Parte XXVI
Tan sólo habían pasado dos días mientras Naruto miraba fijamente su teléfono, siendo consciente de que Hinata se mantenía alejada de su presencia.
Hizo una mueca cuando sintió que entro a la cocina, ella se detuvo en la puerta y Naruto no levantó la cabeza. Desde que le dijo que se quedaría en su casa, ella hacía todo lo posible para evitarlo, así que él le daría eso. Aunque, se estaba frustrando rápidamente. Su perfume había penetrado en cada habitación y le hacía imposible a él no pensar en ella.
Era sábado, así que, harto por la frustración, había arreglado con un amigo salir a tomar a algún bar. Debía sacarse esas ansias de sexo. Él no era un animal que pensaba sólo en follar, pero desde que se había separado de Sakura no había follado con nadie. No porque no le faltarán oportunidades, simplemente porque no había sentido la necesidad. Pero desde que había puesto los ojos en Hinata, la polla se le ponía dura por cualquier cosa y se dió cuenta que debía hacer algo al respecto.
Si, maldita sea, se había masturbado en la ducha pensando en ella.¿Por qué negarlo? Después de haber hablado con Hinata, hacia dos días, había ido a su habitación a tocarse la polla dura, porque había estado como un mástil. Sólo agradeció tener un gran autocontrol para no levantarla y follarla sobre la mesa esa tarde. Pero, eso sólo hacia aumentar más su frustración. No podía comparar su mano, o su maldita imaginación con lo que podría ser tener una mujer bajo él. Escuchar gemido ahogados, piel sudada y suave, olor almiezclado, mordidas y chupetones..
Naruto gruñó y cerró los ojos, estaba duro de nuevo.
Intentó no prestar atención a lo que hacía Hinata, siempre se daban los buenos días, pero en ese momento no estaba de humor para bromas. Siempre fue un hombre con un buen humor, siempre intentaba ver cosas buenas, pero al parecer estar frustrado sexualmente no era bueno para su humor.
—¿Estás bien?
Naruto giró la cabeza al escuchar la voz dulce de Hinata. Ella parecía preocupada, se lo notaba en su rostro. Él cambió su expresión y sonrió, estaba acostumbrado a no mostrar lo que pasaba en su interior. Su forma de escape eran las bromas, así que no fue difícil para él contestar.
— Claro, cielo —, sus ojos bajaron por el cuerpo tentador y curvilíneo de Hinata, notando que tenía un bonito vestido en forma de A. No tan ajustado o escotado. Ella era una hermosa visión —. ¿Saldrás?
Si, no le tenía prohibido a Hinata andar libremente. Hasta, por lo que sabía, ella había ido a visitar a su ex novio. Le había molestado, por alguna razón, sintió que no era lo correcto. Ella no debía estar cerca de ese hombre, del hermano de su ex, específicamente, así que no se sintió culpable por vigilarla. Obviamente, él había estado en el trabajo, pero Asuma había hecho un gran trabajo y jamás la perdió de vista. Ni siquiera cuando ella había entrado a la habitación de su ex..
Naruto aún no podía entender qué le había visto al chico. Era obvio que tenía la misma edad que Hinata, pero no era un hombre. Él había tenía un accidente de tránsito por lo que sabía y se había roto una pierna, así que andaba en silla de ruedas. Naruto había visto las fotos de él con una ceja alzada y sintiéndose algo decepcionado.
Hinata merecía un hombre, no ese niño llorón.
— Si, yo.. Mmm, si—, contestó ella, pasando las manos por su falda acampanada.
Naruto sonrió al ver sus mejillas algo rosas.
—¿Con una amiga?— preguntó, porque simplemente le gustaba escucharla hablar. Ella tenía un tono que le relajaba.
Pero, Hinata no habló, agitó la cabeza en negación y se encogió el hombro. Naruto frunció un poco el ceño al ver que su cara se ponía un poco más roja.
—¿No me contarás?— preguntó curioso, alzando una ceja.
Hinata sonrió, una sonrisa traviesa y se encogió de hombros. Caminó para abrir el refrigerador y sacar una botella de vidrio de agua y luego lo cerró. Naruto la siguió con la mirada, ahora si frunciendo el ceño.
Ella se mantuvo como si no notará la mirada que le estaba dando él, pero Naruto sabía que si podía sentirlo. Aprovechó que le daba la espalda para dar unos silenciosos pasos hacia ella y ponerse en su espalda. Sonrió al ver los poros de sus brazos abiertos, y respiró profundamente para sentir su perfume cerca de su cuello.
— Mmm—, murmuró con placer—, que bien hueles— le dijo al oído.
Hinata se tensó, pero Naruto procuró no tocarla. Apenas rozó un mechón de pelo negro con su nariz, sonriendo al sentir el sedoso cabello.
—¿Qué.. qué haces?— tartamudeo ella, con un pequeño susurro.
— Oliendo—, dijo con voz profunda, aún usando sus fosas nasales para llenarse de ella.
Hinata dió un paso más lejos y lo miró con una expresión que decía que pensaba que él estaba loco.
—¿Eres un perro, o algo así?
Naruto sonrió, le gustaba cuando ella lo insultaba de manera indirecta. Apoyó su cadera en la mesada de la cocina y se cruzó de brazos, mirándola fijamente.
— Me gusta más pensar en mí como un lobo. ¿O no, cielo? Tengo ese porte —, él se irguio en toda su estatura y la observó desde arriba con una expresión altiva.
Hinata alzó una ceja, una de las comisuras de su boca tembló, pero pudo aguantar la sonrisa.
— Un viejo lobo..
Naruto jadeo y se tomó el centro del pecho, como si una espada lo hubiera atravezado. Levantó la mirada y observó a Hinata como si ella lo hubiera traicionado.
— Auch. Eso dolió —, Naruto alejo la mano de su pecho y la observó, luego volvió a ver a Hinata que ahora si sonreía —. No hay sangre, pero puedo sentir que me desangro.
—¡Ja!— Hinata palmeó la mano y lo observó con ojos brillantes y una sonrisa luminosa—. No te hagas. Ambos sabemos que no eres nada viejo.
—¡Acabas de decirme viejo!— se quejó él y luego la observó de pies a cabeza, su expresión ofendida—. Ahora por eso, debes decirme a dónde vas.
Hinata puso los ojos en blanco y apoyó la botella de vidrio en su espalda, en la mesada. Luego le dió una mirada, diciendo que lo diría ni una palabra.
—¿De verdad? Debes recompensarme por esa ofensa tan fea, Hinata —, advirtió, aunque en broma Naruto.
Hinata apoyó la mano en la cadera y alzó una ceja. Su expresión decía que no lo haría.
—¿No?— preguntó Naruto, una sonrisa algo traviesa creció en su boca—. ¿Me estás retando, cielo? Me gustan los juegos—, murmuró bajando la mirada a sus labios rosas y brillantes.
Hinata se tensó un poco, pero no se movió. Ella tal vez confiaba demasiado en él, pensó Naruto. Tenía ganas de devorarla, de morder cada pedazo de carne que alcanzará y luego hacerla líquido bajo su boca. Sabía que podía lograrlo, pero cuando comenzó a acercar su rostro al de ella, notó su nerviosismo. Sabía que ella se calentaba, sabía que ella se excitaba con él. Pero, por la mala experiencia que ella había tenido con los hermosos Uchiha, Naruto jamás se impondría con ella.
Él apoyó la frente contra la de Hinata, sus alientos se mezclaron y sólo quedó a unos pocos centímetros de ella. Su cuerpo se sentía muy caliente, y su miembro dolía terriblemente, pero no se acercó más.
—¿No me dirás?— preguntó suavemente.
Naruto se sintió extremecer cuando las manos de Hinata se cerraron en su cadera. Ella apretó los dedos en sus huesos, su camisa no hacía nada para que él no sintiera su calor contra su piel. Cuando se dió cuenta, ya tenía una de las suyas en la barbilla de Hinata. Con un dedo recorriendo su labio inferior.
Ella era tan dulce, sexy y madura. Era esa fruta prohibida, y estaba malditamente prohibida para él, pero a Naruto jamás le habían importado las reglas. Observó su rostro sonrojado, sus ojos estaban cerrados y prácticamente estaba ofreciendo su boca hacia él.
¿Cómo decirle que no a esa hermosa imágen?
Dios.. estaba tan duro que no podía pensar. Su sangre corría en sus oídos, cortando cualquier otro sonido. Su corazón golpeando en sus costillas y su piel hormigueando.
— Entonces.. voy a besarte, ¿si, cielo?— murmuró sin poder evitarlo.
Hinata apretó más duro sus dedos en su cadera, y se removió un poco, como si estuviera apretando las piernas. Naruto siseó, sólo imaginar que estaba mojada hacia que su polla palpitara con aprobación. Se moría por apretar su miembro contra ella, sólo eso tal vez lo haría correrse en sus pantalones.
¿Quién podía culparlo? Jamás se había sentido así con otra mujer.
Uso su pulgar para abrir levemente los labios rosas e hizo un ruido profundo de aprobación cuando ella no se opuso. Quería meter su lengua dentro de ella lo más profundo que pudiera. Saber cómo sabía cada rincón de su boca y chupar sus labios, esos labios que imagino un par de veces haciendo cosas sucias con él...
Naruto gimió suavemente. Diablos, su imaginación estaba trabajando mucho últimamente. Estaba a sólo unos pocos centímetros, sintiendo el golpe de su respiración contra la boca. Él también jadeaba y aún no la había besado.
Estaban sólo a un respiro cuando una voz explotó desde atrás, asustando a ambos.
—¡Naruto! ¡Sorpresa!
Continuará...
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