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Las cosas en la habitación escalaron rápidamente, ninguno de los dos estaba para esperar mucho. Dos días sin sentir la piel del otro habían sido una completa tortura. Peter pensó más de una vez en escapar e irse a buscar a Liam, pero eso solo les hubiera perjudicado, en ese momento ya le acuusaban de abuso de menores, no le convenía que le acusara además por haber escapado de la cárcel. Eso solo hubiera hecho el juicio más difícil de lo que ya había sido.
Poniendo los pensamientos de aquél juicio que solo quería olvidar a un lado, Peter volvió a besar a su beta mientras seguía moviendo los dedos dentro del chico. Deleitándose con sus gemidos.
Podía estar ansioso, excitado e impaciente, pero no por eso iba a arriesgarse a hacerle daño a Liam. Aunque el chico parecía no estar conforme con aquella preparación, puesto que sus gemidos de habían transformado en quejidos mientras intentaba darse placer moviendo su pelvis contra los dedos del mayor.
— Métete de una vez –Le escuchó gruñir mientras le sentía apretarse contra sus dedos.
— Como tú digas –Aceptó el mayor, cayendo ante los pedidos del que se encontraba debajo suyo.
Volvió a besar a Liam mientras sacaba los dedos del interior, sintiéndole jadear al estar vacío. Aunque casi al instante sus dedos fueron reemplazados por su miembro, el cual colocó contra la entrada del chico, comenzando a empujar lentamente.
Peter gimió con fuerza al sentir la cabeza y parte de su falo ya dentro, siendo apretados por las paredes de Liam. Aquello era el séptimo cielo para él, aún no podía creer que le pudiera satisfacer tanto estar dentro de un mocoso. Pero así era, el sexo con Liam era el mejor que había tenido en toda su vida.
Sintió las uñas de Liam clavarse en su espalda una vez que estuvo del todo dentro y aquello solo le hizo excitarse aun más. Comenzó a moverse despacio, queriendo disfrutar y sentir lo más posible. Aunque la calentura acabó por ganarle y sus caderas comenzando a seguir el ritmo que su lobo quería. Dando estocadas bruscas y profundas, las cuales tenían a Liam casi gritando.
— Amo tu cuerpo, cachorro –Jadeaba el Hale, lamiendo el cuello del menor.— Es perfecto, siempre apretándome con ese culo que tienes, rodeándome con tus brazos, gimiendo con esos carnosos labios. Me dan ganas de no dejarte salir para que nadie más te vea, porque eres solo mío.
— Peter –Liam había gemido el nombre del mayor.
— Te amo pequeño, te amo –Dijo levantándole para cambiar la posición.
Consiguió sentarse en la cama sin salir del chico y, cogiéndole por las nalgas, comenzó a moverle para que se empalaga en su polla. Quedándose sin aire ante las sensaciones que conseguía con aquello. De haber sabido que aquella posición sería tan placentera, se hubiera follado a Liam así todas veces anteriores. Y planeaba hacerlo ahora que sabía lo bien que aquello se sentía, y que notaba que Liam también lo disfrutaba mucho más.
Cuando el chico comenzó a moverse solo, él se dispuso a llevar una mano a su ignorada polla para masturbarle mientras con la otra mano le acariciaba la espalda cariñosamente.
Liam acababa de esconder la cabeza contra su hombro, Peter le sentía gimiendo y jadeando allí, contra su piel, y aquello le encantaba. Él mismo llevó su rostro al hombro del menor y comenzó a mover su boca allí, repartiendo besos por cada tramo de piel que alcanzaba.
Aumentó los movimientos de su mano en torno al miembro ajeno mientras sentía a Liam subir y bajar a mayor velocidad, cerrando los ojos al sentir al menor empalarse con su polla.
— Sigue pequeño, sigue –Gimió mientras atrapaba un poco de la piel del cuello del chico y la mordía sin querer provocarle dolor realmente, sino queriendo dejar un chupón.
Continuaron así por lo que pareció una eternidad pero en realidad fueron alrededor de cuarenta minutos. Peter continuaba acariciando el miembro del menor a pesar de que este ya se había corrido. Mientras que Liam seguía empalándose, disfrutando de los besos que el otro seguía dando en su cuello.
— Ya casi llego, cachorro –Jadeó el mayor contra la nuez del rubio.
Ante la advertencia, Liam comenzó a moverse aún más rápido. Deleitándose con los gemidos del mayor.
Peter sintió el climax producirle escalofríos por toda su columna antes de llegar a su entrepierna. Iba a gemir mientras sentía su semen abandonarle para llenar a Liam, pero se quedó sin aire al sentir los dientes del menor traspasar su piel y morderle con fuerza.
Cayó hacía atrás mientras se corría y Liam aún no le liberaba de su mordida, sus manos se aferraron a las caderas de Liam mientras gemía con fuerza.
En cuanto el climax del mayor acabó, Liam le liberó de su mordida, sonriendo triunfal al ver la mirada nublada del mayor.
— ¿Estás bien? –Le preguntó riendo.
— No siento mi cuerpo –Se quejó el alfa casi sin aire.— Creo que me provocaste un derrame cerebral.
— No sabías que tenías cerebro en la cabeza de abajo –Bromeó el rubio, besándole.— ¿Es siquiera posible que un lobo sufra un derrame cerebral?
— Contigo, mi pequeño, todo es imposible.
Liam fue atraído por el mayor hacia su cuerpo, quedando acostado en el pecho del mayor mientras este le acariciaba.
Aquellas caricias producieron que Liam comenzara a cansarse. Toda la energía que habían acumulado luego de dos días sin sexo acababa de ser derrochada, dejándoles exhaustos.
— Te extrañé –Murmuró con somnolencia el rubio.
— Y yo a tí, pequeño –Le respondió Peter, sintiendo como el cuerpo del chico sobre él se relajaba.— No voy a permitir que nadie nos vuelva a separar.
NOTA DE LA AUTORA:
Ahí tienen su smut hijos míos, y miren que estuve a punto de no subir capítulo hoy, la verdad es que estoy teniendo un día de mierda. Pero no quería dejarlos sin capítulo.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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