Peter fue el primero en despertar al día siguiente, aún con Liam encima. El rubio suspiraba contra su cuello mientras aún se encontraba en los brazos de Morfeo. Intentó moverse, puesto que se sentía algo acalambrado por estar en esa posición, pero al hacerlo despertó a Liam.

— ¿Qué ocurre? –Le preguntó el chico adormilado.

— ¿Podrías quitarte de encima? –Pidió, intentando no sonar borde.— Me va a dar un calambre.

Liam refunfuñó algo que no alcanzó a entender y rodó hacia el lado vacía de la cama, cubriéndose los ojos con el antebrazo para que la luz que entraba por la ventana no siguiera dándole de lleno en el rostro.

Peter se sentó en la cama y bostezó mientras se rascaba la barba. Se fue hacia el baño sin preocuparse por su desnudez y, una vez allí, se duchó y afeitó.

Al salir, Liam seguía en la cama. Solo que esta vez se había metido debajo de las mantas y se había tapado hasta la nariz.

— Hey niño –Le llamó.— Arriba, que ya canta el gallo.

— No quiero –Gruñó el rubio, tapándose más.

Peter cogió la punta de las sábanas y tiró de ellas, destapándole. Liam se puso en posición fetal y tembló por el repentino frío.

— Vamos, ve a ducharte –Le dijo haciendo un bollo las mantas.— Yo tengo que cambiar las sábanas, huelen a sexo.

El beta refunfuñó nuevamente y se estiró cuan largo era antas de levantarse e ir hacia el baño.

Cuando estaba por salir, se dio cuenta que no se había llevado ropa.

— Peter –Le llamó sin levantar la voz.

— ¿Qué ocurre?

Liam no iba a admitir que dio un respingo al escuchar la voz del alfa justo detrás de la puerta apenas diez segundos después de haberle llamado.

— ¿Puedes pasarme mi ropa?

Peter respondió con un ajá y Liam le escuchó alejarse de la puerta. Para luego escucharle decir Oh-oh.

— ¿Qué ocurrió?

— Digamos que tu ropa... Murió.

— ¿Cómo que murió?

— Creo que me emocioné al quitártela –Dijo riendo.— Y bueno, no creo que sea muy conveniente que salgas a la calle con esto.

Liam se asomó, viendo a Peter sonteniendo su pantalón, el cual literalmente tenía arrancada toda la parte del cierre.

— Te voy a matar –Gruñó frunciendo el ceño.

— Tranquilo, yo te presto ropa –Le ofreció.— Debo tener algo que te quede.

El beta regresó al baño y suspiró mientras descansaba la espalda contra la puerta. Volvió a abrir y cerrar cuando Peter le tendió una muda de ropa perfectamente doblada.

Se puso los boxers y, al ver la camiseta, le daban ganas de andar desnudo.

— Esto es crueldad –Se quejó.

— Anda, póntela.

— No.

— Vamos.

— Que no.

— Liam –La voz del mayor sonó severa.— No me hagas rogar.

El menor suspiró y se puso la camiseta, le llegaba hasta un poco más debajo de las caderas. Se puso los pantalones y estos eran incómodamente ajustados.

— Odio esta ropa –Gruñó.— Y te odio a ti.

— Ya deja de hacer drama y sal para que pueda verte.

Liam abrió la puerta y salió con el ceño fruncido.

— No creí que un V neck fuera a quedarte bien –Le elogió.

— Es horrible.

— No es verdad –Negó rotundamente.— Si no tuviera hambre te volvería a follar, pero quiero comer.

— ¿Por qué mejor no me comes la po...?

— ¡Hey! –Le interrumpió.— Cuida esa boca o te haré lavártela con jabón.

— Polla –Terminó de decir, sonriendo desafiante.

Peter alzo una ceja ante aquella mirada, pero negó con la cabeza y fue hacia la cocina.

— Estoy preparando café –Le informó a Liam, el cual caminaba detrás de él.— ¿Te gustan las tortitas dulces?

— ¿A quién no?

— A mi sobrino –Peter volteó solo para ver la expresión impactada del beta.— Aunque no lo creas, no le gusta el azucar.

— Por eso es tan amargo.

Peter rió por la broma y fue a servir el café. Era extraño tener a alguien con quién desayunar. Normalmente, con sus parejas sexuales ni siquiera se quedaba luego del sexo, mucho menos iba a dormir abrazado a ellas, y ni hablar de anudarles.

Le dio una taza a Liam y se sentó frente a él. Comenzando ambos a comer en silencio.

— Esta noche habrá luna llena –Dijo en voz baja mientras Liam bebía de su café.

Se sorprendió al ver como el chico se ahogaba, tocía y soltaba un quejido de dolor por haberse quemado con el café.

— ¿Estás bien? –Le preguntó preocupado.

— Si... –Jadeó mientras se limpiaba los labios con la manga del V neck.— Es que no lo recordaba, es todo.

— Es normal, yo solo me acordé porque lo vi en el móvil –Dijo señalando el aparato.

— Yo intento recordarlo –Murmuró mientras hacía a un lado la taza.— No me gusta no tener el control y, como verás, en estas fechas no tengo mucho control.

— ¿Qué haces en la luna llena?

— Me encierro en mi cuarto y me tomo varias pastillas para dormir –Explicó.— Para cuando despierto, ya han pasado mínimo doce horas.

Peter frunció el ceño ante aquello, no era sano para un adolescente el auto-medicarse, no le agradaba la idea de que Liam lo hiciera.

— Esta luna llena la pasaremos juntos –Informó, o más bien impuso, el alfa.— No te vas a medicar, vas a estar conmigo.

Liam asintió con la cabeza, sintiéndose intimidado por el alfa. Peter entonces notó que sus propias garras habían salido fuera y se apresuró a retraerlas, aunque les costó un poco más de lo normal.

— Vaya... –Murmuró sorprendido.— Hace tiempo que no me pasa eso, lamento el susto.

— Creo que tendremos que pensar en qué hacer –Opinó Liam.— No vaya a ser que perdamos el control y nos matemos.

— Yo me encargaré de eso –Le dijo Peter.— Necesito que tú vayas con Malia, ella también estará con nosotros.

El rubio volvió a asentir con la cabeza y volvió a beber de su café. Nervioso porque esa iba a ser la primera luna llena que pasaría con su nuevo alfa.

NOTA DE LA AUTORA:

La primera luna llena de nuestros babus va a ser bastante intensa. Malia + Liam + luna llena = Descontrol total. Malia + Liam + Peter + luna llena = Esto se va a descontrolaaar~.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.