→Fifteen
Les quiero hacer una recomendación de una historia preciosa de Jasper... Es hermosa y su narrativa es simplemente bellísima. La historia se llama Delicate de PrettWoman
Maratón de disculpa por no publicar 1 / ¿?
❝Tan rota como él❞
●ψ●
El mar cantaba para ella, porque el mar no soportaba los sentimientos tan desgarradores que de ella provenían, ella siempre estaba sonriendo, siempre dejando fluir la energía más pura y sincera. El no soportaba oír su llanto, no soportaba las lágrimas tan pesadas que se deslizaban por sus mejillas, su tristeza cruda lo alteraba demasiado, pero debía guardar la calma, debía cantarle para que su corazón dejara de doler porque él no soportaba su dolor. Se balanceo con suaves y acompasados movimientos, el murmullo que generaba cuando chocaba con las rocas y se movía sobre la arena producía una canción que sabía que solo ella escucharía y apreciaría. Lo sabía porque ella era una manifestación mucho más suave y salvaje de sí mismo. Se sintió traicionado cuando Poseidón pidió que encerraran esa parte de él que habitaba en ella ¡Ja! Iluso. El dios no sabía que ella era suya y que jamás iban a separarla de él.
Mientras más observaba al dios más se daba cuenta de algo fundamental, el dios estaba perdiendo su esencia. Se estaba dejando guiar por la crueldad, por el horror, estaba perdiendo esa inocencia con la que se declaró su señor y él se había dejado comandar por el sabiendo que era un guerrero noble y justo. Ahora, el dios contenía demasiada oscuridad.
El no dejaría que el dios se atreviera a tocarla, si eso sucedía el dios debía prepararse. Porque él nunca había perdido una guerra, por ella sumeria al mundo en tinieblas.
Lo mismo sucederá con el humano que se había atrevido a llenar a su corazón con pesadillas llenas de susurros tenebrosos, ¡Oh! Solo estaba esperando el momento justo para atacar. El nunca olvidaba y jamás perdonaría al humano por aquel crimen, por tratar de robársela. Ella era suya, a la sombra de ojos dorados podía soportarlo, porque veía en el la sinceridad de sus sentimientos, la sombra de ojos dorados era fuerte, peligroso, un depredador. Él podría protegerla mientras ella caminara en el mundo humano.
Detuvo su canto cuando la escucho gritar mientras lloraba arrodillada en la suavidad de la arena, se alteró porque ella lloraba. Detuvo el suave movimiento de las olas para comenzar a demostrar su fuerza, adsorbería su dolor, convertiría su furia en oleaje furioso, sus lágrimas sería el comienzo de una tormenta tan peligrosa como el mismo. Su dolor era incluso más doloroso que aquel liquido gris que los humanos tiraban en él, más doloroso que todo el daño humano que el recibía día tras día. ¿Qué había puesto tan tristeza a la niña suave y amable con la que compartía alma?
Y mientras ella lloraba, el océano se encargó de protegerla y cantarle para que se calamara. Hizo su oleaje subiera y que la fuerza de las olas multiplicara sus fuerzas, y con su briza oculto el aroma de su corazón, nadie se acercaría demasiado a la zona en donde ella se encontraba, todos le temían a su furiosa fuerza, menos ella.
Ella que era una manifestación suave y amable de una fuerza tan antigua como el mundo.
[...]
Su lucha, aquella que había llevado a cabo aun cuando las piernas le temblaban, aun cuando el nudo de su garganta amenazaba con no dejarla hablar, aun cuando el mundo se empeñaba en mirarla con desagrado, tuvo miedo y más de una vez deseo desistir, dejar toda aquella disputa legal, después de la primera llamada a juicio quiso tanto a ver se quedado callada. Tantas personas juzgándola, personas que no sabían y que aún se sentaban a comentar sobre el asunto. Ellos no podían ver cuanto dolor había en su piel, cuantos demonios habían decidido habitar en sus sueños.
Tanto dolor, tantas lágrimas, tanto sacrificio. Para que el hombre que había llenado su mundo de colores oscuros caminara libre por las calles. Tanto dolor para que el solo estuviera encerrado unos cuantos meses, libre con la posibilidad de hacerle daño a otra niña, libre para disfrutar de la briza del mar, él era un maldito criminal que caminaba tranquilo por las calles. ¿Por qué? ¿Por qué esto le pasaba a ella, no era suficiente el intento de violación, no eran suficientes las pesadillas y los traumas? Ahora el monstruo que había tratado de poseerla era libre de dañar a alguien más. ¿y si decidía terminar lo que había empezado en aquel callejón? Nada, nadie detendría al monstruo que la justicia había dejado suelto, ellos vivían sus privilegios, ellos eran libres, ellos eran dueños de su destino. Maureen veía las furiosas olas golpear las rocas que se estremecieron contra aquella fuerza tan titánica, hacia menos de media hora el mar parecía feliz y tranquilo mientras sus murmullos intentaron calmarla, pero su dolor no podía ser calmado, sus miedos no podían ser vencidos en tan poco tiempo, su herida que creía a ver empezado a sanar ahora sangraba de nuevo.
Morgan, su hermano, su mellizo, la persona que la que confiaría hasta su vida le había mentido, ocultado una verdad que tenía derecho a escuchar, él y su padre callaron en vez de mirarla a los ojos y decirle, Jasper se unido a la lista de las personas que no quería ver en esos momentos. El soldado, a quien empezaba a querer con una locura no muy sana, el hombre a quien había expuesto su corazón desquebrajado, él también le había mentido.
Ella tenía derecho a saber, ella hubiera preferido la cruda verdad que una dulce mentira que simplemente la heria más. Ellos no entendían, ellos no entendían la gravedad de una herida que jamás sufrirían, ¿Qué iban a saber ellos si jamás han sentido el nudo de miedo? ¿que iban a saber ellos si jamás se verían sometidos a una voluntad que no era la suya? ¿Qué sabían ellos de dolor si jamás vieron su vida ser tomada por un hombre que simplemente había decidido que era su dueño? Querían protegerla habían murmurada, ¡Ja! ¿Protegerla?
Si protegerla significaba encerrarla en una jaula sin posibilidades a volar ella no quería protección, ¿Qué no entendían que vivir con miedo no era vivir? Ella no podía encerrarse, aunque le temblaran las piernas, aunque el nudo de su garganta se negara a irse, el miedo no debía gobernar su vida, debía agarrar al miedo de la mano y seguir.
Maureen se sobresaltó cuando su celular comenzó a sonar, no quería hablar con nadie, la hacían sentirse débil y frágil que no le hubieran dicho la verdad, como si no pudiera soportar la noticia, ella supo mucho antes que él no iba a estar mucho tiempo en la cárcel. Lo supo cuando la madre de Thomas le ofreció medio millón de dólares para que desistiera de la demanda, justo después de que la madre supiera que sus 5 abogados no pudieron hacer nada contra evidencia demasiado contundente.
<<<-Te ofrezco medio millón de dólares y una hermosa casa en cualquier estado al que decidas marcharte después de que declares que mi hijo no te hizo nada - Maureen se encontraba sentada en la arena de una playa que solo los habitantes originarios conocían y que ningún turista se atrevía a pisar, las olas eran demasiado furiosas en aquella zona - ¿Sabes lo que podrías hacer con tanto dinero? Viajes, lujo, pagar las mejores escuelas, ayudar a tu familia. Tu solo debes desistir.
La elegante mujer no entendía, que heridas como la que había hecho su hijo eran imborrables, lagrimas se deslizaron por sus mejillas, porque la mujer que había considerado su madre se negaba aceptar que su hijo era un criminal. ¿Debería aceptar? ¿Desistir y marcharse? Con ese dinero le podía pagar la mejor universidad a su hermano, podía quitarle cargas a Ian.
-Maureen, hija. - Ojos bañados en cariño, pero por alguna razón, Maureen ya no podía ver la sinceridad del sentimiento amoroso, solo una máscara de manipulación, simplemente una madre desesperada porque su hijo no pisara la cárcel y que sería capaz de hacer lo que sea por su hijo - Por el cariño que nos tenemos mutuamente, acepta mi oferta.
Maureen miro a la mujer, ¿sería lo correcto? evitar que el hijo de esta mujer metida en la política pisara la cárcel ¿Qué era lo peor que podía pasar si aceptaba? ¡Pum! Una ola furiosa golpeo las rocas de la orilla de la playa, aquel salvajismo que las olas demostraban ahora jamás lo había visto, Maureen deseo ser una de aquellas olas, tan fuertes, tan salvajes, tan incapaces de ser domados.
"Eres el corazón del mar, eres su reflejo"
-No, Señora. Lo que hizo su hijo es un crimen, las heridas que hizo siguen sangrando, los traumas, las pesadillas. Eso no se borra con medio millón y no se borrará jamás. Usted argumenta apoyo a la mujer y me está pidiendo que deje mi lucha - Maureen miro a la mujer que ahora solo la miraba con rencor - No, no voy a desistir hasta que Thomas obtenga su castigo.
La señora resoplo - Prepárate entonces para perder, porque entre el poder y la justicia pesa más el poder y déjame decirte Maureen yo tengo el poder.
-No soy yo la que está suficientemente desesperada como para ofrecer medio millón - Maureen observo a las olas, si ella era el reflejo del mar entonces seria lo suficientemente fuerte como para soportar el peso de su lucha. Seria fuerte como ahora lo eran las olas. - Si es capaz de ofrecer tanto dinero es porque está por perder.>>>
Su celular volvió a sonar, el nombre de Rosalie fue la que apareció en la pantalla. Ella tal vez podía entenderla, pensó Maureen. Pero tal vez era Jasper marcando del celular de su hermana, contesto, pero no hablo. Se aseguraría de quien hablara fuera Rosalie y no el soldado mentiroso con cara de sufrimiento.
-¿Maureen? - La suave voz de Rosalie se escuchó a través de la línea -¿Mau? Háblame, todos están preocupados.
-¿Están ellos ahí? - Maureen hizo un puchero intentando que las lágrimas que se volvían a acumular en sus ojos salieran - ¿Están ellos escuchando?
-No
"Te miente"
-Me estas mintiendo - La claridad de aquel pensamiento que no era suyo la desconcertó - ¿Por qué se empeñan tanto en verme la cara de estúpida?
-Maureen, por favor. - Jasper se escuchaba demasiado angustiado - Regresa y hablemos.
-Adiós, Jasper. - Murmuro, antes de cortarla llamada.
¿No entendían acaso? Ella luchaba a diario contra sus miedos, luchaba contra los demonios que la atormentaban en sus sueños, contra la ansiedad que le generaba que la población masculina la viera como mercancía, luchaba contra el nudo de miedo paralizante cuando veía que alguien quería tocarla o colocarle el brazo sobre sus hombros, luchaba por una oportunidad en la sociedad, luchaba contra el del super porque siempre trataba de coquetearle, luchaba contra su vecino porque ya se había dado cuenta de sus intenciones.
Luchaba contra el mundo por una oportunidad para vivir tranquila, estaba enojada porque mentirle argumentando protección la hacía sentirse tan inferior, ella no cuestionaba el amor que ellos sentían por ella, pero el hecho de que la trataran como si se fuera a romper con el mínimo roce del viento la hacía sentirse tan débil, ¡Ella no se iba a romper tan fácil! Tenía el alma y corazón agrietados, tenía heridas que un sangraban ocasionalmente, demonios que se empeñaban a seguir atormentándola, y aun así seguía de pie, porque esas heridas no cerrarían en un abrir y cerrar de ojos, porque tenía que ser fuerte porque las cicatrices quedarían y serian un recordatorio de su propia guerra, porque ser fuerte siendo mujer no era una opción, era una necesidad.
Ella era su heroína, no la víctima. Si, tal vez abrir las alas y levantar el vuelo sea difícil, después de todo sus alas fueron quebradas, pero se negaba a quedarse atada a la tierra, se negaba a que los demonios que la perseguían ganaran, tendría que vencerlos, vencer sus propios miedos y tal vez de esa manera podría dominar a sus enemigos.
Maureen suspiro, limpio sus lágrimas, suspiro, tomo su mochila y comenzó a caminar para irse de la Push. Tenía que ir a dejarles una cosa en claro a los tres hombres más importantes de su vida, podía ser mujer, físicamente más débil, más pequeña que el promedio, podía ser una bailarina de liricos dulces, podía ser un musico amable con sus canciones, pero si era necesario se convertiría en una tormenta, una lo suficientemente fuerte como para que sus enemigos se plantearan dos veces el querer ir por su yugular y si Thomas Rivel se atrevía a pisar Forks será mejor que se preparara para el caos, porque así como danzaba suavemente con la briza, también bailaba con el caos de tormentas y si él se atrevía a plantarle cara haría que el océano no dejará ni un recuerdo de él, aterrador viniendo de una mente inocente, pero había algo que había cambiado en Maureen.
No, no había cambiado nada, ella seguía siendo la misma niña de colores alegres, simplemente...
Una fuerza superior dentro de ella sujetada con cadenas de un metal tan fuerte comenzaba a luchar por la libertad, aquella parte de sí misma atada comenzaba enfurecer por el encierro, aquella parte del océano que vivía en ella, aquella porción de alma que ella compartía con él comenzaba a enfurecer.
¡Oh dioses del Olimpo! ¡Debían cuidarse de aquella fuerza! Su salvajismo, su fuerza titánica, debían cuidarse para no hacerle daño a ella, porque hacerla sangrar significaría desatar un caos.
El caos de un ente tan antiguo como el mundo que amaba tan salvajemente a la niña suave y amable que estaba tan rota como él.
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Una disculpa por no publicar, con mi examen de admisión para la universidad, la escuela y la depresión por no pasar el puto examen de admisión, todo se junto, pero volví y ahora que no tendré clases mas que mis cursos de ingles estaré mas activa.
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