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10

Peter se tomó su tiempo en la ducha, disfrutando del agua caliente y luego del olor a Liam que había quedado en la toalla.

Cuando ya estaba bien higienisado, se puso unos boxers y entonces salió. Quedándose boquiabierto al ver la escena que ocurría en su sala.

Liam estaba durmiendo plácidamente en su sofá, cubriéndose con una camisa que había dejado allí esa mañana.

Lo que hizo que sus ojos brillaran rojos por un segundo fue ver como Liam se movía y se llevaba uno de los pliegues de dicha camisa a la nariz. Escuchándole suspirar para luego volver a quedarse quieto.

Su lobo ronroneó de gusto al ver aquello, y él como alfa se sintió muy bien al ver al beta, su beta, sintiéndose cómodo y seguro alrededor de su aroma.

Procurando no despertarle, lo cual le costó un poco, le cargó en brazos hasta la habitación y le dejó en la cama. Intentó quitarle la camisa, pero incluso dormido el chico tenía un agarre muy firme y no hubo forma de quitársela

Peter se puso unos pantalones de pijama y se echó a su lado, contemplándole hasta que el sueño también le ganó.

Un par de horas después, el primero en despertar fue el alfa. Liam seguía abrazado a su camisa, pero en algún momento se había acercado más a él, probablemente en busca de calor.

El rubio abrió los ojos pocos minutos después de que él se pusiera de lado para verle mejor y le sonrió de forma somnolienta. Sonrisa que no desapareció luego de que se espabilara un poco. Era como si al chico no le pareciera raro que él estuviera tan cerca, más bien era como si lo disfrutara.

— ¿Cómo terminé en tu cama? –Preguntó con los ojos cerrados al darse cuenta que la superficie en la que estaba acostado era mucho más blanda que el sofá.

— Yo te traje –Le dijo quitándole un cabello de la cara.— Estabas demasiado cómodo, no quise despertarte.

— Hace años que no duermo así –Admitió suspirando.— Siento como si me hubiera tomado todo un frasco de tranquilizantes.

— No lo hiciste –Negó Peter.— Solo te esnifaste mi aroma de la camisa que aún no sueltas.

Liam levantó la mano y observó la prenda.

— ¿Es una camisa? –Preguntó observándola mejor.— Creí que era una manta pequeña.

— Uso camisas grandes.

— Eso es obvio –Repuso mirándole.— Tienes hombros anchos.

— Y no me gusta que las camisas se me ajusten al cuerpo –Admitió.— Para eso están los V necks.

— Tú y tus V necks –Murmuró riendo.— ¿Por qué te gustan tanto?

— Cualquier persona que tenga un pecho y cuello digno de presumir debe usar un V neck –Dijo como si fuera algo sumamente importante.— Eso debería estar en la biblia.

Liam volvió a reír y Peter descubrió que le encantaba la risa del chico. Normalmente nunca nadie se reía de sus chistes, pero Liam era realmente receptivo a sus bromas, y las aceptaba sin importar la índole que estas tuviera. A menos que fueran de índole sexual, caso en el que en lugar de reír se sonrojaba. Aunque el alfa había descubirto que aquello le parecía tierno.

— No te lo dije antes –Comenzó a decir.— Pero Malia vendrá a cenar conmigo hoy.

El beta le miró, no entendiendo por que le decía aquello.

— Si quieres que me vaya, puedo...

— No –Peter le cogió por el brazo cuando estaba por levantarse y le hizo volver a ponerse en la misma posición de antes.

Se quedaron mirándose como si ninguno de los dos se hubiera esperado aquella reacción del alfa. El cual no iba a admitir que tampoco sabía por qué lo había hecho.

Se quedó mirando a Liam, sus facciones, la forma en la que su labio inferior temblaba cada varios segundos por tener la boca un poco abierta. La forma en la que le miraba fijo, espectante, como si le estuviera haciendo alguna clase de invitación

— Solo te estaba avisando –Le dijo aún intercalando miradas entre sus labios y ojos.— Puedes quedarte si quieres.

— Hace mucho que no hablo con Malia –Admitió clavando la vista en algún punto del pecho del mayor.— No sé si ella quiera verme, siendo beta de Scott y todo.

— Ella no es beta de Scott –Dijo súbitamente, como si siquiera insinuar aquello fuera un insulto.— Ella es mi hija, ninguna hija mía será beta de ese mocoso.

— Por eso va a venir ¿Verdad? –Supuso volviendo a mirarle a los ojos.— Va a unirse a tu manada.

Peter se quedó en silencio por unos segundos y se rascó la mejilla antes de responder.

— No lo sé –Admitió.— Quizás sea eso, quizás sea que quiere avisarme que se irá. No tengo idea de lo que pasa por su cabeza.

El beta no necesitaba usar ninguno de sus sentidos para notar la preocupación en el tono de voz de Peter. Él intentaba ocultarla bajo una capa de seriedad, pero Liam siempre había sido bueno leyendo a las personas. Y todo le indicaba que Peter estaba preocupado.

— Ella no va a irse –Le dijo, intentando calmarle.— Malia sabe que aquí tiene un lugar en el que puede sentirse bienvenida, no va a abandonar eso por una vida de omega.

— ¿Cómo lo sabes?

— Yo no lo haría –Dijo seguro de sus palabras.— Y, aunque no lo creas, ella y yo nos parecemos un poco. Pensamos similar. Solo que yo tiendo a perder el control un poco más y ser más impulsivo.

— Estás mejorando en eso –Le elogió.— Ya no te descontrolas tanto.

— Porque no ha habido razones para hacerlo –Le explicó.— El idiota que me provoca ha estado faltando a clases.

— ¿Quién es? –Preguntó algo serio.

— Brett Talbot –Nombró al chico.— Es un beta de Satomi, no deja de intentrar provocarme para pelear y meternos en problemas.

Liam iba a decir algo más, pero al ver la mirada de Peter se relamió los labios y bajó la vista. La mirada enojada del alfa daba algo de miedo.

Peter relajó sus facciones al ver como el chico desviaba la mirada e inconscientemente dejaba el cuello a su alcance.

El alfa le apegó a él y hundió la nariz en su cuello, aspirando su aroma mientras le rodeaba con sus brazos.

— Hueles a mí –Dijo con una voz grave.— Nunca nadie había olido tanto a mí, es extraño. Pero me gusta.

Volvió a aspirar el aroma del chico y suspiró con tranquilidad. Soplando la piel del cuello de Liam y haciéndole temblar.

Atrapó la piel del chico entre sus dientes y tiró de ella un poco. Arrancándole un gemido al menor.

— Me encantaría repetir lo que hicimos la otra noche, cachorro –Murmuró contra su oído.— Pero Malia llegará en cualquier momento, cuando lo hagamos no quiero que nadie nos interrumpa.

El beta emitió un sonido de queja cuando Peter se alejó y, además, le quitó la camisa a la que se había aferrado durante toda su siesta.

— Me tengo que vestir –Se excusó al ver el mohín del menor.— ¿Qué quieres comer?

— Pizza –Respondió, quitando el mohín al pensar en la comida.

— Pizza será –Asintió el Hale.

El alfa cogió unos vaqueros y fue a vestirse a la sala. Cogiendo la camisa y pegándosela a la nariz, aspirando nuevamente el aroma de Liam.

Con solo sentir aquél aroma se le hizo agua la boca. Se puso la camisa y los vaqueros y se miró al espejo que tenía detrás del sofá.

— Nada mal.

Peter miró hacia la puerta de su cuarto, viendo a Liam de pie allí. Casi comiéndole con la mirada.

Puede que quizás fuera algo involuntario, pero al mirarle de esa forma Liam hacía que el lobo de Peter aullara de deseo.

Esa iba a ser una larga cena.

NOTA DE LA AUTORA:

Liam es un loquillo 7u7 Lo amo con todo mi cora. Pobre Peter, se tiene que aguantar las ganas de tirarsele encima. Pobresito, es mucho para él.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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