31
Liam se tomó su tiempo para ducharse, tanto tiempo estuvo allí que las yemas de sus dedos se arrugaron un poco. Fue entonces cuando consideró que ya era hora de salir de debajo del agua. Así que terminó de asearse rápidamente y salió de la ducha, cogió una toalla y se la ató alrededor de la cintura para salir así del baño.
Se encontró a Peter sentado, o más bien echado, cómodamente en el nuevo sofá de la sala, vestido solamente con un pantalón de pijama que no dejaba nada a la imaginación. Al verle salir, le miró de arriba a abajo y sonrió, quedándose mirando fijamente los pectorales del adolescente.
— Estaba pensando en castigarte por hacerme limpiar cuando salieras del baño –Dijo sin dejar de mirarle.— Iba a usar el truco de sin sexo hasta nuevo aviso, pero Dios... ¿Cómo quieren que me resista a tí?
El rubio sonrió triunfal y se acercó a pasos lentos hacia el alfa, llegando frente a él y sentándose en sus piernas mientras le miraba directo a los ojos.
Peter se aferró a su cintura y fue bajando la toalla mientras acariciaba su piel con la yema de los dedos, provocándole escalofríos.
Fue el menor quien quitó del todo la toalla y la arrojó al suelo para luego capturar los labios del mayor en un beso hambriento. Llevó sus manos a la nuca de Peter y enredó sus dedos en el cabello del mayor, profundizando un poco más el beso y colando la lengua en la boca de su alfa. El Hale rápidamente tomó control de la situación y le cogió con fuerza de las nalgas, haciéndole soltar todo el aire que guardaba en sus pulmones con un fuerte jadeo.
El lobo mayor ronroneó al escuchar los sonidos emitidos por Liam y hundió el rostro en su pecho, comenzando a besarlo y lamerlo.
Liam gimió cuando sintió la lengua del mayor jugando con uno de sus pezones. Nunca había sido de tener sensibilidad allí, o por lo menos nunca lo había descubierto, pero sentir la tibia respiración del alfa contra aquella zona era algo placenteramente nuevo. Se aferró al cabello de Peter y echó la cabeza hacia atrás, sucumbiendo ante todo lo que estaba sintiendo.
Mientras jugueteaba con los pezones del menor, las manos del alfa viajaron a sus nalgas. A las cuales se aferró mientras las separaba y acariciaba con deleite. Sintió el escalofrío que recorrió a Liam como si fuera uno propio y abandonó sus ahora enrojecidos pezones para comenzar a lamer sus pectorales.
Está de más decir que la polla de Liam había comenzado a reaccionar luego de todo aquél trato, sería un insulto siquiera insinuar que con todo aquello Peter no había conseguido excitarle, porque si lo había conseguido, y se le inchaba el pecho en orgullo por eso.
Cuando acabó de degustar el abdomen de Liam, pasó a una zona más baja. Aunque para llegar a ella primero tuvo que subirse las piernas de Liam a los hombros y levantar al chico, cosa que hizo sin mucho esfuerzo.
El adolescente se puso tenso al sentir el aliento de su alfa contra su miembro, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa se quedo sin aire al sentir los labios del mayor cerrarse en torno a la cabeza de su pene. Nuevamente se aferró al cabello del alfa mientras este lamía su miembro como si de alguna clase de dulce se tratara. pasó saliva al sentir como, poco a poco, su miembro era engullido por el mayor.
Peter no iba a mentir, él no era del tipo de persona que le practicarla sexo oral a otra persona. Siempre había conseguido volver locas a sus parejas sexuales sin la necesidad de recurrir a comerles el coño. Porque siempre habían sido chicas. Pero, al ser Liam el primer hombre con el que mantenía una relación de más de una sola noche, le había entrado curiosidad de como se sentiría chupársela. Llamenlo morbo o simplemente el estado de excitación en el que se encontraba. Pero la verdad es que estaba disfrutando bastante de lo que estaba haciendo.
Se extrañó cuando Liam le hizo alejar la boca de su persona. Creyó que quizás había hecho algo mal o que le habría provocado dolor al menor, aunque eso estaban muy alejado de la realidad.
Miró fijamente a Liam, sus ojos estaban amarillos, nublados por la excitación, su boca entreabierta mientras intentaba recuperar el ritmo normal de su respiración y su rostro, hombros y pecho eran teñidos por un ligero tono rojizo.
Peter sonrió al verle así y acaricio sus muslos con suavidad, observando mientras el chico suspiraba ante el contacto.
— Vamos a la habitación –Dijo el alfa poniéndose de pie.
Aún tenía a Liam colgado de sus hombros, por lo que recorrió el camino al cuarto sin ver realmente a dónde iba. Lo bueno era que conocía su departamento y eso hacía más fácil el ir y venir sin ver.
Liam gemía mientras Peter besaba y mordía suave en sus caderas. Aunque intentaba ver a donde iban. Agachó la cabeza cuando llegar a la entrada del cuarto, de esa forma evitó golpearse contra el marco de la puerta.
Una vez estuvieron dentro de la habitación, Peter acostó a Liam en la cama y fue hasta una de las mesitas de noche para sacar el bote de lubricante que usaban en esas ocasiones.
— Voy a tener que comprar más –Dijo mientras se embadurnaba los dedos con lo que quedaba en el frasco.
Se colocó encima e hizo que el menor enredara las piernas alrededor de su cintura, para así tener mejor acceso a la entrada del chico. Comenzó acariciando la zona con la yema del dedo pare luego comenzar a introducirlo lentamente, arrancándole un gemido al beta.
Comenzó a meter y sacar el dedo, para luego introducir un segundo y comenzar a hacer movimientos de tijeras con ese dedo.
Una vez que creyó que Liam estaba lo suficientemente preparado, se quitó rápidamente los pantalones y se acomodó entre sus piernas. Cogiendo su ya erecto miembro con una mano y ubicándolo frente a la entrada del menor.
Comenzó a entrar lentamente y se tomó su tiempo, queriendo torturar un poco a Liam. Lo cual estaba consiguiendo.
Una vez que estuvo completamente dentro, comenzó con estocadas lentas. Sacando la mitad de su miembro para luego volver a meterse con toda la paciencia del mundo. Algo que era obvio no le estaba gustando a Liam.
— Más rápido –Gruñó el menor con impaciencia.— Muévete rápido, maldita sea.
Peter le dio un azote en el culo ante aquello y el menor gimió algo adolorido.
— Cuida tu boca, cachorro –Le dijo mientras le miraba fijamente.— Este es tu castigo por haber roto mi espejo y que yo tuviera que limpiarlo.
El rubio volvió a gemir cuando Peter volvió a golpearle una de sus nalgas con la mano bien abierta. Apretó sus ojos cerrados y sus manos viajaron hasta su miembro, aunque antes de llegar, fue detenido por el alfa.
— Nah-ah... –Dijo mientras volvía a salir y a meterse lentamente.— No te doy permiso de tocarte.
Liam le miró como si deseara que aquello fuera una broma. Pero Peter se veía muy seguro de lo que había dicho, lo cual asustaba al adolescente.
El alfa pasó de mirarle a los ojos a mirar su cuello, al cual se acercó mientras volvía a salir y entrar muy despacio. Clavó la nariz en la marca de olor, captando el aroma de ambos, y aceleró un poco las embestidas.
Aprisionó las manos de Liam con una de las suyas y le hizo ponerles por alrededor de su cuello.
— Si quitas las manos de mi nuca me voy a salir y te voy a atar las manos a la cabecera de la cama para que no te toques ¿Entendiste? –Le dijo con una voz gutural.
El menor asintió con la cabeza y Peter sonrió ante la sumisión.
Comenzó a lamer y morder el cuello del beta, sin llegar a dañarle pero si consiguiendo dejarle sin aire. Lo cual era mucho mejor a sus ojos. Se había colocado de tal forma en la que su abdomen no se rozaba con su miembro mientras le embestía. Lo cual hacía que esa parte del cuerpo del menor no recibiera ningún tipo de desahogo.
— Peter –Jadeó Liam en un momento con una voz cargada de suplica y deseo.— Muévete más rápido.
— ¿Cuál es la palabra mágica? –Preguntó burlón mientras mordía el lóbulo de la oreja del chico.
— Por favor, mi alfa.
Esas palabras entraron por los oídos y fueron directo a su polla, la cual literalmente tembló ante las palabras del beta.
Peter aumentó la fuerza de sus embestidas, sintiendo como los dedos del menor se crespaban en su nuca cada vez que rozaba su próstata.
Se movió con más fuerza cada vez hasta que sus estocadas tuvieron la velocidad con la que normalmente follaba al menor, incluso un poco más. Mientras tanto, seguía atacando el cuello del chico e impidiéndole tocarse.
Liam gemía y se retorcía en busca de que su miembro recibiera contacto, el cual no conseguía porque no tenía mucha movilidad.
— Peter... –Volvió a gemir el nombre del otro mientras este le embestía.— Por favor, me quiero correr.
— Entonces córrete –Le dijo sonriéndole.— Córrete para mí, cachorro.
De repente, la mano del alfa se cerró en torno a la inchada base de la polla del otro.
A Liam se le pusieron los ojos blancos mientras soltaba un grito de placer y arqueaba la espalda. Sus paredes se contrajeron alrededor de Peter, provocando que el alfa gimiera sonoramente.
Los nudos de ambos comenzaron a agrandarse y se corrieron al mismo tiempo. Liam no paró de gemir mientras era invadido por el climax y llenado por el del mayor, el cual continuó moviendo su pelvis mientras se corría. Aunque no tenía mucha movilidad a causa del nudo.
Cuando dejaron de derramar sus semillas en el otro, Peter se mantuvo estable con sus antebrazos, puesto que ya no podía soportar su peso con las manos y tampoco quería aplastar a Liam.
El menor notó que su alfa no parecía estar cómodo con la posición en la que se encontraban, por lo que pensó en una forma en la que ninguno tuviera que quedar debajo del otro.
Utilizando sus brazos, se impulsó hacia adelante, mandando a Peter hacia atras hasta que estuvo sentado en la cama y él acabó arrodillado entre las piernas del alfa, con el nudo de este aún en su interior.
Peter apoyó la frente en el hombro del menor y Liam comenzó a dejar besos en la piel desnuda del mayor. El cual suspiró contra su piel.
— Eres increíble –Murmuró contra la piel del alfa
— Tú no te quedas atrás –Le elogió Peter.— Me encanta como siempre estás tan apretado a mi alrededor.
El alfa levantó la cabeza del hombro del otro y capturó sus labios en un beso.
— No tengo sueño –Dijo al separarse.— ¿Y tú?
— No –Negó Liam.— Y aún ni siquiera es de noche.
— Podremos ver cuánto tarda en deshacerse el nudo.
— Será interesante.
NOTA DE LA AUTORA:
Estos chicos de hoy en día, bien pervertidos y sexosos nos salieron.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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