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38.


🌷 YULISSA 🌷

—Ya casi llegamos. —La voz de Andrés me saca de mis pensamientos.

En el trayecto no quise hacerle preguntas, sabía que no me diría nada y tendría que esperar.

—Bien. —Es todo lo que digo.

Observo lo verde del pasto debajo de nosotros y es entonces que noto que estábamos aterrizando en  medio de la hacienda.

Andrés ayuda a los niños a bajar primero, y luego a mí porque llevaba a mi pequeño en brazos dormido. El ruido ni siquiera le importó en lo más mínimo al momento de dormir.

Miro en todas las direcciones y me enfoco en todo el lugar y me enfoco en la casa de dónde Eva sale sonriente, detrás de ella está Marcos con su cabeza agachada, parece nervioso y...

¡Mierda!

Mi corazón se estruja al verlo así, pálido y con moretones en su rostro, no puedo dejar de verlo con angustia y preocupación.

¿En que se metió?

Eva abre sus brazos y corre hasta llegar a nosotros, me da un abrazo de bienvenida y un dulce beso a mi i hijo en la frente. Los niños empiezan a llamarla y entonces va en su dirección para hacer lo mismo con ellos y con Andrés.

Me da alegría verlos a los cuatro sonreír, parecen una familia.

Mi vista vuelve a posarse en el hombre que nos miraba con devoción, estaba estático, en cuanto nuestras miradas se encontran, la aparta. Es como si se sintiera avergonzado y no se atreviera a mirarme. Camino despacio hacía él, ya que no se atreve a hacerlo, en poco tiempo estamos frente a frente, pero aún no se atreve a verme a los ojos.

—Marcos. —Lo saludo,  pero sigue sin mirarme. Libero una de mis manos para tomar su mentón y hacer que lo haga. —¿Qué pasó? ¿Por qué estás así?

—Yulissa, yo...

Su mirada pasa a mi pequeño que se mueve un poco, una sonrisa se forma en sus labios y yo imito su acción, se acerca  más, coloca sus manos en mi nuca y me da un beso que aunque me toma por sorpresa, correspondo gustosa sin importar que hay espectadores. Escucho a los niños reír y me río también provocando que mi hijo se despierte de su siesta.

Eso sí lo despertó

En cuanto sus ojitos se abren por completo, me sonríe y yo igual. Cuando levanto mi mirada hacia Marcos veo correr una lágrima por su mejilla, lo mira con terneza y cuando se acerca para darle un muy amoroso beso en su cabecita, mi corazón se derrite.

—Espero un día puedas perdonarme—Susurra mientras limpia sus lágrimas. —. ¿Puedo? —Asiento confundida.

Lo toma en sus brazos, lo lleva a su pecho para abrazarlo fuerte mientras de nuevo besa su cabecita, ríe y a la vez llora. El ya lo había alzado y besado antes, pero esta vez es diferente.

¿Acaso él?

Volteo a ver a Eva en busca de una respuesta, ella mueve su cabeza en afirmación y limpia la lágrima que corre.

Se lo dijeron.

La mezcla de sentimientos en mi interior me confunde, no sé si estar feliz o temer por lo que pueda pasar de ahora en adelante. Tiemblo de los nervios y mis lágrimas salen así como así, mi cuerpo reacciona quitando a mi pequeño de sus brazos y retrocediendo un par de pasos.

—Yulissa no tengas miedo, yo no quiero lastimarlo, te lo juro. Déjame cargarlo, por favor. —Suplica. No digo nada, solos sus rojos y humedecidos ojos, corta las distancia entre los tres, levanta su mano y acaricia mi mejilla. —Por favor—. Vuelve a tomar a mi hijo en sus brazos y no se lo impido.

—Marcos, yo no te dije porq... —Su dedo en mis labios no me deja terminar.

—No tienes por qué, lo merezco y te entiendo. Querías protegerlo de mí. Fui un miserable, lo sé —No supe que decir o hacer, porque es cierto que se portó muy mal con nosotros, especialmente con mi pequeño que no tenía culpa alguna—. Esta vez lo haré bien, lo prometo — Sonrío—. Vamos a dentro, deben tcomer algo e instalarse.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Después de comer, Eva y Andrés suben con los niños para acomodarlos en una de las cuatro habitaciones que hay en la pequeña hacienda, bueno; para mi no es tan pequeña, sé que suelen ser más grandes. Le pido que subamos también, quiero acomodar nuestras cositas. Él me indica cuál habitación ocuparemos, trae mi pequeña maleta y mi morral, abro la puerta y la verdad me sorprendo al ver  una cuna al lado de la cama.

—¿Te gusta? —pregunta con nerviosismo, me volteo para verlo.

—¿Tú lo hiciste?

—Si y no. La compré, la carpintería no es lo mío. —Rio—

—No me refiero a eso.

—Lo sé , solo bromeaba. Yo, quería que nuestro hijo estuviera cómodo. —Se me aguan los ojos al oír eso.

¡Nuestro hijo!

Eso sonó tan hermoso que no pude contener mi llanto.

—No, no, no, no llores, amor.  Perdóname por haber sido un imbécil, un cobarde que no supo defenderlos, per... —Lo callo con un beso.

—Está hermosa, y el que hayas pensado en él me conmovió, es todo. —Sonrie y me ve a los ojos.

—Bueno, también lo hice porque quería dormir solo contigo muy pegaditos. —Me sonrojo y creo que estoy nerviosa.

—¿Y a ti quién te dijo que dormirás aquí? —pregunto colocando a mi pequeño en su cuna.

—¡Ouch! Yo solo quería protegerte de los fantasmas, ya sabes. En las haciendas suelen haber esas cosas, también serpientes y bichos raros.

—Entonces le pediré a Eva que duerma conmigo. —Carcajea.

—¿Es enserio? ¿Y tú de verdad crees que Andrés va a dejarla? no sabes lo empalagosos que son esos dos.

—Por lo menos ellos sí, se demuestran cariño.

—Espera, ¿Eso es una indirecta o algo así?  Si quieres cariño te lo puedo dar, ahora mismo si quieres. —Ruedo los ojos y empiezo a sacar las cosas de la maleta para acomodarlas

Marcos saca a mi pequeño de la cuna, le pasa su balón que traje porque es su favorito y quién se aguanta el llanto después, sin contar su mantita.

Al verlos así me siento muy feliz. Había soñado tanto con este momento que casi no me lo podía creer. Me pellizco para estar segura que no sea un hermoso un sueño y...

—¡Auch! —Me quejo.

—¿Qué? —Marcos me mira preocupado.

—Nada —digo y sigo haciendo lo mío.

Me pierdo en mis pensamientos cuando de repente recuerdo que aún no conozco los motivos que nos trajeron aquí. Marcos no quiso responder mis preguntas hasta que estuviéramos cómodos, pero al ver que juega divertido con mi pequeño, decido esperar.

En el momento que Andrés y Eva cruzan la puerta de esta habitación, entiendo que es hora de saber lo que ocurre y la verdad, estoy muy nerviosa.

Marcos deja a mi pequeño en la cuna de nuevo con su balón, tomó mi mano, se sienta y me hace sentar a su lado, luego Eva lo hace del otro.

—Yulissa Amor, quiero que no te preocupes con lo que te vamos a decir, ya casi tengo todo solucionado, te lo aseguro. —Asiento, Eva me sostiene mi mano y Marcos la otra—. Yo, iba a volver contigo al pueblo dos días después que vine, pero algo que me dijo Martina cambió todo y fue entonces que empezaron los problemas.

—Problemas ¿Que clase de prob...

—Solo escúchalo Yuli. —dice Eva.

Obedezco y hago silencio. Marcos empieza a relatar todo lo que sucedido mientras yo muero por dentro.

Tapo mi boca conmocionada y temerosa, no podía creer que su padre hubiera hecho tanto daño, pero mi mundo se viene abajo en el momento que me dice que ese hombre sabe de mi hijo y planeaba lastimarlo.

Envuelta en llanto me levanto y voy en busca de mi hijo, lo tomé en brazos y lo abrazo muy fuerte.

—¿Cómo lo supo?

—No lo sé Amor, pero te juro que no los tocará. Los protegeré con mi vida.

—¿Cómo? ¿Manteniéndonos aquí escondidos como delincuentes? —Me agito.

—No Amor, solo mientras encuentro las pruebas que necesito, Andrés y yo estamos trabajando en eso, entiende que si ustedes están seguros será más fácil para nosotros. Por favor, confía en mí.

—No lo sé Marcos, creo que es mejor denunciarlo y que la policía se encargue.

—Sin pruebas no podemos. Mi tío Ramón está ayudándome y mamá también.

—¿Tú madre? ¿Ella también sabe de mi hijo?

—No, aún no pero se lo diré, quiero que...

—¡No quiero a esa mujer cerca de mi hijo! —grito.

—Amor, es su abuela y estoy seguro que ella lo amará y...

—¡Dije que no! —Lo señalo—. No me importa si tengo que vender todo para desaparecer de nuevo, si es necesario lo haré, te lo juro Marcos. —Lo amenazo.

—Yuli cálmate, nada va a pasar. —Eva se acerca para darme un abrazo—. Nosotros estamos aquí contigo apoyándote, además Marcos tiene razón, si estás segura él podrá moverse con más confianza y hacer que ese... "Señor" pagué por sus crímenes. —Me calmo un poco comprendiendo que ellos tienen razón y que con mis arranques de histeria no solucionaré nada. —Ya, ven. Siéntate y hablemos.

—Se me acaba de ocurrir una idea.  Si funciona en dos días podremos interponer una denuncia en contra de Marcus Grimady. —dice Andrés y todos lo miramos.

—¿Qué idea? —pregunta Marcos.

—Tú tía Sarah. —responde él.

—Su testimonio no nos sirve Andrés ¿Cómo podría ella ayudarnos?.

Eva se hace a su lado, se ve que está intrigada e igual que nosotros, ansiosa por escuchar lo que Andrés tiene que decir.

—Necesito que tú mamá o algunos de los chicos le haga una visita mañana muy temprano y tome una muestra de su sangre sin que nadie se de cuenta. —Nos miramos entre nosotros confundidos—. Marcos, dijiste que cuando la visitaban ella siempre tenía crisis, hablaba incoherencias y decía ver cosas ¿Verdad?

—Así es, ¿Y eso en que nos ayudará?

—Antes no lo había pensado porque no sabía nada de esto, pero ahora creo que tú tía está bien, se me metió en la cabeza que tal vez alguien le da algún tipo de alucinógeno que la hace actuar así en las visitas. Si los resultados demuestran eso, no solo podremos sacarla de ahí, también podremos colocar una denuncia por intento de homicidio, privación de la libertad, engaño médico y no sé que cosas más, averígualo con tu tío.  La verdad es que nos ayudaría mucho, porque si es cierto mi teoría, el médico encargado de tu tía y el que dio el diagnóstico de su demencia seran encarcelados también y estoy seguro, que si los presionamos un poco,  hablarán. Entonces habrá una denuncia que a su vez abrirá una investigación y si a eso le sumamos que Martina también haga su denuncia, ya no habrá motivos para rechazarla, una vez tu tía Sarah esté en óptimas condiciones podrá declarar. Le pediré a César que investigue al tipo que... —hace silencio, pero todos entendimos a quién se refería—. Su testimonio también servirá, los años que le darían a tú padre serían muchos.

—Guou ¿Estás seguro que no te equivocaste de profesión? Deberías trabajar en la CIA. —digo sorprendida.

—Me he metido en algunos problemas —responde.

—Me consta amor, no sabes lo que he tenido que hacer para sacar a este imbécil de todos esos líos en los que se mete. —Marcos apreta sus ojos mientras lo apunta con su dedo.

—Ay si, ¿Quién lo dice? Que rencoroso eres ¿No me digas que todavía estás resentido por tú maravillosa cita con el travesti?

—¡¿Qué?! —Exclamamos Eva y yo con la boca abierta.

—Yulissa, amor. Es todo culpa de Andrés, el muy cínico se enrolló con una mujer con marido y cuando el tipo los descubrió le dio de trancazos, la policía llegó y se lo iba a llevar detenido, solo a Andrés porque el otro era amigo suyo.  El señor aquí presente tenía una cirugía muy importante que hacer ese día y si no la hacía, no solo lo despedirían de su trabajo, que por cierto yo le conseguí. Si no que también se ganaría una demanda bastante grave, y yo me puse bocón a decir que haría lo que me pidiera para que no se lo llevaran y pues... El estúpido policía me pidió que saliera con su hermana, quién resultó ser un travesti. —Eva y yo nos reímos imaginando la situación y luego ella posó su mirada en Andrés.

—¿Con qué te gustan las casadas? Eh. —dice sarcástica Eva.

—No sabía que tenía un marido, se le olvidó mencionarlo. —Se defiende Andrés.

Así la pasamos charlando de muchas anécdotas de cada uno, eso me hizo sentir un poquito más aliviada y se me olvidaron todas las preocupaciones que tenía en mi cabeza hasta que la noche llega y es hora de acostar a los niños y descansen.

Le doy un baño a mi pequeño, está cansado de tanto que jugó con Dylan y Dixon afuera en el césped y se ensució, coloco su pijama , le doy su biberón y en cuanto tarareo su canción cae rendido en los brazos de morfeo, lo dejo en su cuna y me meto a darme una ducha, también me siento cansada y deseo relajarme.  El agua estaba deliciosa y me quedo un buen rato en la tina, es bastante relajante.

Al sentir frío salgo del baño envuelta en mi toalla, sonrio al toparme con la escena más dulce y tierna que haya visto, mi pequeño duerme sobre en el pecho de Marcos, que está acostado en la cama mientras él acaricia su cabello, deja de hacerlo en cuanto nota mi presencia.

—Amor, creo que tenía pesadillas porque brincó y yo solo quise cuidarlo. —Sonrio porque sé que miente, mi pequeño una vez dormido no se despierta y menos si está cansado.

Me doy la vuelta y busco una pijama para colocarmela, antes de hacerlo aplico mi crema de coco por todo mi cuerpo, cuando terminé una pierna sigo con la otra, la mirada de Marcos en mí me hace sentir nerviosa, pero aún así continuo con mi labor hasta que llego a mi cuello. Agarro el pantalón de mi pijama y me dispongo a colocarmelo y es entonces que siento sus brazos rodearme por la cintura y darme un beso en la mejilla. Gira mi cuerpo hacia él y me besa colocando sus manos en mi cuello para besarme con intensidad, su lengua entro en acción y yo lo sigo. 
 
—¿Estabas provocándome? —Susurra en mi oído.

—No. —respondo y él ríe.

—Parecía que sí. —Volvió a besarme con más intensidad.

—Marcos. —Susurro en su boca con mi respiración agitada, no dice nada, pero me mira a los ojos —Mateo está aquí y...

—Está dormido amor. —responde mientras me besa y me lleva a paso lento hacia la cama.

—Marcos, espera. —Lo detengo.

—¿Qué? ¿Quieres que me vaya? —pregunta y no respondo —Está bien si no quieres, pero ¿Me puedo quedar? A dormir. —Aclara.

Si le digo que no, hará todo lo posible para que ceda, estoy en desventaja porque Marcos sabe muy bien dónde y cómo tocar para hacerme enloquecer. Y su le digo que su, igual cederé.

¿Entonces? No tiene caso.

Río y lo atraigo a mi boca para besarlo. Sub manos agarran mi toalla, la quita y la avienta al suelo antes de acostarme suavemente sobre la cama.  Mis deseos aumentan con cada toque, cada caricia.

—Marcos.

—¿Si?

—Quiero decirte que tú... fuiste el último hombre que estuvo en mi cama. —Se detiene para mirarme unos segundos, acaricia mi mejilla y vuelve a besarme, esta vez más suave, con más calma y en medio de la noche él y yo nos amamos una vez más.
 


Muchísimas gracias por leer.
Espero les haya gustado.
🤗

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