Parte IX
Naruto no podía dejar de sonreír.
Soltó una risita al ver el rostro generalmente pálido de Itachi, sonrojado. Él parecía bastante incómodo mientras ambos caminaban detrás de la pareja de casados. Sasuke y Hinata iban bastante adelante, así que no tuvo problemas en decir lo que pensaba en voz alta.
— Ella de verdad es un soplo de aire fresco, ¿verdad?— se rió cuando Itachi se ahogó.
Naruto tenía los lentes oscuros, aprovechando para mirar fijamente ese culo tentador que rebotaba con cada paso. Esa pequeña braga del mismo color que su sostén era tan llamativa también. Pero, a pesar de estar tan concentrado en su trasero, pedía ver que la pareja iba discutiendo adelante.
Eso le hizo fruncir un poco el ceño.
— Parece que tienen un mal día en el paraíso —, comentó.
Itachi carraspeo.
— Seguramente Sasuke le está preguntando por qué no se vistió con algo.. mmm—, él dudo un segundo—. No tan revelador.
Naruto alzó una ceja, aún mirando a la pareja. Hinata se detuvo en una vidriera y Sasuke tomó su brazo y la siguió arrastrando.
Eso no le gustó, él debería dejarle elegir lo que quisiera.
— Creo que es encantadora—, respondió con una sonrisa cuando notó que Hinata se soltaba de su agarré y lo empujaba a un lado, más lejos de ella.
— Ella es joven—, estuvo de acuerdo Itachi.
Naruto desvío la mirada a un grupo de hombres que pasaron cerca de la pareja, notando como se quedaron quietos mirando a Hinata fijamente. Ninguno de los dos se dio cuenta de eso, por lo menos Hinata no lo hizo. Probablemente a Sasuke no le importó. Cuando pasaron al lado del grupo, Naruto se detuvo justo al frente de ellos, con manos en los bolsillos.
—¿Se les perdió algo?— preguntó tranquilo.
Él hombre que estaba más cerca le frunció el ceño, y sólo se movió un poco para seguir mirando a Hinata. Pero los otros eran más inteligentes o probablemente lo reconocieron, porque se giraron y comenzaron a caminar como si recordarán a dónde iban. Naruto está vez se puso al lado del único que quedó, también mirando hacia la chica. Levantó sus gafas y las puso en su mollera.
—Está buena la nena, ¿verdad?— comentó con una sonrisa amistosa.
Él hombre hizo un ruido de afirmación y se mordió el labio. Naruto miró hacia Itachi que también se había detenido, pero él se mantuvo alejado. Su amigo también tenía el ceño fruncido. El rubio sacó una mano y pasó su brazo por encima del hombro del hombre. Acercó la cabeza casi calva a la suya, movió su rostro para que sus labios estuvieran muy cerca del oído del bastardo.
— Será mejor que dejes de mirar o nunca más podrás usar eso que tienes entre las piernas.
El hombre se tensó, pero no llegó a decir nada cuando Naruto se alejó un poco y de manera disimulada le mostró su 22 en la cadera. Él se puso pálido y asintió rápido, dándose vuelta y caminando velozmente hacia donde sus amigos se habían ido. Naruto lo observó irse por unos segundos y luego bajó sus lentes a su lugar de nuevo. Una vez más, puso sus manos en sus bolsillos y volvió a caminar con tranquilidad, como si nunca se hubiera detenido.
Itachi le alzó una ceja y él sonrió.
— Si, es joven. Pero lo bueno es que puede moldearla—, asintió.
Itachi soltó un resoplido, Naruto siguió la conversación como si jamás hubiera amenazado a un idiota. Él tenía esa costumbre.
— Pensé que ella podría moldear a Sasuke —, comentó Itachi con un tono de burla.
Naruto soltó una carcajada divertida.
— Si tuviera una chica así, me tendría como perro cachondo—, reconoció divertido, hasta Itachi se rió suavemente—. Probablemente tendría mí polla en una correa y sería feliz. Tu hermano, no parece ser ese estilo.
Itachi suspiró, Naruto pudo notar que él tenía razón. Sus ojos siguieron a Hinata cuando ella fue a la otra hilera de vidrieras del shopping, casi corriendo y se pegó a la vidriera. Sasuke dió unos pasos hacia ella, pero se detuvo y sacó el teléfono. Observó la pantalla y le hizo una seña a Itachi y atendió el teléfono.
— Lo siento, Naruto. Debo ir a ver—, dijo mientras empezó a caminar rápido hacia su hermano que se empezaba a alejar del gentío.
— Claro, ve.
Naruto se quedó cinco segundos quieto y luego comenzó a dar largos, pero perezosos, pasos hacia Hinata que parecía muy concentrada en la vidriera. Se mojó los labios secos, a sólo dos pasos de su espalda y mirando su culo. Era una maldita obra de arte. Le daban ganas de morderlo con los dientes. La sóla idea le hizo salivar.
Subió las gafas oscuras, le gustaba la forma que ella miraba a sus ojos. Y se puso a su lado, por primera vez viendo lo que había allí. Se sorprendió un poco al ver que era una librería.
Hinata se estaba mordiendo una uña, aún no se había dado cuenta que él estaba allí. Ella soltó su dedo y suspiró, fue un suspiro derrotado. Hasta sus hombros cayeron un poco.
—¿Quieres entrar a ver?— le pregunto, logrando que finalmente ella moviera la cabeza para verlo.
Hinata abrió mucho esos bellos ojos color gris y lavanda. La forma de ellos también era muy bonita. Naruto no pudo evitar sentir orgullo cuando vió que su piel blanca se sonrojaba en las mejillas. Él estiró una mano y apretó la mejilla entre sus dedos.
— Que bonito—, dijo divertido.
Naruto no estaba acostumbrado a las mujeres que se sonrojaban, no porque sólo las mirará. Si sabía que podía lograr eso si ponía una buena mirada, una provocadora sonrisa y profundizaba su voz. Pero no había hecho nada eso, y sintió como su ego creció con sólo esa reacción. Porque, Hinata era una mujer muy hermosa, creía que tendría que estar acostumbrada a que muchos hombres le hablarán.
— Ah..— ella se alejó un poco de su toque, él no se sintió ofendido.
Le sonrió mientras ella se mordía el labio suavemente y luego le devolvía la sonrisa. Ella era muy bonita.
— Hola—, dijo con voz suave. Una voz melodiosa que vibro en sus oídos de la manera correcta, haciendo que los bellos de su nuca se erizarán —. Creo que no fuimos presentados adecuadamente.
Naruto estiró la comisura de su boca hacia arriba, y extendió la mano que la había tocado.
— Naruto Uzumaki.
Ella movió su mano y apretó la de él, su sonrisa aún allí.
— Hinata Hyuga. Digo—, se corrigió rápido —. Uchiha —, dijo con una pequeña mueca.
Naruto soltó una risita, y en vez de agitar la mano de arriba hacia abajo, la empujó hacia él. Pasó su brazo libre por su pequeña cintura y beso su mejilla. Un perfume a vainilla llegó a su nariz mientras respiraba profundamente y movió su boca para llegar a su oído.
— Es todo un placer, cielo—, murmuró con voz cruda sin poder evitarlo.
Pudo sentir como ella se estremecía y sonrió. Se alejó de ella y la soltó, sintiendo la falta en seguida. Pero escondió sus manos en los bolsillos.
— Vamos, te acompaño —, dijo moviéndose a un lado y haciendo una seña para que pasara a la librería.
Ella estaba roja, como manzana, pero no se movió.
— Sasuke tiene la tarjeta. No podré comprar nada. Él me dijo que vinimos a comprar sólo un vestido para una cena importante —, murmuró.
Naruto apretó los dientes, pero mantuvo su expresión tranquila.
— Elige lo que quieras, cielo. Te lo pago. Luego el idiota de tu marido me lo devolverá —, le contó con una sonrisa traviesa.
Hinata alzó las cejas y luego una lenta sonrisa creció en su hermosa boca rosa. Era una que estaba llena de promesas de travesuras.
— Vamos entonces —, dijo de mejor humor.
Naruto soltó una carcajada mientras la seguía al interior.
Continuará...
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