La rutina matutina era algo que conocía a la perfección: despertarme a las 5:30, bañarme con agua fría, vestirme con rapidez, y enfrentar el día con la misma monotonía de siempre. Estudiaba en el Tecnológico, especializándome en mecatrónica, con la esperanza de convertirme en un ingeniero respetado. A los 22 años, aún no me había graduado, pero ya soñaba con el momento en que pudiera presentarme como ingeniero y ser reconocido por mi esfuerzo y dedicación. Sin embargo, en ese preciso instante, todo lo que había trabajado y estudiado parecía perder su valor.

Me encontraba en el despacho de la oficina de mi abuelo, donde él me anunció una noticia que cambiaría mi vida por completo. “Te vas a casar”, dijo sin rodeos, “un matrimonio por conveniencia con Fernanda”. No podía creerlo. Fernanda era una mujer bonita, de cabello castaño y ojos pequeños, pero también era una víctima de maltrato, casada con un hombre abusador del que nunca se había atrevido a denunciar. Vivía en la fundación Carita Feliz, y mi abuelo era el benefactor.

“¿Cómo te atreves a proponérmelo?”, le respondí con sarcasmo. “¿Quieres que me case con una mujer que ni siquiera puede caminar bien? ¿Te has vuelto loco, abuelo?”. Pero él no estaba proponiéndomelo, sino informándomelo. “Si quieres mantener tu vida de fiestas y excesos, te casas por contrato durante seis años y se acabó. Necesito que ocupes mi puesto en la empresa, y la mejor forma de hacerlo es casándote”.

Así, me encontraba en esa situación absurda, esperando a que Fernanda llegara para casarnos. Mi vida de rebelde, marcada por un accidente de coche en carreras de arrancones y un escándalo que me vinculaba con Vanessa, la hija de un político, se había desplomado. Vanessa había inventado historias sobre mí para desacreditarme, y mi abuelo pensaba que casándome limpiaría mi nombre y restauraría mi prestigio.

Ahora, debía enfrentar esta nueva etapa con una mujer que apenas conocía, y convivir con ella como mi esposa. ¿Cómo podía prepararme para esto? ¿Quién me sacaría de este lío?

**Dedicatoria**

Este libro está dedicado a la niña que no sabe escribir libros pero lo intenta con el corazón. Gracias por tu valentía y esfuerzo. A todos los lectores, bienvenidos a esta historia llena de desafíos, transformación y redención. Espero que encuentren en sus páginas una conexión profunda y conmovedora.