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Liam despertó al día siguiente sintiendo mucho calor, al reaccionar del todo se dio cuenta de qué, o mejor dicho quién, provocaba ese calor. No supo en qué momento, pero de alguna forma Peter se las había arreglado para darse la vuelta durante la noche dejándole a él debajo sin despertarle, o quizás era porque la maratón de sexo le había dejado sin energías y no reaccionó a los movimientos del mayor.

El problema ahora era que, por muy cómodo que se notaba que estaba Peter, él necesitaba levantarse urgentemente. Pero estaba atrapado debajo del mayor.

— Peter –Le llamó suave, intentando despertarle.— Hey Peter, despierta.

El mayor emitió un quejido mientras sus brazos se aferraban aún más al cuerpo de Liam, atrapandole contra aquella barrera de músculos que Peter llamaba pecho.

— Vamos Peter, despierta –Dijo, esta vez más alto.

— No quiero –Se quejó el mayor.— Seguro es muy temprano.

— Pero yo tengo que ir al baño.

— ¿Y qué te lo impide?

— Que tu polla sigue dentro de mí, campeón.

Esta vez, el alfa abrió los ojos y miró a Liam fijamente, bajando la vista hacia su cadera para ver que, en efecto, seguía dentro del chico. Emitió un pequeño oh... mientras salía con cuidado.

Liam sintió incomodidad al encontrarse vacío, aunque podía sentir el semen del mayor humedeciendo su entrada. Se levantó de la cama y fue hacia el baño, sintiendo la mirada de Peter clavada en su espalda mientras avanzaba por el cuarto.

Se metió en el baño e hizo sus necesidades para luego lavarse los dientes y meterse a la ducha. Había extrañado la ducha del departamento de Peter casi tanto como a Peter, en su anterior casa no tenían muy buena presión de agua y había que bañarse rápido porque sino esta comenzaba a salir fría. Algo que no era muy agradable en la mayoría de las ocasiones, como en invierno o apenas levantado. Pero en el baño de Peter podía tomarse su tiempo, y eso hizo, disfrutando de la temperatura.

Cuando estuvo seco y salió, no se molestó en cubrirse con una toalla. No era como si tuviera algo que ocultarle al mayor que ya le había visto desnudo más veces que cualquier otro ser humano, por lo que ni se molestó en cubrirse.

Peter dormía plácidamente en la cama, algo despatarrado a decir verdad, mientras que afuera la lluvia chocaba contra el cristal de la ventana.

Cerró las cortinas para que los primeros rayos del sol no molestaran al durmiente alfa. Pensó en volver a acostarse, pero la verdad es que ya no tenía sueño.

Fue hacia donde estaba su ropa y cogió unos bóxers, unos pantalones cortos y, queriendo andar cómodo, le robó una de sus camisetas cuello en V a Peter. Luego se puso a buscar por toda la habitación la ropa sucia de ambos, sorprendiéndose al ver que sus calzoncillos habían quedado enganchados en una lámpara de pie.

Una vez estaba vestido y con toda la ropa sucia en mano, salió de la habitación procurando no hacer mucho ruido, cerrando la puerta tras de sí y yendo hacia la cocina, donde en una esquina se encontraba una lavadora.

Metió la ropa allí, pero no la puso en marcha porque sabía que esas cosas hacían mucho ruido y que despertarse con el sonido de una lavadora era la segunda forma más horrible de despertar, siendo la primera el sonido de una cortadora de césped.

Con el asunto de la ropa ya solucionado, se dispuso a poner a cargar su móvil mientras preparaba café. No tenía sueño, pero aún estaba algo aletargado por lo ocurrido la noche anterior y necesitaba algo que hiciera que sus energías volvieran a volver por los aires. Un café bien cargado de azúcar podía ayudarle con eso.

Queriendo aprender cómo se usaba el tostador, decidió que no perdía nada con intentar preparar tostadas. Había visto a su madre hacerlo y no podía ser algo demasiado complicado, seguramente era una niñería.

Pasaron varios minutos y ya se estaba cansando de solo esperar a que los trozos de pan saltaran. Se estaba bebiendo su café tranquilo mientras vigilaba el tostador cuando sintió unas manos en su cintura y un montón clavándose en su hombro.

— Eso huele bien –Dijo la suave y algo adormecida voz de Peter a sus espaldas.— Buenos días.

Sintió al mayor comenzar a darle besos en la piel expuesta de su cuello mientras las manos en la parte baja le acariciaban en círculos.

— Dormiste bien –Le preguntó en un suspiro, ladeando la cabeza para que los besos siguieran.

— Dormí genial –Dijo Peter dejando de besar por unos segundos para luego continuar.— Una de las mejores noches de mi vida.

— ¿Hay mejores noches? –El menor fingió estar ofendido.

— Si, esta ha sido la cuarta mejor noche de lo vida –Admitió el alfa.— La tercera fue cuando tuvimos nuestra cita, la segunda cuando me enteré que esperas un cachorro mío y la primera fue esa vez en la que te salvé la vida a base de pollazos.

— ¡Peter! –Liam le nombró en forma de queja, poniéndose rojo mientras el hombre detrás de él reía y le besaba la nuca.

— ¿Quieres saber cuál fue el mejor día de mi vida? –Le murmuró el alfa contra su oído.

— Tengo la impresión de que vas a decir algo sucio –Le reclamó Liam.— Como el 90% de las veces.

— Hey, me hiere que pienses así de mí –Aquello era obviamente tristeza fingida.— Yo que soy una dulce alma incomprendida.

— Ajá, ahora en serio –Liam dejó su taza en la encimera y se volteó a verle.— ¿Cuál fue el mejor día de tu vida?

— El mejor día de mi vida hasta ahora fue el día en el que viniste a pedirme que te entrenara.

Liam se quedó sorprendido ante aquello, era la cosa más tierna que jamás le habían dicho. Se inclinó hacia adelante en busca de los labios del mayor, los cuales le recibieron gustosos.

— Te extrañé mucho, compañero –Le dijo el mayor cuando se separaron de aquél beso suave.

— Y yo a tí –Confesó Liam, mordiéndose el labio.— No volvamos a dejar que nos separen por tanto tiempo.

— Me pegaré a tí con pegamento industrial si es necesario –Aseguró el mayor, sonando seguro y serio de lo que decía.— Dos días fue más de lo que mi no muy cuerda mente puede soportar.

— Lo mismo digo –Asintió Liam.— Ahora bésame.

— Con gusto.

Siguieron con los besos suaves hasta que el olor de las tostadas quemadas. Aunque a ninguno de los dos les importó, estaban ocupados devorando de las bocas como para preocuparse por unos panes quemados.

NOTA DE LA AUTORA:

Estos dos son incorregible. A este paso van a quemar la casa.

Capítulo muy cute luego del smut, necesitaba un poco de fluff en mi vida luego de que ayer mi cuerpo quiso matarme. Estaba realmente malita del estómago.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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