Capitulo 11
Maratón 3/3.
Jimin pasó con delicadeza su bálsamo de durazno por sus labios haciendo que estos resaltaran más y brillaran levemente. Con sus dedos acomodo sus cabellos y deslizo la bata blanca por completo quedando completamente desnudo. Observo su cuerpo con una leve sonrisa al notar como por primera vez en tantos años su piel se encontraba completamente limpia y sin rastro de algún golpe, sus clavículas se marcan y sus lunares resaltan en su blanquecina y suave piel.
El castaño solo podría repetir ''gracias'' en su mente con la figura de Yoongi en ella. Jimin soñaba con él, pensaba en él y preguntaba por él, como si el pequeño estuviera enamorado de aquel. Jimin amaba abrazarlo y asentir su aroma tan varonil inundando sus fosas nasales, amaba besar su mejilla o lo cursi que Yoongi llegaba a ser con él.
Jimin estaba cayendo en las redes de Yoongi.
Jimin no sabe que es estar enamorado.
Jimin quiere entregar su corazón a Yoongi, por qué él ha deja todas sus esperanzas en él. Jimin piensa que él le sacara de ahí, que le dará una mejor vida y le hará sentir completo.
Ya era tarde, sus ojos pesaban y bostezos se escapaban de sus labios. Con sus manos restregó sus ojos y empezó a bajar las escaleras mientras se tambaleaba por el sueño. Vio como sus padres se encontraban ya en la mesa platicando con energía riendo y tomando una copa de vino, los adultos al mirar a su hijo guardaron silencio y se colocaron serios al instante.
Jimin se sintió rechazado en ese momento.
—Buenas noches... —murmuro en voz baja para luego tomar asiento al frente de sus padres.
—Buenas noches hijo, ¿Podrías esperar un rato para cenar? —dijo el señor Park con una sonrisa. Su esposa le miro confundida al igual que Jimin ya que no esperaban ninguna visita—Hoy nos acompañara el hijo de los Min a cenar y sería de mal gusto empezar sin el invitado.
—¿Yoongi? —la señora Kim se alteró y miro con completo asombro a su esposo. Jimin bajo la mirada y sonrió al escuchar aquel nombre que tanta tranquilidad le causaba—Pero él no pued...
El timbre sonó llamando la atención de los tres presentes en la mesa, Jimin se levantó y se dirigió a su padre—Yo le abriré. —dijo con nerviosismo para dirigirse a la puerta.
Jimin no pudo evitarlo, apenas giro la perilla y visualizo a Yoongi este se lanzó a abrazarle. El mayor sonrió al instante y le correspondió, admirando como los pequeños brazos de Jimin le rodeaban la cintura y su rostro se ocultaba en su pecho—Buenas noches conejito. —susurro en su oído mientras acariciaba con dulzura su cabello castaño.
—No viniste a verme hoy, te extrañe. —murmuro tímido y ocultando un gran sonrojo en el pecho de Yoongi aun sin separarse.
—Lo siento pequeño, la empresa me necesitaba pero ya estoy aquí. —Jimin sintió como Yoongi besaba su frente con dulzura mientras el asentía tímido.
—¡¿Por qué tardas tanto, Jimin? —se escuchó una voz femenina dentro de la casa por lo que Jimin se separó del pálido con rapidez con el miedo de que su madre los viese así. Yoongi revolvió su cabello y entro junto con el menor el cual le acompaño donde todos se encontraban—Jimin, ¿Podrías irte a tu habitación? Luego te llevare la cena si así lo deseas. —soltó mirando a la pareja que entraba en el gran comedor.
—Yo... q-que tengan buena noche. —hizo una leve inclinación a punto de salir de ahí. Yoongi tomo su mano y le detuvo. Contuvo las ganas de reír al ver la reacción de la mujer frente ellos.
—Vamos, él no tiene por qué irse. Que se quede, ¿No cree señor Park? —miro burlón a la madre de Jimin, esta fruncía el ceño y golpeaba la mesa con sus dedos tratando de tranquilizarse.
—Es cierto mujer, que se quede. —Jimin agradeció y se sentó donde antes aunque ahora con Yoongi a su lado el cual tomo su mano por debajo de la mano evitando que sus padres se dieran cuenta. Jimin las miro y sonrió, llevo su mano libre hacia su rostro y lo tapo al sentir como sus mejillas tomaban un poco de calor.
—Que bien se ve la cena, ¿Acaso la cocino Jiminie? —pregunto el pálido tomando una leve porción de la ensalada frente suyo.
—Sí, él la ha cocinado pero ¿Cómo sabes que fue Jimin? —pregunto el hombre empezando a comer y con el ceño fruncido por la confusión.
—Él ha ido a mi casa y ha cocinado junto con Chae, todo lo que hace esta delicioso. —mintió mirando de reojo a Jimin.
El pálido no podía dejar de sonreír al mirar a Jimin. Le encantaba ver lo nervioso que se colocaba cuando tomaba su mano, le decía cumplidos o fijaba su mirada en él. Le hacia reír ver como Jimin tomaba todo con torpeza las cosas y temblaba su mano al tomar los tenedores—Tranquilo Jiminie —susurro en su oído, el castaño solo asintió y respiro profundo.
La señora Park solo ideaba algún plan para alejar a Jimin de ahí, sus nervios aumentaba al igual que su odio por Yoongi. Odiaba ver como el pálido veía a su hijo y Jimin actuaba tan conforme con él, como le susurraba cosas al oído y Jimin solo bajaba la mirada y ocultaba su rostro con su brazo.
La mujer sentía tanta rabia en ese momento, se arrepentía de no haber castigado a su hijo en esas semanas. Ella pensaba que Jimin había bajado la guardia y por eso su manera de comportarse así con Yoongi, de no tener miedo al estar junto a el a pesar de la advertencia de su madre el día que conoció al moreno.
La señora Park iba a castigar a Jimin luego de la cena, lo golpearía de nuevo y le enseñaría quien era la que mandaba ahí y lo que debía o no hacer.
—Oh vaya, sería una fantástica idea. Juntar nuestras compañías luego de la boda de Chae y Jimin... aunque no ha pensado que podría ser que ese día nunca llegue, que Jimin no se case con mi hermana y todos sus planes se arruinen. —soltó Yoongi tomando del té frente suyo.
—¿Qué supone Joven Min?
—Nada en realidad, solo son simples suposiciones. Pero es una idea muy buena señor Park, aunque también tiene sus contrarios. —dijo Yoongi serio, pensando las pérdidas que podrían obtener con la unión de dos grandes potencias de corea—¿Tiene alguna idea de cómo manipularíamos tales proyectos? Porque creo qu...
—Lo siento por interrumpir esta importante conversación pero Jimin y yo nos retiramos. —la señora Park se levantó de su asiento y tomo el brazo de su hijo con rudeza, Jimin soltó la mano de Yoongi y se aferró a su brazo cerrando sus ojos con fuerza—Jimin, vayámonos ahora. —gruño y apretó el delgado brazo de Jimin.
—¡Mujer suéltalo! —se levantó el señor Park con impotencia y azotando sus manos contra la mesa ya que no quería que su compañero de negocios notara el maltrato que mantenían hacia Jimin.
—Señora suéltelo, ahora. —dijo Yoongi con completa ira al escuchar los leves quejidos de Jimin al ser mangoneado con fuerza—¡Suelte a Jimin! — Yoongi alzó la voz y se levantó de su asiento por igual para tomar a Jimin y abrazarlo al notar que lagrimas empezaban a salir de sus ojos y empezaba a sollozar.
—Vamos arriba, si no me sigues te ira peor Jimin. —el castaño soltó a Yoongi y lo aparto, miro a su madre para pedirle perdón a el pálido y luego seguir a su madre, pero fue interrumpido cuando sintió un fuerte dolor en su mejilla derecha. Su madre le había brindado una cachetada a su hijo.
Yoongi se quedó en completo shock al ver tal escena, preguntándose como una madre se atrevía a golpear a su hijo y haciendo que la rabia apareciera en su cuerpo al instante. Todo el salón se quedó en silencio tras el sonido del golpe. El señor Park fue el primero en reaccionar, corriendo hacia su esposa y tomándole con rudeza del brazo. Yoongi había dejado de prestar atención a su alrededor y posándola únicamente al chico entre sus brazos qué lloraba con fuerza y mojaba su camisa con sus lágrimas.
—Me q-quiero ir Hyung... por favor. —dijo Jimin entre sollozos. Yoongi reacciono al instante y tomo a Jimin de la mano para salir de la casa y llevar a Jimin al patio trasero.
El silencio les gobernó, Yoongi abrazo a Jimin y lo sentó en el pasto verde para luego sentarse frente a él y apartar sus manos de su rostro así observando la mejilla del menor y notar el rojo que le tintaba, sus ojos rojos y sus lágrimas mojando su pequeño rostro. Las manos del mayor se colocaron en sus mejillas y las acariciaron con dulzura, Jimin cerro sus ojos y sollozo en volumen bajo acercándose a Yoongi y ocultando su rostro en su cuello.
A su alrededor únicamente se escuchaba el cantar de los grillos, y la frescura del ambiente gobernó sus cuerpos haciendo que sus respiraciones agitadas mostraran ese humo blanco salir de sus bocas.
—Todo estará bien, lo prometo. —le susurro con voz grave y firme. Yoongi metió sus manos a su saco y saco una cajita color negro—Yo quería darte esto, Jiminie. Siempre que estés triste o te sientas solo podrás mirarlo y quiero que me recuerdes al verla. —murmuro mientras colocaba un brazalete en su muñeca derecha. Jimin se sentía avergonzado por lo recién escuchado, pudo observar como Yoongi jalaba la manga de su saco y le mostraba un mismo brazalete. El castaño se sintió especial en ese momento por los objetos que ahora los dos compartirían—¿Me prometes que lo harás, pequeño? —Jimin asintió y coloco sus manos en el cuello de Yoongi con delicadeza y con sus mejillas tintadas de rojo.
El corazón de Jimin empezó a latir rápido por el miedo y los sentimientos mezclados del momento, Jimin acerco su rostro a la mejilla de Yoongi sintiendo como sus respiraciones chocaban, se mantuvieron quietos pero cerca. Yoongi aprisiono a Jimin con sus brazos de manera posesiva, inclino ligeramente su cabeza al momento de que Jimin corrió de su mejilla hasta sus labios quedado tan solo cinco centímetros de distancia. Las manos de Jimin apretaron la camisa de Yoongi y sus ojos se cerraron con fuerza.
Sus labios por fin se juntaron...
Los labios de Jimin se deslizaban con torpeza sobre los de Yoongi, aun con sus mejillas mojadas y sonrojadas. Yoongi sentía sus labios suaves moverse sobre los suyos, sus manos dirigiéndose a la mejilla del menor acariciándola sin romper aquel dulce beso. Sonidos húmedos al momento que sus labios se juntan y separan repetidas veces.
Se separaron, Jimin tímido, evitando mirar a Yoongi a los ojos. Jimin estaba tan avergonzado que sentía que podría llorar de nuevo, pero también se sentía feliz. Sintió su corazón latir con fuerza por primera vez en su vida mientras ocurría un beso. Jimin siempre pensando que un beso era algo normal, donde no sentías ninguna emoción especial. Pero con Yoongi había sido diferente, sus mejillas ardían con fuerza y sus manos temblaban, por primera vez se había sentido avergonzado al realizar aquella acción cosa que con Chaeyoung no ocurría.
Por fin, observo a Yoongi, se centró en su sonrisa adornada por sus hermosas encías y su mano acariciando su mejilla con dulzura. Ahí Jimin se dio cuenta que esto eras algo más fuerte, que Yoongi era diferente a su hermana al igual que sus sentimientos, y que no podría alejarse de aquel hombre con facilidad.
Por qué Jimin se dio cuenta de que lo quería y que desde ese instante él le había entregado su corazón por completo.
Se acabó el maratón :), nos leemos despues.
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