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Capítulo 49 - ¿Esta es tu venganza?

Diana

- Llegó la hora, Diana. ¿Estás lista?-. Quería decirle que no pero no era momento para que mi cobardía salieron a relucir y menos cuando teníamos la oportunidad de escapar. Con mis manos temblorosas, acaricié por milésima vez mi vientre debido a que los bebés no dejaban de moverse. Seguramente sentían los latidos erráticos de mi corazón que en cualquier momento explotaría de ansiedad y temor.- Pase lo que pase, estaré contigo en todo momento-. Abrazándome cortamente,destapó una pequeña botella que había traído en su cartera y derramándolo en una parte del suelo, luego pasó a manchar sus manos y por último mi vestido blanco. Mirándome por unos segundos, pidió permiso con su mirada para comenzar con el plan.

- ¡No! ¡No! ¡Que alguien me ayude!-. Gritó desesperada, tratando de captar la atención de los sirvientes de Erick. Mientras tanto, yo trataba de mostrar mi mejor mueca de dolor y temor, aunque lo último lo tenía de sobra.

- Ayúdame, Isa. ¡Estoy perdiendo a los bebés!-. Sollozando falsamente, me arrodillé en el suelo para sujetar mi vientre abultado y mancharme aún más de aquella sangre falsa que ella había conseguido.

- Por favor, ¡ayuda!-. Volvió a gritar, esta vez captando la atención de ellos que ni bien entraron quedaron con la boca abierta por el espectáculo que habíamos armado.

- ¿Qué sucede? ¿Por qué está herida?-. Acercándose, retrocedí un poco para seguir actuando de víctima ya que la sangre que se encontraba todavía sobre la tela de mi vestido comenzó a esparcirse por los azulejos limpios simulando así que seguía perdiéndola.

- Isa, ayúdame. Mis bebés se están muriendo-. Con un nudo en la garganta, lloré todavía más al pensar en aquella situación. Moriría de dolor si tal cosa sucediese porque amaba tanto a mis hijos que no dudaría en dar la vida por ellos.- Por favor, ayúdame...-. Fingiendo que me faltaba el aire, me desmayé sobre el charco de ese líquido rojo para dejar que Isa siguiera con la parte del plan que faltaba.

- ¡Llamen a Erick! Esto es algo urgente-. Exclamó, antes de agacharse a mi lado para tratar de tomar el pulso.- Está muy débil y será necesario que la llevemos a un hospital-. El silencio reinó por unos segundos en aquel lugar pero luego fue interrumpido por las voces de aquellos hombres que no querían dar el brazo a torcer.- Si no lo hacemos, ella y los bebés morirían y les puedo asegurar que Erick no dudará en matarlos a sangre fría por tal negligencia-. Levantándose, fue a buscar algo en el armario que se encontraba en la parte contraria dándole tiempo a ellos para que decidieran qué hacer.

- Está bien, doctora West. Llamaré a Erick para saber qué hacer-. Yendo hacia la puerta, la abrió y salió para dejarnos a solas con uno de ellos. Removiéndome lentamente, traté de llamar su atención. Fue entonces que él se agachó para tratar de ayudarme y aunque lamentaba que los atacáramos por la espalda, Isa se acercó con una inyección y sin que se percatara de sus movimientos, la inyectó en su cuello haciendo que en cuestión de segundos cayera rendido a nuestros pies.

- ¿Qué les has puesto?-.Pregunté temerosa.

- Solo un somnífero que lo hará dormir por unas cuantas horas-. Sonriendo tenuemente, lo arrastró hacia una de las sillas para sentarlo. Segundos después, con mi ayuda lo amarramos con unas sogas que previamente ella había traído y las había ocultado debajo de mi cama.- Bien, solo falta uno más-.Yendo nuevamente hacia el armario, esta vez tomó un arma y eso me alarmó más de lo que ya estaba.

- ¿Qué harás con esa arma,Isa?-. Con mis ojos nublados de lágrimas, traté de mantenerme fuerte pero todo ese miedo lograba colarse hasta en mis huesos.

- Solo lo usaré para defendernos en el caso de que corramos peligro, Diana. No sabemos si hay algún secuaz más afuera así que debemos estar preparadas para todo-.Acercándose, sacó el seguro del arma y en cuanto se escucharon unos pasos retumbar por el pasillo, ella apuntó hacia la puerta que posteriormente fue abierta por el segundo hombre de Erick. En cuanto este vio lo que habíamos hecho, frunció el ceño y para sorpresa de nosotras, sonrió maliciosamente causándome escalofríos.

- Será mejor que no intentes hacer nada o si no te mataré-. Tomando mi mano, ella la apretó levemente infundiéndose el valor que en ese momento se había esfumado de mí.

- ¿Cómo piensas matarme... con un arma que no tiene proyectiles?-. Sintiendo mi alma caer a mis pies, me mantuve con los gestos neutros a pesar de que mis piernas comenzaban a temblar. ¿Estaría en lo cierto o solo era su forma de embaucarnos?

- Estás mintiendo. Esta arma está cargada y si no nos dejas salir, una de sus balas irá a parar a tu frente-. Sujetándome aún más fuerte la mano, vimos cómo él sacaba de su espalda baja otra arma que seguramente estaba cargada. Anteponiéndose a mi cuerpo, Isa me protegió del inminente peligro antes de sentir el ruido de una bala. Mirando el rostro de la doctora West, me alarmé al ver sus ojos llenos de terror. Sin entender por qué bajé mi mirada hacia su abdomen que ahora sí estaba manchado de sangre real. Jadeando de dolor, no presté atención a lo que sucedió a continuación ya que me importaba más ayudarla y no permitir que la muerte le arrebatara su vida.

- No te muevas, todo estará bien-. Susurré, en cuanta la recosté en mi cama. Viendo la magnitud de su herida, me ahogué con el nudo que se formó en mi garganta. ¿Qué haría si ella se moría entre mis brazos?Sintiendo la presencia de alguien, mi miedo creció aún más en cuanto posó su mano sobre uno de mis hombros. Girando sobre mis talones, me llevé una sorpresa al encontrarme con mi madre.

- Mamá... ¡Mamá!-. Sin poder contenerme de la emoción, la abracé con todas mis fuerzas.

- No sabes lo feliz que me hace verte, hija-. Besando mi frente, nos separamos en cuanto ella posó su mirada en Isa.

- Debemos ayudarla-. Susurré, esperando que ella hiciera lo correcto. Ambas tenían sus propias cicatrices de guerra pero no era momento de mostrarlas sino más bien de unirse para evitar otras.

- Necesitaré que traigas toallasy si tienes algo para sostenerlas mucho mejor-. Asintiendo con la cabeza, corrí hacia el armario para tomar todo lo que ella me había pedido. Poco después, mientras mi madre se encargaba de tapar el orificio por el cual había entrado la bala, yo me cercioraba de que los dos hombres estuviesen bien amarrados.

- Deberemos llamar a una ambulancia para que la asistan antes de que la herida se infecte, hija-. Levantándose, se acercó y en cuanto vio mi vestido lleno de sangre se alarmó.

- No te preocupes, es sangre falsa-. Sonriendo, caminé hacia la cama y sentándome a un lado de Isa, sujeté su mano.- Junto a ella planeamos salir de aquí pero no todo salió como esperábamos-. Haciendo una mueca, me concentré en la respiración lenta de Isa.- Ella salvó mi vida y la de mis bebés-. Ante la expresión de sorpresa de mi madre, volví a sonreír.- Sí, son dos bebés. Uno a partir de la fertilización in vitro y el otro por causa natural-. Sintiendo mis mejillas calientes, supe que me había puesto roja de la vergüenza.

- Tendrás un nieto más, Lizzy-.Escuchando la voz rasposa de Isa, giré mi rostro para prestar atención a sus muecas de dolor.- Pero sobre todo, ellos tendrán una buena madre-. Sonriéndole, tomé su mano y la besé, gesto que seguramente llamó la atención de mi madre.

- Coincido en ello, Isa-.Regalándole una sonrisa genuina, supuse que tal vez estaban comenzando a limar las asperezas que cada una tenía a causa de Erick.- Muchas gracias por proteger a mi hija. Te debo mi vida por ello-. Aquellas palabras salieron de su boca ni bien tuvo la oportunidad de decirlo y me alegró escucharlas.

- Hubieras hecho lo mismo por Hea, Lizzy. El amor de madre no se compara con nada-.

- En eso tienes toda la razón-.Agregué.

Poco después,en cuanto Isa pudo mantenerse en pie salimos lentamente hacia elexterior para caminar por el pasillo que nos llevaría hacia la salida de aquel lugar que hasta ese momento había sido mi hogar pero ni bien cruzamos cerca del jardín me detuve.

- Buscaré el teléfono-. Fue así que removiendo la tierra, lo tomé junto a los demás recuerdos que Isa atesoraba de su hija. Guardándolo en la mochila que previamente había alistado en mi habitación con algunas cosas que necesitaríamos, los guardé.- ¿A quién llamo?-. Pregunté, en cuanto estuve a su lado.

- Llama a Araceli para que nos espere en la carretera con una ambulancia y de paso, que avise a los demás de esta situación. Seguramente Erick está haciendo de las suyas en alguna parte de esta ciudad-. Haciendo una mueca, se detuvo en cuanto Isa lo hizo.

- En cuanto a eso... Debo decirte algo-. Sintiéndose presa de sus mayores miedos, bajó su mirada por unos segundos.- Erick fue a la cancha en la que está jugando Harry, aunque no tengo idea para qué. Él lo quiere a Jace, no a Harry-.

- Pero lo necesita para chantajear a Jace y... a mí-. Susurré, dándome cuenta de lo que encerraba el plan de Erick. La única manera de juntarnos a los dos era con un señuelo, es decir,con Harry.

Jace

- ¿Cuáles fueron los resultados del rastrillaje?-. Exasperado, esperé que dijeran algo bueno.

- Fueron negativos, señor-. Respondió uno de los agentes a cargo de este. Asintiendo con la cabeza, dejé que se marchara y poco después, me hundí en mi asiento para embriagarme del dolor que quemaba mi pecho. ¿Cuándo estaría en paz? ¿Cuándo todo volvería a ser como antes? La vibración de mi celular hizo que dejara de lado esos interrogantes ya que de nada servía pensar en ellos cuando ni siquiera podía solucionar el gran problema que causó de Erick en cuestión de minutos luego de secuestrar a Diana. 

- ¿Qué sucedió, Harry?-. Acomodándome en mi asiento, me extrañé que me llamara y más cuando todavía el partido no había terminado.- ¿Sucedió algo?-. 

- Jace, no quiero que te alarmes pero Erick está aquí y...-. Dejando de escuchar su voz, la risa del susodicho erizó mi piel. 

- Espero que tengas ganas de volver, Jace porque Harry no permanecerá por mucho tiempo con vida si no vienes. Por cierto, mucho cuidado con venir acompañado. No querrás hacer un espectáculo, ¿no?-. Volviendo a reír, cortó la llamada dejándome sin palabras. Levantándome apresuradamente, caminé alrededor de mi oficina pasando mis dedos por mi cabello debido al nerviosismo que me generaba saber que Harry dependía de mí para seguir viviendo. Sin pensar demasiado, tomé mi arma y tomando algo de municiones, salí corriendo hacia mi auto. No había tiempo para llamar a nadie, no había tiempo para arrepentirme de lo que haría. 

Minutos después 

Entrando sigilosamente al predio miré con atención cada rincón antes de avanzar hacia la cancha en la que el barullo de la gente inundaba aquel lugar que pronto se teñiría de sangre a causa de Erick. Manteniéndome en la oscuridad, observé que el partido estaba en su punto culmine  y más cuando el equipo contrario estaba ganándoles con varios puntos de diferencia. Seguramente Harry no podía controlar sus nervios y menos cuando Erick lo estaba acechando desde algún lugar del público. Quince minutos después el partido terminó y ellos perdieron haciendo que me sintiera peor. Ni siquiera ellos podían tener un poco de paz en un día en el que debían alcanzar la gloria y no la miserable derrota. 

- Eres lo peor que nos pudo suceder en la vida-. Susurré, haciendo mención a Erick debido a que él nunca haría algo bueno por nadie. Era demasiado egoísta y por lo tanto solo le importaba su bienestar y alimentar su ego. 

Volviendo a prestar atención a la cancha, observé cómo Harry se retiraba. Sin perder un segundo, lo seguí, mientras que la voz de Nick se escuchaba en todo el estadio ya que él se había encargado de hablar frente a los medios locales. Llegando a la parte del edificio donde se encontraban las habitaciones, seguí caminando hasta encontrarme con tres hombres de Erick. Sacando mi arma disparé a uno de ellos y me acerqué a los demás para comenzar a pelear mano a mano. En cuanto logré reducirlos, giré el picaporte y entré, encontrándome con Erick y otro de sus sirvientes, además de Harry y Diana. Alegrándome de verla, no pude disfrutar de aquel sentimiento porque ambos estaban apresados y amenazados por estos. Sacando mi arma, me detuve al ver los movimientos de este. 

- Será mejor que tires el arma al suelo si no quieres que empecemos a derramar sangre antes de tiempo-. Con su sonrisa cargada de odio, pasó una de sus manos por el vientre de Diana, mientras esta se removía incómodamente por sus caricias malintencionadas. 

- Me quieres a mí, ¿no es así? No hace falta que los lastimes, Erick-. Dejando mi arma en el suelo, levanté mis manos.- Déjalos en libertad y arreglemos esto entre nosotros-. 

- ¿Por qué hacerlo y quitarle diversión a este encuentro?-. Sujetando el cuello de Diana con una de sus manos, me apuntó con su arma.- Es más, ¿por qué no empezamos con el juego?-. Sin darme tiempo a reaccionar, disparó. Cerrando mis ojos, ahogué un grito de dolor al sentir cómo la bala traspasaba mi piel y se incrustaba en mi abdomen. 

- ¡Jace!-. Gritó Diana. Poco después, sus sollozos inundaron el lugar. 

- Estoy bien... Estoy bien-. Mintiéndoles, me mantuve de pie pese al dolor. En cuanto logré controlarme, levanté mi mirada y la conecté con la de Harry. En ese momento, supe que este iba a hacer algo para distraer a Erick. Sin embargo, no esperé que pusiera en riesgo su propia vida para ello. 

Diana

Podía palpar el dolor que sentía en aquel momento Harry y eso hacía que mi corazón se estrujara cada vez más. Sin embargo, su sacrificio no había sido en vano ya que Jace tuvo un valioso minuto a favor para dispararle a Erick en el cuello. Soltándome de su agarre, me aterré al ver la sangre que se derrama a borbotones por su ropa. De igual manera, tomé rápidamente su arma para que no pudiera hacernos más daño pero qué ingenua era. Ni estando cerca de la muerta iba a dejarnos en paz.

- ¿Crees que al matarte todo acabará?-. Escupiendo algo de sangre y sonriendo con sus dientes manchados, se recostó contra una de las paredes para tapar con un pañuelo su herida.- Tengo una sorpresita más para ti, Jace-.

- No lo escuches, Jace. Solo busca jodernos más de lo que ya estamos-. Tomando su mano, la apreté levemente, mientras varias lágrimas salían de mis ojos. Él también estaba al borde la muerte y no quería aceptar la idea de que no llegarían a tiempo para salvarnos.- Pase lo que pase, siempre te querré un montón-. Besando su mejilla, levanté mi vista para ver que Harry se acercaba hacia nosotros diciendo unas cuantas palabrerías debido al dolor que sentía al tener todavía clavado un cuchillo en su hombro ensangrentado. Dándome cuenta de ello, traté de socorrerlo pero lo que dijo Erick nos paralizó a todos.

- El hijo que espera Diana no es tuyo, Jace-.

- ¿Qué?-. Fue lo único que logré decir, antes de sentir cómo mis rodillas tocaban el suelo.

- ¿Esperaban que nuevamente cometiera el error de traer al mundo a otra persona que tuviera tu sangre? ¡Claro que no! Es suficiente con tu bastarda hija como para traer otro que tuviera la sangre de mi hija junto a la tuya-.

- Está mintiendo... ¡Está mintiendo!-. Exclamé, presa de la cólera que ahora invadía mi cuerpo. Tratando de acercarme a él, fui apresada por uno de los brazos de Harry.

- No caigas en su juego, Diana.¡Solo quiere molestarnos!-.

- Oh, Harry. Me olvidaba de ti...-.Riendo por unos segundos, volvió a mirarnos con sus ojos llenos de odio y en cuanto supe lo que iba a hacer, mi sangre se heló y quedé inmóvil por segunda vez entre los brazos de un hombre que pronto sabría la verdad de mi identidad.

- ¿Sabes cuál es el secreto más grande que hasta ahora te han ocultado?-.

- ¡Cállate! No tienes el derecho a decírselo-. Con sus pocas fuerzas, Jace trató de defenderme pero el impacto de aquella verdad lastimaría a más de uno.- Harry, debes entender que todo lo que hicimos fue para protegerla a ella y a Ed de este hombre que solo sabe arruinar la vida de los demás-. Dirigiéndole una mirada desafiante, volvió a prestarnos atención antes de largar la bomba.- Todo este tiempo Diana ha vivido una doble vida para ocultarte que.... ella es Ana y Ed es tu hijo-.

- Eso no quita que te ha mentido y que sigue siendo la asesina de tu primo. ¿O ya te olvidaste, Harry?-.   

- No, no me olvidé de ello-. Conectando nuestras miradas, su dolor me atravesó de cabeza a pies. ¿Sería acaso este más fuerte que nuestro amor? ¿Volvería a desconfiar de mí? ¿Volvería a fallarme?

Nuevo capítulo. 

¡Qué alegría tengo al poder compartir este capítulo con ustedes! Espero que les guste y puedan disfrutar de este. Ojalá puedan votar y dejar algún comentario ya que estamos sobre el tramo final de esta historia que me ha llevado casi cuatro años escribirla. 

En fin, pronto subiré el capítulo 50 y luego el epílogo. Solo es cuestión de tiempo... 

Saludos 

Pd: Gif de Jace.

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