Peter había escuchado claramente el aullido y el rugido. Su primer instinto había sido salir corriendo de la veterinaria, sin preocuparse por haber dejado a Deaton y a Satomi con la palabra en la boca. En su mente se dibujaban los peores escenarios sobre lo que podía haber ocurrido, aunque estaba tan nervioso que la idea centrar de todos aquellos escenarios era algo le pasó a mi familia.

El primer tramo de recorrido lo hizo a cuatro patas, corriendo por el bosque como si su vida dependiera de ello. Pero luego tuvo que correr como una persona normal cuando llegó a los suburbios, por cosas como esas era que había intentado convencer a Liam de vivir cerca del bosque, hubiera llegado más rápido si no hubiera tenido que fingir que era un humano normal.

Una cuadra antes de llegar a su casa ya había podido oler el aroma de Scott, lo cual hizo que gruñera mientras aceleraba el paso. Llegó a la puerta de su casa, la cual quedaba en el centro de la calle, en menos de medio minuto. Abrió la puerta de forma brusca y entró, viendo al alfa en la sala.

— ¡Te voy a matar! –Gritó antes de correr a la sala.

Estaba a punto de lanzarse sobre el alfa verdadero cuando se quedó petrificado. Scott tenía a Samuel en brazos y le miraba con horror mientras se aferraba al niño.

— Suelta a mi hijo –Le gruñó al otro alfa, sintiendo su sangre hervir.

Liam y Malia aparecieron desde el segundo piso y se pusieron frente a él. Pero no había forma de hacer que el mayor quitara la vista de Scott, al cual miraba con un odio inhumano.

— Quiero que sueltes a mi hijo y te largues de mi casa –Le volvió a gruñir, quitando a Malia del camino con un solo brazo.— O te juro que te mato.

La coyote fue junto a Scott y rodeó a Samuel con uno de sus brazos, pero no se lo quitó de los brazos al alfa verdadero. Sabía que si lo hacía Peter no iba a tener excusa para no lanzarse a destrozar al menor, y eso no era conveniente.

— Peter, Peter mírame.

Liam cogió a su compañero por el rostro y le pegó a su cara, queriendo forzar al mayor a mirarle. Aún así, el alfa forcejeaba para volver la vista al que él consideraba un intruso.

— Peter, estamos bien, Scott no vino a pelear –Intentaba calmarle.— Estamos bien.

Finalmente, los ojos rojos del mayor se encontraron con los suyos. El hombre tardó un par de minutos más en calmarse, pero finalmente suspiró y su cuerpo se relajó bajo el toque de Liam mientras este le apegaba a su cuerpo, haciéndole hundir el rostro en su cuello.

Malia cogió a Samuel en brazos y se quedó junto a Scott, por si acaso Peter volvía a reaccionar mal.

Liam abrazó a Peter con un brazo mientras el otro lo alejaba para poder hacerles a los chicos la seña de que se largaran.

— Vamos a esperar afuera –Dijo Malia, llevándose a rastras al otro alfa.— Camina McCall.

Ambos fueron hacia el patio trasero, dejando al alfa y a su compañero solos en la casa.

Peter continuaba oliendo el cuello del menor, queriendo ver si algún rastro del olor de Scott había quedado impregnado en su compañero. Si así fuese, iba a haber más problemas. Para suerte del alfa más joven, Liam había sido inteligente al no dejar que este le tocara, por lo que el olor de Scott no estaba encima suyo.

— ¿Qué hace él aquí? –Preguntó Peter, alejándose.

— Vino a disculparse.

— ¿Por qué? ¿Por ser un idiota o por haberme acusado de violarte? –El alfa estaba obviamente molesto.

— Por ambas cosas –Respondió Liam.— También dio razones por las que lo hizo.

— ¿Qué otra razón puede haber además de que es un maldito bastardo metido?

— Sabes que nos está escuchando ¿Verdad?

— ¡Por supuesto que nos escucha, es un bastardo metido!

La risa de Malia se escuchó desde afuera de la casa.

— Dijo cosas interesantes acerca de sus razones para hacer eso –Repuso Liam, defendiendo a su ex-alfa por primera vez en su vida.

Gruñendo, el mayor comenzó a murmurar insultos entre dientes. Algunos dirigidos a Scott, otros al aire. Pero, cuando estuvo más calmado, volvió a centrarse en Liam.

— Más te vale venir ahora mismo y explicarte o te mutilo, McCall –Gruñó, sabiendo que el de tez morena le escucharía.

Scott volvió a entrar a la casa, siendo seguido por Malia. La coyote se acercó más a la pareja y fue a entregarle el bebé a Liam, pero Peter lo cogió primero. Gruñendo con furia al sentir el olor del otro alfa en su hijo.

Acercó al niño a su rostro y comenzó a frotar su nariz contra la cara del bebé, comenzando este a manosearle el rostro. Eso ayudó a cubrir un poco el aroma de Scott, lo suficiente para que Peter no quisiera matarle.

— Más te vale que empieces a hablar y que la excusa sea realmente buena –Sentenció el alfa Hale.— Porque sino...

Liam pudo ver a Scott ponerse pálido al ver a Peter sacar sus garras. Tenía la impresión de que aquella iba a ser una conversación realmente tensa.

NOTA DE LA AUTORA:

Que loco que por la única razón por la que Scott no se está desangrando en el piso sea por Samuel. Si no fuera por el nene, este pendejo ya sería un cadáver manchando el suelo de la casa.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.