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Sus ojos marinos brillar de nuevo

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Jasper Hale estaba más que preocupado; su corazón inmortal totalmente agitado, angustiado sin razón alguna al parecer. Pero su cuerpo, mente y corazón habían resentido el hecho de no haber visto a la más pequeña de los Atlantis en ninguna de las clases que compartían. Se había topado con Morgan en la clase de biología; pero no le pregunto el paradero de su hermana, sinceramente Jasper no se quería ver desesperado pero... ¿qué más hacer cuando la poseedora de su corazón era humana? Alguien muy fácil de romper. Alguien muy fácil de matar.

Jasper no entro a su tercera clase del día; su angustia lo estaba matando -Literalmente hablando porque él ya estaba muerto- pero algo dentro de él lo impulso a saltarse su clase para emprender la búsqueda de la castaña de ojos marinos. Se dejó guiar; no por sus sentidos desarrollados, no. Simplemente dejo que su corazón lo guiara al camino correcto; que su corazón dirigiera sus pasos...porque de una cosa el rubio estaba seguro. No importaba en qué lugar del mundo Maureen se encontrara su corazón lo guiaría a ella, lo llevaría a casa.

Jasper se detuvo a escasos pasos del salón de música; notas demasiados suaves, tranquilas. La voz que acompañaba a aquellas notas era tan suave; dulce, no discordaba en sus notas. No la voz que cantaba era sumamente maestra en lo que hacía. Atraído como una polilla a la luz Jasper se acercó con paso silencioso al salón que practicante nadie usaba.

— ¿Maureen...? — Susurro; la de ojos marinos se sobresaltó y dos notas discordantes dio fin al hermoso espectáculo. Jasper ya sabía que su alma tocaba el piano había sido prácticamente imposible no darse cuenta cuando en su habitación lo que más resaltaba era el piano — Tocas hermoso... ¿Maureen?

La tristeza; toda la tristeza de ella lo golpeo, esa mirada apagada, sin brillo. Una mirada bañada en tristeza; su corazón se encogió ¿Por qué había tanta tristeza y desolación en un cuerpo tan pequeño? ¿Qué le había sucedido a la más pequeña de los Atlantis? ¿Qué había sucedido para que la mirada luminosa de sus ojos marinos se hubiera cubierto de niebla y oscuridad?

—¿Estas bien Maureen? — Jasper camino cautelosamente, consciente de que el corazón de su alma latía demasiado rápido. Demasiado agitada, llena de miedo. —¿Maureen?

—¿Jasper has sentido miedo? — Un susurro apagado; plagado de demonios —¿Te has sentido débil? ¿Incapaz de luchar contra "el monstruo"?

Miedo; ella estaba llena de miedo y pánico. Él podía sentirlo ¡Dios! El miedo de ella lo hacía temblar. Él no lo soportaba, no soportaba sentir su terror, no soportaba verla temblar. No soportaba ver a su corazón llena de miedo y pánico.

—No...—No agrego más; no incluyo el hecho que desde que la conocía sentía terror no por el mismo no sentía miedo por él. No, Jasper Hale tenía miedo por ella, porque había entregado su corazón a alguien que tal vez pronto no estaría. Había entregado el único pedazo vivo de su humanidad a alguien que moriría eventualmente. Eso lo destrozaba; lo llenaba de miedo — Por lo menos no por mi...Maureen el miedo es un sentimiento común en nuestras vidas

—¿Cómo se aprende a vivir con miedo? — Jasper Hale no pudo evitarlo más y se sentó en el taburete en donde ella estaba, cerca para cuidarla. Cerca para protegerla, — ¿Cómo?

—Siendo muy valiente Maureen — Jasper acaricio la cabellera castaña de su corazón; Maureen cerró los ojos y poco a poco su respiración se ralentizaba. Maureen comenzaba a confiar en aquel rubí de ojos ámbar que le acariciaba el cabello — Los miedos se conquistan con valentía — Jasper le importo poco que ella cuestionara su temperatura entrelazo sus manos y apretó suavemente — Y algo me dice que tú eres muy valiente

Maureen sonrió levemente; su mirada brillo de nuevo —Eres un gran consejero Jasper... ¿deberías ser psicólogo?

Jasper negó con la cabeza con una sonrisa, feliz porque de nuevo volvía a ver en ella el brillo hermoso de su mirada marina. Jasper aspiro y se envolvió en su olor que tanto lo relajaba; se tranquilizó por el constante y pausado latido de su corazón.

— ¿Me dejarías escucharte? — Jasper señalo el piano que tenían enfrente — Yo creo que debo ser recompensado por haberme saltado una clase para venir a buscarte.

Maureen negó con la cabeza antes de sonreír abiertamente; el miedo fue borrado y la felicidad era ahora lo que envolvía a la más pequeña de los Atlantis. Así debería ser siempre pensó Jasper ella siempre debería brillar aún más fuerte que las estrellas.

—Mmm... — Maureen parecía sinceramente considerar la idea de tocar para alguien más que no fuera su padre o su mellizo; ella no había tocado desde aquellos días en donde era asechada. Ayer lo había hecho para su hermano y padre, pero era un caso diferente en ellos confiaba ciegamente. ¿Pero en Jaster? ¿Debía confiar en el rubio que le transmitía protección?

Maureen tomo una decisión; una que marcó el comienzo de algo más. Que le dio Jasper Whitlock... el soldado las armas suficientes como para pelear con sus propios demonios. Le dio a Jasper las fuerzas suficientes como para retener a la bestia sedienta de sangre que vivía en su interior. Maureen tomo a la bestia y la encadeno con grilletes; grilletes creados con la suavidad y dulzura de su canción. La bestia simplemente guardo silencio y acepto su derrota.

»Ven a mí, en horas de la noche. Yo esperare por ti «

Jasper cerró los ojos; porque realmente el verdadero espectáculo no era simplemente ver a la más pequeña de los Atlantis tocar, no. Era sentir lo que trasmitía, sentirla a ella. Porque Jasper con su don podía sentir; podía captar el huracán de emociones que Maureen tenía al tocar, cada uno de esos sentimientos especial y único. Un mar de emociones a veces de marea baja otras veces tan potentes como una tormenta.

»No puedo dormir, los pensamientos me devoran, los pensamientos de ti me consumen «

Jasper abrió los ojos; deleitándose con la increíble belleza de Maureen, y no era simplemente belleza física que llevaba a la mayoría de las adolescentes a mirarla con envidia o admiración si no también lo increíblemente hermoso que era su corazón. Su timidez, sus sonrisas dulces, las miradas tranquilas... todo en ella reflejaba paz. Todo en ella era bello, Jasper había escuchado de Jessica Stanley que Maureen no era perfecta, que ella era arpía y una perra. Jasper pensaba diferente; Maureen podía ser marea calma como su mellizo la había descrito pero ella también era tormenta y un mar incontenible cuando de proteger y cuidar a los suyos se trataba.

»No puedo evitar amarte; incluso aunque lo intentara, no puedo dejar de quererte. Sé que moriría sin ti «

Él no podía dejar de amarla; incluso sabiendo que para ella era lo mejor, el simplemente no podía dejar de lado esos sentimientos tan potentes, no podía ignorar el hecho de que su corazón le pertenecía a ella. A sus ojos marinos y Jasper estaba seguro de que moriría por protegerla, moriría en nombre del amor. En nombre de Maureen.

»Quédate conmigo un poco más; yo esperare por ti, las sombras se arrastran y quieren crecer más fuertes, más profundas que la verdad«

Jasper quería que ella se quedara con él lo que durara su eternidad, el ya había esperado muchas lunas a que ella llegara; a que su corazón latiera de nuevo. Pero la bestia que moraba en él quería dirigir su cuerpo, probar del bocado delicioso que de seguro era Maureen. La bestia quería ser más fuerte que el sentimiento de amor que comenzaba a arraigarse profundamente en él.

»No puedo evitar amarte; incluso aunque lo intentara, no puedo dejar de quererte. Sé que moriría sin ti «

Pero el domaría a la bestia; vencería sus miedos y ganaría un control férreo sobre su parte más primitiva solo para poder estar al lado de ella, solo para poder ver como las luz del sol hacia ver a esos ojos marinos aún más brillantes, aún más salvajes de lo que ya eran. Solo para poder compartir un solo momento más con ella. Con Maureen.

»No puedo dejar de estar mal en la oscuridad; porque estoy vencida en esta guerra de corazones, no puedo evitar querer que los océanos se dividan, porque estoy vencida en esta guerra de corazones«

¿Una guerra de corazones? Si él estaba librando una batalla campal entre la razón y su corazón. Una batalla entre protegerla de sí mismo o dejar que ella entrara aún más profundo en su corazón.

»No puedo evitar amarte; incluso aunque lo intentara, no puedo dejar de quererte. Sé que moriría sin ti«

Él sabía que el moriría sin ella ¿Pero era lo suficientemente egoísta como para condenarla al estar con alguien que podía matarla? ¿Para condenarla a una vida en donde estaría estancada en una edad?

» No puedo dejar de estar mal en la oscuridad; porque estoy vencida en esta guerra de corazones, no puedo evitar querer que los océanos se dividan, porque estoy vencida en esta guerra de corazones«

Su canción había acabado; la mirada de Maureen estaba cargada de sentimientos, Jasper estaba sorprendido por la cantidad de emociones que en un solo momento ella podía tener y de la facilidad con la que se deshacía de uno para pasar a otro. Ella era tan voluble, ella era olas de fuerza apenas contenida.

—Cantas precioso...— Jasper coloco un mechón de su cabello detrás de sus bonitas y femeninas orejas — Gracias por dejarme escucharte...

Para el aquella canción había sido un regalo; algo que guardaría celosamente en su mente, un recuerdo que protegería atreves del tiempo. Maureen le sonrió tímidamente.

—Solo había cantado para mi familia — Maureen presiono algunas teclas del instrumento; absorta esos pensamientos — Pero por alguna razón Jasper confió en ti

Jasper sonrió halagado; antes de tomar la mano de Maureen y depositar un suave beso en el dorso de la misma, el chico Hale sonrió aún más cuando deslumbro el bello sonrojo que pinto las mejillas de Maureen de un hermoso tono rosa pálido.

—Te prometo que cuidare tu confianza como si fuera mi más bello tesoro Maureen — porque Maureen era un tesoro preciado; porque ella era su tesoro más hermoso y valioso — ¿Amigos?

Maureen sonrió dulcemente antes de dejar un tímido beso en la mejilla del rubio — Amigos

El toque del timbre los sobresalto; el bullicio de los estudiantes anunciando el término de la tercera clase y el comienzo del almuerzo. Jasper aspiro el aroma de Maureen, su olor un escudo contra la peste que era los adolescentes.

—Vamos — Jasper tomo la mochila de la más pequeña de los Atlantis y se la colgó en su hombro, el peso algo ligero para su fuerza — Tienes que almorzar.

Maureen entrecerró los ojos — ¿Tengo? ¿Qué pasa contigo?

Jasper se encogió de hombros — Desayune temprano...

—Mmm... — Maureen se levantó de la butaca y camino junto a Jasper para salir del salón — Gracias por haberte saltado tu clase....

Jasper sonrió era algo de lo que jamás se arrepentiría — Yo me alegro de haberme saltado la clase...

Por el momento que compartieron en ese salón de música que casi nadie usaba; había sido un momento demasiado bello, demasiado hermoso como para compartirlo con nadie más. Porque los minutos que pasaron juntos sin que las miradas de los demás estudiantes los juzgaran había sido crucial para ellos dos.

Para que sus corazones se reconocieran; para que ellos se vieran a los ojos y deslumbraran el corazón del otro.

Ella simplemente se dejó guiar por las dictaduras de su corazón; quien le gritaba que no tuviera miedo.

El obtuvo la fuerza y motivación que necesitaba para poder combatir con sus demonios; para poder luchar con la bestia que peleaba por ser libre.

Jasper Hale domaría a la bestia que vivía en su interior; lucharía contra ejércitos completos y derribaría muros e imperios solo para ver...sus ojos marinos brillar de nuevo

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