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30

El regreso a Beacon Hills fue algo más agresivo de lo que se esperaron. Primero porque Liam no le había dicho a Stiles que se iba con Peter y el humano de la manada McCall había enloquecido al verle.

Se encontraron a Derek y Stiles apenas regresaron. Al parecer ya nadie entendía la ilegalidad de entrar al departamento de alguien sin el permiso del dueño, y ni Peter ni Liam se esperaban que, al entrar, fueran a encontrarse a ambos allanadores de moradas en la sala del departamento, mirándoles con los brazos cruzados.

— Nos deben una explicación –Gruñero ambos al mismo tiempo, lo cual fue raro porque Stiles no gruñía nunca.

Cuando ambos clavaron sus mirada fruncidos en Liam, el chico pasó saliva. Era obvio que iba a tener que soportar un buen regaño.

(...)

Como el chico había esperado, toda la bronca fue dirigida hacia él. Estaba sentado en el sofá mientras Stiles le cantaba los cuarenta. Aunque la verdad era que el chico gritaba y hablaba tanto que tan solo entendió la mitad, aunque fue suficiente para que se sintiera mal.

Por el rabillo del ojo observó a Peter, el cual miraba la escena con un rostro inexpresivo.

— ¡Y mírame cuando te hablo, Liam! –Le gritó Stiles, haciéndole dar un respingo.— ¿¡Sabes el susto que pasamos, creímos que te había pasado algo!?

— Sé cuidarme solo –Gruñó Liam en voz baja.

— ¿Qué dijiste?

— ¡Que no necesito que ustedes vayan por ahí molestando! –Le gritó, aunque fue más como un rugido.— ¡Son como un maldito grano en el culo!

El rubio se levantó como un resorte y miró a Stiles fijamente, con una rabia que no era normal. Derek se puso frente al humano casi al instante e hizo que sus ojos brillaran azules.

Liam desvió la mirada y se frotó las cienes, bufando con furia mientras se alejaba e iba hacia él espejo. Se observó en este y en un puro arrebato de furia le dio un puñetazo.

El vidrio estalló y varios fragmentos del cristal se clavaron en su mano, haciéndole reaccionar del todo. Casi al instante y antes de que siquiera pudiera darse cuenta de que su puño sangraba, Peter estaba a su lado.

Miró al mayor como si se esperara que este también fuera a gritarle, pero lo único que hizo Peter fue cogerle por su las muñecas y observar su mano herida.

Aún sin decir nada, el mayor le arrastró hacia el baño y le hizo meterse allí.

— Váyanse –Dijo Peter, mirando a Stiles y Derek.— Largo de mi casa.

El lobo y el humano obedecieron al ver la mirada de odio que les dedicaba el furioso alfa.

En menos de dos minutos, Peter ya estaba retirando los vidrios de las manos de Liam, intentando no hacerle daño al chico.

— Lo siento mucho –Se disculpó el rubio.

— Pues debes sentirlo.

— De verdad lo siento Peter, yo no quería... –El menor suspiró mientras otro vidrio era quitado de su brazo.— Te pagaré el espejo.

El mayor dejó lo que estaba haciendo para alzar la vista y mirarle incrédulo, realmente no podía creer que el chico le estuviera diciendo aquello.

— Me importa una mierda el espejo –Le gruñó furioso, y Liam le miró extrañado.— Acabas de automutilarte dándole un puñetazo a un cristal ¡No vuelvas a hacer eso!

Ahora era Liam el que estaba sorprendido, miró a Peter y luego a los vidrios clavados en su puño como si acabara de reaccionar a aquello. Sus ojos se inundaron en lágrimas al ver el enojo y la preocupación en los ojos del alfa.

— Lo siento –Murmuró esta vez con la voz quebrada.— Lo siento, lo siento...

— Hey –Peter le hizo alzar la vista.— Está bien, Liam, ya está...

Peter se quedó paralizado cuando los brazos de Liam le rodearon y le apretaron con fuerza, escondiendo el rostro en su pecho mientras rompía en llanto.

El mayor sinceramente no supo que hacer, pasó un brazo por alrededor de Liam y le rodeó, acariciándole la cabeza mientras intentaba pensar en una forma de que el chico dejara de llorar. No era bueno consolando a la gente.

— Liam, escúchame –Dijo, cogiéndole por los hombros y alejándole de su persona para mirarle a los ojos.— No estoy enfadado, y me importa una mierda el espejo, estoy desconcertado como no tienes idea, nunca he tenido que cuidar de nadie más que de mí mismo, y ya ves que no he hecho muy buen trabajo. Pero solo estoy seguro de una cosa... –Hizo una pausa, clavando sus ojos en los del menor.— No soporto verte herido ¿Entiendes? Prométeme que no lo harás de nuevo.

El beta asintió repetidas veces con la cabeza, Peter le sonrió y le revolvió el cabello.

— Buen chico –Le dijo sonriendo.

Liam alzó la cabeza ante el contacto con la mano del alfa y sonrió.

— Puedo quitar el resto de los vidrios solo –Dijo el menor en un murmullo.

— Ya lo estoy haciendo yo –Repuso el Hale.— Además, así puedo quitarte algo de dolor.

— Me lo merezco –Bufó mirándole.— Por idiota.

— Te mereces que te folle sin piedad por ser un idiota –Le corrigió el mayor.— Aunque creo que eso sería más un premio que un castigo.

— Para mí no sería un castigo –Repuso Liam riendo.

La risa del chico se convirtió en un siseo de dolor cuando Peter sacó otro de los cristales. Con la mano que no estaba usando para hacer de cirujano, el alfa cogió la muñeca de Liam y comenzó a absorber parte de su dolor. Aunque no podía absorberlo todo.

Fue un alivio para ambos cuando todos los cristales estuvieron fuera de la mano del rubio y las heridas comenzaron a cerrarse lentamente, hasta que la piel se veía como si nunca hubiera pasado nada.

— Les di un buen susto a Stiles y Derek –Recordó apretando los labios.— ¿Crees que ellos...?

— ¿Se enfaden? Nah... –Se apresuró a negar.— Y si se enfadan, no dirán nada, ya les quedó claro que si se meten contigo se meten conmigo.

La sonrisa de Peter le dio más confianza al menor, por lo que suspiró aliviado.

— Me gustaría asearme –Dijo algo cohibido.— Digo, si no te molesta, es que me huelo mi sangre y...

— Date el gusto –Le dijo Peter sin dejarle terminar.— Mi casa es tu casa.

El alfa salió del baño, aunque se volteó antes de cerrarle la puerta.

— Me metería a duchar contigo, pero estás castigado hasta nuevo aviso –Le gruñó y Liam hizo un mohín.— Has sido un niño muy malo.

— Perdóname, mi alfa –Le dijo Liam, siguiéndole el juego.— Prometo que seré bueno.

Peter tuvo que resistirse las ganas de volver a meterse al baño y lanzarse encima de Liam. Nunca se había enterado de que tenía semejante fuerza de voluntad, puesto que logró cerrar la puerta e ir a la sala. Viendo entonces todos los trozos del espejo que habían quedado en el suelo.

Suspiró mientras iba hacia la cocina a por la escoba y la pala, iba a tener que limpiar, y él odiaba limpiar. Definitivamente iba a castigar a Liam en cuanto el mocoso saliera del baño.

NOTA DE LA AUTORA:

Stiles en modo hermano mayor sobre protector, Liam perdiendo el control, Peter prometiendo castigarle ¿Qué más me pueden pedir?

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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