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Nuevamente, las cosas estaban tensas entre las manadas. Habían pasado varios días desde el ataque a la veterinaria y eso dejaba a todos cargados de un aura de sospecha y paranoia que sacaba a relucir viejos rencores. El conflicto mas pequeño entre los betas se convertía en toda una pelea ante la más mínima provocación. Y los alfas intentaban mantener la compostura por todos los medios, no queriendo ponerse en el mismo nivel que los iracundos betas.

Liam sospechaba que aquello era una estrategia de quien quiera que les estuviese atacando, el típico divide y conquistaras. Ya que sino no encontraba razones para que las manadas se atacaran entre sí por cosas tan simples como estaba haciendo patrulla con tal persona y alguien me arrojó una roca o tal se quedó en mi casa y algo desapareció. El mate de Hale había notado que todas las peleas estaban siendo causadas por cosas menores.

Que Deaton estuviera en el hospital no ayudaba. Derek, quien era el único que conseguía poner algo de orden cuando había peleas, se encontraba vigilando que quien fuera que hubiera apalizado al Druida no volviera para terminar el trabajo.

La falta del Hale provocaba que aquella reunión fuera como un barril de pólvora. Solo hacia falta una pequeña chispa para que aquello explotara.

Y aquella chispa se encendió de la peor manera posible.

— ¿Por qué tenemos que arriesgarnos por un mocoso que no siquiera es de nuestra manada?

Liam no supo quién preguntó aquello, no supo si fue alguien de la manada de McCall o de Satomi, sospechaba de la segunda. Pero al instante que aquella pregunta fue hecha, todos comenzaron a gritarse e insultarse, haciendo que la veterinaria se convirtiera prácticamente en un campo de guerra.

Los alfas también gritaban, queriendo poner orden. Pero si ellos gritaban fuerte, los betas gritaban aún más fuerte para que sus insultos y reclamos se escucharan fuerte y claro.

Para Liam era irónico que él era el único que estaba callado y tranquilo. Porque incluso Stiles y Lydia estaban en medio de todo aquello. No supo si insultando o intentando calmar las cosas.

Por desgracia, Liam no iba a poder seguir al margen. Alguien debía poner orden allí, y él no se iba a quedar simplemente esperando a que eso ocurriera.

En silencio, y sin llamar la atención entre toda la pelea. Caminó hasta la camilla de metal de Deaton. Sacó sus garras y las clavó, fue fácil porque la superficie estaba hecha en parte de ojalata.

— Esto va a doler –Dijo para sí mismo antes de hacer lo que tenía planeado.

Comenzó a arrastrar su mano por el metal, consiguiendo que este se rasgada y emitiera un sonido horrible. Liam cerró los ojos al sentir aquel chirrido retumbar contra sus oídos, siguió rajando hasta llegar a la mitad de la camilla.

Abrió los ojos, sorprendido por el silencio, y vio que todos habían dejado de pelear para cubrirse los oídos. Incluso los que no tenían la audición desarrollada. Aquél sonido había sido horrible para todos.

— ¿Son idiotas acaso? –Preguntó una vez que tenía la atención de todos.— Quien sea que nos esté atacando, está buscando separarnos, quiere que nos matemos entre nosotros para ahorrarse el trabajo de hacerlo él.

— Es el clásico divide y conquistaras –Le ayudó Stiles.

— Exacto –Asintió el rubio.— ¿Van a permitir que los haga matarse entre ustedes?

Hubo varios no que fueron murmurados, mientras que otros simplemente negaron con la cabeza.

— Entonces dejen de comportarse como un montón de perros persiguiendo sus colas y superen esas estúpidas diferencias –Pidió con hastío el menor.— O sino, yo mismo voy a acabar con ustedes. Porque ya me tienen harto.

Hubo un corto e incómodo silencio, seguido de varios murmullos entre los cuales Liam pudo escuchar un ese es mi chico, que fue murmurado por Peter. Lo cual le hizo sonreír.

— Ahora, sigamos con la reunión –Pidió Satomi, hablando solo cuando todos ya estaban calmados.

El resto de la charla entre manadas siguió realmente tranquila. Cuando esta acabó, varios betas se acercaron a Liam para preguntarle que deberían hacer. Aquello sorprendió al menor, él no era quien tomaba las decisiones.

— Los planes los hacen los alfas.

— ¿No eres alfa?

Aquella pregunta fue hecha por una chica de la manada de Satomi, pero en el rostro de varios se notaba la misma duda. Liam hizo brillar sus ojos amarillos mientras negaba con la cabeza.

— Soy un beta –Aclaró.— Solo estaba intentando que se calmaran.

— Pero sonaste súper convincente –Repuso otro beta.

— No necesito ser alfa para dar a entender mi opinión –Respondió Liam, encogiéndose de hombros.— Pero siempre he sido de ser directo y brusco. Si esa es una actitud de alfa, supongo que es coincidencia.

Los betas que se habían acercado a hablarle parecieron convencidos con sus respuestas. Aún así, siguieron haciéndole preguntas y consultar hasta que Peter se acercó.

— Disculpen chicos –Les dijo.— ¿Me dejan hablar con Liam un minuto?

Los betas se hicieron a un lado y Peter le hizo una seña a Liam para que le siguiera. El menor caminó junto a Peter hasta doblar el muro que les llevaba a la parte trasera de la veterinaria, donde quedaron solos.

Cuando supo que ya no había nadie que pudiera verles, Peter empotró a Liam contra la pared y le besó, sorprendiendo al rubio quien, aún así, me regresó el beso.

Cuando se separaron, Liam se había quedado sin aire, su cara estaba roja y su corazón latía como loco.

Tardó cerca de dos minutos en recuperar el aliento para poder a hablar.

— ¿Por qué fue eso? –Preguntó, realmente confundido.

— Porque me encanta cuando te haces respetar –Gruñó Peter, sonando excitado.— Pidamosle a Derek que cuide a Samuel hoy, vayamos a casa y destrocemos la cama.

La oferta era tentadora, pero Liam tuvo que rechazarla.

— Cuando todo esto acabe, tendremos todo el sexo que quieras –Prometió.— Pero, por ahora, tendremos que esperar.

— Eso es crueldad –Se quejó el mayor.

— Tómatelo como una motivación –Le aconsejó el menor.— Así vas a asegurarte de que las cosas se acaben pronto.

Peter bufó con derrota, dándole un último beso al chico antes de que ambos regresaran a donde estaban los demás. Si alguien notó lo que habían estado haciendo, no lo mencionaron. No al menos hasta que ambos se fueron a recoger a Samuel, al cual se había llevado Derek.

Las cosas se habían calmado, al menos, un poco. Pero aún faltaba mucho que recorrer para que todo volviera a la normalidad.

NOTA DE LA AUTORA:

No subí capítulo ayer, mil disculpas. Pero tenía cosas que hacer y estoy muy ocupada estudiando.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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