22
A la hora de dormir, la herida de Liam aún no se había cerrado. Aunque no por eso Peter le había dejado irse.
Liam estaba acostado en el medio de la cama, mirando al techo. En el suelo, Peter había echado un colchón inflable y estaba durmiendo allí. Liam simplemente no podía conciliar el sueño.
El beta rodó hasta el borde de la cama y se quedó mirando a Peter, el cual se cubría el rostro con el antebrazo. Estiró un brazo hacia él y le tocó, haciendo que le mirara.
— ¿No puedes dormir? –Le preguntó apoyando la cabeza en un brazo.
— No –Negó Peter.— Este colchón es incómodo, normalmente hago dormir a Derek aquí.
— ¿Derek ha venido a dormir? –Ante la pregunta, Peter asintió.— No creí que fueran de los que hacen pijamadas.
— Pijamadas de machos.
Liam rió y suspiró, frunciendo los labios antes de juntar el coraje para decir lo siguiente.
— ¿Quieres... –Comenzó a decir.— ...dormir en la cama?
Peter le miró alzando una ceja, como si creyera haber escuchado mal lo que el menor acababa de decirle. Pero al ver que Liam le miraba espectante, asintió con la cabeza.
El rubio se hizo a un lado y Peter se acostó en la cama, ambos dándose la espalda el uno al otro, mirando a algún punto en la oscuridad que tenían en frente.
Se quedaron en la misma posición por al menos veinte minutos, hasta que Liam sintió como Peter se volteaba y estiraba un brazo hacia él. No le atrajo a su cuerpo, no le manoseó, simplemente puso un brazo sobre él, quedando su mano apoyada en sus costillas.
Notando los suspiros adormecidos y ligeros ronquidos del mayor, Liam se dio la vuelta y se quedó viendo las facciones relajadas de Peter.
Estando dormido, las facciones del alfa se veían mucho más finas. Y aunque no tuviera arrugas aún estando despierta, su piel estaba mucho más estirada al dormir, haciéndole ver más joven.
Liam observó la línea de expresión que se había formado entre las cejas del mayor, sintiendo por uno momento ganas de tocar allí. Cosa que hizo porque simplemente no pudo resistirse.
Peter hizo un mohín cuando el espacio entre sus cejas fue apretado y se movió un poco en la cama.
El rubio chilló cuando el brazo que Peter tenía apoyado en sus costillas bajó a su cintura y se enredó alrededor de él. Acercándole al cuerpo del alfa.
La nariz de Peter chocó contra su pecho y comenzó a subir hasta llegar a su cuello. Por un segundo el beta creyó que el mayor había despertado, pero no, seguía plácidamente dormido.
Peter suspiró contra el cuello del menor y, al aspirar su aroma, soltó algo similar a un ronroneo.
Como el alfa había bajado la cabeza para alcanzar su cuello, la boca de Liam había quedado en el cabello de Peter y aunque, en un principio, fue incómodo, consiguió acostumbrarse rápidamente.
Hubiera rodeado al alfa con sus brazos, pero estos habían quedado aprisionados entre los cuerpos de ambos, por lo que solo pudo moverlos para que sus manos tocaran las costillas de Peter.
Luego de varios minutos, Liam también pudo quedarse dormido.
(...)
Cuando el beta despertó, Peter ya no estaba en la cama y, por lo frío que estaba ese lado de la cama, pudo decir que había pasado un tiempo desde que el alfa le había dejado solo en la cama.
Se levantó y, al hacerlo, vio que el colchón inflable seguía allí. Queriendo ayudar a ordenar, desinfló el colchón y lo guardó en el mismo lugar de cual la noche anterior Peter lo había sacado.
Salió de la habitación comprobando sus sospechas, estaba solo en el departamento.
No encontró ninguna nota, ni nada que le indicara a dónde había ido su alfa. Solo encontró su móvil cargando en una de las ecimeras de la cocina, lo cogió y aprovechó que estaba solo para llamar a su madre.
Normalmente, no le gustaba mentirle a sus padres, pero situaciones como aquella lo requería. Le estaba diciendo que iba a pasar unos días en la casa de Mason, que le llamara al móvil si le necesitaba y que podía preguntarle a Mason para confirmar. Obviamente, al instante que le colgó a su madre llamó a Mason para pedirle que mintiera por él, lo cual el moreno aceptó hacer porque eran amigos, y los amigos mienten los unos por los otros.
Con eso solucionado, y con una sonrisa por algo que le había dicho Mason, se puso a hacer ejercicio en la sala.
(...)
Cuando Peter entró al departamento seguido de Malia, ambos se quedaron viendo la escena.
Liam estaba haciendo lagartijas, en calzoncillos, mientras de fondo sonaba una canción de Eminem que provenía del móvil en la cocina.
Peter volteó a mirar a Malia, la cual ya le miraba a él con una sonrisa y una ceja alzada. La coyote fue hacia la cocina y apagó la música, momento en el que Liam volteó a ver a Peter.
El chico se ruborizó y se puso de pie, momento en el que el alfa le miró de arriba a abajo con una sonrisa.
— Hace calor aquí –Dijo Peter con una voz sugerente pero burlona.
— Aunque si tenías calor, pudiste haber encendido el aire acondicionado el lugar de quitarte la ropa –Repuso Malia, regresando de la cocina con el móvil del rubio en sus manos.
— Déjalo –Le dijo Peter sonriendo mientras iba hacia la habitación.— Ninguna exhibición de un cuerpo sexy será mal recibida.
Para ir al cuarto, Peter pasó junto a Liam. Momento en el que aprovechó para darle un azote en el culo con la mano bien abierta. Lo que causó que Liam chillara en sorpresa y enrojeciera un poco.
Malia rió con sorna y le tendió el móvil al menor.
— Tienes varios mensajes –Le dijó.— Y le has puesto clave, vaya desconfianza.
— No me gusta que revisen mi móvil.
— ¿Acaso tienes algo que ocultar? –Le preguntó burlona.— ¿Una novia de la que no me has hablado?
— No –Respondió quitándole el aparato de las manos.— Solo no me gusta que la gente revise mis cosas.
Malia puso los ojos en blanco y volvió a reír, pasando junto a él y yendo hacia el sofá, echándose en este y encendiendo la televisión.
— Ve a vestirte –Le pidió.— Puede que a Peter le guste verte así, pero a mí no me interesa verte en boxers.
Liam sabía que el comentario no había sido hecho con mala intención, pero Malia tenía una forma de hablar en la que parecía que todo lo dijera con animos de ofender.
El rubio fue hacia la habitación y abrió la puerta de golpe, entrando sin mirar y cerrando. Grave error.
El aroma a vergüenza que comenzó a emanar por cada uno de sus poros al ver a Peter desnudo frente a él era prueba de que iba a arrepentirse de haber entrado así.
NOTA DE LA AUTORA:
Que loquillos nuestros chicos, andan de exhibicionistas. Son unos picarones.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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