[ 11 ]
Jimin se quedó inmóvil en cuanto sus ojos enfocaron una moto negra al frente de su casa. Aunque sus pensamientos sobre de quién era el transporte fueron acertados al ver a Jungkook caminar hasta ella.
— Espera, no iremos en eso ¿verdad?
—preguntó asustado.
El pelinegro volteó a mirarle, está vez ya tenía dos cascos en sus manos, uno blanco y el otro negro.
— Sí, ¿porqué? —le miró confundido y le tendió el casco blanco a Jimin pero este retrocedió.
— No voy a subir a esa cosa, Jungkook —se negó.
— ¿Qué, porqué no? —preguntó el pelinegro con el ceño fruncido.
Jimin tragó saliva observando la moto con miedo, porque efectivamente eso tenía, miedo. Pues desde niño había desarrollado un miedo hacia las motos cuando un día se subió a una sin permiso y poco después se cayó, golpeándose fuertemente la cabeza lo que provocó que sangrara y tuvieran que llevarle al hospital urgentemente. Si, no muy linda experiencia para un niño de ocho años y menos un agradable recuerdo para él ahora.
— Me dan miedo —confesó sin rodeos.
Jungkook parpadeó, sorprendido.
— ¿Enserio?
— Sí, no me gustan —hizo una mueca— ¿No podemos ir en taxi o algo?
— Jimin, no puedo dejar mi moto aquí. Tenemos que ir en ella —explicó pacientemente.
— ¿Tenemos? —rió— No, no. Yo tomaré un taxi, ya te dije que no subiré a esa cosa.
— ¡Jimin! —se quejó el menor.
— ¡Jungkook! —insistió el mayor.
Se miraron fijamente, esperando a que el otro cediera pero ninguno lo iba a hacer.
— Ahg, déjate de tonterías y sube.
—dijo finalmente el pelinegro fastidiado.
— No lo haré —negó cruzándose de brazos y apartando su rostro.
Jungkook suspiró pesadamente y se obligó a mantener la calma. Debía de ser compresivo con Jimin, él tenía miedo y debía de demostrarle que podía confiar en él.
— Mira... —comenzó— No es la gran cosa, ¿sabes? Llevo conduciendo desde hace dos años, ya tengo cierta experiencia en manejarla, no nos pasará nada. Además, es divertido si te lo propones ya que tienes una mejor visión de tu alrededor. Y si de verdad te asusta mucho puedes abrazarme más fuerte si es necesario, todo saldrá bien sólo... confía en mí.
Jungkook le dedicó una cálida mirada a Jimin junto a una linda sonrisa.
Este último, sintió algo removerse en su interior ante las palabras del chico y lo pensó unos segundos hasta que finalmente se dejó influenciar y respondió.
— Está bien —aceptó suspirando.
Jungkook sonrió mientras decía "¡yes!" silenciosamente formando un puño con su mano y a continuación le entregó el casco color blanco a Jimin.
Este lo tomó con cuidado y se lo colocó con dificultad, fallando al intentar abrocharlo.
El más alto terminaba de colocar el suyo cuando observó el cómo Jimin luchaba contra el suyo. Rió y se acercó a él.
— Déjame ayudarte —murmuró tomando sus cuerdas.
El pelinaranja se dejó hacer soltando un suspiro cansando pero luego sintió su respiración detenerse al notar la cercanía repentina de Jeon hacia su persona. Por la mierda, estaba muy cerca. No detuvo a sus ojos de mirar cada parte del rostro del pelinegro al frente suyo, comprobando que era prácticamente perfecto, madre mía.
El sonido de "click" le sacó de su observación.
— Listo —musitó el menor.
— Gracias... —murmuró llevando ambas manos a su cabeza— Se siente extraño —rió.
— Te acostumbras —dijo Jeon.
Seguidamente se dirigió hasta la moto y su subió en ella, llevando ambas manos a él volante para voltear y dedicarle una emocionada sonrisa al pelinaranja.
— ¡Ven, sube! —ladeó su cabeza detrás suyo.
Jimin presionó sus labios y se acercó lentamente, tocó el asiento con sus manos y suspiró. Finalmente se impulsó con ayuda del hombro del pelinegro y se sentó.
— Bien, ¿ahora qué? —preguntó buscando a su alrededor algo con qué agarrarse.
— ¿Nunca habías viajado en moto, verdad? —contestó con otra pregunta el menor, mirándole por el hombro divertido.
— Mhm, sólo una vez y salió mal.
—hizo una mueca.
— Ya veo —asintió, volviendo a su posición— Abrázame —ordenó.
Jimin se quedó estático.
— ¿Qué? ¡Claro que no! —exclamó confundido.
Jungkook soltó un quejido de angustia.
— ¡Ay Jimin, así funciona! ¿Qué parte de "puedes abrazarme más fuerte" no entendiste?
El mayor tragó saliva, comenzando a ponerse nervioso.
Joder, ¿enserio tenía que abrazarlo? ¿no había otra alternativa? ¿algo...? Miró a su alrededor pero era inútil, Jungkook tenía razón.
A la mierda Jimin, puedes hacerlo.
Soltó un suspiro y levantó sus brazos rodeando el torso del pelinegro, abrazándolo por la cintura y sintiendo como se tensaba hacia su tacto.
Jungkook carraspeó y presionó sus labios en una línea antes de acomodarse en posición para arrancar.
— ¿Listo? —avisó a Park, mirándole de reojo.
Jimin apoyó su mejilla en la espalda de Jeon y ajustó su agarre.
— Sí —murmuró finalmente.
Esa fue la señal para que Jungkook se pusiese en marcha, encendió la moto provocando un fuerte sonido que asustó a Jimin, lo supo pues le agarró más fuerte. Sonrió levemente, arrancó una vez más y comenzó a conducir.
Se dirigió a la autopista aumentando la velocidad por inercia. Si se concentraba bien, podía sentir como el corazón del pelinaranja latía rápidamente. Así que cuando se detuvo en un semáforo no dudó en girar su cabeza para hablarle.
— ¿Estás bien? —preguntó preocupado.
— Me quiero bajar —contestó al instante el chico detrás suyo— Tengo miedo, Jungkook —agregó.
Jeon iba a responder pero en ese momento el semáforo cambió a luz verde, indicando que ya debía avanzar.
— Sólo sostente fuerte, ¿sí? —pidió en antes de arrancar.
Jimin asintió con la cabeza y lo hizo, sintiendo su corazón latir más rápido por la adrenalina y velocidad.
Dios, era muy rápido, demasiado rápido. Quería que parara o al menos fuera más lento pero sabía que no se podía pues estaban en una pista.
— ¡Recuerda, todo está en la mente! —le dijo Jungkook en voz alta debido al ruido.
Asintió con la cabeza y se dispuso a levantar lentamente su rostro el cuál estaba escondido y mirar a su alrededor. Lo que vió realmente le impresionó, autos, edificios y luces pasaban rápidamente sobre sus ojos, difuminándose como si de pintura se tratase. Dios, verdaderamente la pista se veía hermosa. Miró a lo lejos quedándose hipnotizado ante la vista del precioso atardecer que comenzaba a formarse, teñido de colores rosas, púrpuras y naranjas. Una obra de arte. El viento chocaba en su cara con fuerza pero comenzó a tomarle el gusto poco a poco al atraerle aquél sentimiento de adrenalina y velocidad. Con el paso de los minutos se relajó y sonrió.
Jungkook tenía razón, todo estaba en la mente. Además si era divertido.
Hasta que el pelinegro dobló hacia la izquierda en un rápido movimiento que le hizo ponerse alerta y abrazarlo más fuerte, siendo el calor que el cuerpo del menor emitía. Al estar tan cerca de él, su nariz no pasó desapercibida al oler el exquisito aroma a colonia de hombre que provenía de la chaqueta de Jungkook y no pudo evitar el pegar sutilmente su nariz y respirar aquél agradable olor, cerrando sus ojos.
Se detuvieron en otro semáforo y está vez Jungkook le habló.
— ¿Te sientes mejor? —interrogó mirándole de reojo.
— Sí... —murmuró reposando su mentón en el hombro derecho de Jungkook y cerrando sus ojos.
Aquello al menor le hizo detener su respiración, pues no se lo esperaba ni siquiera en broma aquél tipo de cercanía de parte del pelinaranja. Pero estaba pasando y no pudo estar más feliz y a gusto. Esos sentimientos los demostró al esbozar una sonrisa que achinó sus ojos y seguidamente arrancar al ver la luz verde.
Faltaba poco para llegar y hubo un momento en el viaje en que Jimin inconscientemente movió sus manos sobre el abdomen de Jungkook para acomodarse mejor y sintió de inmediato algo que le hizo sonrojar.
Dios mío, Jungkook tenía abdominales.
Se quedó inmóvil con el corazón acelerado y mordiendo su labio inferior en nerviosismo, demonios quería dejar de tocarlo, pero no podía aún. Rezaba para que llegaran rápido a donde sea que fueran porque sentía que ya no aguantaba más con tanto sentimiento mezclado.
Por su lado Jungkook se sintió a desmayar pues no podía evitar estremecerse cada vez que Jimin movía sus manos. Y esque el que estuvieran específicamente en aquella comprometedora posición no ayudaba mucho en sus pensamientos indebidos.
¡Dios mío Jeon, cálmate!
Pensó intentando borrar esas imaginaciones de su mente.
Ignóralo, concéntrate en la pista, ignóralo, concéntrate en la pista, ignóralo, concéntrate en la pista...
Se auto-ordenó, no debía distrerse o podrían sufrir algún accidente y le había prometido a Jimin que todo estaría bien. No debía fallarle.
Pues tenía que quedar bien con él hoy. Dar una buena imagen y no dejarse llevar nuevamente por sus impulsos que tantos problemas le habían traído.
Tenía solo una oportunidad y esta vez no debía arruinarla.
Díganme que no soy la única que necesita un comeback de este color en Jimin, make some noise if you agree !
Nos vemos, chau!
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