Hinata tomó el fijador y se lo esparció por la cara, cerrando los ojos, para que su maquillaje no se corriera durante la noche. Suspiró, con cansancio mientras miraba el resultado.
Ella estaba agotada, no por haber ido de compras. Sino porque tuvo que actuar en casi toda la salida. Había querido hablar con Sasuke cuando volvian, en el auto, pero él le hizo una seña por el chófer y Hinata permaneció en silencio. Una vez que estuvieron en la casa, solos, fue otro asunto.
Sasuke dejó caer las bolsas a penas la puerta estuvo cerrada y borró la sonrisa amable que había mantenido cuando Naruto e Itachi se habían despedido. La miró con tal odio que ella dió un paso hacia atrás, aunque ella había estado a punto de preguntarle qué le pasaba, las palabras quedaron atoradas en su garganta.
— Toma tu mierda y llévala a tu habitación—, dijo molesto y comenzó a caminar hacia la cocina, sacando su teléfono.
Hinata había fruncido el ceño, pero no había dicho nada. La bolsa de los libros era pesada, luego tenía un bonito vestido color lila.
Sasuke había querido vestirla de negro, pero Naruto había dicho que iban a festejar un matrimonio, no un velorio. Opinión que apoyó Itachi.
Luego, Itachi había dicho que le quedaría bien un color rojo. Se había probado un vestido de ese color, y a los hombres les había gustado el resultado. Hasta que Naruto dijo parecía muy pálida y algo descuidada con ese color.
Sasuke e Itachi estuvieron caminando por la tienda, acompañados de las dependientes que les aconsejaban. Hinata se había sentado en un sillón, con una copa de champagne y una bata blanca de seda. Naruto también había estado dando vueltas, pero cerca de ella cuando la llamo. Hinata se acercó, más bien curiosa y lo encontró en un pequeño pasillo con una sonrisa.
— Ven, cielo—, había dicho con una seña de manos—. Amo como te queda el color morado, pero creo que sería mejor para tu piel uno más claro. ¿Qué piensas, linda?
Él había sacado un vestido de un lindo color lila. A Hinata le había encantado y lo tomó con una sonrisa. Ella corrió a probarlo y amo el resultado. Cuando salió a mostrarlo, Naruto lanzó un silbido de aprobación.
— Precioso, cielo. Ese color, definitivamente va contigo. ¿Te gusta?
Hinata había levantado la cabeza de golpe, con sus ojos grandes. ¿Hacia cuánto que alguien no le preguntaba si algo le gustaba? Ella se giró para mirarse en el espejo de cuerpo entero, mordiéndose el labio.
El vestido tenía finas tiras arriba, con un gran escote en forma de V. Era algo ceñido al cuerpo, pero tenía un largo tajo que empezaba al inicio del muslo izquierdo. El vestido parecía haber sido hecho para ella, ya que le quedaba perfecto. Había pasado las manos por la tela, suave y fría. Ella se veía bonita.
Estaba tan concentrada, que no se dió cuenta que Naruto estaba justo atrás de ella. Se estremeció cuando él tomó su largo cabello suelto y lo subió hacia la parte de arriba de su cabeza.
— Con el cabello recogido, se verá mejor. ¿No te parece?— le había susurrado suavemente, cerca del oído, provocando que la piel de gallina se alzará en sus brazos.
— Ah.. si—, había dicho, más que nerviosa.
Él había agarrado su mano y había hecho que sostenga su cabello en esa posición.
— Aquí, tenlo así —, había seguido hablando en susurros con una voz profunda, provocando que un escalofrío bajará por su columna. Hinata había tomado una respiración cuando sintió su caliente y grande mano sobre su nuca—. Pero mira nada más, que hermoso cuello que tienes, cielo.
Hinata había gemido suavemente cuando él apretó un punto que estaba lleno de tensión. Miró hacia el espejo, para ver la cabeza rubia justo al lado de su cuello. Sus ojos celestes estaban clavados en el reflejo del rostro de Hinata. Ella jadeo un poco cuando se dió cuenta que sus pezones estaban duros y la tela no los ocultaba.
Soltó su cabello de repente, alejándose de su toque, dando un paso lejos de él y se había vuelto. Cruzó los brazos, para intentar ocultar sus pezones y sonrió nerviosamente hacia él.
—¿Te gusta o no, cielo?— preguntó él, como si no hubieran tenido ese momento tan caliente y lleno de tensión sexual.
Hinata asintió suavemente, le gustaba mucho el vestido y el modelo. Se dijo que nada tenía que ver qué lo haya elegido él.
Maldita mentirosa..
Ella sonrió en el momento que bajaba por las escaleras. Sus tacones de aguja provocando un suave eco en la escalera. El vestido tenía una cola algo larga que se arrastraba, pero ella lo mantuvo con una mano por miedo a tropezarse en las escaleras. Sasuke estaba abajo, con una copa de whisky, con un traje oscuro, pero su corbata era del mismo color que su vestido. Él levantó la mirada y la observó bajar de las escaleras.
Hinata se soltó la cola del vestido y se detuvo al frente de Sasuke. Él alzó una ceja, mirándola. Su mirada bajó por su cuerpo y volvió a subir.
— Te queda bien ese vestido —, dijo simplemente.
Hinata sonrió, no necesitaba que él se lo diga, pero aún así. Pero, como siempre, él lo arruinó.
— Es sofisticado, se nota que no lo has elegido.
Ella tomó una profunda respiración, no tenía ganas de pelear. Sabía que no podría fingir si empezaba la noche peleando con él.
— La familia Uzumaki es poderosa y peligrosa—, siguió cuando ella no habló—. Intenta no decir nada que nos ponga en una mala posición. Si no sabes qué decir, sólo sonríe. Eres bonita, así que con eso bastará.
Hinata alzó una ceja. Claro, su marido creía que era una cabeza hueca. Pero ella había estudiado relaciones públicas, sabía cómo accionar con gente y toda la mierda que eso conllevaba.
— Kushina Uzumaki es la monarca de la casa, y la madre de Naruto—, explicó —. Ella puede parecer una mujer muy amigable, pero si dices algo malo te podrá cortar en pedazos. ¿Comprendes? No le lleves la contraria.
Hinata se cruzó de brazos y levantó la mano para mirarse las uñas pintadas en blanco con unas bonitas flores lilas de stickers.
— Luego está Minato Namikaze, él es su esposo. Él es un idiota, pero es condenadamente inteligente..
—¿Cómo puede ser un idiota si es inteligente?— preguntó Hinata con una mueca que decía que creía que él único que era idiota era Sasuke.
Él volvió a tomar su vaso y le dió otro sorbo a su whisky, suspirando.
— Es un idiota para la mayoría de las cosas, pero es muy inteligente para otras. No coquetees con él, Kushina es muy celosa.
Hinata alzó una ceja, y no pico su comentario que daba a entender que ella era una ofrecida. Cada momento, se estaba arrepintiendo más y más de ir a esa cena.
— Ya conoces al hijo mayor, Naruto. Luego está Karin, ella debe tener tu edad, pero es una idiota sin remedio. Cómo su hermano mayor.
Hinata puso los ojos en blanco, ella no consideraba a Naruto un idiota. Entonces, no sabía que esperar de su hermana menor. Probablemente era más inteligente de lo que Sasuke creía, pero como era un presumido no se daba cuenta.
— Seguramente—, continúo—, también estarán Jiraiya y Tsunade. Ella es la mejor amiga de Kushina, casi su mano derecha. Si le caes bien, tienes la aprobación de Kushina. Sé amable con la vieja quisquillosa.
Él suspiró mientras terminaba su whisky, luego pasó su mano por su frente. Ella se sentía cansada, pero él también lo parecía.
— Y, no discutas con el viejo Jiraiya. Él es un pervertido sin remedio, probablemente quiera tocarte algo. No hagas un drama si lo hace.
Hinata apoyó la mano en su cadera y lo observó con una ceja alzada. ¿A dónde mierda estaba llevándola? Obviamente que ella no iba a dejarse toquetaer, suficiente iba a ser que tenía que aguantar a Sasuke haciéndose el empalagoso y diciendo amenazas a su oído cuando hacía creer que le decía cosas cariñosas.
— Si, como sea..—, estuvo de acuerdo, porque, otra vez, no quería pelear.
Sasuke le dió una mirada más y luego asintió.
— Si todo va bien, pronto esa cláusula estará rota y podremos hacer nuestras vidas tranquilos.
Hinata le frunció el ceño, Pero asintió. Era lo único que quería.
Que su familia se liberará de la deuda y que ella no tuviera que tener un bebé de Sasuke para lograrlo. Si haciendo creer a la familia Uzumaki que era feliz en su matrimonio bastaba...
Ella haría su mejor papel.
Continuará...
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