-...así que se llama Athanasia.

Miro con serenidad a la niña rubia acompañada por su nana y su escolta.

Habían pasado 3 días desde que llegó a obelia y en un parpadeo se enteró de todo lo que pasaba y pasó en los palacios. Sabía quién fue la madre de la princesa, lo que significó para el emperador y lo que sucedió antes de la revolución.

-sí mi señora, si gusta podemos...

-no, no me interesa interactuar con la princesa.

Se alejó de la ventana sin interés volvieron a tomar su té.

Las sirvientas la dejaron sola y ella suspiró mirando al techo. Portaba su vestido negro y su largo cabello estaba atado como normalmente lo hacía.

Todo en ella era oscuro, incluso su Alma.

-por lo menos el rubio sabe que no me interesa en lo más mínimo y que solo vine por beneficio.

Sonrió de lado recordando que al estar a solas con el emperador le dejó las cosas en claro.

Así como él le dijo que no tenía interés en ella y que no espere ni una pisca de amor o atención por su parte, ella le dijo sus planes y el por qué fue allí.

Le dijo sobre los planes de su tío y que se consideraba su aliada temporalmente solo por la seguridad de su sobrino.

Claude aún no confiaba en ella pero no podía dudar en que todo lo que le dijo era cierto.

Él mismo sabía que esa mujer era demasiado inteligente como para ir y decirle todo al primer momento de estar solos.
Para otros habrá parecido que la princesa actuó por impulso pero claude notó que lilien lo estudió desde que se vieron por primera vez y que ella tuvo la seguridad necesaria en decirle toda la verdad porque sabía que él iba a aceptar ayudarla.

El emperador la aceptó porque ambos se beneficiarían al ser aliados.

Él no tenía interés en ella y ella tampoco tenía interés en él.

Él quería proteger a su pueblo y a su hija, y lilien quería proteger a su sobrino y lograr que su imperio vuelva a ser el de antes.

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-ella será la futura esposa de papá?.

La pequeña Athy miro asombrada la belleza de la fría mujer.

La princesa de obelia junto a lillian y felix habían estado en el jardín del palacio garnet y justo vieron a la princesa de Lilburne dirigirse hacia donde estaba el emperador.

La pequeña rubia quedó cautivada por esos grandes ojos rubi y ese largo cabello rosa. A pesar de lucir fría y seria tenia una belleza exótica.

-parece un conejo -rió por lo bajo al ver el peinado de la princesa peli rosa, el escolta sonrió diverido y la nana la miro con reproche.

-princesa procure no decir eso delante de la señora lilien, puede ofenderse.

Cabe decir que lillian estaba sumamente preocupada por su querida princesa, no sabía si esa princesa de Lilburne se querría acercar a athanasia solo para llamar la atención del emperador o qué planes tenía.

-ella está muy lejos lily, no creo que nos escuche.

Volvió a mirar a la dama y se sorprendió cuando notó que la miro de reojo con una sonrisa divertida.

-"ella me escuchó?, no, es imposible" -sonrió nerviosa esperando haber cautivado a la princesa con su sonrisa pero la oji rubi volteó a mirar hacia adelante ignorando su presencia.

La rubia parpadeo y luego apretó las flores entre sus manos.

Parece que esa princesa era todo un reto, ni siquiera tenía interés por ella. Será que la veía como a una enemiga para acercarse a claude.

Ella había leído en la novela que existía una princesa del gran imperio Lilburne que actuó desde las sombras para recuperar el trono de su hermano. Pero esa princesa jamás se había casado con claude, todo estaba cambiando gracias a que ella no era la verdadera athanasia?.

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-tu hija es inteligente... esconde más cosas de las que tú piensas.

Claude la miro y ella siguió mirando hacia la ventana.

Los dos estaban sentados uno en frente del otro, claude estaba recostado en el sillón igual que lilien.
Solo que ella tenía sus piernas encima del sillón como si estuviera delante de alguien normal. Ni siquiera le importaba que frente suyo estaba el mismísimo emperador.

-hn, es obvio es la hija de Jim.

Ella lo miro con diversión ante su orgullo y luego suspiro pero se puso seria al sentir algo extraño en el palacio. Hizo aparecer un cristal en su mano y sus ojos brillaron color rojo.

-vaya~ parece que alguien intenta destruir al emperador, que sorpresa -habló con sarcasmo haciendo que claude la mire con seriedad.

-...así que ese es tu poder -el rubio miro el cristal en su mano.

-solo aquellos que han logrado controlar por completo su poder son capaces de tener un ayudante que proviene del cristal espiritual.

Explicó sin mucho interés volviendo a mirar su cristal. Había algunos parecidos a ese, a ese cristal se le llamaba ayudante ya que dentro de él habitaba un espíritu.

-sabes quién quiere acabar con Jim?.

El emperador por más que quiera dudar de su poder no podía hacerlo ya que sabía que ella era una de las hechiceras más poderosas de su imperio. Ese punto, entre otros, era por el cual la quería como su esposa.

Pretendía formar una alianza con el imperio vecino que por milenios había estado a la altura del imperio obeliano. Debía de aprovechar que su actual emperador era un estúpido y derrotarlo, y para eso necesitaba la ayuda de alguien de ese imperio. Y ese alguien es Lilien.

-mmm...parece ser alguien que tiene en sus manos a alguien que porta la sangre Real -ella frunció el ceño confusa -pero esa persona no es pura.

Hizo desaparecer su cristal y lo miro aburrida.

-no debes de confiar en nadie.

-nunca lo hice.

-déjame terminar, no debes de confiar en aquellos que se acerquen con una sonrisa a la princesa, ella es tu punto débil y por medio de ella tratarán de acabar con tu existencia.

Claude volvió a fruncir el ceño y ella se levantó para luego sentarse a su lado. Tocó su mejilla y sus ojos volvieron a brillar.

-tu futuro es incierto -cerró sus ojos por unos segundos para luego abrirlos y besar la mejilla del emperador.

El cual quedo estático pero en vez de alejarla se quedó en su lugar sintiendo algo cálido recorrer todo su cuerpo.

-tienes el poder suficiente para acabar con miles de enemigos pero necesitas protección para resistir contra aquel que puede llegar a estar a tu mismo nivel de poder, pero es de diferente bando y creación.

Se alejó de él y claude la miro irritado por todas las palabras confusas que le decía.

-por qué no me dices quién es o quiénes son los que quieren acabar con Jim?, estás dando muchas vueltas.

-no te precipites, no puedo ver por completo a aquellos que te quieren derrotar, el mensaje de mis ayudantes no es claro, aún no puedo volver a usar todo mi poder ya que estoy protegiéndolos, pero si de algo tienes que estar seguro es que ahora que me tienes como aliada ese enemigo no podrá hacerles nada y la otra es que...hay una persona que está aliada a tu principal enemigo...sus ojos son ámbar y tiene mucha avaricia.

Suspiro cansada y sus ojos dejaron de brillar, se recostó en el sillón y el rubio la miro atento.

-así que es cierto, estando en otro imperio puedes protegerlos y ahora nos proteges a nosotros.

Ella sonrió de lado con los ojos cerrados y los abrio levemente mirándolo de reojo.

-...incorrecto, apuesto emperador, por el momento te protejo a ti, cuando me pueda acercar a tu hija le pondré un poco de mi poder para protegerla del mal...no te preocupes, no me interesa formar un lazo con ella.

Volvió a cerrar los ojos con sueño y posó su mano en su vientre.

-no duermas aquí, vete a tu palacio.

-tch, no molestes, encima que te ayudo...aunque sea déjame dormir unos segundos y luego me voy.

Ella lo ignoró por completo y relajó por completo su cuerpo.

Claude la miro dormir a su lado y ahora fue él quien se recostó para mirarla de reojo. Sus fracciones eran finas y sensuales, sus labios estaban pintados de color rojo, usaba el maquillaje necesario para lucir más sensual.

En lo poco que hablaron noto que ella siempre se demostraba fría, coqueta, elegante y con una gran destreza para ganar cualquier batalla. Era oscura como aquella mujer que lo engañó pero había una diferencia entre Penélope y Lilien.

Lilien actuaba para proteger a alguien que amaba y Penélope solo actuaba por avaricia.

Las dos eran mujeres oscuras pero una sabía amar y la otra jamás amó a nadie.

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-su majestad, está escuchandome?.

Parpadeo al escuchar la voz del duque Alfierce. Estaba en la sala del trono.

Luego de haber dejado a lilien en uno de los cuartos de su palacio se fue a reunir con el duque. Ya que éste nuevamente había pedido una audiencia para hablar sobre algunos temas de los nobles.

Claude no lo escuchó en ningún momento, tenía sueño y estaba pensando en las palabras que le dijo lilien.

[Parece ser alguien que tiene en sus manos a alguien que porta la sangre Real].

Ante ese recuerdo miro al duque con atención mientras éste seguía hablando sin saber que el emperador estaba cada vez más deseoso de matarlo.

[Hay una persona que está aliada a tu principal enemigo...sus ojos son ámbar y tiene mucha avaricia].

-su majestad...

-Jim ya te ha escuchado por mucho tiempo, largo -ordenó con frialdad dejando sorprendido al duque que quiso hablar pero el brillo en los ojos del rubio lo calló por completo.

Hizo una reverencia sin poder decir nada más.

-gloria y bendiciones a su majestad, felicidades por su compromiso su majestad.

Sin más que decir en duque empezó a caminar hacia afuera de la sala del trono ante ma vista del emperador.

Roger había planeado ir al palacio para encontrarse con la princesa de Lilburne y hacer que ésta se interese en él, así a futuro podría usarla.

Por más que el imperio lilburne no sea tan fuerte como antes si tenía de aliado a la princesa del imperio podría conseguir más poder, y más cuando ésta sería la futura esposa del emperador.

Por medio de ella podría conseguir que jeanette logre llamar la atención del emperador.

-estúpido duque...si traicionas a Jim haré que tu cabeza cuelgue en la puerta del palacio.

Volvió a pensar en la oji rubi y sin poder evitarlo sonrió de lado.

Parece que en verdad se iba a beneficiar con ese compromiso.

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