Capítulo 41- ¿Por qué sigues con lo mismo, Harry?
Diana
- Nunca pensé que asistir a una reunión y a un almuerzo sería tan divertido-. Sonriendo ampliamente, comencé a transitar por el amplio pasillo que me llevaría hasta la entrada del club.- Con razón, mi padre no se pierde ni una de esas reuniones-.
- ¿Qué pensaste? ¿Qué iba a ser algo soso? Esto no es nada comparado con las veces en que nos justamos a comer sushi y hablar de la vida-. Dijo Alex, caminando a mi lado a paso lento.
- Entonces, creo que será difícil no volver otra vez-. Sincerándome, dejé que el silencio tranquilamente nos envolviera. Girándome un poco, el viento acarició mi cabello y algunos mechones se desprendieron de la coleta que perezosamente me había hecho antes de salir.
- Espero volver a verte por aquí. Eres una muy buena compañía-. Sonriéndome, levantó su mano para acariciar levemente mi mejilla.- Me alegra saber que Nick tenga buen gusto y más a la hora de encontrar jugadores capaces de dejar el alma en la cancha. Ojalá, que vuelvas a jugar para que tu bebé pueda verte brillar como lo que eres-. Sin despegar sus ojos de mí, se alejó hacia su auto para marcharse.
Menos mal que estoy enamorada de Harry porque si no hubiera caído en sus encantos masculinos, me dije mientras trataba de disipar el calor que habían generado sus dedos sobre mi piel.
- Diana-. Su voz rasposa y profunda provocó que diese la vuelta abruptamente sobre mis talones para verlo a centímetros de donde me encontraba.
- ¿Qué haces aquí, Harry? -. Nerviosamente, acomodé mi cabello y lo miré ansiosamente. ¿Habría venido a buscarme? ¿Se disculparía finalmente?
- He venido a entrenar pero creo que no sólo para eso sirve el club, ¿no? -. Sintiéndome presa de su mirada cargada de celos, mi esperanza decayó en cuestión de segundos. ¿De qué me servían sus celos cuando ni siquiera podía volver con él?
- Nick está enfermo así que como soy la entrenadora suplente, deberás entrenar conmigo-. Respondí, con la intención de que aquella atmósfera tensa que se creaba a nuestro alrededor se esfumara rápidamente.
- Si no tengo otra opción, vamos. No hay tiempo que perder y menos cuando tengo planes luego de terminar esto-. Encogiéndose de hombros, trató de restarle importancia a sus palabras pero éstas quemaron profundamente mi corazón.
- ¿Planes?-. Mi piel se estremeció en cuando dijo eso. ¿Saldría con alguien?
- Sí. ¿Crees que eres la única que puede salir?-. Sin responder a su pregunta debido a que trataba de no consumirme en mis propias lágrimas, nos dirigimos nuevamente a la cancha.- ¿Me puedes leer cuáles son las anotaciones que hizo Nick sobre mi entrenamiento anterior?-.Asintiendo, en medio del silencio busqué la agenda de mi papá para encontrar su nombre perfectamente escrito en una de las hojas.
- Estás bien pero necesitas más entrenamiento grupal -. Cerrándola, levanté mi mirada para apreciarlo detenidamente aunque eso provocase que mi corazón doliese. Su cabello corto, castaño y suave al tacto me daba ganas de tocarlo y de apretarlo para luego besar sin reserva su dulce boca. - Clary se ha ido por lo tanto no hay mucho que hacer-. Agregué, sacando de mi mente todos los pensamientos que podía tener sobre él y su cuerpo porque más que nunca deseaba estar atrapada entre sus brazos y sentir su calor corporal cada mañana al levantarme pero lo único que encontraba era una cama vacía y fría. Esa era mi vida desde que él se había ido.
- Ella no está pero tranquilamente tú puedes ocupar su lugar-. Deteniendo abruptamente mi respiración, pensé en lo que había dicho. ¿Acaso no le bastaba con romper mi corazón que ahora quería herir de cualquier manera sobre aquella cancha?
- Sabes que no puedo por mi estado-. Dije, tratando de excusarme.
- Sé que puedes. ¿Acaso me tienes miedo?-.
- ¿Miedo? ¿Por qué debería tenerlo?-. Frunciendo el ceño, sentí cómo algo quemaba en mi pecho debido a que Harry sabía cómo molestarme.
- Porque sabes que no caeré tan fácilmente ante ti a diferencia de aquel tipo que fue vulnerable a tus encantos-. Aquellas palabras rompieron mi corazón al pensar en su significado. ¿Él insinuaba que lo había engatusado?
- Será mejor que me vaya-. Le contesté, antes de comenzar a guardar mis cosas.- Eres un idiota-. Susurré, pestañeando varias veces para retener mis lágrimas.
- No te vas a ir hasta que hablemos-. Sintiendo una de sus manos atrapar mi brazo derecho, traté de liberarme de su agarre pero fue imposible hacerlo.
- ¡No tengo nada que hablar contigo!-.
- Claro que sí-. Esperando que terminara de alistar todo, me llevó hasta la habitación que le fue asignada para su uso personal en aquel club, entramos.
- ¿De qué quieres hablar, Harry?-. Sintiendo mi cuerpo temblar, me crucé de brazo intentando así protegerme de lo que sucedería.
- Quiero hablar de nuestra relación y del bebé-. Mirándome, traté de mantener la cordura. ¿Acaso iba a pedir perdón? ¿Acaso íbamos a volver?
- Te escucho-. Susurré, un poco esperanzada.
- La única manera de que podamos estar justos es que luego de ese bebé nazca, se lo des a Jace para que se haga cargo de él. Creo que es lo mejor para ambos-.
- ¿Lo mejor para ambos? -. Negando la cabeza, no pude entender cómo había llegado a ese razonamiento tan egoísta.- Eso es lo mejor para ti, Harry y...-. Con las lágrimas a punto de caer en una picada vertiginosa, lo miré con todo el dolor que hasta ese momento había acumulado en mi interior para tratar de ser sincera porque de algo estaba muy segura, no iba a traicionar mis principios.- Ni siquiera por ti, voy dejaré a este bebé-. Esperando que él recapacitara un poco, sólo pude ver en su mirada un tipo de determinación que no sería buena para nuestra fractura relación.
- Entonces, esto se termina aquí-. Cerrando mis ojos, escuché mi corazón romperse nuevamente contra las baldosas que recogían mis lágrimas con afán.
- Me parece bien, Harry-. Yéndome hacia la puerta, giré el picaporte pero antes de salir le di una última oportunidad porque mi amor por él era inmenso.
- Por cierto, dile a Jace que en cuanto tenga tiempo busque otro lugar para vivir. Demasiado tengo con aguantar esta situación para soportar también a su familia-. Ahogando un gemido de dolor, me tambaleé levemente. ¿Acaso su corazón había dejado de latir? ¿Dónde quedó el hombre del cual me enamoré?
- ¿Sabes qué? ¡Vete a la mierda!-. Exclamé furiosamente, para cerrar fuertemente aquella puerta. Ya no había más remedio y menos, para las nuevas heridas que él había abierto sobre mi corazón.
Alex
Ni bien me despedí de Diana, partí rumbo a mi casa ya que necesitaba bañarme antes de volver a salir nuevamente. Poco después de tomar el camino que iba directamente hacia mi casa, pude ver por el retrovisor un llamativo auto con vidrios polarizados detrás de mí. Sin embargo, éste no tomó protagonismo en mi vida ajetreada hasta que avanzó para luego detenerse abruptamente delante de mi auto. Haciendo lo mismo, me llevé un buen apretón con el cinturón de seguridad que cruzaba sobre mi pecho.
- ¿Acaso no sabe que no pude frenar así?-. Grité frente al susto que se colaba por mis huesos y hacía que mi corazón martillara. Saliendo al exterior, me encontré con un hombre de mi edad y algunos hombres más dentro del coche que seguramente aguardaban por él. Tal vez, era alguien importante deduje.
- Siento la forma en mi chofer frenó pero era la única manera de que pudiésemos hablar-. Sus palabras provocaron que frunciera el ceño. ¿Hablar conmigo? ¿De qué?
- Lo siento pero no te conozco. Seguramente te habrás confundido de persona-. Aseguré, girando sobre mis talones para abrir la puerta del auto pero ni bien el vidrio de ésta se fragmentó en mil pedazos por un proyectil, supe que algo andaba mal y yo estaba metido en esto por más que no lo quisiera.
- Señor Fix, parece que no entendió y eso es grave cuando tiene su vida pendiendo de un hilo-. Levantando mi mirada llena de incertidumbre, me mantuve estático en mi lugar hasta que volvió a hablar.- Si sabe lo que le conviene, entrará a mi auto y me escuchará atentamente-. Asintiendo, me acerqué para luego deslizarme en el asiento trasero que ahora sólo era ocupado por uno de los hombres imponentes que lo acompañaban. Sin embargo, solo su presencia emanaba peligro y era suficiente para que éste hiciera crecer el miedo que se esparcía como la sangre en mi torrente sanguíneo. - Es bueno que nos entendamos... ¿Sabe usted quién soy? Supongo que no y menos por su expresión facial-. Acomodándose su traje que parecía bastante costoso, fijó sus ojos azules en un punto inexistente para los que estaban allí.- Soy el padrastro de Ana-. Frunciendo el ceño, pensé en lo que decía. ¿Quién es Ana?- Seguramente no te suena ese nombre porque se lo ha cambiado por otro. ¿Te suena Diana Maldick?-. Abriendo mis ojos desmedidamente, no supe qué decir. ¿Diana es Ana? ¿Ella es la hija de Nick? ¿Él sabrá sobre esto?-. Así como te sorprende a ti, sorprenderá a todos esta noticia en cuanto tenga oportunidad de difundirla pero por el momento me conviene mantenerla como as bajo mi manga así como sus padres y Jace porque ellos lo saben y todo este tiempo han estado mintiendo para encubrirla. Creen que se de esa manera van a lograr atraparme pero hasta ahora estoy libre e idealizando mi plan de venganza. Por tal motivo, necesito que hagas lo siguiente, Alex-. Abriendo mi boca para decir que me iba a negar a participar en algo turbio, una llama de peligro recorrió sus pupilas para luego tomar el arma que tenía uno de sus hombros y así apuntarme con ella.- No estoy esperando que apruebes esto o no porque no te queda más opción que colaborar o si no... tu cuerpo yacerá en menos de un minuto cubierto de polvo y sangre fresca. ¿Es eso lo que quieres, querido amigo?-. Negando con la cabeza, tragué sonoramente saliva. Había logrado infundirme miedo con aquella inminente amenaza de muerte.- Lo único que tienes que hacer es que Diana vaya contigo uno de estos días en tu auto porque sólo de esa manera podré sacarla de su entorno y así poder mantenerla bajo mi protección mientras ella termina de gestar a mi nieto. Luego ya veré si sigue viva o me deshago de ella antes de cause más problemas junto a Jace-. Con desdén, pronunció aquellos nombres y supe en aquel momento que debía estar de su bando aunque no quisiera.- Además, deberás acomodar todas las piezas para que crean que Diana se fue con Jace y no contigo. De todo lo demás me haré cargo con sólo chasquear mis dedos-. Con su aptitud arrogante, me demostró una vez más que sabía cómo jugar y a diferencia de él, iba a ser una marioneta más de su juego recreativo y perverso.- Como has cumplido tu parte, dejaré que te retires pero recuerda una cosa, estaré vigilándote y a la menor señal de traición que me demuestres, personalmente iré a torturarte para luego pegarte un tiro en el medio de tu frente. ¿Estamos de acuerdo, Alex?-. Asintiendo energéticamente, logré que él se sintiera satisfecho por la respuesta. Poco después, con mi libertad recuperada me dirigí a mi casa y una vez en ella, me derrumbé en el piso de mi sala para gritar silenciosamente mientras mis lágrimas bañaban mis mejillas. Dicen que los hombres no lloran pero esa idea podía irse al tacho de basura cuando tenía la sombra de la muerte cerniéndose sobre tu cabeza.
- No queda otra que acatar sus órdenes al pie de la letra-. Susurré, pensando fríamente en cómo llevar a cabo el plan porque sólo tenía en cuenta una sola cosa: era mi vida o la vida de Diana.
Harry
- ¿Qué hice? -. Me pregunté, al recordar las palabras que había usado para provocar que Diana se alejara definitivamente de mí. Sin dudas, no esperaba que esto sucediera pero ella logró ponerme en mi lugar sin proponérselo.
- ¿Cómo te fue en el entrenamiento, hijo?-. La voz de mi madre hizo que prestara atención a la realidad de la cual quería escapar al sentir que mi pecho dolía de amor.
- Bien-. Susurré, sentándome en uno de los sillones que se encontraban en la sala de estar de su casa.
- Por tu rostro, no creo que te haya ido como dices-. Levantando una ceja, esperó que contestara mientras tomaba asiento junto a mi padrastro que se había mantenido al margen de la situación.
- Es que discutí nuevamente con Diana y di por finalizado nuestra relación luego de que no accediese a mi petición para permanecer juntos-. Exasperadamente, tiré nerviosamente los mechones de cabello hacia atrás. La culpa me estaba consumiendo vivo antes de tiempo.
- Supongo que esa petición fue grave para que luego terminaran. ¿Cuál era?-.
- Bueno...-. Avergonzándome de mi conducta, me planteé no contarle nada pero sabía que tarde o temprano se iba a enterar de lo que mi lengua pronunció venenosamente.- Le dije que ni bien tenía al bebé debía dárselo a Jace. Al fin y al cabo es su padre y debe cumplir sus responsabilidades como tal-. Encogiéndome de hombros, la miré a los ojos para encontrarme con decepción en ellos. ¿Tan mal había actuado? ¿Acaso no estaba en mi derecho de pedírselo?
- No te das cuenta de la gravedad de tus palabras, ¿no?-.
- Sí, me doy cuenta de lo que hice pero... ¡Estoy en mi derecho!-. Protesté.
- No, no lo estás Harry-. Robin que hasta ese momento se había mantenido en completo silencio, me dirigió sus primeras palabras.- ¿Y sabes por qué? Porque yo pasé por la misma situación al casarme con tu madre y, sin embargo, aquí estoy junto a ella-. Ladeando mi cabeza, traté de entender lo que quería decir.- Tener esta hermosa familia fue posible porque ni yo ni tu madre excluimos a nadie de esta. ¿Te imaginas la sola idea de que yo le hubiese propuesto que se deshaga de ustedes por el bien de nuestra relación o que ella me pidiese que rompiera con mi hijo Mike?-. Negando con la cabeza, dejé que continuara.- Nunca le pediría eso a tu madre cuando sé que lo más importante antes de nuestra relación son sus hijos o en mi caso, mi hijo. Por eso, ambos esperamos el momento en que ambos lados nos aceptaran para unirnos a través del matrimonio y permanecer unidos como hasta ahora, como la familia que somos-. Cayendo en la gran verdad que encerraban sus palabras, permanecí quieto por unos segundos para luego comenzar a temblar frene a la magnitud del dolor que atravesaba mi cuerpo y que se hacía presente en el exterior por intermedio de gruesas y húmedas lágrimas.
- Ahora entiendo la gravedad, mamá. La he alejado para siempre de mí-. Susurré, en cuanto sentí sus brazos rodearme.
- ¿Por qué no vuelves a hablar con ella? Seguramente, ella te entenderá-.
- No lo creo, mamá. No sólo la he echado de mi vida sino que también de mi casa-. Volviendo a sollozar, me estremecí del dolor creciente en mi pecho. ¿Cuándo dejaría de permanecer de rodillas frente a la vida? ¿Cuándo lograría ser feliz completamente?
- Las palabras pudieron haberla dañado pero también éstas podrán curar sus heridas. Habla con ella y salgan del infierno en el cual han permanecido para sólo lastimarse y ser infelices-. Asintiendo, dejé que me brindara su amor maternal por un tiempo más hasta que una idea se me vino a la mente. Fue así que poco después, al despedirme de ellos decidí emprender camino a ese lugar que me traerían las respuestas que necesitaba para lograr que ella me perdonase.
Jace
- ¿Y qué pasó al final con Harry y Diana, hermanito?-. Preguntó Luke en cuanto nos vimos en vueltos en la privacidad de mi oficina.
- Parece que siguen separados-. Respondí, tratando de mantenerme neutro. Lo que menos quería era que pensase que me degustaba con ello.
- ¿Qué piensas sobre esta relación? ¿Crees que volverán?-.
- Sabes que no estoy a favor ni en contra de que estén juntos. Ahora, creo que lo más importante es que ella esté tranquila por el bien del bebé-. Cambiando radicalmente de tema, evité que mi hermano siguiese poniendo sobre la llaga.
- Cierto. Lo importante es el bienestar de ambos-. Asintiendo, aproveché aquel momento de silencio para probar el sándwich que había comprado para el almuerzo. Sin embargo, luego de tragar el segundo bocado, fuimos interrumpidos por nuestro jefe que ni bien pude apreciar la palidez de su rostro supuse que algo andaba mal.
- Chicos necesito su ayuda. Es algo urgente-. Sin esperar que contestáramos, abandonó el lugar para dejarnos con una gran intriga.
- Será mejor que nos apuremos antes de que comience a gritar nuestros nombres-. Haciendo caso a mi hermano que había reaccionado a las palabras de nuestro superior, buscamos a éste.
- Suban al auto. Debo mostrarle algo-. Sin agregar nada más, subió a otro. ¿Por qué mantenía tanto suspenso?
- Es este momento en el que pienso que lo menos importa es el estómago lleno-. Riendo suavemente frente a lo que había dicho Luke, seguimos a los demás para ir hasta una fábrica que a simple vista parecía abandonada.- ¿Para qué nos habrá traído hasta acá?-.
- No lo sé. Será mejor que lo averigüemos por nuestra propia cuenta-. Recorriendo lentamente el lugar deshabitado, entré para encontrarme con una escena brutal. Fue allí que entendí el porqué de la palidez de mi jefe. Aquel cuerpo desnudo con grandes cortes profundos daba la sensación de que la víctima había sufrido mucho ya que un charco de sangre fresca y reluciente se extendía a su alrededor. Por otra parte, esto perdía importancia y más cuando la desfiguración de su rostro era lo que más llamaba la atención. ¿Por qué lo habría hecho?
- Hemos encontrado esto entre las cosas que estaban desperdigadas cerca de aquí-. Mirando a mi colega, asentí levemente. No supe cuál fue la sensación que sentí recorrer estrepitosamente mi vértebra en cuanto vi el nombre de aquella persona pero de que me impactó duramente la información no hay dudas y menos cuando vomité lo poco que comí luego de ello.
- ¿Están bien?
- No-. Susurré a Luke, con la mirada todavía puesto en aquel cuerpo sin vida.- No puedo creer que sea ella. ¿Qué razón tendría para matar a su cómplice?-.
- Tal vez, prescindió de sus servicios una vez que cumplió con su objetivo de insertar su nieto en el vientre de Diana-.
- No lo creo-. Contesté, pensando en la posibilidad de que algo se ocultaba detrás de la muerte de la doctora West pero ¿qué era?
Esto era el principio del fin y Erick no se detendría hasta lograr su cometido. ¿Quién sería el próximo en sucumbir?
¡Nuevo capítulo!
Espero que les guste y puedan votar por él.
Muchas gracias por todo su apoyo. Espero que estén ansiosas por el final de esta novela porque yo lo estoy. Ya falta tan poco que no lo puedo creer.
En fin, espero que tengan un lindo día.
Ana
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