Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9- Todo vale en el amor.

Ana.

Había pasado dos semanas desde que doné médula ósea y me reconfortó saber que el pequeño de la misma edad que mi hijo, había recibido exitosamente el trasplante.

Obviamente, tuve ciertos problemas con mi cuerpo y con la comida pero Jace había mantenido guardia a mi lado y eso, por más que me fastidiara por momentos, hizo que me sintiera protegida ya que los chicos junto a Harry habían decidido viajar por una serie de presentaciones en EE.UU que duraría un mes y, pese a que tenía mi número telefónico, no había recibido ni un mensaje de su parte. ¿Acaso no era su amiga? ¿O sólo estaba jugando conmigo?

- ¿Todo bien? – Girando mi rostro, asentí a Luke, antes de seguir apreciando el jardín que comenzaba a teñirse de blanco. – Mañana, harán la fiesta en la que estará como invitada especial, Taylor Swift, la ex novia de Harry.

- Ni me lo digas...

- ¿Celosa? – Riendo, se acercó para besar mi cabello. – Sabes que tienes, a mi pesar, a un idiota enamorado que daría cualquier cosa porque lo quisieras de la misma manera. No lo desaprovechas.- Alejándose, dejó que mis palabras quedaran atrapadas entre el cerco de mis dientes porque tenía razón y, poco a poco, entendí que debía comenzar una nueva vida.

*Una semana después*

- ¿Debería preparar más ensalada? – Acercándome a la mesa, reí al ver a Jace y su cara llena de placer al poder comer "comida decente" ya que no le gustaba que viviera comiendo tantos vegetales cuando su debilidad era las milanesas con puré de papa. Él siempre decía que me dejaría si no me amara tanto por ellas. – Veo que no la echarás de menos...

- Creo que he muerto he ido al cielo.- Luke se unió al grupo de los amantes de carne. – Sólo tu hermano, podías conseguir una novia vegetariana.

- ¡Oye! Ed, también lo es. – Golpeando su hombro, seguí comiendo arroz integral con algo de ensalada. – No es malo comer saludable y más, cuando tengo un hijo.

- Es verdad, nunca he visto a un niño tan saludable como Ed. Bueno, si exceptuamos que heredó la debilidad de su padre. – Con un pedazo de carne entre sus dientes, pronto, su rostro reflejó la misma sensación de plenitud que sus hermanos. – Joder, esto está buenísimo.

- Deberías probar un pedazo, cariño. – Jace cortando un pedazo lo acercó hacia mis labios pero mi expresión fue neutral. - ¿Acaso tu comida sabe mejor que esto?

- No lo creo pero simplemente no quiero comer carne. – Encogiéndome de hombros, seguí revolviendo mi plato hasta que sentí nauseas.- Es mejor que los deje terminar con su almuerzo. Por favor, cuiden a Ed. – En segundos abandoné la mesa para dirigirme hacia el baño y vomitar lo poco que había logrado pasar por débil estómago.

- Ana, ¿estás bien? – Él, suavemente, golpeó con sus nudillos la puerta pero no abrí hasta que limpié mis dientes y saqué de mi boca ese sabor amargo y ácido. - ¿Has tenido otro malestar?

- No, solo que... - Suspirando, me apoyé contra la pared. – No soporto sentir el olor de la carne cerca de mis fosas nasales. Lo siento, pero no pretendía arruinar tu almuerzo. – Arrugando mi nariz, pasé una de mis manos por su cabello desordenado y algo húmedo. - ¿Hasta qué hora trabajas hoy?

- No lo sé... - Sonriendo, tomó mi mano. - ¿Tienes algún plan para los dos? – Levantando sus cejas trató de insinuar algo más.

- Solo quería que saliéramos a pasear un rato con los niños y tus hermanos. Han abierto un nuevo parque de diversiones a unas cuadras de aquí y me gustaría tomar algo de aire fresco. – Al fruncir su ceño, suspiré. Seguramente, no aceptaría salir.

- Antes de que pienses lo contrario, diré que sí. – Sorprendiéndome, lo abracé. – Todo lo que te haga feliz, me hace feliz a mí.

- Entonces... ¿Podrías confiarme tu tarjeta de crédito para algunas compras del hogar y un cambio de look? – Traté de no reír pero era casi imposible que algo de tal magnitud sucediera. Ni siquiera a los hermanos les había dado tal beneficio.

- ¿Cambio de look?- Busqué su mirada para encontrarme con sus pupilas llenas de curiosidad.

- Sí. Quiero rebajarme las puntas y cambiar mi color natural a otro más llamativo. – Seguía sin descifrar a qué quería llegar con todo esto pero, por las dudas, había sido sincera con mis planes.

- Bien pero que te acompañe Ara. Ella sabrá a qué lugar llevarte sin llamar la atención. – Alejándose, abrió un cajón de su armario y a través de la tenue luz, brilló la pequeña tarjeta dorada entre sus dedos. Mi mandíbula habría caído al suelo si hubiera estado con Araceli pero traté de calmarme ya que sólo era dinero, nada más.- Te confió su uso porque sé que no deberé estar al pendiente de que el banco llame y me diga que he quedado en banca rota pero, por favor, no se la des a mis hermanos.

- No creo que sean tan irresponsables, Jace. – Haciendo una mueca, tomé la misma y la guardé en mi bolso. - ¿Acaso han despilfarrado tu dinero en alguna ocasión?

- Sí pero no quiero hablar de ello. No me trae buenos recuerdos, Ana. - Depositando sus labios en los míos caminó hacia la puerta. – Esperaré con ansias volverte a ver. – Guiñándome uno de sus celestes ojos, desapareció.

- Jace... - Quería evitar que floreciera algo en mi interior por sus muestras de confianza pero era inevitable como no perderme en el río azul alrededor de sus pupilas. - ¿Qué haré contigo?

Harry.

- ¡Maldito aparato! – Tomando mi celular lo tiré con demasiada fuerza para hacerlo trizas contra la pared.

- Parece que alguien no amaneció con buen humor. – Niall entró a la habitación devorando una de sus tostadas. No lograba entender cómo podía comer tanto y no engordar. - ¿Qué pasa, Hazz?

- Mi celular ha dejado de funcionar y no puedo llamar a Diana. – Empujando mi cabello húmedo hacia atrás traté de calmarme aunque quería hablar con ella y saber sobre lo que había sucedido en estos días.

- ¿Por qué no intentas llamarla desde mi celular? – Pasándomelo, enarqué una de mis cejas.

- ¿Por qué crees que no te he pedido el tuyo? – Golpeando mi hombro, hizo una mueca. – No sé su número y tampoco lo he anotado en mi agenda de papel.

- Eso sí que es un problema... – Haciendo una mueca se recostó sobre mi cama. – Harry, ¿Por qué te interesa tanto ella?

- Es mi amiga. – Tragando saliva me quise converse de esto pero era una verdad a medias. Sabía que algo pasaba con ella pero no lograba entender mis propios sentimientos y menos cuando no había tenido el tiempo suficiente para conocerla. ¡¿Acaso se trataba de un amor a primera vista?!

- Sí, una amiga muy bonita y con un rostro parecido a mi ex prometida. –Rodando los ojos, observó la tensión traspasar cada uno de mis miembros faciales.- Debes dejar el pasado atrás pero de esta manera solo te estás aferrando a ello.

- Te puedo asegurar que me hubiera alejado antes de acercarme a ella si estuviera todavía estancado en el pasado.

- Es una buena persona y muy simpática. Además, de que prepara las mejores galletas de chocolate que he comido.

- Contigo no se puede hablar... - Levantándome, lo golpeé con una almohada. - ¿Solo tienes en cuenta apagar tu apetito voraz?

- A diferencia de ti, soy un hombre inteligente. – Riéndome, negué con la cabeza porque Niall siempre lograba que encontrara el aspecto positivo a lo negativo.

- ¿Ya has preparado tu maleta? – Tomando algunas prendas sucias las guardé en una bolsa para luego lavarlas. Sí, soy un hombre muy independiente pese a lo que pueda pensar mi mamá.

- Sí, todos hemos preparado nuestras cosas. Sólo faltas tú...

- Entonces, si no te molesta ¿podrías irte?

- ¿Es así como me pagas ser tu confidente, Harry? – Haciendo un puchero, salió. – ¡Ya me vas a necesitar y no volveré!- Claro que volverías pequeño Niall y más con varias docenas de galletas dulces. Suspirando alisté mi valija ya que por la tarde viajaríamos a Londres y finalmente, me encontraría con Diana.

Ana.

- ¿Estás segura? – Recorriendo el lugar con mi mirada no me dio un buen aspecto.

- Nunca juzgues un lugar por su apariencia exterior, Ana. – Ara con Ed en brazos comenzó a avanzar sobre uno de los pasillos de aquel lugar siniestro. – He venido aquí desde que tengo uso de razón y siempre he recibido un buen trato. Además, siendo la novia de Jace tendrás ciertos privilegios.

- ¡No soy su novia! – Con mis mejillas rojas como tomates, avancé.

- ¿Acaso son amigos con derechos? – Levantando sus cejas, abrí mi boca al encontrarme indignada.

- ¡No somos nada!

- No sabía que los que no son "nada" se besan y confían su dinero a una persona como tú.

- No es nada... - Volví a susurrar antes de encontrarme con un salón que, a diferencia del exterior, se encontraba en un buen estado.

- ¡Araceli! – Alguien chilló antes de abalanzarse sobre ella. - ¿Qué haces por aquí? ¿Y este niño tan guapo? ¿Es tu sobrino, no?

- Carla, ¿cómo has estado? – Sonriendo, tomó asiento. – He venido a acompañar a una amiga. Y sí, es mi sobrino.

- ¿A ella? – Mirándome, sonrió. – Por cierto, ¿y Jace? ¿Por qué no lo has traído? Me hubiera encantando verlo y saludarlo. ¿Todavía sigue soltero o ha conseguido una nueva novia?

- Bueno, es complicado. – Haciendo una mueca, me miró de soslayo. – Su relación todavía no tiene una etiqueta para identificar qué es lo que sucede entre ambos.

- El tiempo nos dará la respuesta. – Levantándose, preparó su espacio de trabajo. – ¿Cómo se llama tu amiga, Ara?

- Soy Diana. – Respondí, antes que ambas volvieran a hablar de Jace.

- ¿Qué puedo hacer por ti? Porque tu cabello se ve esplendido.

- Necesito rebajarlo y teñirlo de un color más oscuro.

- Bien, te recomendaría un color rojizo por tu tono de piel. – Tomando una especie de capa para cuidar mi ropa, la ató alrededor de mi cuello.- ¿Cómo es la chica de la cual está interesado Jace? – Mi cuerpo se tensó pero sonreí como si nada hubiera pasado.

- No hace falta tener mucha imaginación porque la tienes frente a ti. – Ara, finalmente, me dejó en evidente y los ojos de Carla se abrieron de golpe. ¿Ahora me trataría mal? ¿Me dejaría pelada para que Jace dejara de quererme? Las posibilidades eran infinitas y no quería pensar en ninguna.

- Así que... Tú eres la chica. - Escrudiñando mi rostro, tragué saliva. – Espero que no juegues con Jace porque lo quiero como mi hijo y por él, soy capaz de todo. – Asintiendo, bajé la mirada. ¿Dónde me había metido?

Jace.

- ¿Cómo has sido capaz? –Luke me reclamó. - ¿Cuándo? ¿Por qué?

- Simplemente es una tarjeta... - Rodando los ojos, volví a mirar los archivos que había recibido de mi jefe. – Si no tienes más que decir, déjame trabajar.

- ¿Le has dicho que compre comida? Así la apoyaríamos.

- Luke, ella es millonaria. No creo que me deje seco ya que me devolverá lo que ha gastado.

- Cierto. – Rascándose la nunca, rio. – Una novia vegetariana y millonaria. Has dado en el blanco, hermano.

- ¡Vete!

- Bien, no hablaré más pero antes debo contarte algo. – Acercándose, miró a los lados. ¡Ni que fuera un secreto nacional! – Harry vuelve hoy con sus amigos. – Eso dolió, pensé.

- ¿Por qué me lo cuentas?

- Porque tu burbuja rebosante de amor por ella está por ser explotada esta tarde. No quiero que seas lastimado por un amor no correspondido, Jace. – Haciendo una mueca, se retiró.

Hace mucho tiempo no sentía tanta calidez en mi corazón y aunque doliera amarla me arriesgaría. Sí, Harry volvería a casa pero ya nada sería igual y menos cuando yo estaría en medio de ellos.

Nuevo capítulo. ¡Sí!

Ha pasado mucho tiempo desde que he escribido pero he vuelto. Espero seguir contando con su presencia, votos y comentarios.
Pd: Diana y Jace. (foto)

Ana. x

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro