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Dia 24: Cojín De Lactancia

Odiaba un poco su cumpleaños, no eran tus mayores ganas celebrarlo.  Cuando era más chico le encantaba, pero ser el centro de atención aveces le provocaba un poco de ansiedad.
Y la mayoría de la gente no entendía eso,que prefería quedarse en su casa jugando FIFA, o pasando con los cercanos, pero este año sería diferente, sería el comienzo de una nueva etapa de cumpleaños, ahora tenía un hijo, y Lewis tenía planes, así que cuando su pareja le dijo que tenía algo especial para él, Max supo que Lewis se aseguró de que se sintiera especial.

Todavía estaban acostados, era temprano, bueno, dependiendo de temprano cuando hacía media hora que le dio de comer a Nate y lo volvió a domrir, debería ser cerca de las 6:00 de la mañana.
De repente, sintió a Lewis acurrucarse más cerca de él, sus brazos envolviéndote con fuerza, sus cálidos labios depositando un beso en su hombro, Max tarareo feliz en respuesta, girando su cabeza ligeramente hacia el mayor.

"Feliz cumpleaños bebé." La voz de Lewis era áspera por el sueño.

Max sonríe, dándose la vuelta en sus brazos, frente a él, beso sus labios suavemente, descansando su cabeza en el hueco de su cuello, "Gracias." el joven cumpleañero dijo suavemente, sus ojos se cierran un poco, el sueño aún dentro de su cerebro.

Sintió las manos de Lewis acariciando su espalda suavemente, moviéndose sobre sus caderas apretando suavemente. Luego encontró el agarre en su culo, lo amasó suavemente. Max podía saber hacia dónde el juego al que se dirigía y no estaba dispuesto a detenerlo, ahora que ya había pasado ese mes de abstinencia, poco a poco podrían ir recuperando sus momentos sexuales, Max ya los extrañaba demasiado, quería sentir a su pareja dentro de él.
El sexo de cumpleaños definitivamente iba a entrar en sus favoritos, porque podías pedir lo que querías y sabía que Lewis no podía evitar cumplir.

Su mano se movió a la parte de atrás de su muslo, moviéndola por encima de su cintura. Sus caricias, eran cálidas y fueron directamente sobre su pene endurecido, tomó un respiro, abriendo sus ojos azules para encontrase con los marrones de su pareja.

"Lewis, por fa…", una suplica salió de Max, colocando sus labios sobre los de Lewis.

El mayor, casi bromeando, casi burlándose, le susurra en respuesta a los sonidos de su pareja, "Dime, amor, ¿te gustaría correrte así?"

"Joder" gimió en voz baja el joven, este mes de solamente toqueteos lo llevaron a estar demasiado necesitados de más.

La sonrisa en el rostro travieso de Lewis, le provocó a Max una oleada de calor correr por su centro,Max ya se encontraba tan mojado por el pre seminal y ni siquiera se había tocado correctamente.
Estableció un ritmo suave, balanceando sus caderas y muslos contra él.

"Por favor, Lewis, cariño, amor, por favor. Déjame correrme", con los ojos llenos de lujuria, movió el muslo, dándole mayor espacio al mayor para tocarlo. Sus ágiles dedos frotaron suavemente la dura cabeza de su ereccion. Anhela que la polla dura y grande de Lewis lo llenara, lo necesitaba, empujó sus caderas contra su mano, haciéndole saber que todavía lo quería.

"Tan necesitado por papá, las ganas de tenerte nuevamente para mi, de poder estar en ti, esta noche planeo empezar a recuperar este mes de abstinencia", Lewis murmuró sin una pizca de vergüenza.

"Por favor te necesito." Max suplico, sus manos recorrieron el esculpido pecho de Lewis, yendo a la cinturilla de su ropa interior, tirandolos hacia abajo, su polla curvada, descansando contra su estómago, la cabeza ya roja, líquido preseminal reluciente, lo tomo en su mano, bombeándolo suavemente.

Escucho la respiración de Lewis atrapada, quien se giró sobre su espalda, mirándolo con atención.

"Es tu cumpleaños. Si tanto necesitas a papá, entonces ven y tómalo". Esas palabras de Lewis volvieron loco a Max, "Córrete conmigo, Max, juntos".

Cuando la mano de Lewis se apretó más contra la ereccion del joven, la mano de Max aceleró sobre Lewis, sintieron caer en una fuerte liberación, la mano libre de Lewis agarró la cadera de su pareja con fuerza cuando se corrió, casi dejando sus huellas marcadas en la pálida piel de Max, la cálida semilla de ambos mezclándose entre sus estómagos, Max prácticamente se desplomaste contra el pecho del mayor.
"
Maldita sea. ¿Cómo puedo querer salir de la cama ahora, acaso no puedo quedarme aquí todo el día?" Max susurra casi riendo relajado.

Lewis lo siente reír, besó su frente suavemente,  "No puedes no salir de la cama, nos espera un día muy especial por delante, no siempre cumples 25, tienes un hermoso hombre en la cama contigo y es tu primer cumpleaños como padre de un precioso bebé". Respondió el mayor acariciando a su joven pareja, sus manos frotando pequeños círculos en su espalda y muslos, "Te amo." susurra Lewis, quien envolvió sus brazos con fuerza alrededor de Max, presionándolo más cerca, "y muy Feliz cumpleaños amor", sus palabras llenaron de amor a Max.

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Su niño era una bendición. Era la prueba de un vínculo entre él y su pareja que iba más allá de lo que la gente podía ver.

Aunque aveces Max no se sentía tan bendecido cuando su precioso bebé lo despertaba llorando hambriento a las 3 de la mañana. Por eso le dejaba la parte de la divinidad a Lewis, ya había aceptado que su hijo llevaría un nombre relacionado con algo divino.
Max gimió, estirando su cuerpo en la cama, Lewis se había ido temprano a la a practicas libres, así que Max abrió los ojos, obligándose a sentarse, pero antes de que pudiera despertarse por completo del sueño, Max apagó el monitor de bebé y salió rápidamente de la habitación y fue a ver a Nate.

"¿Qué pasa cariño?", Max le arrulló al bebé. El bebé calmó sus llantos y en su lugar hizo un puchero a su padre, "Probablemente tengas hambre". El pequeño se aferró a su camiseta, acurrucándose cerca de él.

Max se dirigió hacia la sala, donde se encontraba el cojín de lactancia, y se acomodo en el sofá, colocando el cojín en su regazo y al pequeño bebé sobre el, dejó descubierto su pecho y un ligero roce en los labios fue todo lo que necesitó para el pequeño en abrir la boca y prenderse rápidamente. Max hizo una nota mental para tratar de acostumbrarse más a usar su lado derecho con más frecuencia, pareciera que el pequeño bebé le gustaba más el izquierdo y eso le estaba haciendo que tuviera más fugas en el otro pecho.

Algo sorprendente que noto Max, al ver lo hambriento que estaba, "Pequeña cosa hambrienta, ¿no?" el joven padre dijo, mirando a Nate mamar con avidez, "No quiero pensar lo que serás cuando tengas dientes", murmuró tomando la mano pequeña de su hijo.

Max estaba mirando a su hijo, el bebé que habían creado junto con Lewis en esa noche que tanto agradeció que hubiera sucedió, con los ojos azules los pequeños rizos le caían en su frente, una mirada de asombro silencioso en su rostro y Max supo que ahora, en este momento, era el bebé más asombrosamente hermos que jamás había visto.

Max está cansado. No ha dormido bien en lo que parecen años y le duelen los pezones. Siente que están a punto de caerse. Tener un bebé de 1 mese que se niega a dormir y solo quiere alimentarse todo el tiempo es agotador. Le prometieron intervalos de sueño de 6 horas a medida que vaya creciendo, pero solo consigue 4 o 5 si tiene mucha suerte, estaba anhelando esas horas extras, y hoy, Daniel cuidaría un rato al pequeño mientras Lewis lo llevaba a cenar, era su cumpleaños, pero el joven solo quería dormir otro rato más.

Por más cansado que se encuentre, su atención estaba en el pequeño que estaba alimentándose, pasó su dedo sobre la mejilla del pequeño, podía ver unas gotas de leche resbalar por la pequeña comisura de su boca. Cuando el pequeño dejó de alimentarse, lo acomoda para sacarle el aire, palmeandolo suave, retiro el cojín de lactancia, que tenía otros usos y luego del que pequeño sacó el aire, lo acomodo semi sentado en el centro del cojín, llevandolo al centro del sofá donde lo podía vigilar y estaba seguro, Max tomó una toallita y la paso sobre sus sensibles pezones, debería empezar aprontarse pronto.

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"Hola pequeño, ¿vas a ser bueno para tus papás ahora? No te despiertes antes de que llegue la mañana, ¿verdad?, el tío Danny cuidara de ti", Lewis arrulla a su hijo, quien pareciera que le devuelve la sonrisa y aprieta con entusiasmo sus manos en los puños.
"¿De verdad crees que no puedo pasar el rato tranquilo con el pequeño Nate aquí?", Daniel desafía a Lewis una vez que cruza la puerta.

"Espera y verás, Daniel, espera y verás nuestro pequeño aquí a estado un poco inquieto por las noches, esta agotando a Max, aunque el no quiera desmontarlo, por eso quiero esta noche especial para mi él".

"Descuida, tengo experiencia con bebés, y con Lando que también cuenta como bebé, además se lo bien que le haría a nuestro Maxy salir un poco, aunque él lo niegue"

"Ambos están siendo ridículos", dice Max, ya vestido un poco más formal, una camisa azul y unos vaqueros negros que si le entraron, mientras le saca al pequeño bebé de los brazos de su pareja, dándole pequeños besos en su frente, y luego sostiene sus manos hacia Daniel para pasarle a su ahijado, quien todavía necesita eructar antes de estar listo para volver a su cuna.

Una vez que se pasa al bebé , Daniel lo presiona suavemente contra su pecho y se asegura de que la toalla del bebé esté en su lugar. Luego se sienta en el cómodo sofá que se colocó junto a la ventana solo para esta ocasión. Comienza a conversar con el bebé, quien responde con entusiasmo a las preguntas del Aussie con su propio lenguaje infantil, pareciera que los Honey Badger les encanta hablar tonterías. Probablemente Daniel es el más dispuesto a entablar una conversación con el pequeño, si Nate agarra las costumbres de su padrino, Lewis y Max se arrepentirán de dejar tanto a su hijo con Daniel, un Daniel Riccardo ya valía por muchos.

"Anda con un poco de cólicos, así que capas lloriquea un poco y tarda en calmarse", Max se acerca dejando otro beso sobre la cabeza de su hijo, realmente no quería irse, pero un rato a solas con Lewis, vendría bien, además confiaba en Daniel.

"Vayan y tengan una noche linda, usen protección, mi ahijado esta chico para tener hermanos todavía", Daniel mira con picardia a la pareja, provocando qué Max quedará totalmente rojo.

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"Lewis, ¿vas a decirme dónde me llevarás a cenar?", Max miró a su pareja impacientemente mientras salían del hote.
   
"No.", el mayor respondió sonriendo

"Bueno, ¿entonces vas a decirme al menos dónde está?"

"No", dijo Lewis de nuevo.

Max da un suspiro mirandolo, una mirada parecido a "mejor-dime-algo".

"¿Te animas a dar un corto paseo hasta el restaurante?" fue lo que Lewis terminó respondiendo.

Aparentemente, eso era todo lo que Max iba a conseguir.

"Por supuesto,  parece que va a ser noche tan hermosa y cálida", dijo el joven con una sonrisa.

Eran alrededor de las siete y media aproximadamente y el aire de era lo suficientemente cálido como para caminar cómodamente.

"Entonces verás cuando lleguemos allí, es un buen lugar a solo unas pocas cuadras de la pista", Lewis sonríe mirando a su pareja.

La joven pareja iba caminando por las calles de Marina Bay, aunque no iban de la mano por cierta razones, caminaban bastante cerca uno del otro, simplemente disfrutando de la paz y la tranquilidad de la noche, un viernes tranquilo previo a la carrera, mañana luego de la clasificación si sería una locura.

Finalmente llegaron al restaurante, y Lewis, siempre el sutil caballero cuando intentaba serlo, le abrió la puerta a su pareja. Era un restaurante tradicional de Singapur, pintoresco y acogedor, bastante agradable, algunas decoraciónes en sintonia con la pista a pocos metros.

Alrededor del restaurante brillantemente iluminado, la gente parecía no reconocerlos y Max agradecía eso, reía con la compañía y miraba las calles nocturnas a través de las ventanas. Otra buena razón del buen lugar, estaba en una esquina y me gustaba mucho poder mirar hacia afuera sin que nadie le molestar.

"¡Hola! Bienvenidos", saludó alegremente un mesero.

"Hola" Saluda la pareja.

Lewis simplemente se saltó todas las cortesías con un simple: "Una mesa para dos a nombre de Emilian". No fue grosero, solo directo, amable a su modo.

"Por supuesto, señor. Si espera solo un par de minutos, entonces los guiaremos una mesa para ustedes", respondió el hombre cortésmente.

Decidieron sentarse contra la barra a esperar. Lewis rápidamente puso su brazo alrededor de los hombros de Max y cruzó una pierna sobre la otra. Era una pose estándar, pierna cruzadas. Nunca le preguntaría, y él nunca lo diría, pero Max estaba bastante seguro de que lo hizo en un modo posesivo, algo diciendo es mio. Como si necesitara lucir más intimidante, ninguno diría que Lewis era lo que llamarías "alto", aunque se veía condenadamente sexy haciéndolo, Max posiblemente no lo admitiría.

Pronto el mismo hombre que los había recibido amablemente, los guió hacia su mesa.
Max casi se le hizo agua la boca, mientras caminaban hacia la esquina del restaurante, pasaron por la puerta hacia la cocina, y el olor a comida era aún más fuerte al estar más cerca, Max agradecía poder comer nuevamente sin terminar vomitando.

El resto de la noche había tomado un giro romántico, la encantadora atmósfera de este lugar aportaba mucho, y no podía esperar para cenar con Lewis. Aunque parecía otra cita normal, aunque no es que hayan tenido demasiadas citas, su relación había sido rápida al principio, sumando embarazo, y las carreras, Lewis podría haber estado más callado que de costumbre, Max estaba teniendo la sensación de que tenía algo en mente, pero sabía que me lo diría cuando se sintiera listo.

Pidieron unos platos tradicionales, solo bebieron unas sodas, estaban comiendo  entre suaves comentarios. A pesar de la poca iluminación, Lewis pudo ver el leve tinte rosado que salpicaba las mejillas de su pareja. Estaba complacido de que Max lo estuviera disfrutando, sabe que el joven estaba cansado, estaba pendiente de su pequeño cuando Lewis no podía estar, además de que empezaría a prepararse para el año que viene, y pensaba en como hacer todo, pero Lewis lo apoyaría, él sabía que Max podría. Saber eso hizo que una suave calidez se enroscara dentro de él. A veces parecía que Max era dos personas diferentes; el exterior duro que presentaba al público y el lado más tranquilo y gentil que solo aparecía cuando estaban solos, que muy pocas personas conocen.

Luego de la cena, antes de pedir el postre, Lewis dijo que comerían eso en otro lado, Max le comentó que así estaba bien, y podrían regresar con su pequeño, Lewis insistió, y luego de pagar, se dirigen al Paddock, después de todo, era Lewis Hamilton, tenía que usar su nombre para conseguir una noche a salas ahí, tenía grandes planes.

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