Capítulo dedicido a sinsajoivan. Feliz cumpleaños mi Batman, espero que la pases genial y que festejes por mí. Disfruta de este capítulo.

Cuando Peter recuperó la conciencia se encontraba, como ya se había esperado, encadenado a una alambrada que, a su vez, estaba conectada a la corriente eléctrica. No podía creer su suerte, siempre que le secuestraban eran estos tipos ¿Dónde estaban los secuestradores humanos? Esos que secuestran gente de familias adineradas y luego piden rescate o mandan un dedo envuelto en el periódico. Aunque pensándolo mejor, no quería que le cortaran un dedo.

Cuando la puerta se abrió, no se sorprendió al ver a un tipo realmente grande allí. Siempre mandaban a tipos enormes y con mal genio para sacarle información que él no tenía, o al menos eso había pasado la primera vez que había estado allí, cuando no dejaban de preguntarle por la loba del desierto aunque él aún no sabía de ella. En realidad, no la recordaba.

A diferencia de como se lo esperaba, aquél hombre no comenzó a hacerle preguntas, ni siquiera hizo contacto visual con él, le ignoró completamente mientras iba a un lado y comenzaba a acomodar varios cuchillos de distintos tamaños uno junto al otro. Peter soltó el aire de sus pulmones, aquellos eran nuevos.

La puerta se volvió a abrir y, esta vez, entró Araya. Nunca era agradable ver a esa mujer.

— Araya, amiga mía –Dijo con puro sarcasmo.— ¿Se puede saber a qué se debe esta visita obligada que me has hecho hacerte?

— Guarda silencio Hale, tú sabes lo que hiciste –Peter nunca había escuchado a la anciana tan molesta.

— Yo no hice nada.

Haber dicho eso fue un grave error. La mujer fue hacia el tablero de electricidad y bajo la palanca, haciendo que se retorciera mientras sentía la corriente recorrerle.

Definitivamente, le estaban acusando de algo. Pero él no había hecho nada que pudiera perjudicar a los Calaveras. Y aún así, ahí estaba, recibiendo una dolorosa descarga eléctrica por razones que no conocía

(...)

Todos en el estacionamiento de la veterinaria se habían quedado pasmados. Derek se veía furiosos, Stiles se encontraba manteniéndole en el lugar para que no hiciera ninguna locura. Deucalion tenía una sonrisa de autosuficiencia que Liam prefirió ignorar, pero el hombre le miraba como diciendo Yo ya lo sabía, y eso hacía que Liam quisiera ponerse de pie y golpearle. Malia se veía destrozada, al mirarla a los ojos Liam casi pudo escuchar como se le partía el corazón. Leo estaba igual, el chico tenía una expresión de arrepentimiento que parecía muy real. Pero Liam ya no podía confiar en él.

— Lo siento –Dijo el chico como si aquello fuera a arreglar todo. Como si aquello fuera a pegar los trozos del corazón de Malia y a devolverle a Peter.— Yo no quería que nada de esto pasara.

— Sabías que esto iba a pasar –Le reclamó el rubio.

— No, no creí que fuera a ocurrir –Se apresuró a negar el beta.— Sabía que iban a venir al pueblo, pero...

— Y no nos dijiste nada –Reclamó Derek, hablando por primera vez desde que el chico había dicho su nombre completo.

— ¡No creí que quisieran llevarse a Peter! –Gritó Leonardo en defensa propia.

El chico miró a todos, poniéndose de pie a la vez que lo hacía Liam. Mirando a todos con desesperación.

— Tienen que creerme, yo no quería que nada de esto pasara –Volvió a decir.— Yo soy un lobo, soy el beta de Satomi, ya no tengo nada que ver con ellos –La vista del chico fue hacia su novia.— Malia...

Cuando Leo quiso acercarse a la chica, Derek se adelantó y se puso frente a la coyote de forma protectora, esta usó la espalda de su primo para evitar mirar al chico.

Liam volteó la vista hacia Deucalion. El maldito sonreía, estaba disfrutando todo aquello. Fue hacia Leonardo y le cogió por el hombro.

— Vas a venir conmigo –Le dijo con seriedad.

Volteó la vista a Deaton, el cual se había mantenido neutral en toda aquella discusión. Y la verdad es que Liam lo agradecía, sabía que si el Druida se ponía de un bando no iba a poder pedirle ayuda.

Le pidió a Stiles y Derek que cuidaran a Samuel cuando estos dijeron que se irían al Loft. Malia insistió en quedarse, Deucalion dijo que se quedaría aunque nadie le preguntó porque a nadie le importaba él en ese momento.

Estaban dentro de la ahora ventilada veterinaria, Deaton atendía al gato sedado en un intento por saber que tipo de gas se había usado para reducirles a Peter y a él. Leonardo estaba encadenado por las muñecas al radiador, su cabeza estaba gacha, parecía derrotado. Malia se mantenía en la otra punta del lugar, lo más alejada de Leo que podía.

— Liam –El rubio apartó la vista de Malia para ver al beta, que le había llamado.— Dile a Malia que al menos me mire, no puedo hablar con ella si está mirando al suelo.

Escuchando el pedido, Malia miró hacia Deaton, cruzándose de brazos e ignorando olímpicamente el tono suplicante de su novio. Aunque Liam dudaba que aún fueran a ser novios, pero el rubio no iba a mencionarlo. Prefería mantenerse alejado del tema. Pero al parecer Leonardo tenía otros planes para él.

— Ya que Malia parece no escucharme ¿Puedes decirle que la amo y que no tuve nada que ver con esto? –Era obvio que lo decía a propósito, y también era obvio que Malia le escuchaba.— Y dile, por favor, que no he tenido contacto con el grupo de mi abuela desde que me mordieron y escapé.

— Espera un momento –Deucalion entró de repente.— ¿Araya Calavera es tu abuela?

El alfa parecía furioso, Leonardo estaba aterrado, Malia y Deaton habían comenzado a ponerle atención a la conversación y Liam no podía creer que tuviera que pasar por esa escena de novela antigua. Él sólo quería que le devolvieran a Peter. No le interesaba todo ese melodrama familiar que parecían tener con los Calaveras.

NOTA DE LA AUTORA:

Liam va a terminar matando a alguien. Pobre Leo, Malia le está aplicando la ley de el hielo. Deucalion solo sabe armar bardo, solo para eso sirve este men.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.