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24

Cuando amaneció, Liam fue el primero en levantarse de la cama y salir de la casa. Aún no eran las seis de la mañana cuando salió sigilosamente por la puerta trasera y se fue a sentar en la playa.

A pesar del intento de sigilo, alguien que había estado vigilándole ahora iba a por él. En busca de perjudicarle.

Liam estaba tranquilo, dibujando espirales en la arena hasta que le sintió acercarse. Se puso tenso, pero se mantuvo en el lugar, intentando ignorar al otro.

— Debo admitir que me sorprendió verte aquí –Escuchó que le decía el otro adolescente, no respondió.— ¿Qué pasa? ¿Te crees mejor que yo por ser la puta de un alfa?

Esta vez, la cabeza de Liam se volteó tan rápidamente en dirección al otro que su cuello emitió un sonido de crack.

Clavó su vista en Bret, el cual sonreía con su típica burla reflejada en la mirada. Le daba ganas de borrarle la sonrisa a golpes.

(...)

Peter se había despertado temprano y había salido para respirar algo de aire fresco, la verdad era que estar en una casa llena del aroma de una manada a la que apenas conocía le sofocaba un poco. Por lo que había decidido salir a aspirar el aroma del mar.

Fue entonces cuando escuchó lo que aquél beta de Satomi, el mismo con el que la noche anterior había habido conflicto, le decía a Liam.

— ¿Qué acabas de decir? –Preguntó Liam entre dientes.— Me pareció oír mal ¿Tienes las pelotas para repetirlo?

— Por supuesto que si, putita –La última palabra fue dicha con énfasis.— Veo que estás un poco muy subido de tono ahora que cambiaste de alfa, vaya traidor eres, te fuiste con Peter Hale.

— Yo no me fui, Scott me echó.

— Eso es obvio –Rió Bret.— ¿Quién querría a una basura cobarde como tú en su manada?

Eso fue suficiente para detonar la bomba. Liam se había puesto de pie casi de un salto y furioso se había lanzado contra Bret. Comenzando así a darse golpes entre ambos.

El alfa no permitió que llegaran a sacarse sangre, se acercó a ellos rápidamente y les separó con brusquedad. Soltando un rugido hacia Bret en el proceso.

Está de más decir que aquél rugido despertó a todos los que dormían en la casa, los cuales se apresuraron a salir para ver qué era lo que ocurría.

— ¿Qué ha pasado? –Preguntó Satomi, llegando en mal momento.

No era una escena bonita, Bret y Liam estaban todos magullados y llenos de arena, mientras que Peter sujetaba al beta de la otra mujer por el brazo.

— ¡Este idiota me atacó! –Intentó victimizarse Bret, señalando a Liam.— Es un monstruo, un maldito...

— Basta –Le detuvo su propia alfa mientras se acercaba.— No me interesa lo que haya ocurrido, tú no eres un angel Talbot, ahora a entrenar. Aprovechemos que están todos despiertos.

Hubo un quejido de disconformidad mientras los lobos se encaminaban al lugar que usaban para entrenar, Malia iba con ellos. Antes de seguirles, Satomi se volteó a ver a Peter.

— Habla con Liam –Le aconsejó.— Yo sé que seguramente Bret provocó el conflicto, pero será mejor que hables con él. No puede simplemente atacar a un chico cuando le provocan, si yo fuera tú...

— Agradezco el consejo –Le interrumpió el Hale.— Pero te agradecería más si no intentaras enseñarme a tratar con mis betas. No es nada personal.

La alfa asintió con la cabeza antes de irse con su manada.

Peter se volteó a ver a Liam, el cual seguía de pie donde había quedado luego de que su alfa le separara de la pelea.

— Vamos Liam –Le dijo, cogiéndole del brazo mientras comenzaba a arrastrarle hacia la casa.

Liam le siguió sin decir nada hasta que entraron al baño que había en la habitación de Peter.

— Yo no quería pelear –Dijo de repente el menor, haciendo que Peter alzara una ceja.— Te juro que no quería atacarle, pero empezó a decirme cosas y exploté y yo...

El mayor pudo ver como su beta apretaba los puños, sacándose sangre por estar clavándose sus garras en las palmas mientras que sus ojos brillaban amarillos.

— Hey –Peter le cogió por los hombros.— Liam, mírame.

El beta alzó la vista y le miró a los ojos, los cuales no habían cambiado de color porque Peter se mantenía en calma.

— No estoy enfadado –Le dijo con calma.— Es más, estoy orgulloso de ti.

— ¿En serio? –Liam parecía que no se lo creía.

— Si, si a mi alguien me dijera esas cosas le mataría sin necesidad de perder el control –Le dijo con firmeza.— Tú te controlaste más de lo que yo podría, por eso estoy orgulloso.

— Pero Bret dijo que...

— A mí no me importa Bret –Le interrumpió.— Me importas tú, tú eres mi beta, y siempre voy a ponerme de tu lado ¿Entiendes? Para eso estoy, eso es ser un alfa.

Una pequeña sonrisa comenzó a tomar forma en los labios del menor, cuyos ojos dejaron de brillar amarillos al mismo tiempo que retraía las garras.

Peter se sintió la mejor persona del mundo al ver la forma en la que aquél par de ojos azules le miraban, con una admiración que los hacía brillar más de lo normal.

Soltó los hombros de Liam y dio un paso hacia atrás.

— Será mejor que te bañes, tienes arena en todos lados –Dijo desviando la mirada.— Traeré tu maleta para que cogas ropa limpia cuando salgas de la ducha.

— Está bien –Asintió Liam mientras se quitaba la camiseta.

El Hale se apresuró a salir del baño y escuchó cuando el chico abría la ducha. Fue al cuarto de junto, el cual era el que compartían Malia y Liam, y cogió la maleta del chico. Volviendo a su propio cuarto y dejándola junto a la puerta del baño.

Fua a la cocina a por algo de beber y, cuando regresó, Liam ya estaba terminando de vestirse. Abotonándose una camisa blanca que le que quedaba algo ajustada al abdomen.

Al verle entrar, el menor se puso frente a él, boqueando un par de veces mientras parecía querer reunir el coraje para decir algo. Como las palabras no salían, Liam hizo otra cosa.

Peter se quedó casi en shock cuando los brazos del adolescente se enroscaron alrededor de su abdomen y le aprisionaron en un abrazo. El alfa no sabía qué hacer, no recordaba la última vez que alguien había hundido el rostro en su pecho mientras le abrazaba, aunque estaba casi seguro de que había sido Derek el último que lo había hecho, pero había sido hace años.

No sabiendo qué más hacer, Peter se limitó a poner sus manos en la espalda de Liam hasta que el chico se alejó.

— Gracias –Dijo con voz queda.— Nunca nadie se había puesto de mi lado luego de que yo empezara una pelea.

— No tienes que agradecerme.

— Si tengo que hacerlo –Aseguró el rubio.— Gracias.

— Cuando quieras –Dijo Peter, sin poder evitar sonreír.— Aunque la próxima vez puede que mate a quien te insulte.

— Si es Brer, déjame matarlo.

— Nah... –Negó.— El azul eléctrico no te quedaría bien, solo a los Hale nos queda bien. Ya ves a Malia y a Derek.

— A ti tampoco te quedaba bien –Le dijo el adolescente.— Te sienta mejor el rojo.

Liam se alejó, cogió su maleta y fue hacia la puerta, saliendo del cuarto con una sonrisa.

Puede que, después de todo, no fuera tan malo esos días que iban a pasar allí.

NOTA DE LA AUTORA:

Bret I hate you, morite pendejo, sos un inútil. Perdón, se me sale lo argentino, pero es que me saca sea tan forro con nuestro baby Liam. Igual Peter siempre va al rescate.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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