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5💍

Kieran no podía pensar en los motivos de por qué esto estaba mal, sentía el peso de Zack sobre él y su lengua lamiéndole el cuello, tampoco era bueno que ese fuese su punto sensible.

Zack lo miró, su pelo perdió la forma y comenzaba a caer sobre su frente, ojos cafés, Kieran le acarició la mejilla pensando que bien podía ser su tipo.

Había algo excitante cuando pensaba en follarlo, Zack puso su furiosa mirada sobre sus labios y Kieran no pudo evitar gemir, su esposo le lamió el labio inferior.

—No sigas haciendo eso.

—¿El qué? —murmuró.

Zack lo miró, sus ojos reflejaban hambre, a Kieran no le importaría ser el aperitivo de esta noche.

—Gimiendo así, no me digas que también haces eso con las mujeres.

—¿Y eso qué importa?

—Importa —afirmó acariciándole los labios.

Kieran mordió suavemente su dedo índice evitando el movimiento.

—¿Y eso por?

—Porque me da ganas de besarte.

—¿Y qué estás esperando?

Zack no necesitó más incentivo que ese, bajó la cabeza y juntó sus labios, Kieran lo agarró del sedoso pelo rubio que tanto le gustaba y lo que empezó como un simple toque se tornó una competencia de animales hambrientos.

Kieran cambió de posición dejándolo a él contra el colchón y apretó con fuerza su cintura, Zack le mordió el labio inferior antes de separarse.

—Eres bueno en esto.

—Tampoco estás tan mal —murmuró besándolo otra vez.

Zack hizo un ruido parecido a un gruñido, Kieran le besó detrás de la oreja y siguió dejando besos por su cuello.

Eso fue lo último que hizo esa noche, luego se quedó profundamente dormido.

......

Kieran pestañeó entre la oscuridad de la habitación, los brazos alrededor de su cintura estaban fuertemente apretados, el dolor de cabeza era intenso, Kieran se giró hacia la persona a su espalda y tragó un gemido de sorpresa.

Zack dormía profundamente, por supuesto que habían compartido la misma cama, pero nunca despertaron cerca el uno del otro.

Su esposo abrió los ojos poco a poco, Kieran quería alejarse antes de que le diera un golpe, pero no pudo hacer ni un solo movimiento, aunque esta situación era claramente su culpa, Zack era quien estaba abrazándolo a él.

Kieran se alejó un poco en cuanto Zack quitó sus brazos, parecía lo suficientemente en shock como para no decir nada aún.

—Dime que no hicimos nada anoche.

—No lo sé, creo que no — murmuró mirándole el cuello.

Kieran sinceramente deseaba que esos chupetones no fueran producto suyo, lo mejor en esta situación era hacer como que lo había olvidado.

—Yo tampoco lo recuerdo y espero no hacerlo —gruñó Zack poniéndose de pie.

Kieran perdió el aliento al ver marcas rojizas en su cadera, en serio lo mataría una vez se mirara en el espejo.

Zack se perdió en el baño y él se sentó en la cama para permitirse entrar en pánico, lo recordaba, Zack admitió que deseaba besarlo, y a Kieran no le importó hacerlo.

¿Qué debía hacer?

¿Irse silenciosamente, tirarse por la ventana para ahorrarle a Zack el asesinato?

Dios mío, no sabía qué carajo hacer y...

—Deja de hacer caras estúpidas y ve a bañarte, necesitamos irnos urgentemente de esta mierda de hotel, estoy seguro de que me drogaron anoche.

¿Era posible que Zack no recordara nada de lo que había pasado anoche, o simplemente se estaba haciendo el tonto igual que él?

Bueno, eso no importaba ahora mismo, fue a bañarse y caminó bastante lejos de Zack, sólo por si acaso.

Kieran abrió la llave de la ducha y comenzó su trabajo mientras pensaba, ¿lo que pasó anoche quería decir algo, acaso era gay?

Zack tenía todas las características que buscaba en una mujer, no, más bien, estuvo buscando mujeres parecidas a él.

¿Sólo era para quitarse la picazón que sentía por él?

Kieran en serio estaba entrando en pánico, pronto tendría que ponerse a respirar en una bolsa de cartón como en las películas, nunca sintió nada extraño por un hombre, al menos no que recordara, el día de la boda besó a Zack y simplemente pensó que no era muy desagradable.

Por supuesto, no fue como besar a una mujer y eso en el fondo fue un tanto excitante.

¡Estaba jodido!

¡Comenzaba a ser gay a sus veintinueve años!

—Kieran, carajo, sal de ahí quiero irme —gruñó Zack dando tres toques en la puerta que parecían querer tumbarla.

Kieran dejó de hacer sus acciones automáticas y se enjuagó, luego de cerrar la llave tomó la toalla y salió a buscar algo de ropa.

Zack lo miró con altanería y le tiró un traje blanco.

—Tu novia nos trajo un cambio de ropa —Kieran estuvo tentado de preguntar si estaba celoso como una broma, pero recordó los acontecimientos de anoche y se abstuvo, no necesitaba meter el dedo en la llaga.

Llegar a casa no tomó demasiado, y gracias a Dios no tenían que trabajar hoy, era domingo libre para ambos, lo malo era que se suponía que hoy comenzaban los preparativos para mudarse.

No podían criar a dos niños en un puñetero pent-house.

—En quince minutos saldremos, ponte ropa cómoda y toma todo lo que necesites —Kieran lo miró con confusión.

—¿Qué podría necesitar?

—No lo sé, ¿la cinta métrica?

—Eso lo hacen por nosotros, sólo iré a darme otro baño.

—¿No tuviste suficiente? Casi te haces uno con el agua —Kieran lo fulminó con la mirada.

—¿Algún problema con que me bañe otra vez?

—Ninguno, vete de una vez.

—Imbécil —gruñó, evidentemente Zack lo escuchó.

—Idiota.

......

Zack prácticamente se arrancó la ropa y la tiró al suelo, el espejo frente a él le enseñó los moretones en el cuello y la cadera.

¿Con qué carajo estuvo pensando anoche?

¡Evidentemente con su entrepierna!

"Porque me da ganas de besarte"

¿De dónde salió esa frase tan estúpida, ahora pretendía estar en una telenovela romántica?

Zack se bañó de nuevo, se sentía bastante sucio, sin embargo, podía quitar el olor a alcohol y el de Kieran, pero no borrar los moretones que tenía como prueba de la problemática noche, tampoco podía olvidarlo.

Zack no lo pensaría, haría exactamente lo mismo que hizo cuando descubrió que los gemidos de Kieran lo excitaban, simplemente se haría el desentendido.

No le gustaban los hombres, sólo resulta ser que estar tanto tiempo al lado de este hombre comenzaba a confundirlo un poco.

Tampoco era tan grave.

En la noche saldría y conseguiría a alguien con quien rascarse la picazón.

Zack se colocó ropa cómoda, un jean agujereado y una camisa gris, Kieran ya estaba esperándole cuando salió, Zack le tiró la cinta métrica que había comprado hace unos días con la intención de hacerle una broma.

Kieran arqueó una ceja, pero de todas formas la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón y agarró las llaves del auto.

Una vez abajo y en el coche, Kieran introdujo la dirección que le dictó en el GPS, como el viaje no era tan lejos ni siquiera tuvieron que hablar entre ellos, el incómodo ambiente sólo tuvo que aguantarse por media hora, Zack no estaba seguro de poder aguantar mucho más.

—¿Qué carajo es esto? —gruñó Kieran mirando alrededor.

Zack miró también el lugar, por supuesto que era una total porquería, pero por eso lo escogió, bajándose del auto le ordenó hacer lo mismo a Kieran, él no estaba muy seguro sobre ello y comprendía el motivo.

La casa estaba a medio kilómetro de las demás, eso era bueno, no tendrían vecinos chismorreando todo el tiempo, sin embargo, era el único punto a su favor.

La madera de la cerca estaba tan vieja que comenzaba a quebrarse, la puertecilla se mecía  y hacía ruido cada vez que el viento azotaba provocando que un nuevo pedazo de madera cayera al césped muerto.

Zack agarró la pequeña puerta y la dejó abierta para que Kieran pasara, Kieran dio un paso atrás inconscientemente, lo más probable es que pensara que la casa estaba embrujada.

—Ven aquí, te explicaré por que la escogí —Kieran finalmente se rindió y caminó por el camino empedrado donde faltaban varias lajas.

La casa tenía un jardín grande, a un lado de la casa embrujada se balanceaban dos columpios de hierro que chirreaban, Zack hizo una mueca, pasaría trabajo convenciendo a Kieran de esta decisión.

Un poco más atrás de los columpios había muchísimo espacio para tener algunas mascotas correteando, mucho más en el patio.

Zack cogió las llaves y se dirigió a la casa, apenas puso un pie en uno de los escalones de la entrada se escuchó un ruido quebradizo, Kieran negó.

Zack tiró la piedra rota a un lado y terminó de subir sin más inconvenientes a parte del ruido de la madera crujiendo bajo sus pies, alrededor de la entrada estaban unas barandas que habían perdido todo el color, frente a la ventana cerrada con madera, que se suponía fuera de cristal había un columpio de dos plazas, por supuesto, estaba tan en mal estado como todo lo demás.

Zack finalmente abrió la puerta.

—Este lugar es un desastre ¿En que estabas pensando? —murmuró Kieran a su espalda, Zack se encogió de hombros y miró alrededor.

—No está tan mal, la sala de estar es espaciosa —dijo, luego fue a la cocina y siguió explicando ante la cara atónita de Kieran—. La cocina sólo necesita unas pocas reformas...

—¿Pocas? Hay que echarlo todo abajo.

Zack torció los ojos y agarró su muñeca, luego lo jaló al cuarto que planificó fuera de los niños.

—Ven aquí, este sería el cuarto de los niños, podríamos pintarles el muro con cualquier cosa agradable que queramos, además, la vista del patio vale la pena.

—Zack...

Zack suspiró mirando a Kieran.

—La escogí precisamente por esto, podemos tener una casa a nuestros gustos, si no te gusta la cocina, se echará abajo y se hará como quieras, después de todo serás tú quien pasará más tiempo ahí, los cuartos del segundo piso también se reformarán y el cuarto de los niños lo diseñaremos nosotros, ¿No querías ser independiente a nuestros padres? Bueno, esta es una casa que no escogieron para nosotros.

—Pero. ¿Cuánto tiempo se llevarán estas reformas?

—¿Qué importa eso?

—Tiene que hacerse antes de los dos meses, lo sabes —Zack sonrió y miró por la ventana.

—Lo haremos en uno.

—¿Por qué te veo tan emocionado con esto? Pensé que querías dejarlos con nuestros padres —Zack también lo pensaba, pero comenzaba a gustarle la idea de ser padre.

—No estoy emocionado, ven a ver el patio, es jodidamente grande y hasta tiene un árbol donde los chicos pueden jugar.

Zack se paralizó por un momento. ¿Por qué estaba pensando tan lejos?

¿Acaso no planeaba divorciarse de Kieran, ver crecer a ambos niños junto a él?

Kieran ignoró sus pensamientos y caminó por el patio, a diferencia del frente la hierba estaba tan crecida ahí que le llegaba a las rodillas.

—Es cierto, es espacioso, podríamos tener un perro y hasta un gato.

—Los gatos están prohibidos, soy alérgico.

—¿El perro sí está permitido? —preguntó Kieran entre risas, Zack se encogió de hombros.

—No me molestaría, nunca me dejaron tener uno y de adulto ni siquiera pensé en ello.

—Está bien, tendremos una casa personalizada, un cuarto para los niños que de envidia y un perro. ¿Pero, hasta cuando nos permitiremos seguir con esto?

Zack tragó ante la pregunta, sería un mentiroso si dijera que tenía una respuesta, la idea sobre esta boda nunca fue llegar tan lejos.

El plan era fácil, casarse durante unos meses, mantener la empresa lo más arriba posible por la asociación y cuando tuviesen la estabilidad suficiente junto con la propiedad a sus nombres terminarían divorciándose.

La idea nunca fue sentirse cómodos el uno con el otro, o criar a dos niños.

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