🌷YULISSA🌷

Estoy agitada, casi me falta el aire. No puedo con el susto. Cierro la puerta al entrar y le pego a ella de espaldas, trato de respirar y tranquilizarme.

Observo el lugar y las personas que me miran desconectadas.

¡Mierda! Esta no es la habitación de Ester. Por el afán no me fijé.

—Disculpen. Yo... Perdón.

Asomo mi cabeza despacio para asegurarme que no hayan moros en la costa. Salgo de la habitación y me paso al frente, esta vez a la habitación correcta.

Eva está sentada al lado de Ester, acaricia su rostro mientras llora, está devastada.

—Mamita, debiste decirme, yo te abría cuidado y buscado la manera de...

—No, cariño. Ya no había nada que hacer y no quería preocuparte, ni que dejaras tu vida para atarte a mí.

—Mami, me hubiera gustado estar a tu lado todo este tiempo para poyarte con todo este proceso -Sujeta su mano y le da un beso en la frente.

Camino hasta ellas, coloco mi mano en su hombro y le doy un beso a Ester.

—Hola Yulissa, que gusto verte. Estas hermosa. —Me dice. Le cuesta trabajo hablar, pero aún así me sonríe.

Me da mucha tristeza verla en ese estado, las lágrimas corren de nuevo del pesar que me provoca. Su rostro está muy pálido, ha perdido mucho peso desde la última vez que la vi. No sé qué decirle, solo la observo hasta que poco a poco sus ojos empiezan a cerrarse, creo que está muy agotada.

Me siento en el sofá que hay en la esquina, Eva viene y me acompaña.

—Yuli, mi corazón está destrozado, mamá está muy mal, tiene cáncer y está en etapa terminal. Se negó a hacerse quimios, me lo dijo la doctora hace un rato. Ella Nunca me dijo nada y yo tampoco me di cuenta. ¡Que pésima hija soy! -dice y limpia sus lágrimas.

—No, Eva. No te castigues así, esto no es tu culpa. Las casas pasan, por que sí. Aunque parezca injusto, la vida es así.

—No entiendo como las veces que vine a visitarla no lo noté, ella se veía bien, siempre estaba arreglada, maquillada y con una sonrisa. Aunque ahora que recuerdo, la última vez que vine a verla estaba ojerosa. Me dijo que se había resfriado y se sentía cansada porque no había dormir bien los últimos días y por eso se veía así, solo estuve con ella dos días y me regresé sin darme cuenta de nada.

—Debió ser muy duro para ella.

—Sí, y ahora que lo pienso. Creo que esa fue la razón por la cuál no se vino conmigo y con tía Elly, ella no quería que la viera débil y que yo lo hiciera también.

—Ester es una gran mujer, muy fuerte y valiente sin duda. Una madre puede hacer un gran sacrificio por el bienestar de sus hijos. Ester prefirió padecer en soledad y no verte sufrir.

—¿Qué haré sin ella?

—Vivir y ser feliz, eso es lo que una madre quiere para sus hijos.

—Será difícil.

—Lo sé, pero yo estoy aquí.

—Tengo miedo.

—Yo igual. —Suspiro—. Lo vi Eva, y me vio también, estoy asustada. —digo cambiando el tema.

—¿A quién viste? ¿Quién te vio?

—A Marcos, está aquí. —confieso nerviosa.

—¡Mierda! No te creo ¿Estás segura de que era él? Tal vez lo confundiste. -Asiento—. Tranquilízate, estás aquí sola, no tiene forma de saberlo, ¿ok?

—No sé.

🌷🌷🌷🌷🌷🌷

Ya más calmadas, me quedo toda la tarde con ellas sin atreverme a salir de la habitación por miedo a encontrarme con Marcos o alguien conocido. Eva se queda dormida y yo solo espero que llegue la noche. Me levanto a servirme un vaso con agua causando que Eva despierte, se dirige al lado de Ester mientras yo bebo de mi vaso.

—Mami, despierta. —Llama, pero ella no responde, la mueve un poco y nada-. Mamá —Sube el tono de voz—. ¡Mamá! —Su grito logra angustiarme, dejo el vaso y voy a su lado comprendiendo lo que ha ocurrido.

La abrazo fuerte cuando sus lágrimas se asoman y el llanto la consume del dolor, al igual que a mi.

Descansa en paz, Ester.

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Han pasado varias horas, no sé exactamente cuántas y ya empiezo a preocuparme por Eva, no ha querido hablar con nadie y se alejó a un pasillo vacío. Tuve que encargarme de llamar a Elly porque ella no tuvo el valor de hacerlo y el fondo la entendía, ella ha perdido a la persona más valiosa del mundo; su madre.

Voy en su búsqueda para estar pendiente de ella. No quito mis ojos de ella hasta que siento una mano en mi hombro, volteo y veo a Carlos, me saluda y luego se va junto a Eva. La abraza y le da un beso dulce en la sien, en cuanto se percata de él, da la vuelta y lo abraza también dejando salir su dolor en sus brazos.

Me alegra que haya venido y apoyarla en este momento ta difícil para ella, ojalá un día Carlos pueda amarla como ella lo ama y deje de verla como un polvo más para él. Eva es una gran mujer y merece un hombre que la valore y ame tal y como es.

Espero que Carlos se de cuenta de eso y no le rompa el corazón.

Los dejo solos y vuelvo a la habitación con Elly que también está muy mal, Ester era su única hermana.

La vida suele ser demasiado injusta.

¿Por qué Ester?

¿Por qué siempre las personas buenas son las sufren?

💥MARCOS💥

Haber visto a Yulissa me llenó de felicidad, ahora siento que tengo esperanzas y fuerzas para recuperarme y salir de esto. Sé bien que ella huyó de mí y no la culpo, me porté muy mal con ella, fui un canalla.

No puedo creer que después de tanto tiempo sin saber de ella, ahora esté aquí muy cerca de mí y no pienso dejarla ir de nuevo.

Ayer no pude buscarla porque mi madre me llevó a su casa y me encerró en mi antigua habitación, por más escándalo que hice no me abrió la maldita puerta, excepto para darme los medicamentos y de comer.

Ahora estoy aquí esperando respuesta del investigador que contraté para que me diga qué hacía Yulissa en ese hospital.

No me fue fácil hacerlo porque mamá les prohibió a las chicas del servicio que me pasaran el teléfono o me prestarán los suyos, necesitaba información y no tuve más opción que amenazarla con lanzarme por la ventana o cualquier cosa para quitarme la vida si me encerraba de nuevo en ese centro de rehabilitación, obvio no lo haría, pero ella debía creer que sí.

Le pedí que llamara a Cristofer Valencia, un investigador a cambio de obedecerla y en la tarde él vino. Ella quiso saber para que lo quería, pero no se lo dije.

Aun no tengo noticias de su parte y ya estoy desesperado.

Escucho vibrar el teléfono que Cristofer me dejó, me aseguro que no haya nadie cerca y respondo.

—Cristofer, Dime qué tienes buenas noticias.

—Buenos días señor Grymaldi. ¿Cómo se siente?

—Al grano Cristofer.

—Si señor, estoy en el hospital, no tienen información de Yulissa Collins, así que tuve que usar mis contactos para que me dejaran revisar el registro de visitas y tampoco está ahí, solo la señorita Eva Londoño aparece en esa lista, vino a visitar a Ester Charris, su madre. La señora falleció anoche señor. Debo suponer que Yulissa Collins usó un nombre falso, por eso no está en el registro.

Claro por eso ella está aquí, vino a acompañar a Eva.

Debí suponer que ella sabía dónde estaba Yulissa

—Dijiste que la señora murió ¿Dónde y cuándo es el sepelio?

—Será hoy a las 3:00 pm. En el cementerio ARCÁNGEL SERAFÍN, también conseguí la dirección de la casa dónde se están quedando señor.

—Envíamelas y busca que nombre está utilizando Yulissa. —Cuelgo la llamada, reviso el mensaje con la dirección y lo escondo debajo de la almohada.

Por su puesto, está en casa de Eva. No puedo ir allí porque de seguro no me dejarán entrar, Eva no dejará que me acerque si quiera, la muy perra me odia y con justa razón.

💥💥💥💥💥💥💥

Casi no puedo escapar de casa, una de las nuevas empleadas de servicio me ayudó, no me fue difícil convencerla. Una sonrisa, una miradita y cayó.

Llevo 20 minutos en mi auto pensando en si bajo o no. Tengo miedo no lo niego. La reacción de Yulissa al verme aquí me preocupa mucho, ¡Rayos! ¿No sé qué hacer?, ¿Qué le voy a decir? ¿Me odiará?¿Tendrá a alguien? Tantas preguntas.

¡Vamos Marcos tu puedes! tienes que hacerlo, ten huevos.

Me armo de valor y bajo del auto, entro al cementerio en busca del lugar que Cristofer me dijo. Lo hago hasta que las veo. Ahí están las dos, abrazadas. Hay más personas que no conozco y no me importa, solo me enfoco en la mujer que me interesa ver, Yulissa.

Alguien se acerca a Eva para darle el pésame haciendo que se separe de Yuli, esa es la oportunidad que necesito para acercarme.

Casi llego a ella cuando un hombre la toma de la mano, la abraza y le da un beso en la frente. Algo dentro de mi se retuerce haciéndome sentir coraje, mi respiración se agita cuando ella responde a su abrazo. Mis manos se forman en puños del coraje y solo deseo ir a golpearlo para que la suelte.

¿Quién es ese imbécil? A acaso... ¿Es su novio? ¿Su esposo?

¡Mierda Marcos!, no pensaste en esa posibilidad ¿Y si tiene un puto marido?

No me importa, si lo tiene se la arrebato de los brazos al puto bastardo.

Retrocedo unos pasos al ver a Eva regresar, me oculto detrás de unas personas y los observo. El hombre que está con Yulissa la suelta por fin y se acerca a Eva para Abrazarla, sonrío en cuanto le da un beso en los labios.

No es novio de Yuli, sino de Eva.

Aprovecho el momento en que ambos se alejan para acercarme a ella, esta vez lo hago con rapidez y evitar interrupciones.

—Yulissa —La llamo, voltea a verme despacio, su rostro refleja sorpresa y creo que algo de temor. Está inmóvil.

Su mirada no deja la mía ni un instante mientras me acerco cada vez más. Sus ojos están muy abiertos, rojos, llenos de lágrimas e hinchados en señal de haber llorado mucho. Levanto mis manos y me atrevo a tomar su rostro, la miro fijamente y aunque tengo ganas de besarla, no lo hago, en vez de eso, la atraigo a mi para abrazarla fuerte. En ese momento siento que toda mi vida vuelve a ser la misma, cuando ella me daba esa paz que buscaba.

Mi sorpresa es tanta al sentir sus brazos rodearme también.

¡Dios, la extrañé tanto! Y hasta ahora me doy cuenta.

Qué imbécil he sido.

-Perdóname Yulissa. -Susurro en su oído-. Perdón por lo mal que me porté contigo.

Muchas gracias por leer.

(14-08-23)