Cap 24: De niñeros
Abro la puerta y me encuentro con Mayra yendo directo a la cocina. A esta hora siempre se levanta para hacer el desayuno para las dos. No podía permitir que viera a Matt porque sé que ninguno se tolera y si logra descubrirlo me dará el sermón de mi vida.
─Okay ─ digo y doy un pequeño aplauso ─. Mayra está en la cocina así que saldré y trataré de distraerla para que tu salgas sigilosamente. No debes hacer ningún tipo de ruido, ¿entendido?
─Entendido, jefa ─ lleva su mano a su frente como soldado y ríe. Ruedo mis ojos y salgo cerrando la puerta, camino hacia Mayra y le doy un beso en la mejilla.
─Buen día para ti también.
Me siento en frente de ella, mirando en dirección de mi habitación, la puerta se abre un poco. Concentro mi atención en Mayra, que estaba tecleando en su celular algo, carraspeo y ella baja su celular para verme.
─¡Necesito un favor ─ me dice ella. ─Los padres de Sofía y Marianella saldrán esta noche y las chicas quieren que cuide a su hermana, pero tengo una gran cita con Dylan y creo que él al fin me pedirá que sea su novia así que ─ se acerca aún más a mí, muerdo mi labio y veo a Matt hacer señas de que la distraiga. ─ ¿Puedes cuidarla?
Rasco mi nuca, cuando ella intenta darse vuelta para dejar el cuchillo rápidamente hago que me mire.
─¡Bien! ─ digo cerrando mis ojos, ella me abraza y chilla, Matt se esconde debajo de la mesada y yo roto lugar con Mayra. ─ pero Matt deberá ayudarme.
Mayra levanta su ceja.
─Como quieras ─ me da un beso en mi mejilla y rápido va a su cuarto en busca de su ropa. Suelto un suspiro y Matt corre hacia la puerta delantera.
Voy detrás de él sigilosamente y abro la puerta, me da un beso pequeño y cierro al sentir los pasos de Mayra.
─¿Qué hacías? ─ pregunta ella riendo.
─Creí que el cartero ya había llegado con un pedido, pero sólo era el vecino con otra chica.
Ella no dice nada y termina de comer su tostada, en su mochila noto que tiene una foto de varias personas, la más grande era la nuestra, sonrío por el detalle.
─¿Cuándo la hiciste? ─ pregunto sin dejar de mirar la mochila.
─Hace dos días. Creí que así te sentiría más cercana ─ se encoge de hombros y yo la abrazo.
─Tonta, vivimos juntas y te la pasas con Dylan. Pero aún así sabes que nunca me separará de ti. Nadie te ama como yo, oxigenada.
Reímos y tomamos nuestras mochilas para salir rumbo al colegio. Ya me estaba perdiendo muchas clases y exámenes. Espero que los maestros tengan una consideración hacia mí.
*
*
*
Corro rápido sosteniendo la mano de Matt, quien se queja durante todo el trayecto.
Íbamos realmente tarde a casa de Marianella y Sofía. Se suponía que teníamos que estar hace veinte minutos, pero nos quedamos jugando al Villar en un bar cercano al colegio.
─¿Por qué me arrastras a esto, Venezia?
No respondo.
Estoy tan concentrada en llegar que no me fijo en el auto que estaba a punto de arrollarme. Por suerte Matt tiene más fuerza y me da un fuerte jalón para caer sobre él en su pecho.
─¿Qué hubiera sucedido si no venía detrás de ti? ─ reprocha Matt.
─Lo siento ─ digo apenada.
La casa de Marianella estaba a la vuelta de la esquina así que Matt tomó mi mano y caminamos con mucho juicio. Me duele la mano por la caída, pero seguramente Matt debe tener todo el cuerpo adolorido.
Damos la vuelta, afuera estaban las chicas y una pequeña niña jugando con muñecas. Abro mis ojos al ver que le arrancó la cabeza, Matt me mira horrorizado y trata de detenerse, pero yo lo arrastro nuevamente.
─¡Gracias por esto! ─ dice Mayra abrazándome. Ruedo mis ojos y visualizo a la pequeña.
─Debe estar en la cama a las nueve y no tiene permitido comer azúcar. Es por el bien de ustedes. Nosotros vendremos despues de las doce así que tendrán tiempo para hacer sus cosas.
Mayra levanta su ceja y se cruza de brazos.
─¿Perdón?
─Oh, vamos, Mayra ─ dice Marianella a mi lado ─. Déjala vivir. No es un puto muñeco con pilas.
Me río y despido de ellas, entro en la casa viendo a Mayra haciendo señas con sus dedos de que me vigilará. Matt camina hacia el sofá y se sienta. La pequeña niña nos mira sonriendo y señala el armario.
─¿Puedes alcanzarme mi maleta de juguetes?
Asiento y voy hacia el armario, lo abro y abro mis ojos al ver como el agua de un balde colgando caía sobre mí, me doy vuelta furiosa y siento la carcajada de Matt.
─Te ves de pelos, pequeña.
Se tira al suelo y sujeta su estómago riendo. Ruedo mis ojos y busco con la mirada a ese diablos que nos encargaron.
─¿A dónde se fue, Matt?
Él limpia una lágrima y se levanta.
─Hace unos minutos estaba allí ─ señala a su lado, ruedo mis ojos y camino hacia el baño para buscar una toalla, pero un líquido verde cae sobre mí al abrir la puerta.
─¡Su puta madre! ─ grito furiosa quitándome el resto de líquido de mis ojos, me doy vuelta y Matt está riéndose nuevamente, camino hacia él y mancho todo su rostro de lo que sea esto.
─¡Venezia! ─ me regaña, me río y lo abrazo, manchando toda su ropa.
Detrás de nosotros se escucha el sonido de un disparo de cámara, volteamos y la vemos riendo y tapándose su boca para no hacer ruido, Matt y yo nos vemos, sonreímos, ella nos mira y deja de reír y nosotros rápidamente corremos hacia ella, trata de escapar pero Matt la sujeta de las mano y yo rápido de las piernas.
─¡Venganza limpia! ─ grita Matt.
─¡No lo hagas. Haré que mis gatos vomiten sobre ustedes! ─ grita ella. Nosotros la llevamos hacia donde había caído el balde con la cosa verde y ella comienza a patalear.
─¡Lo siento! ─ dice ella, Matt y yo nos miramos y estamos a punto de bajarla, pero ella vuelve a hablar ─, pero por esto. ─ de su bolsillo saca un control y lo presiona, cierro mis ojos y siento como cae algo encima de mí y luego algo suave que se adhiere.
─¡Miércoles! ─ grito, Matt está igual que yo, pero la niña aprovechó nuestro descuido y salió de la habitación y corrió hacia la puerta principal.
Matt y yo comenzamos a correr detrás de ella y sí, lo que pareciera es que la queremos secuestrar, pero sólo quiero clavar mis manitos en su cuello y hacerle cariño hasta el sueño eterno.
─¡Por aquí!
Sigo a Matt hasta un callejón sin salida, pero no la vemos. Nos adentramos más y buscamos por todas partes, pero nada. Sólo quedaba el contenedor de basura.
─Ponte al lado y yo arriba. ─ dice Matt subiéndose al de al lado ─. ¡Aquí no hay nadie, Venezia. Vámonos!
Trago saliva y escucho como se mueve todo dentro del contenedor hasta que se abre la tapa y su cabeza negra sale sonriendo como si nada, sale despacio y Matt baja rápido y la trata de atrapar, pero se le resbala, salgo y ella choca con mi cuerpo y grita.
─¡Me quieren matar, ayuda! ─ grita ella. Ruedo mis ojos y Matt la sube a su hombro derecho y partimos hacia su casa.
Ella sigue gritando, sólo que ahora las personas nos están mirando con el ceño fruncido y susurrando cosas negativas, no hago caso pero Matt estaba apretando su mandíbula y sosteniendo al demonio éste.
─Joven, le voy a pedir que baje a la pequeña si no es familiar.
Matt la baja con cuidado y yo sujeto su mano. El policía levanta su ceja y nos mira asqueado por cómo luciamos.
─Nos ha jugado una mala broma, oficial. Ella está a nuestro cargo ─ digo. ─ además, ¿por qué querríamos a una niña traviesa que nos ha hecho rabiar la hora que estamos con ella?
Matt no dice nada, está molesto.
─Bien, pueden irse. Pero con cuidado que aquí la mala lengua habla demasiado y no querrías tener rumores de secuestro infantil, ¿no? ─ dice mirando a Matt, él lo ve directo a los ojos y cierra sus puños, yo pongo mi mano en su espalda.
─Gracias. Ya nos vamos.
Tomo la mano de la pequeña, que lucía un poco asustada y la de Matt, que estaba demasiado molesto pero se calma al verme y comienza a reír.
─Tu estás igual que yo, no te quejes.
Caminamos hacia la casa de las chicas y preparo el baño para esa niña. Se ha ensuciado toda en el contenedor de basura.
─Perdón por lo de hoy ─dice ella jugando con su cabello y la cabeza hacia abajo.
─Te perdonamos ─ le doy una pequeña sonrisa y ella me abraza y se separa rápido.
─Fueron los mejores niñeros.
Me río y salgo dejando que ella se bañara tranquila. Matt estaba cocinando algo que olía bien, llego hacia él y le doy un beso.
─Siento lo de hoy.
Él me da una especie de sonrisa sin forma.
─No te preocupes. Fue divertido al principio.
Le ayudo preparando la cena y luego ayudo a la niña a secar su cabello, ella huele la comida de Matt y corre a la mesa, él le sirve y ella le agradece con la mirada. Es conmovedor esto.
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