El día comenzó tranquilo, sin que mi mejor amiga esté gritando. Me levanté, me duché, cepillé mis dientes y mi cabello.

En eso aparece Mayra.

─Es una secundaria, no un desfile de moda de las Kardashians.

─Lo dice la chica que a cada rato está  quejándose de que no sabe como ir vestida─ Ella revoleó los ojos y ambas desayunamos rápido porque estábamos llegando algo tarde, pero no tanto como para preocuparnos.

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Llegamos a la secundaria y cruzo miradas con Mayra. Me abandona y se va con un chico.

Camino por los pasillos y me encuentro a Matt viendo su celular mientras permanece serio, pero enseguida levanta su mirada y sonríe en mi dirección.

─¡TE DIJE QUE NO TOQUES MI HERMOSO Y DELICADO CABELLO!─ grita un chico detrás de mí. Matt ríe aún mas fuerte.

─Disculpa a mi hermano Adriel, es muy obsesivo con su cabello.

─¿Quién es el otro?─ Señalé al que se miraba por la cámara frontal.

─Es mi otro hermano, llamado Tomas─ Solo miré a lo que hacían los dos chiflados y me reí y cuando notaron que me estaba riendo pararon de hacer lo que hacían y se acercaron a mí.

─Vaya, que hermosura tenemos aquí... 

 Estoy tratando de aguantar las ganas de reírme.

─ Oye, Adriel, ¿sabes que pegaría full ahorita?─ Ambos se miraron fijos durante 3 segundo y al instante estaban sacándose fotos y gritando foto pal face.

─¿En serio todos son así de locos? ─ dije riendo.

─ No, mi otro hermano es aún más normal que ellos.

Luego empezó a llenarse de alumnos, pero una mirada se clavó en mí con furia, a lo que levanté una ceja y caminé hacia mi pupitre. Miré  a Matt que estaba viendo su celular y miré hacia la profesora.

─Señorita Sanna, bienvenida a mi clase de Literatura─ la profesora se acerca a mí─ Preséntese─ ordena.

Me levanto y miro hacia todos. Estaban prestando atención y mirándome.

─Mi nombre es Venezia, con Z─ Recalco la Z─, soy nueva aquí y espero caerles bien... es todo.

La profesora asiente y camina hacia el pizarrón para comenzar a escribir las actividades diarias. Sigo sintiendo una mirada clavada en mí, pero presiento saber quién es, no exactamente, pero sé. 

─Te mandan esto─ dice el chico junto a mí. Es un papel. Ruedo mis ojos y no lo abro, lo dejo al lado de mis carpetas y comienzo a escribir.

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Qué gusto es ver a Mayra riendo en un lugar desconocido. Ella siempre fue simpática, de unos ojos verdes hermosos y un cabello rubio tan lacio que me sorprende. Me acerco y ella me da una pequeña sonrisa.

─Venezia, hola─ dice ella. A su lado está Sofía riendo junto unos chicos. El muchacho de esta mañana estaba junto a ella jugando con su celular a un videojuego popular de hoy en día.

─¿Almuerzas con nosotras?─ dice Sofía, asiento y me quedo viendo a las personas de aquí. Todos me hablaban con ánimos y me hacían reír. A lo lejos estaba Matt con hermanos. Luce serio, así que me levanto, tomo mi almuerzo y camino hacia su mesa. Todos comienzan a murmurar cosas, pero no las escucho.

─Vaya, ¿vienes por mi belleza?─ pregunta Adriel, quien se estaba acomodando el cabello.

─Pues allí estaban todos gritando en mi oído y veo que aquí les hace falta un jugador estrella─ digo riendo, pero Matt no me dirige la mirada. Estaba concentrado viendo hacia la mesa de la cual huí.

─¿Y qué tal tu primer día?─ pregunta Tomas.

─Bien, supongo.

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Mayra toma mi brazo, haciendo que me detenga.

─¿Sabías que me estás haciendo doler?─ pregunto molesta, quitando su mano de mi brazo. Ella luce molesta.

─Venezia, ¿por qué estabas sentada con ellos? ¿acaso no escuchas lo que dicen?─ dice cruzándose de brazos. Niego con la cabeza y paso por su lado.

No puedo creer que ella esté juzgando un libro por su portada, tal cual hizo con muchas personas que hoy en día ya no están. Ese maldito defecto tiene ella, que no conoce a alguien y cree en los estúpidos rumores.

─No tendré esta conversación de nuevo, Mayra. Te veré en casa.

La pierdo y llego hacia un pasillo que no conocía. Hago una línea con mis labios y vuelvo sobre mis pasos, no sin chocarme con un chico rubio de ojos claros.

─Lo siento─ dice él.

─Fue mi culpa─ digo rascando mi nuca.

Él me sonríe.

─¿Te perdiste?

Asiento.

─Ven, te llevo a casa. Luces aterrada─ comienza a reírse de mí.

¿En serio él se estaba riendo de una persona que no conoce muy bien este colegio? me parece una falta de respeto hacia mi persona.

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Tengo que reconocer que el chico es guapo, no de mi tipo, pero sí guapo. Es gracioso pensar que sintió la obligación de llevarme a casa por haberme perdido en uno de los pasillos del colegio. Tenían razón sobre que esa secundaria era enorme, pero creí que solo eran exageraciones de los que asistían allí.

─Bien, ¿tu nombre?─ pregunto, pero él niega riendo.

─¿Debería decirte?

─¿Por qué no?─ digo mientras juego con un trozo de papel de pajilla.

─Soy Marcos Ríos.

Abro mis ojos por la sorpresa, él ya no está sonriendo, sino que se puso serio.

─ ¿Eres el otro hermano que Matt había mencionado?─ Él asiente y yo entrecierro mis ojos buscado algún parecido en ellos, pero solo consigo ver mi frustración por el espejo retrovisor.

─Hemos llegado, torpe─ dice él riendo, yo le arrojo el papel con el que jugaba y salgo rápido hacia mi casa riendo como idiota.

Allí dentro se encuentran Mayra y Sofía muy serias y cruzadas de brazos. 

─Hola─ saludo a ambas, pero solo consigo que me sienten a la fuerza en el sofá blanco.

─¿Puedes explicar por qué estás con ellos?

Bufo y ruedo mis ojos al mismo tiempo.

─Matt es buena persona y sus hermanos también. No veo el por qué de no hacerlo─ explico. Ellas niegan.

─Son peligrosos, Venezia.

Abro mis ojos y muerdo mi labio inferior.

─¿Acaso ellos mataron a alguien? ¿venden órganos? ¿están en peleas o carreras ilegales?

─Un poco de cada cosa─ dice Sofía al lado de Mayra─. No te preocupes, no hace falta que sigas con ellos. Aquí tendrás amigos normales, Venezia.

Niego y me levanto.

─No. Yo decido con quién sí y con quién no.

Me encamino a mi habitación ignorando la mirada de Mayra.