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31.


🌷YULISSA🌷

Hace unos días quedé de cenar con Kenneth, pero un compromiso de trabajo de su parte nos había impedido hacerlo, hoy por la tarde  me llamó para decirme que ya estaba en el pueblo y que pasaría por mi a las 8:00 p.m. Para ir a cenar.

Se me antoja comer hamburguesas y el acepta gustoso porque le fascinan. Aprovecho para disculparme  con él por no haber atendido sus llamadas y le explico los motivos, aunque no estoy segura, decido contarle toda la verdad. Si, le cuento todo lo que sucedió con Marcos desde el principio hasta el día en que se fue.

—Uff, fuerte todo esto que me cuentas.

—¿Entiendes ahora?

—Si, pero voy a decirte que confíes en tu corazón. Intentar darle una oportunidad a Marcos, después de todo es el padre de tu hijo. Dejalo acercarse y demostrar que en verdad ha cambiado, cuando estés cien por cierto segura, dile la verdad.

—¿Y cómo? Ni siquiera está, se fue hace más de quince días y ni una llamada. ¿Cómo quiere demostrar que en verdad le importo?

—Yulissa, no justifico lo que hizo tú ex, pero lo entiendo porque lo viví.

—¿Cómo está eso Kenneth?, explícate por favor. O sea ¿Obligaste a una mujer a abortar y te casaste con otra?

—No yuli ¿Cómo crees?. Claro que no. Mira, los padres de mi esposa no me querían e hicieron todo lo posible para separarnos, ella iba a casarse con el hombre que ellos querían, era un hombre mayor, pero muy rico.
La manipularon y presionaron tanto con dejarla en la calle y sin dinero que ella accedió y me dejó.

—¿De verdad?

—Si, y te digo que me sentí muy mal, el hecho de que ella escogiera el dinero y no a mí me dolió como no tienes idea, pero no estaba dispuesto a perderla, yo sabía que me amaba, así que la busqué, le dije que el dinero no la haría feliz y tampoco un hombre al que no amaba por más dinero que tuviera. No hubo un solo día en que no le dijera que la amaba. Una semana después ella tocó a mi puerta, se disculpó conmigo y me pidió otra oportunidad, renunció a todo Yuli. Creo que el decirle y demostrarle que la amaba, la animó a decidirse para estar conmigo.

»Nos venimos a este pueblo lejos de sus padres, un mes después nos casamos. Fuimos muy felices por seis años hasta que... Ese malnacido le quito la vida intentando robarle mis obras, fue en mi taller, siempre estoy ahí y ese día no estuve Yulissa. —Las lágrimas salen de sus ojos mostrando el dolor que aun siente.

Ahora entiendo muchas cosas.

—Lo siento mucho Kenneth.

—Está bien Yuli —Toma mis manos. —Si de verdad Marcos te ama y está arrepentido y quiere enmemdar el daño que te causó y recuperarte, te eligirá como Jenny lo hizo conmigo, para eso necesita saber que lo amas y que estás dispuesta a hacer lo que sea para que estén juntos —Señala mi teléfono. —Llámalo. Házlo todas las veces que sea necesario.

Sonrío y tomo mi teléfono, me armo de valor y lo hago. Marco su número, pero me envia directo al buzón todas las veces que lo hago.

—Buzón. —digo desilusionada.

—Sigue intentando y cuando responda, dile todo lo que sientes —Asiento.

—¿Y si cambió de número?

—Yulissa deja el pesimismo, ¿Quieres? Vamos a suponer que lo perdió, ahora tiene otra línea y no sabe tu número de memoria. ¿No sabes tú donde contactarlo?

—Si.

—No inventes escusas por temor. Si vas a darle otra oportunidad debes confiar, si no puedes, entonces será mejor que lo olvides.

—Ajá.

La noche se nos pasa muy rápido en la charla, decidimos cambiar de tema y mejor hablar de nuestras cosas hasta que llega la hora de irnos a casa. Después de dejarme ahí, se marcha a la suya.

Sabía que hablar con él me ayudaría mucho. La verdad es que la pasamos bien. Nos conocimos más.

Nunca conocemos el dolor de los demás.

En cuanto llego paso a la habitación  de mi pequeño para darle su beso de buenas noches una vez más, lo dejé dormido antes de irme, pero aún así quise darle otro beso. Luego voy a buscar a Eva para contarle sobre mi cita. Me asomo y me causa curiosidad  la emoción con la que habla por teléfono. No se quién es la persona del otro lado de la línea, pero le agradezco esa sonrisa que le produce.

—¿Estoy siendo muy atrevida? —Hay silencio unos segundos —¿De verdad? Si, como amigos, sin ningún compromiso. —No pienses que te estoy comprometiendo o tratando de hacerlo, solo no quiero ir sola y pues... —De nuevo hay silencio—. Gracias Andrés. Dile a Dixon qué si, mañana paso por él. Buenas noches.

—Hola —saludo en cuanto cuelga la llamada, me siento a su lado—. ¿Algo qué contar? —pregunto curiosa levantando una de mis cejas.

—No me veas así, no es lo que crees.

—¿No? —lo piensa un momento.

—Conocí a alguien, de hecho conocí a tres personas. Me hacen sentir muy bien cuando estoy con ellos y no te había dicho nada porque no quería que te hicieras ideas.

—¿Cómo cuáles? Alcancé a escuchar que decías "sin compromisos"  ¿No me digas que de nuevo tu...

—No Yuli, no voy a repetir esa estupidez. No me estoy metiendo en problemas, ya no te preocupes.

—¿Segura? No quiero verte sufrir de nuevo. —Sonríe.

—Tranquila, no es nada de eso. Te aseguro Yuli que no es nada malo, Dixon es... Increíble, es de esos que hacen que tú mundo sea maravilloso .

—¿Dixon? ¿No hablabas con un Andrés? —La miro confundida y ella me ríe.

—Dixon es su hijo. Uno de sus hijos, son dos; son gemelos. Pero me llevo mejor con Dixon, Dylan es más... No sé como decirlo. Eh ¿Precavido? Algo así. El punto es que, me gusta estar con ellos, a pesar del poco tiempo, puedo decir que los quiero. Adoro a esos niños.

—¿Niños? Y, ¿Sus padres te dejan pasar tiempo con ellos? —Mira al suelo.

—Eh, —Carraspea—. Padre, solo viven los tres.

—Ajá. Ahora no estoy segura de...

—No Yuli, él no siempre está en casa. Así que no pienses mal. Andrés y yo solo somos amigos, nada más y por eso lo invité a la cena del sábado donde tía Elly. —Ese nombre llama mi atención.

—Andrés. Últimamente escucho mucho ese nombre. En fin, coincidencias. —Me coloco de pie.

—Si, es un nombre común como: Andres el de la farmacia, Andres el hermanito de Jacobo o Don Andrés, el de la carnicería.

—Si. O el amigo de Mar... ¡Ay! olvidalo. Buenas noches, me voy a dormir.

—Espera, ¿No vas a contarme como te fue con Kenneth?

—Mañana, ya me dio sueño.

—¿Lo invitasté a la cena?

—No, me da pena con Elly llevar a alguien más.

—No te preocupes, habrá un puesto y comida para él. Invitalo.

—Sabes que sí. Si lo pienso todos van a estar en pareja menos yo.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Los días pasan y sigo sin saber nada de Marcos. Llamé a su casa hace un rato, pero cuando su madre respondió aventé el teléfono.

—Yuli, Kenneth ya llegó por nosotras. ¿No le avisaste?

—¡Voy!. —grito.

Se me olvidó.

Aplico otro poco de mi perfume y salgo. Eva está sentada en el sofá con mi hijo en sus piernas, Kenneth al lado y Karen en la cocina preparando un biberon.

—Hola Yulissa, te ves hermosa. —Me sonrojo.

—Gracias por la flor, tu no te ves nada mal.

—¿Nos vamos?

—No, aun es temprano. Olvidé decirte que Elly cambió la hora por un inconveniente, además  falta el amigo de Eva. ¿Le avisaste?

—Si. Me preguntó que vino le gusta a tía Elly para llevarle.

—¡Qué caballeroso!

—Si, así es Andrés Miller. Muy caballeroso. —Mi rostro se contrae, siento que entro en shock al oír ese nombre.

—¿Dijiste, Andrés Miller?

—Si ¿Por... qué?

Cierro mis ojos al sentir un poco de mareo y las piernas me fallan.  Kenneth se acerca para sujetarme.

—¿Estás bien Yulissa? te pusiste pálida. ¿Lo conoces?

—Él, el... Es ese doctor, amigo de Marcos y... —Ni siquiera puedo hablar, Eva se levanta, le entrega mi hijo a Karen y viene hasta mí—. ¿Qué hace aquí y, contigo Eva? —pregunto mientras mis ojos se humedecen pensando lo peor.

Primero Marcos y ahora él.

—Yo no sabía, ni siquiera se me cruzó por la cabeza que él fuera ese Doctor y... Lo conocí por casualidad. —Coloca su mano en su boca—. Dijo que había venido a despejarse, que su amigo le recomendó este lugar, venían juntos  pero algo pasó y terminó viniendo solo con los niños.

Eso me preocupa más.

—Ese amigo es Marcos Eva. ¿Te dijo qué pasó?

—No, pero hablaré con él, le preguntaré por Marcos. Además; Andrés Miller tiene muchas explicaciones que darme.

—Ven, siéntete aquí. Voy a traerte un vaso con agua.  —Me pide Kenneth. Obedezco porque lo necesito.

🌹Eva🌹

Aprovecho el descuido de Yuli para quitarle a Karen a mi ahijado y llevarlo conmigo a enfrentar a Andrés. No esperaría que llegara por mí y decirle todo lo que tengo que decirle. Lo acomodo y aseguro en su silla del auto y luego entro para conducir rumbo a casa de Andrés, que afortunadamente no está tan lejos de aquí.

Entro en cuanto llego al conjunto con mi ahijado en brazos, me dirijo al piso cuatro, toco el timbre del departamento, prácticamente mi dedo se queda pegado en el. Escucho un "Ya voy" no muy amistoso, pero me da igual. La puerta es abierta por él, sus ojos de sorpresa pasan de mí a mi ahijado.

—Eva, ho... —Sigo sin ser invitada—. Quedamos que yo iba por ti no al revés. ¿Sucedió algo?

—Si, pasó algo Andrés —Le doy la vuelta a Mateo para que quede frente a él —¿Sabes quién este pequeño? —Mi pregunta lo toma por sorpresa y niega—. Míralo bien Andrés, ¿No se te parece a alguien? —Vuelve a mirarlo, esta vez con más cuidado y después de un rato parece notar el parecido—. Si, se parece mucho a su padre, a Marcos —digo y me acerqué más—. Es hermoso ¿Verdad? Y tú —Lo señalo—Intestaste asesinarlo.

—Eva yo... puedo explicarlo.

—¿Qué vas a explicar, qué si Yuli no hubiese tenido ese dinero no la hubieras ayudado? —Estoy molesta.

—Si lo hice, la ayudé Eva, al principio tuve miedo, lo acepto, pero después de verla llorar y suplicar, lo hice. Yo...

—¡Te dio dinero! ¿Qué clase de ayuda es esa? —Espeto—. Dime algo Andrés, ¿A cuantos inocentes has matado?

—Eva, yo nunca he hecho tal cosa, esa iba a ser la primera vez y... Marcos dijo que ella estaba de acuerdo, que había aceptado el dinero que sus padres le ofrecieron y cuando ella dijo que no quería hacerlo yo...

—¡Mentira!, lo hiciste solo por el dinero que recibiste a cambio, porque eres un interesado, ególatra y lleno de avaricia. Amas el dinero más que a ti.

—Puedes decirme lo que quieras, no tengo una justificación que te convenza, pero te aseguro que no he practicado un aborto ilegal. Y sí, recibí el dinero, pero no por avaricia, lo hice por los niños, por mí, por mis sueños y te aseguro que lo usé para algo bueno. También por si los padres de Marcos se enteraban,  ellos me acabarían, me cerrarían todas las puertas y ese dinero me ayudaría por un tiempo mientras me reubicaba. Tengo dos niños que proteger Eva. ¿Entiendes?

—No los pongas de pretexto, esos niños son unas almas puras e inocentes, no te atrevas a meterlos en esto. Además no te creo nada.

—No te miento. Te lo juro.

—¿Qué haces aquí? Primero Marcos y ahora tú ¿Viniste a terminar tu trabajo? ¿Le dijiste a Marcos y por eso vino? ¡Ay Dios! ¿Se lo van a quitar a yuli? ¿Van a lastimarlo.?, ustedes... Los denunciaré con la policía, a los dos. Tu no vas a hacerle daño a mi ahijado —intento salir rápido, sus brazos me tomán por la cintura y temo por Mateo.

—¡No Eva!, yo no sabía que ella estaba aquí, tampoco le he dicho nada a Marcos sobre el niño. Sé que Marcos vino aquí por una mujer, pero no sabía que era ella. Lo juro.

—¡No me importa lo que digas!, no te voy a creer, y si, te voy a denunciar con la policía, así que dejame salir. —Lo empujo.

—No por favor, no vayas con la policía, no haré nada que lastime a ese pequeño. Créeme por favor. Solo, no vayas, ni llames a la policía. No quiero más problemas con ellos.

—¿Más? ¿En que líos estás metido Andrés?

—Te lo diré, te diré todo. Siéntate por favor y hablemos.

—Ok, solo si me dices la verdad o te juro que saliendo de aquí, te denunciaré.

Tomo asiento con mi ahijado aún en brazos y Andrés también quedando en frente de mí.

—Evaaaaaa, estás aquí y trajiste a Mateoooo —grita Dixon saliendo de su habitación, me da un beso en la mejilla y un abrazo a mi ahijado que al verlo se remueve para que lo baje, no tengo de otra más que hacerlo.

Dylan toma una de sus manitas, Dixon la otra y se lo llevan a la habitación.

—Eva, tuve un inconveniente con la policía, de hecho por eso estoy aquí. —Abro mis ojos. —No, no es lo que crees, no hice nada malo. Solo...

El sonido del citofono interrumpe.

—¿Esperas a alguien? —interrogo.

—A la niñera, pero no necesita anunciarse.  —Se levanta para responderlo.

Me levanto y voy a la habitación de los niños para asegurarme que estuvieran bien mientras el recibe a su visita no esperada. Al abrir la puerta todo mi coraje se va con la escena más tierna que mis ojos hayan visto jamás. Mateo está sentado en medio de los pequeños, Dixon le muestra sus juguetes mientras que Dylan le da de comer gelatina. Mi hermoso ahijado ríe con las payasadas de Dixon.

Hermosos los tres.

Mientras los observo pienso en que no queri dejarlos, esos pequeños se han convertido en una luz para mí, han sido el consuelo que necesité cuando estaba con mi alma rota. Esos pequeños son inocentes de los actos de su padre y no puedo simplemente dejarlos por su causa, he aprendido a quererlos estos días que he estado a su lado.

—¡Eva, Eva, sal ya de ahí! —Escucho que me llaman.

—¿Yuli? —Salgo de la habitación y ahí está ella hecha una fiera.

Por su cara, sé que está enojada por haberme traído a su hijo sin avisar.

»¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste? —pregunto haciéndome la pendeja.

—Tú —Me apunta con su dedo—. Te trajiste a mi hijo sin mi permiso. ¿Qué querías que hiciera? Usé el GPS. Ahora dime ¿Dónde está mi hijo?

—Él está bien no te preocupes, está jugando con los niños en la habitación, ya deja la paranoia.

—Me asusté cuando no lo vi, así que no me digas paranoica —Pasa su mirada de mí, a Andrés—. Doctor Miller, disculpe por entrar así a su casa ¿Se acuerda de mí? —Él asiente.

—Por supuesto que te recuerda, le pagaste mucho dinero por la vida de Mateo, eso no se olvida. ¿No es así Doctor?

—Eva, por favor, dejame...

—Aún no termina de convencerme con sus argumentos Doctor, pero quiero que sepa que lo pensé y, respecto a los niños seguiré visitandolos, ellos no tienen la culpa del padre que les tocó.

—Eva, ya no seas dura con él, recuerda que gracias a él mi hijo está con nosotras, y el dinero que le di fue para ayudarlo también. —Lo mira a los ojos y luego a mí.

—Si tu lo dices. —dice, luego los tres nos quedamos en silencio.

¿Qué creen ustedes?

Muchas gracias por leer.

Bendiciones.

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