9💍
Kieran despertó, bueno… esa palabra no era la correcta, ya estaba despierto, quizá había dormido sólo unas dos horas, seis contando los tres últimos días compartiendo cama con su marido.
Zack parecía estar en la misma situación, pero ninguno daba su brazo a torcer, esto era lo peor de que ambos fuesen hombres, ninguno se rendiría mientras el otro no lo hiciera.
Kieran se dio un baño rápido y bajó, para su sorpresa el desayuno ya estaba listo, obra de Zack aparentemente teniendo en cuenta los sándwiches. Mary y Leslie escogieron ese momento para salir de su habitación y se sentaron a la mesa, Mary le tocó la mejilla.
—No luces bien.
—Gracias, mujer, es lo que todo hombre quiere escuchar en la mañana —Leslie mordió su bocadillo y habló con la boca llena.
—Sí, te ves patético, igual que Zack —Zack, quien estaba sentándose en ese momento frunció el ceño mirándolas.
—Ni siquiera dan los buenos días y ya se están metiendo con nuestro aspecto —gruñó mordiendo su pan, Kieran también empezó a comer.
—¿Qué es lo que tanto hacen que no duermen? No, esperen… no me digan.
—No seas pervertida, simplemente no pudimos dormir.
—Claro —replicó.
—Hoy asistiremos en la noche a una cena, la cuidadora se quedará con ustedes.
—Bien, será noche de chicas —Kieran levantó las cejas.
—No pongan la casa patas arriba.
—Lo intentaremos, ahora coman y váyanse, son más de las ocho.
—¿QUÉ? —exclamarón al unísono, Leslie se colocó una mano en la boca.
—Oh, ¿no lo sabían?
—Maldita sea —Kieran corrió a la habitación, aparentemente Zack lo siguió, ni siquiera habían podido terminar el desayuno.
Zack comenzó a vestirse lo más rápido que podía paseándose de aquí para allá, Kieran le ayudaba ofreciéndole una prenda de vez en cuando. Una vez listos, al menos casi listos, Kieran se sentó en su lado de la cama y se colocó el reloj, este marcaba exactamente las seis y cincuenta.
—Zack…
—¿Qué? Voy lo más rápido que puedo.
—Son las seis y cincuenta —Zack se paralizó.
—¡Esa arpía! —gruñó, luego salió del cuarto con la corbata colgando, la camisa medio abierta —¡¡Leslie, no eres jodidamente graciosa!! —escuchó que le gritaba, Kieran se carcajeó, en serio esa mujer no perdía oportunidad de molestarles.
—No sé cómo es que cabe tanta malicia en un cuerpo tan pequeño —Zack regresó, su camisa al menos ya estaba abotonada, Kieran lo ayudó con la corbata ya que estaba completamente vestido—. Gracias —murmuró mirando a otro lado, Kieran notó que no estaban demasiado cerca, pero de todas formas Zack se sonrojó, eso ocurrió con frecuencia los últimos días.
Kieran le colocó una mano en la frente, Zack frunció el ceño.
—¿Qué?
—¿No estarás enfermándote?
—Estoy bien, vámonos de una vez.
Kieran caminó tras él y subió a su auto, Zack salió primero. En serio tenían que arreglar esta situación o se volverían locos por la falta de sueño, Kieran en particular no podía dormir por miedo a que sucediera algo mientras dormían. Los accidentes eran peligrosos, sobre todo ahora mismo cuando aún no podía definir la extraña relación que tenía con Zack.
Zack ignoraba el hecho, pero él no podía dejar de pensar en ello, en su boca, sus caricias, debía estar volviéndose jodidamente loco.
¿Pensar en los besos de Zack? Dios mío. ¿Qué rayos sucedía con su cabeza? Era un imbécil al cual no soportaba, que estuviese pensando cosas tan estúpidas sólo quería decir una cosa.
Necesitaba liberar un poco de estrés.
Kieran comenzó a manejar luego de decidir esto, debía relajarse, todos estos problemas con Zack estaban influyendo considerablemente en su cabeza, no era que le gustaran los hombres.
Las horas de trabajo fueron más lentas de lo que esperaba y ni siquiera tuvo cinco minutos libres para poder llamar a alguien y quedar, definitivamente no sería esta noche.
—¿Ya podemos irnos? —preguntó Zack entrando a su oficina.
A diferencia de esta mañana llevaba un traje azul oscuro, una camisa azul claro y una corbata blanca, su pelo rubio aún estaba revuelto y húmedo por la reciente ducha.
Se veía realmente atractivo.
Kieran pestañeó y tachó esa frase en su cabeza, no acababa de pensar eso, bueno… si lo había hecho, tampoco estaba mal decir que era atractivo, sencillamente estaba chequeando a su adversario.
—¡¡Kieran!!
—¿Por qué gritas?
—Porque estas ignorándome —dijo Zack cruzando los brazos, Kieran miró hacia la ventana, el cielo estaba despejado.
—¿Qué decías?
—¿Ni siquiera te has bañando?
—No, lo haré rápido, espérame —Kieran fue a su propio baño personal, en estas ocasiones se alegraba un poco del derroche de dinero, tiró la ropa a un lado y abrió la llave de agua caliente.
Kieran suspiró y cerró los ojos, inconscientemente pensó en Zack, en la última noche de borrachera, su boca inexperta alrededor de él, los besos bruscos y pinchosos sobre su piel.
Kieran gimió, ¿Cuál sería la situación si hubiese cedido a lo que Zack quería? ¿hubieran llegado al final? Espera… ¿Qué significaba para ellos llegar al final? Kieran se tensó pensando en ello, eso estaba definitivamente fuera de la ecuación, sin embargo, gruñó viendo la reacción de su entrepierna a sus locos pensamientos.
¿En serio estaba dispuesto a dejar que Zack lo follara?
¡Joder!
¿Qué carajo eran estos pensamientos?
¿Por qué estaba pensando en esto ahora?
Quizás fue culpa del aspecto de Zack, el cabrón se veía realmente sex… vale, no terminaría ese pensamiento, ni en broma.
Necesitaba urgentemente follarse a alguna tía, ¡pero ya!
—Joder, Kieran, ¿Qué acaso te estas masturbando? Sal de ahí ya —nada mejor que el tono enojado de Zack para matar una erección, aunque esta vez no ayudó en nada, Kieran gimió de frustración.
—Zack, espérame en el auto.
—Bien, sólo apúrate con el problemilla —gruñó de malhumor, Kieran comenzó a entrar en pánico cuando su erección se endureció aún más.
¿En serio estaba excitado por Zack? Esto era una gran locura.
……
Zack miró a la persona que acababa de entrar y chasqueó la lengua, llevaba más de media hora esperando a Kieran, eso sin contar los quince que estuvo esperándole en su oficina.
—Vamos, conduce.
—¿Tenías que demorarte tanto cuando sabías que estaba esperándote?
—Sólo fueron unos minutos, no le des demasiada importancia.
—Kieran, llevo cuarenta y cinco minutos esperando por ti —gruñó, Kieran se encogió de hombros.
—Fui lo más rápido posible.
—Eres tan… ¡ugh! Olvídalo, no vale la pena enojarse.
—Ya estás enojado —recalcó como si no fuese suficiente.
—Cállate.
—Con ese humor nadie te soportará por mucho tiempo.
—No me hace falta semejante cosa.
Zack condujo todo el camino en silencio, por suerte Kieran tuvo la decencia de entretenerse en su teléfono. Una vez en el lugar pisó el freno y salió del auto, Kieran hizo lo mismo y se estiró luego de guardar el teléfono en el bolsillo del saco.
—¿Preparado? —murmuró mirándolo, Zack torció los ojos y se aferró a su brazo, ya que estaban aquí debían hacer un buen espectáculo al menos.
El interior era cálido y adornado ligeramente, todos se paseaban de un lugar a otro, Zack odiaba estas fiestas de estirados y extrañaba bastante sus fiestas universitarias secretas. Sus padres podrían morir de un ataque si supieran algo de ello.
—Oh, no pensé que vinieran, ya es un poco tarde —dijo Carolyn taconeando en su dirección, Carolyn era algo así como una amiga de infancia, Zack sonrió de medio lado.
—Mi esposo debe acicalarse, ya sabes, debe mantener toda esa belleza —el punto era molestar, pero no pensó que realmente serviría, Kieran se ruborizó mirando a otro lado.
—Eso es tan tierno —chilló con una risita.
Zack arqueó una ceja.
¿Qué era lo que pasaba con todo el mundo que ahora habían decidido que eran tiernos? Esto empezaba a ser un poco desconcertante.
—Ven conmigo, te presentaré a alguien —dijo jalándolo con ella, Zack se deshizo del agarre de Kieran y caminó con ella.
—¿Y este alguien es…?
—El representante de industrias Tesler.
—¿Por qué me llevas allá?
—Ellos quieren negociar, él me pidió que los presentara —Zack hizo una mueca, eso no tenía mucho sentido, Carolyn se detuvo frente a un hombre de más menos veintitantos años, cabello castaño y ojos profundamente azules, lo señaló—. Aquí tienes a uno de los personajes.
El hombre dio su agradecimiento con un movimiento de cabeza y Carolyn desapareció.
—Buenas noches señor Mallot, soy Kurt Tesler —Zack le estrechó la mano.
—Sólo Zack, ¿eres hijo de…?
—Sip, en carne y hueso.
—Si no es muy descortés, ¿puedo preguntar qué quieres? Lo siento, pero sé que tu padre no está interesado en hacer negocios con Mallot & Tolkien, lo dejó muy claro la última vez que me reuní con él —Kurt sonrió con altanería.
—De hecho, mi padre no ha cambiado de parecer, cree que unirse a ustedes acabará devorándonos por completo, algo en lo que desgraciadamente tiene razón.
Zack mordió su labio inferior.
—Entonces…
—Sólo quería una excusa para hablar contigo.
—¿Eso para…? —Kurt sonrió por lo bajo y le acotejó el pañuelo del bolsillo como un gesto casual.
—Resulta que eres tremendamente atractivo y mi tipo —Zack arqueó una ceja.
—Eres muy valiente haciendo eso con mi marido alrededor.
—No creo que él esté demasiado interesado en lo que hablamos teniendo en cuenta lo que hace —dijo mirando hacia atrás, Zack miró sólo para saciar su curiosidad.
Kieran estaba riéndose con una mujer de cabello rubio, luego se acercó un poco y colocó uno de los mechones de su pelo detrás de la oreja, por si no fuera poco se acercó y le susurró algo al oído.
Zack tragó e intentó ignorar su estómago revuelto.
—¿De verdad le eres fiel a semejante hombre?
—No te incumbe algo como eso —Kurt le acarició el cuello simulando que arreglaba su traje.
—Si quieres probar suerte estoy aquí, llámame cuando quieras, estaré disponible las veinticuatro horas sólo para ti —dijo tendiéndole una tarjeta, Zack la tomó sin la intención de utilizarla, Kurt tomó su mano asustándolo por un momento, luego dejó un beso sobre sus nudillos.
Se sonrojó debido a eso, era la primera vez en esta situación.
—Nos vemos.
Zack mordió su labio inferior, guardó la tarjeta en su bolsillo y caminó hacia Kieran, el muy hijo de puta siempre tenía que hacer cosas como estas cuando estaban rodeados de personas.
Cruzó de brazos quedando justo detrás de Kieran, este por supuesto no lo notó, sin embargo, la pequeña rubia si lo hizo, su semblante se tornó pálido de un momento a otro.
—Eres muy hermosa, ya te lo había dicho ¿no?
—Yo… —ella no sabía qué hacer, Zack decidió ayudarla, aunque no lo merecía.
—Si quieres puedo pedir una habitación para ustedes —Kieran se puso tenso y giró casi en cámara lenta.
—Zack…
—Esto es una tremenda sorpresa, ni siquiera esperas veinte jodidos minutos sin mi presencia para poder ligar —gruñó enojado, Kieran jadeó.
—No estaba ligando.
Zack se carcajeó sin nada de humor.
—¿En serio? Eres tan cínico y mentiroso que deberías estar orgulloso de ti mismo.
—Baja la voz —dijo mirando alrededor, Zack torció los ojos.
—Vete al carajo, Kieran —gruñó.
Zack se retiró, Kieran estaba detrás de él, podía escuchar los cuchicheos alrededor haciéndose más fuertes, Zack mordió su labio inferior y subió al auto una vez llegó. Kieran se sentó a su lado.
—¿Crees que lo que hiciste estuvo bien?
—Voy a conducir, si quieres quédate, pero si te vas conmigo no abras la boca, no quiero tener un accidente por ir peleando con una persona como tú.
Kieran lo fulminó con la mirada, pero hizo caso a su orden, el problema vino una vez atravesaron la puerta.
—Eres un completo imbécil —masculló Kieran viéndolo con odio, Zack resopló con ironía.
—Ambos sabemos eso, no tienes que recordármelo cada cinco segundos.
—Y tú no tienes por qué hacer esas escenas cada vez que salimos, la prensa nos despellejará —Zack gruñó.
—Me importa un carajo la prensa.
—Chicos —murmuró Leslie una vez salió, Mary se asomó un poco, pero Zack no tenía tiempo de pensar en ellas, no cuando tenía el problema frente a él.
—No tienes derecho a hacerme estos espectáculos.
—Por supuesto que no, pero yo no tendría que hacerlos si no fuese porque eres un jodido promiscuo —replicó enojado, estaba cansado de ser siempre el que parecía un jodido celoso.
—No estaba haciendo nada, Zack.
Zack se carcajeó.
—¿No? ¿Cómo tienes cara para negarlo siquiera? Te vi, y para colmo te escuché. Ese es el problema contigo, coquetear es parte de tu naturaleza y lo peor es que lo haces cuando yo estoy presente, te lo dije, no me importa tu vida personal siempre y cuando no me afecte.
—Has hecho este lío por una tontería.
—No es una tontería y lo sabes.
—Para ti, coqueteo cada vez que hablo con una mujer, evidentemente no puedo hablar con mujeres ahora.
—Eres un cabrón, no seguiré aguantándote.
—Genial, tampoco quiero hacerlo, estoy cansado de fingir que somos un matrimonio y de que tengo algún tipo de cariño por ti —Zack no supo porque su pecho punzó luego de oír esa frase, sin poder evitarlo lo tomó de la camisa y lo empujó contra la pared.
—Gilipollas, ve a dormir a tu cuarto, yo me quedaré con la habitación principal.
Zack subió, su frustración era increíble, ¿él era el único que podía cansarse de lo que hacían?
No era estúpido, ahora resulta que no estaba haciendo nada, una cosa era que lo hiciera a sus espaldas, pero ¿públicamente? Eso sí que no lo aguantaría, él no estaba celoso, eso era absurdo, él no gustaba de alguien como Kieran.
Eso nunca.
Kieran era un imbécil al que simplemente era imposible amar.
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