Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45- Noticias inesperadas

Diana

Removiéndomeen la cama, apreté fuertemente mis párpados para soportar los ecosde un dolor de cabeza que iba a partirme en dos. Incorporándome unpoco, quedé un momento quieta para luego recordar que horas atrásIsa había arriesgado su propia vida para salvarme de la maldad deErick. ¿Qué habrá hecho Erick con ella? ¿La habrá matado?

- No, eso es imposible. Él la necesita-. Me respondí tratando de aferrarme a la vaga y moribunda esperanza para no sentir cómo un dolor profundo crecía en mi pecho. Pasando mis manos cálidas sobre mi cara pálida y sin vida, me mantuve así por un rato más hasta que el ruido metálico alertó todos mis sentidos; conteniendo mi respiración, apoyé una de mis manos sobre mi vientre que a esa altura era difícil de ocultar y más cuando mi embarazo iba avanzando a pasos agigantados.

-Aquí está la cena-. Un hombre con aspecto poco amigable entró a la habitación y mirándome despectivamente, dejó la bandeja a un costado mientras mi piel se erizaba al saber que aquel tipo no dudaría en hacerme daño si Erick se lo pidiese. Una vez que este se fue, bajé mis pies a la alfombra para dar unos pasos hasta la mesa que había usado durante estos días para comer. Destapando la bandeja, me encontré con comida casera y un vaso que como siempre contenía las vitaminas que debía tomar por mi estado. ¿Esto era lo único que él pensaba hacer? ¿Darme de comer y mantenerme cautiva hasta que él decida hacer conmigo todo lo que no hizo hasta ahora?

- No, esto no va a quedar así. Es hora de que algunas cosas cambien, Erick-. Acariciando mi vientre varias veces, tomé la determinación de llevar acabo aquel plan tan arriesgado. Era lo menos que podía hacer por Isa que intentó darme una oportunidad de escapar del infierno en el cual ella permaneció por tanto tiempo por amar al hombre equivocado. Fue así que me pregunté algunos interrogantes... ¿Cuántas más habrían perdido su dignidad por un hombre que ya tiene consumida su alma desde tiempos inmemorables? Y, ¿Cuántas más seguirían cayendo a sus pies si él lograba salirse con la suya? Debía detenerlo y para ello, había que ir a contrarreloj y contra él mismo.

3horas después

- ¡No juegues con mi paciencia, Ana!-. Gritó, levantando su mano para intentar abofetearme. Deteniéndose en el proceso, apretó su puño fuertemente antes de dejar salir algunas maldiciones.- Dime, ¿por qué ahora se te ocurrió la grandiosa idea de ir en contra de lo que digo cuando no tienen ni siquiera derecho a reclamar algo? ¡Yo soy quien te tiene presa! Y puedo asegurarte que si sigues así, te eliminaré mucho antes de lo esperado. Ya es hora de que dejes de ser un estorbo en mi vida-. No queriendo escuchar sus palabras que en algún punto me hicieron daño, volví a insistir en ver a Isa.

- Solo te estoy pidiendo estar con Isa. ¿Acaso es tanto pedir?-.

- ¿Tú crees que soy estúpido? ¿Qué no sé cuáles son tus planees, mocosa?-. Acercándose, tomó mi cabello para apretarlo con fuerza aunque eso no generó ningún dolor en mi cuero cabelludo. Ya era demasiado aterrador sentir su respiración sobre mi cuello.- Si tan solo haces un movimiento en falso e intentas escaparte nuevamente, te aseguro que te haré daño sin importarme que estés esperando a mi nieto-. Temblando frente a su amenaza, traté de alejarme mientras su risa carente de dulzor resonaba en el ambiente.- Si no me crees capaz de ello, pregúntale a Isa sobre sus abortos "accidentales". Tal vez, escucharla no sea en vano-. Congelándome con sus pupilas llenas de odio, se retiró de la habitación para dejarme procesar lo que había dicho. ¿Será cierto? ¿Habrá sido capaz de eso?

Jace

- Por favor, necesito esos datos lo antes posible-. Volví a repetir con la poca paciencia que me caracterizaba. Había esperado media hora para hablar con el director de la compañía de teléfonos que tenía como cliente a Alex para que me dijera nuevamente que están haciendo lo posible por rastrear sus últimos movimientos.- Esperare su llamada, señor-. Desprendiendo el teléfono fijo de mi oreja derecha, apoyé este sobre la mesa para mirar a la persona que se encontraba mirando cada uno de mis movimientos.- ¿Qué? ¿Acaso no te sientes desesperado al no saber nada todavía sobre su paradero?-.

- Claro que estoy perdiendo mi cabeza con solo pensar en Diana pero debemos tener paciencia, Jace-.

- Es lo menos que tengo en estos momentos, Harry-. Levantándome de mi silla, caminé hacia la cafetera para volver a tomar otro pocillo de esta bebida que hasta ahora era lo único que lograba mantenerme alerta y con todas mis neuronas funcionando.- ¿Quieres uno?-. Viendo que asentía con la cabeza, preparé otro y acercándoselo le pasé unos cuantos sobrecitos de azúcar para endulzarlo pero este solo revolvió el contenido amargo para luego tomarlo sin pestañear ni una sola vez.- ¿No te hace mal tomarlo así?-.

- No. Estoy acostumbrado a tomar cualquier infusión sin azúcar-. Con un atisbo de sonrisa, volvió a tomar otro trago.- Gracias por servírmelo-. Asintiendo con la cabeza levemente pensé en la situación. Si hubiera pensando en ello meses atrás, me hubiese negado a creerlo. ¿Harry y yo juntos? ¡Qué patraña más grande! Pero lo más sorprendente de todo era que estaba sucediendo.- Por cierto, mañana no podré venir para ayudarte debido a que debo entrenar con Clary para la semifinal-.
- ¿Se van a presentar igual? Digo, no es un buen momento para nadie-.

- Lo sé, pero debo hacer algo para distraer mi cabeza de todos los pensamientos que cada día asaltan mi mente y hacen que me desespere más por no poder encontrarla-. Conocía muy bien ese sentimiento pero no lo reconocería delante de él ni de nadie ya que prefería mantenerme inmutable frente a una situación que estaba marchitando mi corazón velozmente.

- Está bien. Espero que lleguen a la final... juegan muy bien juntos-. Enarcando una ceja, supuse que se había sorprendido por mi repentino halago.- No me mires como si estuviese delirando, Harry-.

- Es difícil creer que tú hayas dicho algo tan bueno de nosotros cuando ni siquiera vas a mirar los partidos en vivo-.

- ¿Para qué existen los televisores? No creo que para adorno-.

- Ok, entonces espero que me envíes buena onda desde donde quiera que estés-. Levantándose, colocó la taza en su lugar para luego encaminarse a la puerta.- Mantenme al tanto de cualquier novedad, ¿quieres?-.

- No te preocupes, te llamaré si surge algo nuevo-. Y aunque no tuviese esperanza de que las cosas cambiaran tan rápido, aquella tarde tendría la primera pista certera de la ubicación de Alex.

Diana

- ¿Isa? -. Llamé en cuanto la puerta de su habitación se cerró detrás de mi cuerpo tembloroso.- ¿Isa?-. Volví a llamarla mientras avanzaba temblorosamente sobre aquella habitación que se encontraba vacía. De repente, el chirrido de una puerta que se encontraba a un costado crispó los vellos de mis brazos.

- ¿Ana?-. Escuchando cómo susurra mi voz, no dudé en acercarme a ella para ver el estado en que se encontraba su cara.- ¿Qué haces aquí?-.

- Mira cómo te dejó ese malnacido -. Conteniéndome de decir alguna otra barbaridad, nos sentamos en el borde de la cama para poder inspeccionar con más detalle su piel magullada y todavía cubierta por algún rastro de sangre seca.- ¿Te has curado?-.

- No, no puedo hacerlo sola cuando ni siquiera tengo un espejo donde mirarme-. Con sus ojos cubiertos de una capa de lágrimas, trató de mantener a raya sus emociones pero luego de tal golpe cualquier se quebrantaría de dolor.

- Lo buscaré y te curaré, ¿te parece?-. Sin esperar su respuesta, me levanté para volver a detenerme en cuanto una de sus manos apresó mi muñeca.


- ¿Por qué lo haces? ¿Por qué te interesa mi bienestar, Ana?-. En el transcurso de aquellas preguntas su voz fue perdiendo intensidad hasta solo quedar un hilo delgado de este.- No soy alguien importante para que te preocupes por mí-.

- Isa...-. Volviendo a tomar asiento, dejé que el silencio nos abrazara por un momento.- En este momento, eres lo más cercano que tengo a una madre. ¿Acaso eso no motivo suficiente para que quiera curar tus heridas?-. Mirándome con sus ojos llenos de lágrimas, se acercó y me abrazó de una forma tan cálida que fue como sentirla a mi propia madre abrazándome. Tal vez, después de todo ambas tenían algo en común y esto era el amor desmesurado que una mujer podía tener por un hijo.

- Gracias por ayudarme-. Susurró, antes de dejarme ir hacia su baño y buscar el botiquín para curarla. Ni bien tuve lo necesario, comencé a desinfectar las heridas frescas de su frente y mejilla que habían sido raspadas por el suelo de pavimento. Poco después, cuando todo estuviese protegido por el vendaje, tiré lo que había utilizado y pasándole un vaso con agua, le entregué otro ibuprofeno para el dolor corporal.- Espero estar mejor mañana-. Tomando la pastilla, se recostó sobre la cama para mirar al techo por un momento.- ¿Comiste?-.

- No, porque fue la única manera de chantajear a Erick para venir aquí-. Encogiéndome de hombros, comencé a acariciar mi estómago que me estaba avisando que debía comer algo lo antes posible.

- ¿Ves esa cajita rosada sobre mi escritorio?-. Asintiendo, esperé que siguiera hablando.- Allí, hay varias paquetes de galletitas y algunas golosinas por si quieres comer algo. Sé que no es lo más saludable pero es lo poco que te puedo ofrecer por el momento-. Sonriéndome apenadamente, dejó que fuera por estos y sentándome nuevamente sobre la cama, abrí velozmente uno de los paquetes para separar una galletita de chocolate y comer lentamente su crema. Escuchando su risa, paré de hacerlo para saber de qué se reía.- ¿Qué sucede?-.

- Solos los niños lamen su galleta antes de mojarla en su vaso de leche-.
- Bueno, seré la excepción a la regla-.
- Tal vez, eso es lo que te haga tan atractiva para Harry-. Acomodándose de costado, mantuvo su mirada en mi rostro petrificado por el dolor.- ¿Sucede algo?-.

- Lo extraño... A él, a Ed, a Lux, a la vida que tenía antes de esto. ¿Por qué a veces es tan difícil conseguir algo de paz?-.

- No todos tiene ese privilegio, Ana-. Tomando mi mano la apretó suavemente.- Si te consuela saberlo, desde que Erick entró en mi vida tampoco la tuve. Arruinó todo bonito y maravilloso que tenía en mi vida cuando me quitó a Hea de los brazos-.
- Él me dijo que tú tuviste varios...-. Sin atreverme a completar la oración, bajé mi mirada para apreciar mi vientre. ¿Qué haría si yo perdiese a mis bebés?

- Aunque él tuvo la culpa de que perdiera a mis bebés, siempre me sentiré culpable de no alejarme a tiempo cuando sabía que estando a su lado nunca estaría a salvo-.

- Le pasó lo mismo a mi mamá y salió adelante. Tú también podrás-.

- No creo que pueda conseguir a un hombre como Nick, tu padre, Ana-. Negando con su cabeza, quedamos un rato en silencio.- Pensar que hubo momentos en que la odié con todo el alma... qué estúpida que fui-.

- Todos cometemos errores, Isa pero lo importante reside en que sepas luchar contra ellos y cambies tu vida para encontrar la felicidad que te mereces-.

- Creo que acabo de encontrar otro talento por el cual la mayoría se enamoran de ti-. Riéndose, hizo que mis mejillas se tiñeran de rojo.

- De algo sirvió convivir con mi padre por tanto tiempo-. Encogiéndome de hombros, le resté importancia pero cuánta verdad decía en aquellas palabras.

- Hablando Nick, ¿cómo te sentiste al enterarte de que era tu verdadero padre?-. Tomando un caramelo frutal, lo abrió para luego llevárselo lentamente a su boca.

- Fue tan impactante que me desmayé en cuanto mi madre me lo dijo-. Negando con la cabeza, sonreí apenadamente. ¿Solamente a mí me pasaban cosas como estas?

- No es para menos... Pasar de no entender por qué Erick te odiaba a tener un padre que siempre estuvo presente en tu vida pero como tu tío. ¿Acaso es no es algo que a uno pueda generarle impacto? -. Asintiendo, le di la razón.- Además, si te pones a pensar un poco, te darás cuenta que algo oculto había detrás de todo este odio porque si también eras hija de él y de Lizzy, ¿cómo podía ser que te tratara mal cuando también Hea era suya? -.

- Tienes razón...-. Pensando con más detalles su planteamiento, me reproché al no pensar de esa manera tiempo atrás, aunque era lógico que no iba a hacer ya que Erick sabía cómo desviarnos del camino de la verdad para que su plan de venganza no se venga abajo. Recordando esto, una pregunta fundamental para entender el desenlace de esta historia atravesó mis pensamientos.- Por cierto, quiero saber algo que nadie ha sabido decirme-.

- ¿Qué quieres saber, Ana?-. Esperando unos segundos, traté de mantenerme decidida en lo que iba a hacer porque no era fácil preguntarle a ella sobre cómo murió Hea cuando sabía que le causaría daño.

- ¿Cómo murió Hea?-. Sintiendo espesa cada una de las palabras que salieron de mi boca ni bien tuve valor de hacer, presté atención a su rostro que denota puro dolor.- Si no quieres hablar de ello, no te obligaré a que lo hagas-. Acercándome, tomé su mano para apretarla levemente mientras ella se perdía en algunos recuerdos desconocidos para mí.

- No, está bien-. Acomodándose sobre el respaldo de la cama, colocó su otra mano sobre las que antes estaban unidas para exhalar lentamente el aire que al igual que las palabras estaban ahogándola internamente.- Todo sucedió cuando...-.

Harry

- Debes concentrarte, Harry-. Volvió a decirme Nick que hasta ese momento estaba evitando gritarme por mi falta de concentración en la cancha de tenis.

- ¡Vamos, Harry!-. Escuchando la voz dulce y alegre de Lux, giré mi rostro para verla sobre las gradas junto a Lizzy y a Ed que no dejaba de removerse entre sus brazos de lo nervioso que últimamente estaba por la ausencia de su madre. Debía reconocer que desde que Diana no está en nuestras vidas, todo parece patas para arriba y sin dudas, sus hijos la necesitan más que nunca... y yo también la necesito.

- ¡Harry, cuidado!-. La voz de Clary me alertó de algo pero no supe de qué hasta que la pelota pegó fuertemente mi mejilla. Sin alcanzar a decir algo, dejé que el dolor se extendiera por mi rostro hasta que Nick me socorriera de tal infortunio.

- ¿Estás bien? ¿Te duele algo?-. Llevándome hacia uno de los asientos que se encontraban cerca de la cancha, me sentó en una para inspeccionala parte afectada que todavía escocía del impacto.- Necesitarás un poco de hielo antes de que se hinche y afecta a tu ojo izquierdo-. Asintiendo, dejé que él fuera a buscar lo necesario para atenderme.

- ¿Estás bien, Harry? Lo siento, no quise golpearte-. Dijo mi compañera en cuanto se sentó a mi lado y miró apenadamente el círculo rojo que quedó marcado en mi piel.

- Estaré bien, no te preocupes-.

- Toma, esto te hará bien-. Ofreciéndome una bolsa de hielo que estaba envuelta en una toalla, la coloqué sobre mi rostro para dejar que el frío comenzara a funcionar como si se tratase de anestesia local.- Si no te sientes tan mal, ve y recuéstate en la camilla de la sala mientras dejo todo en orden. Luego iré contigo-. Haciéndole caso, me dirigí allí para esperar que Nick hiciera lo suyo. Poco después, llegó él junto a Lizzy y los niños que no dejaban de mirar todo lo que tenían a su alrededor.

- ¿Cómo estás, Harry?-.

- Estoy bien, Lizzy-. Respondí, sonriéndole a Ed que extendía sus brazos para que lo alzara. Dejando a un lado la toalla húmeda y fría, me senté en la camilla para apresarlo entre mis brazos. – Tanto tiempo sin verte, Ed-. Besando su mejilla, él sonrió tan abiertamente frente al cariño desisteresado que le brindé.

- Déjame ver tu rostro, Harry. Tal vez, una pomada pueda ayudarte-. Dejando que ella pudiera hacer su trabajo, me mantuve ocupado con Ed y Lux que no dejaba de hacer preguntas sobre el tenis debido al interés y curiosidad que le despertaba un deporte que jugaron y juegan todavía algunas de las personas más allegadas a su vida.

- ¿Y? ¿Crees que con alguna pomada mejorará su aspecto?-. Nick, que hasta ese momento se había mantenido atento a lo que su esposa hacía, frunció su ceño al ver cada vez más inyectado de sangre el rostro de Harry. ¿Qué haría si dentro de dos días él no recuperaba? Las semifinales estaban a la vuelta de la esquina y necesitaba el mejor potencial de ambos para jugar decentemente, pese a que ganaran o perdiesen aquel día. Como estaba la situación, no podía exigir que se deslindaran de sus emociones y menos, cuando él también estaba sufriendo por su hija y por ver a Lizzy en ese estado de desesperación.
- Habrá que intentarlo, cariño. Después de todo, nos perdemos nada-. Y tenía toda la razón, pensé en cuanto aparecieron los primeros indicios de un hematoma que no se borraría tan fácilmente con el paso del tiempo. ¿Qué haría si Harry no podía jugar el partido? Volví a preguntarme, pese a que ya sabía la respuesta. ¿Algo más podía salir mal?

Jace

- ¿Ya tienen los resultados de las pericias?-. Ansiosamente, esperé que el director me dijera que sí.

- Sí, ya las tengo-. Escuchando los sonidos amortiguados de algunos papeles y voces entremezcladas con su voz ronca y carente de alegría, me mantuvo en silencio.- Se los acabo de enviar por su correo electrónico para que los mire-.

- Bien, muchas gracias-. Cortando la llamada, me apuré a abrir mi bandeja de mensajes para ver lo que me había enviado. Tiempo después, pude seguir cada uno de sus recorridos pero, desgraciadamente, estos nos ayudaron de mucho cuando su última conexión fue en la cancha de tenis cuando se la llevó a Diana. Pasando una de mis manos por mi cabello, que hace poco había estado húmedo por la ducha que tomé en casa apresuradamente, maldije internamente al encontrarme nuevamente en la nada.

- ¿Y? ¿Tenemos algo nuevo o no?-. Preguntó mi hermano que entró sorpresivamente a mi oficina.- Supongo que por tu cara, no-.

- Exacto-. Girando en mi silla, observé durante un momento el paisaje de la ventana y me puse a pensar cuándo esta situación llegaría a su fin. Minutos después, el llamado de mi jefe cambió las reglas del juego nuevamente porque sinceramente no esperaba que me diera una noticia de tal magnitud.

- Bien, iré con ustedes en cuanto llegue el equipo forense-. Bajando lentamente el teléfono, quedé momentáneamente paralizado mientras mi hermanom movía sus labios seguramente para preguntarme qué había pasado.

- Me estás asustando, Jace. ¿Sucedió algo con Diana?-.

- No, a ella no le pasó nada pero a Alex sí-.

- ¿Qué le pasó? ¿Lo encontraron?-.
- Sí y vamos a ir dentro de un rato para...-.

- ¡Al fin una buena noticia! Ni bien hable, sabremos dónde se encuentra Diana y...-.

- Luke, eso no será posible porque él está muerto-. Desmesuradamente sus ojos se abrieron y por un momento, no supe qué decir; no era para menos, cuando él era la única pieza clave que nos llevaría hacia Diana. Ahora, ¿qué haríamos? ¿Qué camino tomaríamos cuando no sabíamos cual tomar? ¿Qué pasaría con Diana si los días pasaban y nadie la rescataba de ese infierno? ¿Se cansaría de esperar?

-Todas esas preguntas rondaron en mi cabeza e hicieron que me hundiera en una profunda tristeza al saber que tal vez no estaría por mucho tiempo al lado de ella y de mis hijos, si Erick cumplía con el objetivo de su venganza, que era hacerme sufrir hasta el último momento de mi miserable vida.


Hola, chicas. ¿Cómo están? Espero que bien y ansiosas por leer mi nuevocapítulo. Sepan disculpar la demora pero últimamente estoy conmuchos trabajos y muy estresada debido a que pronto terminarán lasclases y eso supone todavía aprobar algunos parciales. Ustedes,¿estudian algo o no? Quisiera saber algo de ustedes si se animan acontarme algo.

Porotro lado, quisiera contarles que he decido seguir un poco más estanovela porque lo que pienso escribir en el epílogo, con todo lo queme falta todavía desarrollar, será muy largo y eso no es lo quequiero así que seguiré escribiendo algunos capítulos más hastaque considere que lo que queda formará parte de este. ¿Qué piensanustedes? Seguramente no les molestará pero quiero avisarles para queno piensen que esto es el final.

Ojalá,puedan votar o dejarme algún comenterio si así lo desean.

Un beso, Ana. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro