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39.

🌹Eva🌹

Los rayos del sol pegan fuerte en mi rostro interrumpiendo mi dulce sueño y  por más que quiero mantenerlos cerrados no puedo, pero ver al hombre dormido a mi lado me hace olvidar la molestía.

Los niños no quisieron dormir solos anoche. Dixon me pidió que los acompañara y no pude negarme a sus ojitos suplicantes. Los cuatro nos acomodamos en la cama, pero Andrés y yo terminamos durmiendo sobre un colchón inflable en el suelo porque los pequeños se apoderaron de la cama y prácticamente nos sacaron a patadas.

Con los niños aquí no hicimos nada más que besarnos y besarnos y... tocarnos un poco, pero nada más. Aún no me creo que hayamos dormido juntos y que ahora seamos algo más que amigos.

No dejaba de mirarlo dormir y mientras lo hacía acariciaba su rostro muy suave para no despertarlo, entonces recordé lo hermoso que fue anoche.

Andrés, ¿Estás dormido?

—No.

—¿No puedes dormir?

—No.

—Yo tampoco y... Quiero hacer algo, pero antes tengo que saber una cosa. —susurro para no despertar a los niños.

—¿Qué necesitas saber para hacer lo que quieres hacer?  —Imita el tono de mi voz.

—Quiero saber si... ¿Hay alguien? No sé, una chica tal vez o un...

—No hay nadie.

—¿Seguro?

—Estoy seguro que sabría.

—¿Ni siquiera la vecina del primer piso?, la que me mira mal, me detesta y no sé por qué. —ríe y luego suspira.

—Eh, ella. Salimos un par de veces, bueno en realidad fueron tres veces.

—¿Salir del verbo salir o metáfora?

—Ambas.

"lo sabía, se acostó con la vecina y no una, si no tres veces."

Siento como mis tripas se retuercen del coraje, pero no digo nada, cierro mis ojos, tomo aire y me siento en el colchón, él hizo lo mismo.

—¿Se te quitaron las ganas de hacer lo que querías?

—¿Tendré problemas con ella?

—Ninguno. —Sonrío y miro por encima de sus hombros, quería asegurarme que los niños estén bien dormidos.

Luego lo veo a los ojos y aunque está algo oscuro, puedo verlos gracias a la luz que entra por la ventana. Paso mis brazos alrededor de su cuello y sin pensarlo dos veces voy directo a su labios. Lo beso dulcemente, sus manos sujetan mi cintura y el roce con mi piel hace que se me erice. Nos miramos fijamente por un momento sin decirnos nada y ahora es él quien me besa un poco más profundo, nuestras lenguas juegan al compás y el beso se intensifica. Me separo cuando el aire nos falta, reímos y de nuevo me besa, muerde mi labio inferior para terminar. Nos acostamos nuevamente, solo que esta vez me acomodo en su pecho cálido.

—Tardaste mucho. —Susurra.

—¿Cómo? ¿Esperabas que lo hiciera?

—Si. No estabas lista y no quise presionarte. —Entrecierro mis ojos.

"Claro y mientras lo hacías te acostabas con la vecina".

Escucho su carcajada y cubro mi rostro al darme cuenta que lo había pensado en voz alta.

—Lo siento. —dice y vuelve a besarme.

Sonrío como idiota al recordar todo eso y me levanto muy despacio para no hacer ruido y no despertarlo, tampoco a los niños. Voy a mi habitación a darme una ducha rápida, me coloco un short azul y un suéter blanco, tomo el regalo que compré ayer antes de llegar aquí y me dirijo a la habitación de Yuli para entregárselo, me dispongo a tocar la puerta, pero el gemido que escucho no me deja, de chismosa pego mi oreja y ahora se escucha el chirrido de la cama que se hace más fuerte y más rápido, abro mi boca y bajo las escaleras a toda prisa.

Ay Yulissa, te estás quitando las telarañas.

Río mientras lo pienso.

Decido entonces preparar el desayuno y esperar que reciba su engrasadita para llevárselo junto con su regalo, estoy tan concentrada en lo mío que ni cuenta me doy cuando unos brazos me rodean y un beso en mi mejilla me sorprende.

—Buenos días hermosa, me dejaste solo. —Sonrío y giro para abrazarlo.

—Buenos días muñeco, estabas dormido y no quise despertarte. —respondo dandole un beso pequeño en los labios.

—¿No has entregado el regalo?. — pregunta observando que está en el mesón.

—Tenía toda la intención de hacerlo, pero el idiota de tu amigo se me adelantó dándole "el regalo del pobre". ¡Qué tacaño! —Carcajea y yo lo hago también—. Al menos parecía que hacía un buen trabajo, Yulissa quedará muy satisfecha con su regalo, además; "Si que le hacía falta el regalito" —digo aún riendo.

—¿Ah sí? —Levanta su ceja y se sienta en la silla del comedor, palmea su pierna para que me siente en ella, y lo hago gustosa a horcajadas de él. —Con que la señorita quiere un regalo de cumpleaños también. —Cruzo mis brazos alrededor de su cuello y me acerco a sus labios.

—No, falta mucho para eso. —digo sobre ellos.  Ríe y nos besamos intensamente, de repente sus manos bajan hasta mi trasero y...

—¡Oigan ustedes!, Les recuerdo que hay niños aquí eh. —reprocha el idiota de Marcos haciéndonos separar con brusquedad, señala a Mateo que estaba en sus brazos y luego cubrió sus ojitos.
Ruedo los ojos y me levanté de las piernas de Andrés y voy directo a abrazar a Yuli.

—Feliz cumpleaños mi Yuli bella.

—Gracias amiga, pero extrañé que me despertaras con mi regalo o mi desayuno. —reclama haciendo pucheros.

—Si fui, pero tus gemidos y el escándalo de la cama me detuvieron. —Las mejillas de mi amiga se tornaron rojas de la vergüenza, Andrés, Marcos y yo nos carcajeamos al ver su rostro—. La cama también necesita con urgencia una engrasada. —Le guiño un ojo y la estúpida me da un golpe en mi brazo, tomo el regalo del mesón y se lo entrego. Le abro los brazos mi ahijado y él se lanza a ellos sonriente. Lo abracé y le di un largo beso en la mejilla.

Andrés felicita a Yuli y luego sube a buscar a los niños para que bajen a desayunar con nosotros, en menos de 10 minutos los veo bajar las escaleras corriendo hacia Yuli, cada uno se pega a una pierna.

—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a tiiiiiiiiiiiiiii. —Cantan los dos, cada uno le entrega una hoja con un dibujo, desde aquí lo alcanzo a ver, Yuli les sonrie y los besa en agradecimiento.

La mañana se va muy rápido después que Andrés y Marcos se van a resolver unos asuntos. Nosotras decidimos jugar con los niños después del almuerzo con el balón de fútbol que Yuli trajo, y de paso tomábamos un poco de sol. Los tres niños corrían y corrían, por supuesto nosotras detrás de ellos para que no se cayeran o se golpearan.

Nunca en mi vida había corrido tanto y ya esty cansada, Yuli también, así que decidimos que era hora de entrar a la casa, descansar e hidratarnos un poco.

Unas horas más tarde, los señores se aparecieron con un pastel de cumpleaños, globos y una botella de vino. Los más felices al ver el pastel fueron los niños quienes saltaron y corrieron a tomar los globos. Les pido que me ayuden a decorar una mesa y ellos felices lo hacen mientras Marcos entretiene a Yuli arriba.


No soy experta en decoraciones, pero quedó bien, o eso creo. Apenas termino llamo a la cumpleañera para tomarnos unas fotos como recuerdo y mostrarles a tía Elly y a los demás cuando volvamos casa.

—¿Qué sucede Amor, no te gustó? —le  pregunta Marcos a Yuli al notar un poco de tristeza en sus ojos.

—Claro que sí mi Amor, es solo que... Elly, Óscar y Carlos no están aquí, me siento un poco mal porque ellos habían preparado una fiesta para mí y ni siquiera pueden llamarme porque nuestros teléfonos están apagados —Me acerco para tomar su mano.

—Andrés, ¿Podemos llamarlos? — pregunto, él lo piensa un momento.

—Cinco minutos nada más —Sonrio y Tomo el celular que me pasa, marco al número de tía Elly y en cuanto responde se lo paso a Yuli.

Hola, hola ¿Con quién? —Se escucha la voz de la tía Elly en cuanto Yuli activa el altavoz.

—Elly hola, ¿Cómo va todo?

—Hola Tiaaaaa —Hablo también.

Yuli, Evita, mis niñas, que bueno que llaman, ya estaba muy triste, Y Yuli, feliz cumpleaños mi niña y no te preocupes que la fiesta estará esperando a que vuelvas, ni creas que no habrá una eh. —dice.

Ahí está mi tía pintada.

—Claro Elly, estaremos unos días más aquí, no se preocupen.

Disfruten su paseo niñas, y tú Yuli diviértete mucho, ah y feliz cumpleaños. —Ese es Óscar.

Carlos te envía felicitaciones y Kenneth también. Las han llamado, pero sus teléfonos están apagados. —informa tía Elly.

—Díganles que muchas gracias, acá hay mala señal.

—Tía te quiero, ya tenemos que cortar. Óscar, cuida bien de mi tía, besitos para todos. Chao. —Nos despedimos y corto la llamada.


🌹🌹🌹🌹🌹🌹

A pesar de las circunstancias y estar lejos de casa la pasamos muy bien.
Cantamos el felíz cumpleaños para Yuli,  comimos el pastel, coloqué música y bailamos un rato hasta que se acabó el vino que obvio solo los adultos bebimos, los niños se tomaron la gaseosa. Ellos fueron los que más se divirtieron y ya estaban cansados. Yuli y Marcos se despieron para ir a acostar a mi ahijado y nosotros hicimos lo mismo.

—Caballeros, es hora de dormir. —dice Andrés dándoles un beso en la frente después de haberlos colocado sus pijamas.

—Papá queremos que ustedes duerman con nosotros como anoche. —Se pronuncia Dixon.

—No queremos dormir solos papá, ¡por favor! ¿Si? —Ahora es Dylan, ambos colocan sus miradas de cachorritos haciendo la tarea difícil para nosotros, Andrés me mira en busca de ayuda pero ¿Cómo les iba a explicar a los niños que su papá y yo queremos hacer otras... Cosas? Y para eso necesitamos privacidad.

—¿Qué les parece si los acompañamos hasta que se duerman? —Propongo.

Lo piensan un momento y luego aceptan sonrientes. Nos acostamos con ellos, Andrés al lado de Dylan y yo al lado de Dyxon. Les leo el cuento de pinocho y apenas empiezan a cerrar sus ojitos me levanto despacio y salgo de la habitación para ir a la mía, quería darme un baño y estar fresca. Al terminar salgo envuelta en mi toalla buscando la pijama más pequeñita que tengo.

Aplico mi perfume cuando la puerta es abierta y Andrés aparece, sonrío al verlo mientras él recorre mi cuerpo con su mirada, pero no se acerca y tampoco dice nada, solo se mete al baño dejándome confundida.

¿No le gustó? ¿Fui muy atrevida al colocarme esta chiquita pijama?

El sonido de la ducha se escucha, entonces me meto debajo de las cobijas tapándome hasta el cuello. Unos minutos después lo veo salir del baño con su toalla rodeando su cintura, las gotas de agua corren por su pecho desnudo y muerdo mi labio al verlo, una sonrisa se planta en su rostro y me sonrojo como un tomate.

—Te bañaste, era justo que yo lo hiciera también. —La vergüenza me invade de nuevo y me oculto por completo debajo de la cobija.

¡Tonta, tonta!, tú pensando bobadas y él solo quería estar limpio para ti.

—Soy una tonta.

—¿Estás nerviosa? —pregunta levantando la cobija y tomando mi mano para que me coloque de pie.

—No, es solo que pensé que te habías desilusionado y cuando dijiste eso, me sentí estúpida. —Se acerca.

—No eres estúpida, solo tienes mucha imaginación que si usaras para "ciertas ocasiones"  sería... estupendo. —dice muy cerca de mi boca.

Mis ganas de besarlo crecen hasta que ya no aguanto más y me apodero de su boca, nos besamos muy  intensamente y las mariposas en mi estómago empezan a revolotear como locas. Nos separamos y por un momento creo que volvera a besarme, pero no lo hace, en vez de ello da dos pasos hacia atrás y me observa de los pies a la cabeza para luego caminar alrededor de mí hasta quedar de nuevo enfrente de mí.

—Quítatela. —Ordena señalando con sus ojos mi blusita. Obedezco aún sabiendo que debajo de ella no había nada, con eso me refiero a mi sosten. Me observa con deseo y pasa su lengua por sus labios. —¡Ven aquí!. —Nuevamente obedezco sin apartar mi mirada de la suya. Cuando estoy muy cerca de él me tomó de la cintura y mete su cabeza en mi cuello sin tocarlo, pero siento su agitada respiración.

Sube hasta mi oreja la cuál besa y muerde muy despacio, cierro mis ojos al sentir su tacto y me dejo llevar por las sensaciones que me produce, gimo al sentir sus labios rosar los míos y luego su lengua recorrerlos.  Abro mis ojos al no recibir el deseado beso y me encuentro con su mirada fija en mí, acaricia mi mejilla con ternura, entonces uso mis manos para atraerlo a mí y besarlo con pasión. Me levanta del suelo haciéndome envolver su cadera con mis piernas para llevarme a la cama sin dejar de besarnos.

La sensaciones que mi cuerpo empieza a experimentar me hacen olvidar de todo y de todos. No existe nada más, solo él y yo.

Estoy segura que está vez las cosas serán diferentes.

Quise darles un poco de paz a tanto sufrimiento y drama.

¿Creen qué esta vez Eva si tiene razón ?

Muchísimas gracias por leer.

Falta poco para el final... Paciencia.

Mucho fuego por aquí últimamente.

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