14.
💥MARCOS💥
Mi cabeza me va explotar, todo da vueltas mientras miro el techo de mi habitación, al igual que casi todos los días estoy pasando un terrible Guayabo por culpa de la borrachera que me pegué anoche, y de nuevo completamente solo. La mujer que traje anoche se fue furiosa porque le di dinero después de cogérmela, me dijo un montón de insultos que ya ni recuerdo, luego se largó.
Cierro mis ojos tratando de calmar un poco mi dolor de cabeza, los pensamientos me aturden y por más que trato de no pensar más, no lo consigo. Imágenes pasan en como en cámara rápida haciendo que me duela aun más. Coloco mi almohada sobre mi cabeza, pero eso no evita que siga pensándo en mi vida y el cambio tan radical que tuvo. De un momento a otro mi mundo se vino a bajo como un derrumbe que deja solo caos. No dejo de preguntarme que hice mal para que me pasara todo esto.
Si no hace más de un año mi vida era perfecta, logré graduarme con honores de la universidad, ingresé a liderar las empresas que se unieron al casarme con Martina, todo marchaba a la perfección, tenía una esposa sexy, el sexo era tan genial que parecíamos conejos, bueno, la verdad era que a Martina le urgía embarazarse para poder cobrar su herencia en cuanto el bebé naciera, reconozco que lo disfruté y... En el proceso dejé de pensar en ella, en Yulissa. Hubo un momento de tristeza con la perdida de nuestro primer bebé, pero lo superamos y pronto encargamos de nuevo, con la fortuna de ser dos.
Para la fiesta de cumpleaños de mi suegro anunciamos la maravillosa noticia de que seríamos padres, por supuesto estuvieron muy felices, con excepción de mi padre. Intentó ocultar su molestia, pero lo noté. Mientras los demás celebraban, el parecía angustiado y cuando mamá informó que yo recibiría mi parte de la herencia que me dejó el abuelo como regalo en cuanto mi hijo naciera, palideció y eso me preocupó, pero se me quitó en cuanto levantó la copa e hizo un brindis por nosotros y nuestros futuros hijos.
Creo que estaba paranoico ese día.
Martina no estaba tan sorprendida como yo, porque desde antes de casarnos sus padres le dieron su herencia la cual podía reclamar una vez que tuviera un hijo, no importa a si fiera niño o niña, pero para mí sí que lo fue. El abuelo había estipulado que mi herencia podría reclamarla una vez cumpliera 30 años y tuviera mi vida organizada, o sea, esposa e hijos.
Entonces no entendía como la tendría en unos meses si aún faltaban algunos años para mis 30. Supongo que ellos tenían un as bajo la manga, de igual manera eso no me importó en lo absoluto, lo importante aquí era que pronto tendría mi propio dinero y podría independizarme de mis padres y los de Martina, haríamos nuestras vidas sin depender de nadie, más que nosotros mismos y la verdad, ella era la más interesada, deseaba tener su propio dinero lo antes posible.
Abro mis ojos y mientras recuerdo todo aquello las lágrimas empiezan a brotar y lloro como un niño. El sonido de mi teléfono me hace reaccionar, pero no deseo contestar la llamada, dejo que suene y suene hasta que me desespero por la intensa jaqueca. Mi cabeza quiere reventar del dolor y el estúpido aparato no deja de sonar, no tengo más remedio que levantarme y buscarlo.
—Bueno —contesto porque es mamá, no quiero que venga a buscarme si no lo hago.
—Marcos hijo, te he estado llamando desde ayer, ¿Por qué no respondías mis llamadas?
—Madre yo... Estaba ocupado —miento.
—Bruno llamó, te vio anoche en el bar, ¿Te embriagaste otra vez? ¿Hasta cuando vas a comportarte como un adolescente rebelde? Me preocupas hijo —coloco mi mano en mi cabeza.
—No tienes por qué, y ya déjame en paz Madre, no te metas en mis asuntos, ya no soy un niño.
—Pues te comportas como uno, ¿Por qué eres tan débil? Ya supera el asunto ese con Martina, comportarte como un hombre, vuelve a casa y has algo para recuperar tu cargo en la comp... —Cuelgo la llamada, no quiero que me siga fastidiando con sus reproches, bastante tengo con el puto dolor de cabeza, además; ¿Cómo se atreve a llamar asunto a lo que pasó?
Sé que mamá está preocupada por mí, pero en estos momentos no deseo hablar con nadie, ni siquiera con ella.
Apago mi teléfono y me acuesto boca abajo para seguir durmiendo, hoy no quiero ni pienso salir de mi departamento para nada.
💥💥💥💥💥💥
Ya es de noche y de nuevo voy a ir a un bar para embriagarme, ayer no lo hice, me quedé en mi departamento pero hoy pienso divertirme un rato.
Acabo de llegar al bar de siempre, no tengo que pedir nada porque la mesera ya sabe lo que quiero y cual mesa deseo usar, es tan eficiente la chica que en cuanto me ve quita a las personas que ocupan mi mesa, va por mi botella de whisky y la trae.
—Bienvenido señor Grimaldy. Su mesa y su bebida. Disfrute.
—Gracias.
Le daré una buena propina por su excelente servicio.
Me sirvo una vaso, luego otro y otro
mientras observo a las personas bailar, hay mucha gente aquí aunque apenas es miércoles.
No sé cuánto tiempo ha pasado, pero mi botella está a más la mitad y ya empiezo a sentir sus efectos. Le hago seña a la chica para que me traiga otra, sigo observando hasta que noto a una chica bailar muy sensual, me sonríe cuando se percata que la observo, camina hasta acá y se sienta en mi mesa, la reparo con detalle, no es muy bonita pero tiene unos hermosos pechos.
servirá para saciarme esta noche.
—Hola guapo, ¿Me invitas una copa? —pregunta coqueta.
—Claro preciosa, ¿Qué quieres tomar?
—Un Martini estaría bien. —dice con una sonrisa.
—Tienes una sonrisa muy linda —Coqueteo.
—Gracias, y tú eres muy atractivo, tus ojos son muy hermosos. Te estuve observando y te confieso que dudé en venir.
—¿Por qué?
—Porque es raro que un hombre tan guapo como tú, este solo.
—Espera ¿Creíste que era gay?
—Lo siento.
—Te voy a cobrar eso, ya se me ocurrió cómo. —Sonrió y bebo mi trago.
La mesera llega con mi botella y entonces pido la bebida para la chica, una vez que la mesera la trae, le propongo un brindis por conocernos.
El tiempo pasa súper rápido, ambos estamos ya muy tomados. Lili; así dijo llamarse la chica, me pide que bailemos y aquí estoy haciendo el ridículo con ella en la pista de baile, al parecer eso le causa gracia porque no para de reír.
Suena Provenza de Karol G, de inmediato intento irme a sentar, pero Lili me lo impide abrazandose a mi cintura, me da la vuelta y comienza a moverse con sensualidad, gira y mueve su trasero muy cerca de mi entrepierna provocando que... Uf, me prenda, el calor comienza a subir, la pego más a mi y beso su cuello despacio, gira y entonces la beso con toda la lujuria que había provocado en mí, me separo de ella y la tomo de la mano para llevarla al motel que está al lado del bar, no tengo tiempo para llevarla a mi departamento.
Llegamos y voy directo a pagar una habitación, el chico de la recepción me pasa las llaves de la habitación 204, usamos el ascensor aunque solo era un piso, en el pasillo tomó para devorar su boca, llevo mis manos a su trasero y levanto su vestido negro muy corto. Me separo para usar la llave y abrir la puerta que nos estorba. Apenas cruzamos la habitación la desvisto con brusquedad, creo que rompí su vestido.
—¡Oye! Me costó un ojo de la cara.
—Te compraré otro.
Me deshago de mi ropa lo más rápido que puedo, la lanzo a la cama y me subo encima de ella, beso sus labios mientras uso mi mano para jugar con su clítoris, se abre de piernas y gime cuando bajó mi boca a su pecho derecho. Estoy muy deseoso por descargarme y desahogar toda esa frustración que traigo.
Sin duda alguna, esta será una gran noche para mí, pero mañana todo volverá a ser igual que siempre.
Una completa mierda.
Gracias por leer.
😘
¿Marcos que te pasó?
Poco a poco lo sabrán.
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