Cap 46: "Mi dulce Venezia".
MATT
Despierto nuevamente atado, forcejeo para liberarme, pero nuevamente las cuerdas quemaban.
─Tienes visitas, cariño─ la mujer rubia que días antes me había estado trayendo comida y agua, ahora está ebria y camina sosteniendo su cuerpo de las paredes. Se acerca a mí y me quita la cinta adhesiva de la boca.
La puerta hace un gran ruido, de ella entra un hombre con el cuerpo de Venezia en sus brazos, abro mis ojos y veo como la arroja hacia mí, la mujer me mira con una sonrisa y le da un beso en la frente. Mi cuerpo arde de la furia.
─Ahora somos sus niñeras hasta que vuelvan─ dice canturreando. Siento demasiado asco, pero no le doy importancia y como puedo me arrastro hacia ella. Estaba pálida como ya hacía unos días atrás, tenía algunas marcas del incendio.
─¿Por qué hacen esto?
─Esa pregunta no la tienes que hacer tú.
La mujer sale de la habitación y me mira por última vez antes de cerrar esta con llave. Aquí hacía mucho frío por ser un congelador descompuesto.
─Venezia─ me acerco más a ella y la muevo con mis hombros, ella comienza a moverse lentamente, abre sus ojos y salta a mí.
─¿Qué está pasando?
No digo nada, solo la beso.
─Todo estará bien, Venezia. Tengo un plan.
Ella niega y baja su cabeza.
─Estoy aquí a cambio de tu liberación y la de Mayra, Matt.
─¿Qué?─ ella no me ve, pero yo estoy totalmente confundido.
─Yo hice un trato.
Niego.
─Te irás conmigo, pase lo que pase.
─No, Matt─ comienza a sonar débilmente, se toma unos segundos y vuelve a hablar─, solo prométeme que cuidarás a Mayra.
─¿Por qué dice eso?─ pego mi frente a la de ella.
─Te amo, Matt. Jamás lo olvides.
La puerta se abre y dos tipos levantan a Venezia y se la llevan, ella no se atrevió a verme por una última vez, grito su nombre, pero solo logré que me pusieran una cinta nueva en la boca.
*
*
*
CANDELA
Camino lentamente hacia la casa de Adriel, formulando un millón de preguntas acerca del por qué no me dejaba participar en la búsqueda de Matt, pero me detengo al ver cómo él y su familia cargaban bolsos a los maleteros de sus autos, algo en mí me hacía sentir mal.
─¡Recuerda el camino, Adriel!─ le grita su padre, aprovecho que los dos autos arrancan y corro hacia él, este se sorprende y trata de ocultar su nerviosismo.
─Candela─ dice mi nombre completo, cosa que odio.─ ¿qué haces aquí?
─Quería saber cómo estabas─ miento con inocencia.
─Normal, ya sabes. Vale, debo de irme. Tengo que hacer unas cosas.
Asiento y me despido de él, se sube a su auto y se aleja, para mi suerte un taxi frenó, me subí en él y saqué mi celular para avisarle a mis padres que llegaría un poco tarde.
─¿A dónde, señorita?
─Siga el auto azul.
─Siempre quise que me dijeran eso─ dice el conductor entusiasmado.
MAYRA
─Me debo de ver horrible con el negro─ digo mirándome al espejo, la hermana de Dylan ríe y niega.
─Te ves hermosa de negro. Además, pareces una espía.
Río un poco y me despido de ella.
Tomo un taxi y me comienzo a respirar hondo, una y otra vez tratando de ocultar mi nerviosismo. Resumo todo al decir que me filtré en el celular de Venezia y descubrí lo que estuvo planeando desde un principio, el taxi me dejará solo afuera del pueblo y yo tendría que caminar.
Maldita seas,Venezia, odio caminar con tacos.
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