13.
1 año después...
🌷YULISSA🌷
Si pudieran sentir la emoción que siento justo ahora porque en dos semanas mi pequeño Mateo cumplirá su primer año de vida , entenderían que si existe la felicidad completa y el amor verdadero, ese que es puro y eterno. Ese amor que solo se siente una vez porque es para siempre, así es el amor que siento por mi hijo y quiero compartirlo con todos aquellos que conozco, le estoy organizando una reunión familiar para festejar este magnífico acontecimiento, aunque lo sea solo para mí.
Ha pasado un año y se siente como si hubiese sido ayer cuando mi hermoso bebé luchaba por su vida en esa incubadora, fueron las tres semanas más duras para Eva y para mí, porque ambas estuvimos en ese hospital día y noche haciendo de mamá canguro. Dándole todo nuestro amor, ánimo y apoyo. Cuando por fin le dieron el alta y lo llevé a casa, "bueno a nuestra habitación" , me sentí inmensamente feliz aunque sabía que debía mantener ciertos cuidados para su salud.
Elly y Eva estuvieron a cargo del restaurante mientras yo me encargaba en cuerpo y alma a mi bebé, y en ese lapso de tiempo todo marchó muy bien.
Dos meses más tarde Elly me presentó al hijo de su novio Óscar, quién se convirtió en mi socio. Al principio me negué, no quería más personas en mi pequeño restaurante, pero con la ayuda de esas dos mujeres insistentes los cuatro, incluyendo a Carlos y a Óscar, terminaron convenciéndome. Acepto que la propuesta que Carlos me presentó me gustó mucho y eso también ayudó para que aceptara integrarlo a nuestro equipo de trabajo.
Carlos Duarte, así de llama mi socio, tiene 25 años, es alto, trigueño, no tan delgado, su cabello es negro, sus ojos cafés, usa una barba que la verdad, se le ve muy bien. Reconozco que es atractivo, su sonrisa es adictiva y a veces suele un poco idiota, pero es un buen tipo. Siempre está de buen humor, es agradable. Pues, resulta que Carlos invirtió una buena cantidad de dinero que usamos para comprar el terreno de al lado, y agrandar el restaurante, hicimos algunas remodelaciones, compramos nuevas mesas e utensilios que facilitaran el trabajo en la cocina, buscamos nuevos proveedores que nos brindaron mejor calidad para hacer algunos cambios en el menú, esto nos llevó a contratar más personal para tener una mejor atención hacia nuestra clientela, que ahora es mucho más grande, también se implementó el uso de líneas telefónicas y redes sociales para atraer a más clientes, por supuesto mi nombre no aparece en las redes, solo el de Carlos.
La inauguración de MATEO'S RESTAURANT fue todo un éxito. Si, también cambie su nombre en honor al amor de mi vida y al hombre quién me impulsa cada día a seguir adelante.
Mi precioso hijo.
Eva y yo por fin alquilamos un departamento cerca de aquí, cada una tiene su propia habitación, el lugar no es muy grande, pero es acogedor, tiene mucho más espacio para que mi hijo pueda jugar y andar ahora que gatea y pronto empezará a dar sus primeros pasos, algo más lento que los otros niños de su edad. También compramos un carro que pagamos por cuotas y lo usamos las dos.
La antigua habitación dónde vivíamos mi hijo y yo, se convirtió en una oficina, así que ahora tenemos un espacio para reuniones, para que Eva pueda llevar mucho mejor la contabilidad del lugar y atender sugerencias, felicitaciones, quejas y reclamos de nuestros clientes. La verdad es que estoy muy feliz.
—Tierra llamado a Yuliiiii —La voz de este idiota me trae de vuelta a la realidad, sonrió al ver a Carlos haciéndome señas con las manos.
—¿Qué quieres bombón? —Me mira con enojo, pero luego sonríe, odia que lo llame así, es un apodo que le colocó Eva.
—Estás distraída ¿En qué o en quién pensabas hermosa?
—En muchas cosas Carlos, en como ha cambiado mi vida y este lugar después de mi hombrecito.
—¡Oh! ya veo, ¿Y en mi no pensaste? No sé, tal vez en lo sexy que soy, o en las ganas que tienes de meterme en tú cama —dice en tono seductor —carcajeo y me levanto.
—Ya quisieras bombón —Golpeo su brazo cuando paso por su lado.
—Yulissa —Detengo mis pasos y volteo a verlo.
—¿Qué?
—¿De verdad no te inspiro ni un mal pensamiento? Mira que estoy muy bueno. ¿No te gusto mi un poco? —Me gula un ojo y suelta esa sonrisa peligrosa.
—¡Ay Carlos! Ya no juegues con eso, me haces sentir incómoda.
—Sabes que es broma, solo me gusta verte sonreír. Te vez hermosa, deberías hacerlo más a menudo.
—Gracias.
—Aunque si quieres, lo me molestaría calentar tu cama. Puedes usarme a tu antojo. —Me río de nuevo.
—¡Ay ya no jodas!, pendejo. Mejor me voy o llegaré tarde por mi pequeño, tiene cita con la pediatra, adiós y busca oficio. Puedes a ayudar a lavar los platos si no tienes nada mejor que hacer. —Salgo de la oficina
—Adiós Yuli, me piensas.
Me despido de todos y salgo con dirección a mi casa, en busca de mi hijo.
Al entras a la habitación lo veo envuelto en una toalla tras haber recibido un baño.
—Hola Karen, ¿Cómo se portó mi hermoso príncipe?
—Hola Yulissa, muy bien como siempre. —responde Karen; su niñera. Lo tomo en mis brazos envuelto aún en su toalla y le doy muchos besitos haciéndolo reír a carcajadas.
—Hola mi amor, ¿Me extrañaste? Mami si te extrañó muchísimo —Vuelvo a besarlo—. Yo me encargo de poner a este pequeñín muy bello, tu ayúdame con su biberón para llevar y la pañalera por favor.
—Claro, ya te lo subo —Sale de la habitación.
Escojo su ropita y comienzo a vestirlo.
—Listo —Lo observo con ternura al ver lo hermoso que se ve—. Ohhhh quedaste precioso mi amor. Vas a ser muy guapo cuando crezcas, las chicas se volverán lo as por ti.
Tomo mi celular y le saco un par de fotografías para enviárselas a Eva y a Elly. De inmediato me responden con un emoji con ojos de corazón.
Mi pequeño Mateo me mira con esos preciosos ojitos azules que Dios le regaló, son exactamente iguales a los de su padre.
Cada vez que los miro lo veo a él haciéndome casi imposible sacarlo de mi cabeza a pesar del tiempo.
Por más que he intentado sacarlo de mis pensamientos me resulta muy difícil, más ahora que mi pequeño crece y cada día se parece más a él, de mi solo sacó el color castaño de mi cabello.
¡Que injusta es la vida! yo te lleve 7 meses en mi vientre y te pareces a él. De verdad que no es justo.
Me quejo.
Lo levanto de la cama y lo abrazo con todo el amor que tengo para él, le doy un dulce beso en su cachete y toco su nariz con mi dedo índice.
—No sabes cuanto te amo mi amor. Ya es hora de irnos, la pediatra nos espera y confío que me va a dar maravillosas noticias sobre tu salud.
—Aquí está la pañalera, el biberón está dentro.
—Gracias Karen, puedes irte. Derechito a casa, nada de quedarte por ahí, no quiero problemas con tú mamá.
—Claro que si Yulissa. A casita.
—Que te vaya bien.
—Igual a ustedes, nos vemos mañana.
Tomo las llaves del auto y salimos.
Muchas gracias por leer.🤩
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro