27
Cuando Liam recuperó la conciencia y abrió los ojos, a la primera persona que vio fue a Peter. El alfa estaba empapado de pies a cabeza, respiraba agitado y le miraba con los ojos muy abiertos. Le veía mover los labios frenéticamente, pero no escuchaba lo que el mayor decía porque tenía una gran cantidad de agua en los oídos.
Intentó hablar, pero lo único que pudo hacer fue comenzar a toser. Peter le puso de lado y él sintió una arcada, creyó que iba a vomitar, pero todo lo que salió por su boca y nariz fue agua salada.
Cuando toda el agua pareció abandonar sus pulmones y Liam comenzó a respirar a un ritmo normal, Peter le cogió en brazos al estilo nupcial y le llevó a su habitación. Le dejó en la cama y se colocó a su lado, aferrándose a su brazo. El rubio pudo notar las venas negras recorriendo el antebrazo del alfa y le miró desorientado.
— ¿Qué pasó? –Le preguntó, y Peter pareció ofendido por la pregunta.
— No viste la ola y te golpeaste la cabeza –Le dijo, aunque más bien parecía que se lo estuviera recriminando.— ¿En qué estabas pensando?
Liam no respondió, estaba demasiado mareado como para hacerlo. Apenas entendía cómo había pasado de estar al sol a estar bajo techo en una cama.
— No entiendes ni media de lo que digo ¿Verdad? –Liam negó con la cabeza.— Casi te matas, eso ocurrió.
Ahora al beta le había quedado claro que casi muere por hacer el tonto, con esfuerzo se sentó en la cama mientras que Peter refunfuñaba que no entendía por qué todos los adolescentes con los que se relacionaba eran unos idiotas temerarios.
— No vuelvas a hacer eso –Le impuso serio.— Casi me provocas un infarto.
Liam puso ojos de perrito regañado y Peter bufó, desviando la vista hacia la nuca del chico.
— Le herida aún no se cura del todo –Murmuró mientras acercaba una mano a la zona.
El rubio se quedó quieto mientras el alfa revisaba la zona. La expresión del alfa cambió al ver como los cabellos rubios se volvían rojos a causa de la sangre, la cual, a pesar de ser poca, no dejaba de fluir de la herida.
— ¿Se ve muy mal? –Preguntó Liam, preocupado.
— No va a matarte –Le tranquilizó.— Aunque podría infectarse.
— Eso no me calma en lo más mínimo –Siseó el menor.
Liam no pudo evitar estremecerse al sentir la lengua del mayor alrededor de la herida. El rubio seguía sin entender por qué Peter siempre hacía aquello de lamer sus heridad como cachorro compungido, aunque sospechaba que era algo de lobos.
— ¿Por qué siempre lames mis heridas? –Se animó a preguntar.
Peter detuvo lo que estaba haciendo y Liam dio vielta la cabeza para poder mirarle.
— Las heridas se cierran más rápido así –Explicó.— Además, hace que mi lobo esté más tranquilo.
El rubio asintió con la cabeza, indicando que entendía, y volvió a darle la espalda a Peter para que él siguiera con lo que había estado haciendo antes.
Pasaron varios minutos antes de que la mente de Liam le permitiera hacer la pregunta que había estado formulando.
— ¿Qué es eso de los Mates de lo que repentinamente está hablando Leo?
El alfa se puso repentinamente tenso y alejó su boca de la ya casi cerrada herida del menor. Apoyó la frente contra la nuca de Liam y suspiró, haciendo que al chico le recorriera un escalofrío.
— Peter...
— Necesito tiempo –Se apresuró a decir el mayor antes de que Liam le reclamara cualquier cosa.— Solo dame un poco más de tiempo y te prometo que te diré todo, necesito que esperes un poco.
— ¿Cuánto tiempo?
— Hasta que se acaben las vacaciones.
— Eso es mucho tiempo –Se quejó.
— Es suficiente para que me conozcas bien –Repuso en su propia defensa.— Además, tengo que estar seguro de algo antes de decir cualquier cosa.
— Está bien –Aceptó bufando.— Pero apenas y se acaben las vacaciones quiero respuestas.
— Y prometo que te las daré –Asintió Peter.— Tienes mi palabra de alfa.
Liam quiso reír ante lo tonto que sonaba eso de la palabra de alfa. Él nunca había sido de confiar tanto en las personas como para tomarles la palabra, pero estaba pensando en hacer una excepción con Peter, solo por esa vez, despuéa de todo ¿Qué podía ser tan grave? Seguro que al final eso de los mates no era nada y se estaba haciendo un drama de adolescente hormonal.
— La herida ya está casi cerrada –El Hale cambió abruptamente de tema.— Y hablaba en serio cuando dije que más te vale no volver a hacer una estupidez así.
— Solo fue un clavado –Quiso quitarle importancia.— Fue divertido.
— Si claro –Ironizó el mayor.— No sabes lo divertido que fue tirarme al agua y sacarte mientras sentía como tu corazón dejaba de latir para luego tener que resucitarte ¡Divertidísimo!
— Déjale el sarcasmo a Stiles –Le aconsejó.— ¿Tuviste que resucitarme?
— No, si te salvó el espíritu santo –Continuó hablando con sarcasmo.— Obvio que fui yo ¿Qué pensabas? Ya te dije que no permitiré que nadie te toque.
— Pudo haberlo hecho Malia, no es tan complicado hacer RCP.
— Repito –Dijo Peter, sonando más serio y molesto.— No permitiré que nadie te toque.
— Pero Malia es tu hij...
— ¡Nadie! –Volvió a decir, aunque esta vez fue más un gruñido.
— Está bien, ya entendí –Asintió Liam, alzando las manos en señal de rendición.— No entiendo por qué eres tan posesivo, Scott no era así.
— Es que yo soy un buen alfa –Se excusó.
— Eso sonó muy poco creíble –Le recriminó Liam.
— ¿No puedes agradecer que te salvé la vida dejando de recriminarme cosas? –Pidió suspirando con cansancio.
El beta rodó los ojos, pero rió bajo al ver por el rabillo del ojo la expresión suplicante de Peter.
— Solo por hoy –Aceptó.— Mañana no te salvas.
— Mañana voy a escaparme de ti –Le siguió la broma.
— Mañana volvemos a Beacon Hills –Le recordó.— Estaremos encerrados un buen rato en el auto.
— Que divertido –Ironizó Peter.— Conducir por horas con dos mocosos en el coche.
— Claro, porque ir en el asiento de atrás es divertidísimo –Liam le siguió con el sarcasmo.
— Podrías ir adelante, junto a mí.
— ¿Tú vas a convencer a Malia? –Le preguntó con incredulidad.— No te lo tomes a mal, pero ella no te respeta.
Peter le miró mal ante aquella declaración y Liam se encogió de hombros. El alfa tampoco podía enfadarse o ofenderse, puesto que era verdad, aunque aún así esa verdad hería sus sentimientos.
— Será mejor que te vayas a bañar –Le aconsejó Peter cubriéndose la nariz.— Apestas a agua salada.
— Tú no hueles a rosas –Se quejó Liam, sintiéndose ofendido.— Esa colonia que usas es muy fuerte.
— La he usado siempre, es de marca.
— Lo de marca no siempre es bueno –Le dijo Liam, como si citara una frase de algún libro.— Además, eres un Hombre lobo, eso hace que se te pueda oler a kilómetros.
— Tú nunca pareces notar mi presencia.
— Es que ya me acostumbré.
Ese comentario pudo no ser nada para Liam, pero para el lobo de Peter fue como el logro máximo. Aunque para el Hale fue otro factor que confirmaba lo que él seguía esperando que fuera solo una mala suposición.
NOTA DE LA AUTORA:
Se está comenzando a poner seria la cosa. Ya ven que Peter y Liam están empezando a sospechar de algunas cosas.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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