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Por dos días enteros, Peter había creído que nadie podría arruinar lo que estaba teniendo con Liam. Pero había olvidado una parte importante de la ecuación, una parte que podría alterar todo el resultado. Y esa parte tenía nombre y apellido: Scott McCall.

Parecía que ya se habrá hecho costumbre que gente a la que nunca le había dicho su dirección llegara a tocar a su puerta. Pero le había sido una verdadera sorpresa cuando quienes habían llegado eran dos oficiales de la policía.

— Peter Hale –Había hablado uno de ellos.— Necesitamos que nos acompañe.

— ¿Por qué?

— Se ha levantado una causa en su contra –Dijo el otro oficial.— Queda arrestado por abuso de menores.

(...)

Liam se había enterado por Malia de que Peter estaba en la cárcel. No podía creerlo, menos pudo creer cuando al reunirse con la coyote para enterarse de qué había ocurrido, esta le dijo que le habían arrestado por supuesto abuso de menores.

Llamaron a Derek casi al instante y el mayor llego juntó con Stiles. Ambos eran desconocedores de lo ocurrido, por lo que tuvieron que contarles todo.

El ojimiel consiguió meterse en los archivos de la policía y su rostro se desfiguró al ver el nombre de quién había realizado aquella denuncia. No podía creerlo.

Al ver que el menor no aclaraba su duda, Liam miró la pantalla por encima de su hombro, frunciendo el ceño y apretando los puños al ver lo que se mostraba.

Nombre del denunciante: Scott McCall.

Denuncia: Supuesto abuso a un menor de edad.

Acusado de denuncia: Peter Hale.

Víctima de denuncia: Liam Dunbar.

Derek tuvo que sujetarle para que no saliera corriendo del departamento en busca del que alguna vez había sido su alfa. Quería matarlo, en ese momento no le importaba nada más que la traición que sentía por parte de Scott. No era suficiente con echarle de la manada, no, tenía que seguir arruinando su vida.

— Que le mates no va a ayudar en nada –Le había dicho el Hale.— Es más, hará que sospechen de que Peter te envío a hacerlo.

Aquello consiguió que Liam pensara mejor las cosas, pero las ganas de hacer sufrir a McCall seguían allí, convirtiéndose en un nudo en su pecho.

Fue entonces cuando comenzó a maquinar un plan que, estaba seguro, iba a dejarle satisfecho. Volteó a ver a los demás, alejándose de la puerta, antes de hablar.

— Stiles, ve a hablar con tu padre y sácale la mayor información que puedas acerca de cómo juzgarán a Peter –Comenzó a decir, aunque sonaba como una orden.

El humano asintió y volvió a guardar su computadora para salir del departamento. Derek iba a ir con él, pero fue detenido por el rubio.

— Ve a hablar con Peter –Le dijo serio.— Dile que le sacaremos de allí.

El lobo mayor se extrañó un poco, pero asintió con la cabeza y recorrió el mismo camino que había hecho Stiles para salir.

— ¿Qué estás tramando? –Le preguntó Malia cruzándose de brazos.

— Voy a sacar a nuestro alfa de la cárcel –Le dijo mientras cogía su móvil.— ¿Me vas a ayudar?

— Por supuesto que si –Asintió la coyote con obviedad.

— Perfecto –Liam le sonrió.— Necesito alguien que me lleve a ver a mi padre.

— ¿Dónde vive?

— A varios pueblos de aquí.

— Entonces vamos a necesitar un auto –Suspiró Malia.— Tengo licencia, pero no tengo coche.

Ambos voltearon la vista hacia todos lados y comenzaron a buscar lo que estaban seguros de que Peter no había tenido tiempo a llevarse. Liam fue quien divisó el objeto metálico que brillaba en la encimera de la cocina, las llaves del Mustang estaban allí. Las cogió y sonrió, iba a sacar a Peter de allí. Aunque tuviera que ir a ver a su progenitor para conseguirlo.

Volvió a la sala, donde Malia continuaba buscando.

— Las encontré –Dijo con más emoción de la necesaria.

La coyote dejó de buscar y se acercó a él, quitándole las llaves de la mano con más fuerza de la necesaria, pero sonriendo al ver que, efectivamente, era la llave del Mustang.

— Siempre quise conducir ese auto –Dijo emocionada.— ¿Nos vamos?

— No sé qué hacemos aún aquí –Bufó Liam, poniendo los ojos en blanco ante la sonrisa infantil de la coyote.— Vámonos de una vez.

Salieron del departamento y bajaron las escaleras corriendo, llegando al parking y yendo hacia donde el Mustang se encontraba perfectamente estacionado.

Malia quitó la alarma y subieron. Al ver que la coyote, al intentar ir marcha atrás, casi choca contra otro de los coches porque en lugar de poner marcha atrás se fue hacia adelante, Liam se puso el cinturón de seguridad.

— Las cosas que hago por Peter –Murmuró para sí mismo.

Por desgracia, Malia le había escuchado y, como venganza, aceleró de repente una vez que consiguió sacar el auto del estacionamiento. Dejando a Liam sujetándose del asiento.

— No vuelvas a hacer eso –Le pidió muy tenso y con el corazón a mil por hora.

— No prometo nada –Aseguró la coyote con una sonrisa burlona.

(...)

Derek había conseguido que le dejaran ver a su tío, ayudaba que el primer oficial con quien se había encontrado fuera Parrish y este le debiera un favor.

Peter se había visto sorprendido al verle llegar, se había levantado de donde estaba sentado en su celda y había ido hacia la reja de esto, sonriéndole a Derek.

— ¡Por fin vienes, llamé a Malia y le dije que les dijera a ustedes! –Dijo alegre el alfa.— Tienes que sacarme de aquí, este lugar huele horrible.

— Liam tiene un plan –Le dijo serio y murmurando, por si alguien escuchaba.— Así que intenta no meterte en ningún problema.

— Voy a ser bueno –Asintió Peter.— ¿Cuál es el plan?

— No nos explicó nada, solo nos dijo qué hacer –Explicó.— Pero sonaba muy seguro de lo que decía.

— Ese es mi mate –Murmuró el mayor de los Hale sonriendo.

Ahora Peter estaba tranquilo, cuando Derek tuvo que irse, su sonrisa aún no se había borrado. Sabia perfectamente que si alguien era capaz de sacarle de allí, esa persona sería Liam.

NOTA DE LA AUTORA:

Quiero matar a Scott, alguien que me ayude cuando necesite cortar el cadáver en pedacitos y enterrarlo en diferentes sectores del bosque.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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