¿Una nueva noticia? (epílogo)
Terminada la recepción de la boda los recién casados se dispusieron a festejar su luna de miel, Tsubasa llevo a su ahora esposo a un elegante hotel de cinco estrellas, donde festejarían esa noche especial; ya en el hotel, el capitán de la selección japonesa hablo con las recepcionista para que les indicaran cual era su habitación.
Un joven botón guío a los recién casados a una de las suite residencial, al salir del ascensor Tsubasa levanto en brazos a Taro espero que el chico les abriera para entrar y cerrar la puerta, sin decir nada –Por eso no me gusta atender a recién casados, nunca dan propina- se quejo el chico del servicio mientras regresaba a su lugar.
En lo que eso ocurría en el pasillo, en el interior de la habitación el pelinegro depositaba con ternura a su esposo en la cama –Te ves hermoso- le dijo al mismo tiempo que acariciaba su rostro –No sabes cuánto me costó no lanzarme sobre ti, al verte llegar vestido de novia- le susurraba entre cada beso que le daba en el rostro.
-Tsubi- guío el castaño–Ya no tienes por qué contenerte Tsubi, ahora soy tuyo- le dijo con suma ternura y amor.
-Te equivocas- expreso deteniendo sus caricias –Siempre has sido mío, así como siempre he sido tuyo.
-Tsubi.
Hecho esto Tsubasa continuo besando el rostro, el cuello y la parte del pecho que el vestido le dejaba, en lo que sus manos buscaban a toda costa quitar la molesta prenda, en ese tiempo Taro gemía sin control por las atenciones que le daban su cuerpo y con la poca cordura que le quedaba intentaba desvestir a su chico.
Poco tiempo después Ozora tenía frente a él la imagen más sensual y sexy que hubiera visto o imaginado jamás, la cual consistía en un ojimarrón sujetando las sabanas, vistiendo solo unas braguitas de chica blancas que sujetaban unas pantimedias que le quedaban un poquito más arriba de donde tenía el ligero. Además por la posición que tenía Taro de sus piernas hacia que se viera sumamente tentador para su excitado esposo, Tsubasa trabajo saliva al observar lo que su esposo escondía –Tsubi- pronuncio sensual Taro, pero más que un llamado era una súplica –Te necesito- terminó por rogar.
Las pobres hormonas de Tsubasa Ozora no soportaron eso, por lo que sin más se termino por desvestirse y a su pareja, para besar con lujuria el pecho de su amor, en lo que una de sus manos buscaba el lubricante en el piso; cuando el chico encontró el liquido, su boca ya saboreaba arduamente el sexo erguido de su amor, sin tacto introdujo tres dedos en la sustancia, para después meter dos de una vez en el orificio que deseaba profanar una vez más.
Taro gimió y arqueo todo el cuerpo ante la intromisión de los dígitos, segundos después los dos dedos eran acompañados por un tercero, haciendo que el once japonés se deshiciera por las atenciones que le daban a su próstata mientras que la boca de su marido torturaba su sexo, con poca fuerza empujo a Tsubasa–Pa...ra si no voy... a ter...nar antes- le pidió entre cortadamente por la excitación y su acelerada respiración que le costaba en sobre manera hablar además con las mejillas rojas por la vergüenza y el deseo, Tsubasa beso las sonrojadas mejillas de su esposo con suma ternura –Ya Tsubi- le pidió Taro abriendo más las piernas para que el pelinegro supiera que era lo que quería.
Como buen caballero no se hizo del rogar, baño su miembro con lubricante antes de envestir con una sola estocada la entradita de Taro–Ahhhhhh- fue el gemido de los dos chicos.
Instantes después la habitación era un concierto de gemidos, jadeos y muestras de amor, que terminaron haciendo que ambos chicos llegaran al clímax más enamorados que nunca.
🎀
Tres meses después, cuando las vacaciones de verano terminaron, en los vestidores del Cataluña un joven pelinegro tenía la mirada perdida y en sus ojos se notaba la tristeza que albergaba su alma, al grado que se notaba el esfuerzo que hacía para no romper en llanto – Tsubasa ¿Qué pasa?- pregunto intrigado Gonzalo acercándose a él.
-Me dejo- pronuncio con dolor.
-Oh... Tsubasa m- fue lo único que pudo decirle Omillo antes de abrazarlo.
-¿Qué paso?, ¿Por qué se pelearon?- quiso saber Clemente.
-No, nos peleamos, Taro y yo nunca nos peleamos- aclaro –Solo que me dejo- dijo entrecortadamente Tsubasa, producto del esfuerzo para no llorar.
La cara de los defensas era más que intrigada por qué no entendían que era lo que le pasaba a su joven amigo -¿Por qué dices que te dejo?- cuestionó Gonzalo.
-Regreso a Francia a seguir jugando con el Marsella- los adultos seguían sin entender por qué la tragedia griega del menor –Solo va a regresar los fines de semana- les dijo con pesar -Eso quiere decir que me dejara solito de lunes a viernes- concluyo con melancolía.
-Ay, Tsubasa...- comentaron juntos –Tranquilízate veras que los días pasan pronto y en menos que lo piensas, estará nuevamente contigo.
-¿Ustedes creen?- pregunto esperanzado.
-Sí, ahora apúrate que llegamos tarde al entrenamiento.
Sin muchos ánimos el chico realizo lo pedido y se fue al campo de entrenamiento, al llegar todos sus amigos-compañeros de equipo lo vieron curiosos, ya que no era normal la actitud del joven japonés, Tsubasa por su parte se encontraba en la parte más alejada de todos, deseaba estar con su pena.
En eso el entrenador aparece –Buenos días a todos, hoy tenemos a un nuevo jugador el cual es de intercambio...
-Tenemos un chico nuevo, a ver si pasa la prueba de iniciación- comento uno con malicia.
-Creo que esa ya la pase- aclaro un joven, los presentes se quedaron petrificados –Mucho gusto mi nombre es Taro Ozora y desde hoy formare parte del Cataluña.
-Mi amor- dijo con emoción Tsubasa, mientras que los demás se hacían a los lados para que el joven fuera con su esposo, al llego junto lo levanto en brazos y le dio unas cuantas vueltas, sus amigos sonrieron complacidos al ver que el chico volvía hacer el mismo de antes –¿Por qué no me dijiste? He estado sufriendo por tu supuesta partida- le reprocho.
Taro le dio un beso en la mejilla lo que hizo que al otro el coraje se le acabara –Es que era tu sorpresa- le indicó con carita inocente.
-Bueno, bueno- hablo el entrenador Eduardo –El señor Ozora pidió su cambio para unirse a nuestras filas, le pedí que viniera a la ultima practica para conocer su capacidad y ver si era candidato para formar parte del equipo- la cara de duda de todos –Al principio me sorprendió ya que solo había hablado con él por teléfono y no lo conocía, además que pensé que lo traería algún directivo y no que interrumpiría así el entrenamiento–Taro agacho la cabeza un tanto sonrojado mientras que Tsubasa lo abrazaba como diciendo no pasa nada.
-Ah- exclamaron todos.
-Bueno, las platicas terminaron es tiempo de practicar, den quince vueltas al campo para comenzar el calentamiento- asentamiento por parte de los jugadores –Señores Ozora- los chicos se detuvieron –La única condición que pongo para que sigan juntos, es que si tienen algún conflicto como matrimonio no lo trasladen al campo de juego, les quedo claro.
-Si entrenador- dijeron al unisonó antes de salir corriendo con una inmensa sonrisa en el rostro, ya que nada ni nadie los podría separar.
🎀
Dos años después, en un respetado hotel de Japón, un grupo de jugadores se reunían –Me alegra ver a todos hayan venido, el motivo de esta reunión es como ustedes sabrán Japón tendrá dentro de una semana un juego amistoso contra el equipo de Marsella, Francia, para ese partido la alineación será la siguiente: Genzo Wakabayashi en la portería, en la defensa Hikaru Matsuyama, Hiroshi Jito y Makoto Soda, Jun Wakabayashi (Si, Misugi se caso con el portero después de tres meses de insistencia para convencerlo en ser su novio y un año de novios, Jun por fin le dio el sí a Genzo para que se casaran) estarás enfrente de los defensas y atrás de los medio campistas para guiar el juego, Shun Nitta, Aoi Shingo, Tsubasa y Taro Ozora se encargan de la dinamica del juego, mientras que Takeshi Sawada y Kojiro Hyuga seran los delanteros. ¿Algún problema con la alineación?- Taro levanto la mano- ¡¿Si, señor Ozora?!
-No puedo jugar- comento con un poco de vergüenza.
-Taro se que para ti es difícil enfrentar a tus antiguos compañeros de quipo, pero no por eso debes de dejar de jugar.
-No es eso señor- contesto un poco cohibido.
-¿Entonces? ¿A caso estas lesionado?
-Tampoco- los jugadores lo miraban interesados, mientras que el Taro se medio escondía en los brazos de su esposo –Lo que pasa es que yo...- susurro que nadie escucho.
-¿Taro?- expreso el entrenador al no escuchar al joven.
-Lo que pasa es que esta embarazado- comento Tsubasa feliz, risa por parte de los presentes –Es enserio.
Las risas se ahogaron –¿Cómo?
-No les voy a decir como bola de pervertidos- les reprendió Taro, al escuchar eso las mejillas de todos se tiñeron de rojo, en lo que Tsubasa sonreía feliz al contemplar la reacción de todos, beso la frente de su amor y le acaricio el cabello.
-Eso no es posible- dijo Ishizaki saliendo de la ensoñación.
-Por supuesto- reto Ozora –En mi boda les dije que Taro no estaba embarazado no que no se puede embarazar- muchos abrieron la boca y la cerraron –Taro es doncel.
Soltada la información los jugadores se desmayaron, en lo que eso ocurría el entrenador pensaba Hay cosas que nunca cambian como el hecho que Ishizaki, siempre para un balón con la cara, que Kojiro cuide a Takeshi - analizo al D. T. al ver como el jugador de Italia interpuso su cuerpo antes de desmayarse para que el menor no se lastimara –Creo que ellos serán los proximos en casarse- regreso su vista a la combinación dorada y seguio meditando -como Taro depende de Tsubasa y viceversa dentro y fuera del campo, además de cómo a esos dos les gusta sorpender a sus amigos, aunque eso si cambio ya no lo hacen por teléfono, creo que descubrieron que era más divertido hacerlo en persona...- detuvo sus pensamientos al ver que reacionaban.
En eso los desmayados se fueron levantando, el primero en hablar luego de socorrer a su esposo fue Wakabayashi–Amor, no te gustaría ¿Hacerles competencia con un bebé?
La estrella de cristal se sonrojo hasta las orejas –Idiota- le grito, los demás rieron.
Definitivamente hay cosas que nunca cambian, como que Genzo y Jun siempre pelean y a pesar de eso siguen juntos, o que Wakabayashi quiera competir por todo, definitivamente ellos siguen siendo niños en cuerpos de adultos, pensó el entrenador antes de abandonar la sala.
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