Parte V
Itachi estaba intentando arreglar los daños colaterales que había causado el imbécil de su hermano menor.
Su cabeza palpitaba, las migrañas eran cosas de todos los días desde hace ocho meses. Desde que su hermano había roto una amistad de años por ser un polla caliente y no mantenerse alejado del único coño que no debía follar.
Su amistad con los Uzumaki había costado, Itachi tuvo que encargarse de muchas cosas para que Kushina lo considerara un aliado. Parte de esas cosas, fueron sus tíos por parte de padre, que habían jugado con la señora Uzumaki y ella no iba a aceptar un no por respuesta si Itachi quería una amistad. Él mismo se encargó del problema, teniendo la edad que tenía ahora su hermana, él había hecho los sacrificios necesarios para tener paz con una familia tan peligrosa.
Por eso aún estaba furioso con Sasuke, por cagarla de una manera tan jodidamente estúpida.
Agradecía que Naruto hubiera sido criado con honor, él podía ser un bastardo despiadado, pero respetaba algunas cosas.
Cómo la amistad de años.
Pero eso no quería decir que no tomará las cosas y se encargará. Naruto no quería una guerra, por eso le había dicho que no mataría a Sasuke. Pero por robarle a su futura esposa, Naruto tomaría cualquier cosa que pueda de los Uchiha.
Y empezó con clientes pequeños, que no eran importantes. Pero los rumores corrían, y casi todos estaban nerviosos al saber que Naruto Uzumaki estaba tomando negocios de Konoha. Si bien, los hombres de Uchiha eran peligrosos, todos sabían lo despiadado que podía ser Naruto.
Suspiró mirando los números de ese mes, tenían una baja de casi el 5% y era un gran número, considerando que siempre tenían ganancias.
La desesperación lo llevó a hacer los arreglos necesarios. Sabía que Kushina no sabía lo que pasaba, y que Naruto no se lo diría. La monarca era capaz de matar a Sakura y a Sasuke por la traición a su hijo. Y una vez que Sasuke estuviera muerto, era su obligación como hermano mayor vengarlo. Y comenzaría una guerra, que lo más probable la pagarían más la gente común que ellos. Pero, también sabía que no tenía posibilidad de ganar a los Uzumaki, terminaría en la ruina y Kushina no lo mataría.
Ella disfrutaría viéndolo en medio de la mierda hasta que muera.
La puerta de su oficina se abrió de repente y alzó la cabeza con el ceño fruncido, le había dicho a su secretaria que no quería que nadie lo interrumpa. Pero su boca se abrió y quedó congelado.
— Tch.. ¿Esa es tu manera de recibir viejos amigos?— preguntó con humor.
Itachi parpadeó, mirando Naruto cerrar la puerta. Él comenzó a levantarse de su silla, una sonrisa algo aliviada.
— Siéntate —, ordenó el rubio, su voz perdiendo toda fraternidad.
Itachi apoyó su trasero en su silla, su sonrisa borrada y su expresión seria. Naruto volvió a sonreír, su expresión perdiendo ese toque peligroso que había tenido hace sólo un segundo. Conocía a Naruto desde hace mucho, lo había acompañado a hacer algunos negocios fuera de Konoha. Muchos de sus secretos los había aprendido gracias a él.
Naruto mantuvo las manos en los bolsillos, caminando despreocupado por la oficina y sin mirarlo. Él se detuvo en un estante y agarró un libro que estaba allí. Lo apoyó en su palma y lo abrió, dándole una mirada aburrida a las páginas.
Obviamente, generando estrés y suspenso.
El maldito desgraciado.
— Vine a darte las Enhorabuena—, dijo cuando cerró el libro y lo dejó en su lugar.
Itachi se mantuvo tranquilo, su barbilla apoyada en su palma, sus dedos acariciando sus labios secos. No iba a hablar, sabía cómo trabajaba Naruto, notó el contorno de la pistola en su baja cadera en la parte de atrás de su pantalón.
Naruto giró un poco la cabeza, dándole una mirada filosa y furiosa. Sus labios estaban apretados en una línea.
— Me enteré que el bastardo de tu hermanito tiene una esposa—. Itachi se tensó, pero intentó aparentar estar relajado—. Imagina mi sorpresa al enterarme que no era la zorra de Haruno. Bueno..—, él rodó los ojos celestes y luego sonrió, fríamente —. Es obvio que sí me pusieran a elegir, elegiría a la preciosidad que él tiene y no a la pequeña zorra infiel.
Naruto suspiró, como si eso fuera tan aburrido, pero Itachi podía notar los músculos de sus brazos tensos. Él estaba listo para atacar, si eso era posible. Aparentaba ser un gato relajado, que descansaba en medio del sol, pero en realidad era un tigre listo para matar.
Él se acercó a su escritorio, sentándose a medias a un lado de una carpeta que él tenía abierta. Naruto le dió una mirada desinteresada, girando un poco para poder leer las palabras.
— Acabo de conocer a la cosita linda—, dijo sin apartar los ojos de la carpeta.
Eso sí logró que todo el cuerpo de Itachi se pusiera en alerta. Giró su cabeza como látigo hacia Naruto, asombrado. Él lo estaba observando y sonrió, mostrando una media sonrisa engañosamente amigable.
— Ella es aire fresco para mis ojos adoloridos. Bonita, joven.. una hermosa manzana madura.
Naruto alzó una ceja, cruzándose de brazos y dejando olvidada la carpeta. Luego movió los ojos hacia la esquina de techo y la pared detrás del asiento de Itachi. Cómo si reflexionará sobre algo.
— Me preguntó si será tan dulce y jugosa como me mostró hoy..
— Naruto..— advirtió Itachi con voz profunda.
—¿De dónde la sacaste?— preguntó, sin prestarle atención, volviendo la mirada.
— Es la hija de un cliente—, respondió después de dudar unos buenos minutos.
Naruto hizo una mueca, como si la información lo decepcionará.
— Pequeña cosita—, murmuró con pesar—. Pobrecita. Tener que aguantar al bastardo de tu hermano es un gran castigo. ¿Qué tan mal se portó el padre?
Itachi alargó la mano y cerró la carpeta. Desde donde estaba podía ver mejor al 22 que Naruto tenía bajo su suelta camisa blanca. Él también estaba armado, pero jamás haría un mal movimiento.
Naruto sólo quedó mirando su rostro, su expresión no cambio. Giró un poco el rostro, y alargó la mano para tomar una golosina que Itachi siempre tenía en su escritorio. Él había dejado de fumar hacía unos años, pero había tomado ese vicio.
Itachi observó mientras Naruto abría el caramelo y luego lo lanzaba a su boca.
— No es un castigo—, dijo simplemente—. Son felices juntos.
Los años que llevaba mintiendo, no dejaron que se ahogara con la falacia que salía de su boca. Sabía que Naruto era honorable, a pesar de ser un hijo de puta cuando estaba enojado. No lo tomaría con un inocente. Menos si era una mujer o un bebé. Sabía que estaba actuando como un bastardo, pero Itachi haría lo que fuera necesario para volver a tener una relación amistosa con los Uzumaki.
No contaba con el honor que ellos tanto se jactaban.
Itachi metería a inocentes en el juego si podía ganar.
Continuará...
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