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Peter terminó de bañarse y salió de la tina. No se preocupó por atarse una toalla para cubrirse, salió del baño como Dios le trajo al mundo, solo que con una sonrisa socarrona.
Liam se estaba acomodando el pelo frente a un espejo, se veía igual que cuando había llegado. Cualquiera que le viera y no supiera lo que habían hecho creería que realmente no habían hecho nada más que hablar, cuando en realidad habían hecho de todo menos eso.
El rubio volteó a verle y a Peter le sorprendió que le mirara directo a los ojos. Normalmente, las personas con las que tenía sexo se concentraban más en su cuerpo, sobre todo cuando estaba desnudo. Pero Liam solo miraba sus ojos con una media sonrisa, como si con mirar de su cuello para arriba le fuera suficiente.
— Ya se me ocurrió a donde llevarte –Dijo, sintiéndose extraño por la mirada de Liam.
— ¿A si? –El rubio le miró curioso mientras terminaba de acomodar su pelo.— ¿A dónde?
— Es una sorpresa.
— No me hagas esto –Pidió haciendo un mohín.— Odio las sorpresas, soy una persona ansiosa, no soporto la espera.
— Pues vas a tener que esperar –Repuso Peter encogiéndose de hombros.— Porque no te voy a decir a dónde te llevaré.
Peter sonrió mientras le daba la espalda a Liam para comenzar a vestirse. Aunque su sonrisa se convirtió en una expresión de pura sorpresa ante el siguiente movimiento del menor.
Liam, aquél mocoso que al parecer ahora tenía tendencias suicidas, acababa de darle una nalgada con la mano bien abierta. No había sido nada diferente, más bien se había sentido como que solo había querido golpearle.
Dió vuelta el rostro, observando al menor intentar callar su carcajada con una mano, pero no lo conseguía porque varios hipidos causados por la risa eran claramente audibles.
— Estás muerto.
Moviéndose rápidamente, se lanzó para coger a Liam. En el primer intento, el menor consiguió esquivarle, pero al darle la espalda para intentar salir corriendo se vio atrapado por los brazos del mayor y lanzado contra la cama. Cayó y rebotó contra el colchón mientras aún no podía dejar de reír, pronto el peso de Peter se encontró encima de él y su risa fue callada por los labios del mayor.
Antes de que se cortara el beso, sintió un golpe contra su muslo y abrió los ojos, observando que Peter también los tenía abiertos y parecía nunca hacerlos cerrado.
El mayor se alejó riendo mientras que el beta se sentó cruzado de brazos y piernas en la cama, mirándole con reproche reflejado en sus ojos.
— Eres malo –Refunfuñó Liam.
— Siempre lo he sido –Admitió encogiéndose de hombros.— No dejare de serlo ahora, solo evitaré serlo contigo.
— No me hagas reír –Pidió sonriendo.— Tú no eres malo.
— ¿Ah no?
Peter estaba intrigado, Liam había sonado muy seguro al decir aquello y eso debía tener alguna explicación.
— He conocido gente realmente mala, y tú comparado con ellos eres un ángel.
— ¿Qué clases de personas eran esas? –Preguntó sorprendido.— Voy a empezar a vigilar con quién te juntas, no vaya a ser que lastimen a mi mate.
Al alfa le encantaba como sonaban aquellas dos palabras juntas. Nunca había creído que sería capaz de decirlas. Pero ahora tenía a Liam frente a él y solo quería asomar medio cuerpo por la ventana y gritar hasta quedarse sin voz que Liam era suyo y él era de Liam. Pero ya era tarde y si se ponía a gritar los vecinos iban a echarle la bronca.
— Anda, moviendo esas nalgas –Dijo palmeando las manos como si fuera a sacarse polvo.— Voy a llevarte a un lugar que seguro te encantará.
Liam ladeó la cabeza y sus ojos brillaron con curiosidad mientras se levantaba de la cama e iba al baño a por su móvil. El cual se había dejado en el lavabo.
— ¿Tienes cargador en el coche? –Le preguntó a Peter mientras regresaba al cuarto.— Porque mi móvil esta a punto de morir.
— Sí, tengo uno que se conecta en el encendedor –Asintió el Hale con una media sonrisa.
Liam le regresó la sonrisa y se encaminó para irse a la sala. Pero al último momento, y antes de llegar a la puerta, se dio media vuelta y fue hacia Peter, dándole un casto beso en los labios para luego darse media vuelta y salir de la habitación.
El alfa no pudo evitar llevarse dos dedos a los labios y acariciarselos sorprendido. Liam le hacía sentir muchas cosas que nunca nadie le había provocado, acababa de sentir en carne propia un beso que era puramente sentimental, como aquellos de las películas, esos que se le hacían tan falsos como los finales felices. Pero con el rubio a su lado, sentía que podía permitirse la ilusión de algo, no un final, pero algo feliz.
Se vistió con lo mejor que encontró en su armario y salió de la habitación. Debía admitir que normalmente no le gustaban las camisas ajustadas y cerradas o los pantalones y zapatos elegantes, pero por Liam estaba haciendo una excepción.
— ¿Cómo me veo? –Le preguntó inclinando la cabeza sonriente.
El beta hizo una expresión pensativa y se acarició la barbilla con la mano mientras le observaba detenidamente.
— Algo falta –Terminó por decir el rubio, negando con la cabeza y chasqueando los dedos.
— ¿Qué?
Peter se enderezó y Liam se le acercó, cogiéndole por la camisa y desabotonando los tres primeros botones, acomodando luego las solapas.
De esa forma, la camisa dejaba a la vista lo mismo que un V neck.
— Así te ves mucho mejor –Dijo con seguridad mientras se alejaba dos pasos para contemplarle.— Tienes un pecho digno de presumir y no voy a permitir que te limites en nuestra cita, yo voy a presumirte.
El alfa se quedó congelado ante aquello, estuvo a punto de mandar toda la cita a la mierda y lanzarse a follar a Liam. Pero el menor se le adelantó y fue hacia la salida del departamento, volteándose para verle una vez que estaba junto a la puerta.
— ¿Nos vamos? –Le preguntó mordiéndose el labio.
Peter estaba seguro de que esa no sería la única provocación con la que Liam le atacaría en la cita.
— Estoy jodido –Murmuró mientras seguía a su beta fuera del departamento.
NOTA DE LA AUTORA:
Manito arriba los que crean que Peter está jodido 🙋
Este Liam es un salido, se va a aprovechar de la situación, no lo duden ni por un segundo.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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