Yo puedo?", Lewis pregunta, arrastrando los dedos hacia abajo, acariciando la mejilla de su prometido y luego presionando contra los labios de Max, quien los separa, abriendolos de buena gana, lamiendo y chupando los dedod del mayor, cuando se aleja, están mojados.
"¿Quieres follarme la boca? ¿Mientras me ordeñan?", La voz de Max parece arrancada de las fantasías de Lewis.
Lewis deja escapar un suspiro, gimiendo al asentir, un gemido casi doloroso se le escapa cuando Max abre la boca para ofrecer, sus manos todavía en la cintura de los pantalones que todavía están alrededor de los muslos del mayor.
Puede tomar a Lewis fácilmente y sabe que su amante no durará mucho esta vez.
Su boca se llena tan lentamente como Max intenta hacer sufrir de placer a su pareja, traga mientras Lewis empuja hacia adelante, dando la bienvenida familiar de su garganta. Junto con la sensación del extractor ordeñándolo, Max descubre que sus caderas se mueven por su propia voluntad, su cuerpo reacciona a los estímulos excitantes.
Lewis gime, marcando un ritmo rápido, acaricia el cabello de Max entre sus dedos, jugando con él, y cuando Max mira hacia arriba, ve que la mirada de Lewis se mueve constantemente hacia abajo, más allá de donde los labios del joven se extienden alrededor de la base de la dura ereccion del mayor.
Max oye la respiración dificultosa por encima de él y vuelve a mirar a Lewis , que ya parece demasiado ido.
Lewis no tarda mucho en llegar. Su mirada parece bizca, no puede enfocarse entre la cara de Msx y el extractor adherida a sus senos, y derrama su semilla por la garganta de su prometido, temblando y gimiendo como si no hubiera encontrado la liberación en meses.
Max se aleja lentamente, permite que la polla de Lewis se deslice de su boca y se sienta allí, jadeando, mientras espera que su pareja haga el siguiente movimiento.
Lewis acaricia la mejilla de Max, mientras lucha por estabilizarse.
"Eres hermoso", murmura Lewis , como si estuviera asombrado.
Max lo mira, permitiéndose disfrutar de los elogios por varios momentos antes de levantar su mano para cubrir la del mayor.
"¿Te sientas conmigo mientras continuo?", Max sonríe complacido.
Lewis asiente, hundiéndose en el suelo junto a Max sin siquiera molestarse en arreglarse la ropa. Inmediatamente alcanza el pecho de Max, acariciando donde la ventosa se encuentra con la piel.
"¿Todavía se siente bien?", Lewis pregunta viendo el extractor.
"No duele", Max sonríe relajado.
"Me gusta, se ve práctico", el mayor sigue acariciandolo.
"Puedo decirlo, se nota", Max dice en un tono burlon.
Lewis parece un poco avergonzado, pero Max se acerca a él y besa su mejilla, "¿Me ayudarás a hacerlo más a menudo? ¿Ahora que lo tenemos?"
"Por supuesto."
Lewis parece derretirse ante la petición, suavizándose aún más.
Su cálida mirada y su mano gentil y grande se deslizan sobre el cuerpo de Max, deteniéndose ocasionalmente mientras admira partes de él, de las que está particularmente enamorado.
"Ya casi está hecho", señala Max.
"¿Debería apagarlo?"
Max asiente y Lewis lo apaga. Él joven inmediatamente pierde la sensación. Cuando mira hacia abajo, ve más leche saliendo de él.
Permite que Lewis saque suavemente cada uno de los recipientes en forma de biberon de él, mordiéndose el labio mientras el exceso de leche se derrama por su cuerpo en finas líneas. El dedo de Lewis atrapa uno y lo lleva a su boca a chuparolo.
"Iré a buscar un paño", dice Lewis, sin intentar moverse.
"Más tarde", decide Max, inclinándose y esperando un beso. Su pareja cumple con entusiasmo, quien es él para negarme algo a su prometido, sus dedos trazan distraídamente sobre los pezones sensibles y recién ordeñados. Max no puede evitar maravillarse con su propio cuerpo y la gran cantidad de leche que puede producir. Por un lado no quiere que se detenga, pero por otro, sabe que no será para siempre, por lo menos hasta ahora decidan tener otro bebé en el futuro.
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