12💍
Kieran despertó con el ruido incesante de su alarma, esta vez nada de chicas alrededor. Se dio un baño rápido y bajó a hacer el desayuno, Leslie le había enseñado a hacer crepes porque eran sus favoritas, así que eligió esos, tampoco era muy difícil luego de varios intentos exitosos.
Zack bajó vestido con ropa formal, su cabello era el único informal en la ecuación peinado hacia un lado, se suponía que hoy llevarían a las chicas a consulta.
—¿No despiertan aún?
—No, iré a despertarlas y me cambiaré de ropa —dijo colocando el desayuno sobre la mesa, Zack lo tomó del brazo cuando estuvo a punto de irse.
—Desayuna primero, Kieran.
—Está bien, no tengo hambre —murmuró con una risita, Zack se sentó a la mesa.
Kieran dio dos toques y como nadie le respondió entró encontrándose con ambas en la cama, intentó despertar primero a la alborotadora, Leslie terminó dándole un manotazo, pero nada de despertar.
Kieran torció los ojos y fue con Mary, al menos ella si despertó luego de destaparla.
—¿Qué pasa? —preguntó restregándose los ojos, Kieran apuntó hacia Leslie.
—¿Podrías despertarla? Tenemos que ir a la clínica.
—Umm…
—Mary, ¿confío en ti para que la despiertes? No te metas en la cama con ella o llegaremos tarde, pueden dormir todo lo que quieran después de la consulta.
—Está bien.
Kieran subió y se vistió lo más rápido posible, ellas todavía estaban en el cuarto cuando regresó a la cocina y Zack había terminado su desayuno.
—Oigan, luego de la consulta tendrán que llevarnos a por un helado —gruñó Leslie sentándose, Zack asintió.
—Lo que quieran.
—También al supermercado, hay que comprar ropa y sostenes.
—Vale, demasiada información, las llevamos y punto.
Leslie se llevó un pedazo del desayuno a la boca y volvió a dejarlo sobre el plato.
—Dios mío ¿Qué es esto? Sabe horrible —gruñó con una mano en la boca, Kieran la miró entrando en pánico, eso se lo había comido Zack y Mary lo estaba haciendo también.
—¿Qué? Pero…
—¡Ugh! —Leslie corrió al baño, Kieran se quedó mirando el desayuno.
No podía estar así de mal, ¿cierto?
—Está bien, no tenía nada de malo —murmuró Zack en su oído acercándose por detrás, Kieran cerró los ojos y sintió su aliento como una caricia, eso había estado sucediendo contantemente los últimos dos meses.
—Iré a ver como está, todo estuvo bueno, Kieran.
Mary fue tras Leslie y Kieran se giró enfrentando a Zack. Estaban realmente cerca, Kieran estaba tentado a moverse sólo tres centímetros y juntar sus labios.
—Gracias —murmuró contrario a sus pensamientos, Zack lamió sus labios y se alejó, antes de hablar se aclaró la garganta.
—Por nada.
—Ya podemos irnos, se siente un poco mejor.
Leslie realmente tenía un día malo, no hizo ni una broma durante todo el camino, sin embargo, sí que hubo interrupciones para hacer que tomara aire. La consulta no demoró demasiado, ambos embarazos estaban cursando sin ningún tipo de problema y luego de salir de ahí caminaron a la heladería.
Leslie pidió helado de menta con chispas de chocolate, Kieran no diría nada sobre eso, pidió fresa para Mary, chocolate para él y limón para Zack.
—Aquí está su helado de menta, pedí que pusieran extra de chispas.
—Gracias —murmuró tomando la primera cucharada, Leslie gimió y luego se agarró el vientre, Zack la miró asustado.
—¿Cuál es el problema?
—Préstame tu mano —Zack lo hizo con recelo, Leslie la colocó en su abdomen.
—Yo… ¿acaba de moverse? —murmuró Zack con una sonrisa, Kieran miró con interés a Mary, ella fingió estar entretenida en el helado.
Kieran suspiró, eso quería decir que no había sorpresas para él, no era demasiado justo.
—Esto es increíble —Zack estaba realmente feliz y eso por un momento fue todo para él.
Espera…
¿Qué?
¿Por qué le importaba la felicidad de ese idiota?
Kieran se peinó hacia atrás y tomó aire, Zack fue un buen apoyo estos dos últimos meses. Eso cambió un poco las cosas entre ellos, sin contar la noche que tuvieron relaciones sexuales.
Leslie tenía razón al decirlo, estaban cómodos el uno con el otro y eso era un verdadero problema ahora mismo. Kieran estaba acostumbrado a que le tocara la mejilla en algunas ocasiones, que le hablara al oído y hasta el roce repentino de sus dedos.
¡Joder!
¿Qué estaba pensando?
¿Eso quería decir que se estaba enamorando?
No. Bueno… probablemente le gustase un poco más que antes, pero no era amor, ¿verdad?
—Kieran…
—¿Qué pasa? —Zack señaló a su helado sin tocar.
—¿Vas a terminarte tu helado?
—No lo quiero —dijo deslizándolo lejos.
—Bueno, entonces nos vamos —increíblemente Mary y Leslie habían terminado el helado mientras él estaba perdido en su mundo.
—Bueno.
Ir de compras fue estresante, algunos curiosos miraban interesados hacia ellos y con ternura cada vez que Mary o Leslie les enseñaban algo que querían comprar. Al final nunca seguían consejo y terminaron comprando lo que quisieron, luego de eso el camino fue bastante agradable, Leslie ya se sentía muchísimo mejor y parloteaba bastante. Eso era bueno para despejar su cabeza de los extraños pensamientos que estaba teniendo.
—Kieran ¿Te sucede algo? Has estado algo ausente.
—Estoy bien.
—Ustedes… ¿Ya son algo?
—Leslie, eso nunca va a pasar —aunque ya se habían dicho la frase cientos de veces su pecho se apretujó ante la seguridad en la voz de Zack, esta vez era distinta y no sabía el por qué.
Bueno…
Lo más probable es que si lo supiera, simplemente era algo demasiado difícil de aceptar, no es que pudiese hacer nada respecto a eso de todas formas.
El camino fue casi eterno hasta que salió del auto dando un portazo y se dirigió a su habitación, otro portazo lo hizo sentir un poco mejor.
—Kieran —Mary llamó y Kieran abrió para ella suspirando—. Si hay algún problema sabes que puedes decirme, ¿verdad?
—No creo que quiera hablar de ello —replicó sentándose en la cama, Mary se sentó a su lado y extendió una mano.
—Préstame tu mano —Kieran lo hizo y ella colocó su mano sobre el abdomen crecido, Kieran esperó, pero no sintió nada—. Está bien, se mueve cuando escucha tu voz.
—¿Mi voz? —Kieran sintió la vibración en su mano y sonrió —. ¿Sientes esto cada vez que hablo?
—Algunas veces.
—Gracias, no sabes lo feliz que me hiciste ahora mismo —dijo dándole un beso en la mejilla.
—Espero que soluciones lo que está molestándote —dijo Mary antes de retirarse de la habitación.
—Yo también, el problema es que no sé cómo —murmuró para sí mismo.
……
A pesar de haber comprado mucha ropa para que estuviesen cómodas, Leslie prefería usar su ropa, eso era bastante gracioso, sin embargo, los cambios de humor no lo eran.
Las clases de maternidad también eran un fastidio, aunque Kieran solía ir más a esas que él, el pobre iba un día con Leslie y el otro con Mary, Zack iba a la empresa y hacía el trabajo de ambos.
Según el ultrasonido tendría un niño, sin embargo, el bebé de Kieran no cooperaba demasiado ya que nunca se había conseguido especificar que sexo sería. Aun no nacía y ya estaba dando problemas.
Idéntico a su padre, ¿no?
—¿Ya hiciste la maleta?
—Todo listo, pueden nacer cuando quieran —murmuró dejando la maleta junto a la otra. Ambas se habían puesto en el maletero del auto de Kieran, ya con treinta y nueve semanas estaban esperando la llegada de los bebés.
—¿Crees que lo haremos bien? —preguntó Kieran apoyándose al auto.
—Lo haremos perfectamente, estamos listos para esto.
—No sé si seré un buen padre —confesó peinándose la larga cabellera hacia atrás, Kieran se veía realmente bien con el pelo así, lo había recortado un poco pero definitivamente estaba… algo que no debía estar pensando ahora mismo.
—No serás uno malo si eso te preocupa, todo lo que hagamos estará bien porque lo haremos pensando en ellos —Kieran sonrió mirándolo, sus ojos brillaron y a Zack le encantó esa mirada, el problema es que no sabía descifrarla.
—Eres…
—¿Qué? —Kieran negó dejándolo con curiosidad.
—Nada, vamos dentro, sabes que ellas nos quieren ahí.
Zack comenzó a caminar y sonrió al ver a Spot asomado a la ventana, sus patas delanteras sobre el marco y los miraba ansiosamente con la lengua afuera.
—Spot también está inquieto.
—Es demasiado dependiente —refunfuñó Kieran.
—Deja a nuestro primogénito en paz, pronto será hermano mayor —Kieran lo agarró del codo e hizo que quedaran frente a frente, se veía muy nervioso.
—Zack… tengo que decirte algo —justo en ese momento Spot comenzó a ladrar mirando en dirección a las chicas y luego a ellos, eso los hizo correr hacia allí.
—¿Qué pasa?
—Mary tiene contracciones —dijo Leslie atropelladamente, Kieran se acercó a ella y la ayudó a ponerse de pie.
—¿Cada cuánto? La última vez fue una falsa alarma —Leslie lo miró.
—Ahora mismo son cada cinco minutos y duran más o menos treinta segundos.
—Iremos al hospital, vamos, camina lentamente —murmuró Kieran para Mary, Mary se tomó la parte baja del abdomen y lloriqueó mientras caminaba paso a paso.
—Duele.
—Sólo caminarás hasta el auto, venga —ambos la ayudaron a llegar, Mary se apoyó en el auto.
—Kieran, aghh, duele.
—Un poco más, baja la cabeza, eso —Kieran se sentó a su lado y Leslie del otro, Zack condujo.
Llegar al hospital fue menos de quince minutos, Mary rompió aguas de camino y Kieran se puso sorpresivamente nervioso, tan nervioso que Mary la mujer calmada de siempre le dio una cachetada para que entrara en razón.
Kieran miró a Mary con sorpresa mientras se frotaba la mejilla y luego se concentró en los ejercicios que había aprendido en clase. Kieran entró con ella en la sala de parto y Zack se quedó fuera con Leslie, ella parecía nerviosa y caminaba de un lado a otro. Eso lo puso nervioso a él.
—Leslie, por favor siéntate —pidió.
—No estoy cansada.
—Leslie mira tú panza, por favor, siéntate de una vez.
—Eres tremendamente molesto —gruñó caminando hacia él, Zack miró en shock el suelo y luego a ella.
—Leslie…
—¿Qué? —gruñó ella de mal humor.
—Creo que has roto aguas —murmuró, Leslie lo miró con horror.
—¡¿Qué?! Oh dios mío, tengo contracciones, pero pensé que era más de las mismas que estaba teniendo últimamente ¿Qué deberíamos hacer?
—¡Doctor! —gritó Zack acercándose con Leslie al primer doctor.
—¿Por qué está pasando esto ahora? —lloriqueó Leslie.
—Respira lentamente, inhala, exhala, todo irá bien —dijo imitando lo que hacía Kieran cuando venían de camino, el doctor trajo una silla de ruedas y Leslie se sentó con cuidado, luego lo fulminó con la mirada.
—Zack, deja de hablarme así o te golpearé —gruñó mientras la llevaban a la sala.
—Joder, es Kieran quien sabe sobre esto.
—Si no le dejaras todo a él, entonces…
—¿En serio vamos a pelear ahora?
—No estoy peleando, sólo digo que… ahghh.
—¿Ahghh? —murmuró mirándola con confusión, Leslie le golpeó el trasero.
—Joder, tu hijo quiere nacer, deja de ser un estúpido —gritó de mala manera.
—No estoy haciendo nada… —Leslie le apretó la mano casi cortándole la circulación —. Hayyy… Leslie, Dios mío, ¿de dónde estás sacando tanta fuerza?
Mientras atendían a Leslie Zack fue vestido con ropas estériles y por fin le dejaron entrar, Leslie ya estaba acostada y respirando con dificultad.
—¿Cómo te va? —preguntó tomándola de la mano, Leslie se mordió el labio inferior y gimió de dolor.
—Hay que esperar un poco más, no estoy lo suficientemente dilatada, tu hijo parece ser tan cabezón como tú.
—¿Ese comentario era necesario?
—Estoy adolorida, sólo sopórtalo, ¿no sabes nada de Mary?
—No, pero todo irá bien, igual que aquí.
—Lo sé…
Leslie gritó asustándolo y el doctor se acercó, miró debajo de la sábana que la cubría y los miró con una sonrisa.
—¿Listos?
—Empecemos con esto —gruñó Leslie apretando su mano.
Si Zack pensó que antes le había agarrado con fuerza estuvo equivocado todo el tiempo.
Nunca debías subestimar a una mujer de parto.
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