Capítulo 39- Noche de diversión
Lizzy
- ¿Cómo les fue en el entrenamiento?-. Pregunté en cuanto ellas cruzaron la puerta de la cocina.
- No del todo bien-. Susurró mi hija con desgano.- Harry me ignoró durante todo el entrenamiento luego de que me impactara con su cabellera corta, mamá. ¿Te imaginas eso?-. Levantando mis cejas de incredulidad, negué con la cabeza. ¿Harry con cabello corto? Él amaba su cabello largo por lo que generaba más sorpresa aún.
- Como dice Nick “ver para creer”-. Sonriéndole a mi marido que se acercaba a nosotras, ladeé mi rostro para poder darnos un pequeño pero cariñoso beso de bienvenida.
- En este caso no, cariño-. Acercándose a la olla en la que estaba preparando la salsa para los tallarines caseros que comeríamos, cerró los ojos e inhaló lentamente mientras una sonrisa se extendía a través de sus labios.- No hace falta que vea lo que cocinas cuando con el aroma que se siente sé que estás cocinando mi comida favorita
- ¡Oye! ¡Eres un traidor! ¿Acaso tu comida favorita no eran las milanesas con papas fritas?-. Le dijo nuestra hija con indignación fingida mientras que pelaba su segundo kiwi.
- Claro que lo es pero también tengo otras, hija-.Encogiéndose de hombros, se tensó de repente.- Sé que no eres mi hija pero te llamo como tal, Diana-. Dijo, mirando nerviosamente hacia Clary que se mantenía al lado de Diana sin intervenir en la conversación.
- No se preocupe, entrenador. Ya estoy al tanto de lo que pasa puertas adentro como puertas afuera-.Sin agregar nada más, tomó su bolso luego de enviar un par de mensajes.
- ¿No te quedarás a comer con nosotros?-. Le pregunté con amabilidad. Sabía que le costaba darse con las personas pero con el tiempo se iría acostumbrando a nuestra presencia.
- No, debo ir a la casa de mi hermano para buscar a mi hijo e ir todos juntos a comer con mi madre que está ansiosa por saber cómo me fue hoy-. Sus ojos cargados de emoción me hicieron acordar los viejos tiempos en que Ana jugaba junto a Harry.
- Saluda a Marco de mi parte-. Logró decir Diana mientras se prendía ahora por una rebanada de torta. ¿Cuándo la había sacado del refrigerador? Me pregunté asombrándome de que siguiese teniendo estómago para comer.
- Le alegrará saber que le envías saludos-. Acercándose, se despidió de nosotros con un beso en la mejilla. Poco después, los únicos que quedaron en la cocina eramos nosotros. Volviendo a prestar atención a mi hija, me sorprendí al no verla devorar algo más ya que estaba muy concentrada en su celular mientras un par de lágrimas caían precipitándose por sus rosadas mejillas.
- ¿Qué sucede?-. Preocupándome por su cambio abrupto, me acerqué para ver lo que veía.- ¿Lloras por una foto de Harry? -.
- Sí, es muy lindo y muy dulce-. Secando sus lágrimas, volvió a sollozar nuevamente.- ¿Sabes por qué se cortó el cabello?-. Negando con la cabeza, esperé su respuesta.- Porque lo donó para una fundación que hace pelucas para niños con cáncer-. Levantando mis cejas, no supe qué decir. ¿Quién se ponía esperar una acción como esa?
- Eso denota que es un chico preocupado por los demás aunque no para solucionar su problema de pareja -. Levantando mi mirada, le advertí que se callara pero fue demasiado tarde debido a que nuestra hija salió casi corriendo de allí.- La he jodido, ¿no?-. Empujando exasperadamente parte de su cabello hacia atrás, dio unos pasos hacia la dirección en la que huyó luego de tales palabras.
- Me parece que deberé atrasar la comida si no soluciona el problema en unos par de minutos-. Controlando el agua para los fideos, apagué la hornalla para aguardar. Poco después, como el silencio reinaba en la casa debido a que las paredes absorbían cualquier minúsculo ruido decidí entrar a Internet a pispear la noticia de Harry. Debía estar informada de todo lo que sucedía como para que no me sorprendiera encontrar a mi hija llorando en algún rincón de la casa como si el mundo se hubiesen venido abajo. Siguiendo por un rato así, me sobresalté al sentir la vibración que causó la llamada entrante de Niall.
- Hey, ¿qué tal Ni?-. Saludé, tratándolo como un integrante más luego que demostrase el gran cariño que tenía por mi hija que ya parecía su hermana antes que su amiga.
- Estoy bien pero a la vez cansado de que Harry tome malas decisiones una vez más…-.
- ¿Qué pasó?-.
- Resulta que como él se encontró con Diana en el entrenamiento y eso lo incomodó, quiere pedirle a Nick que lo entrene aparte o que no deje que ella esté presente como para evitar posibles encuentros. ¿Te imaginas la reacción de ambos? Ni a Nick ni a ella le gustará tal imposición y más cuando su relación es tan estrecha-.
- Tienes razón… Esto se está descontrolado y hay que ponerle un límite pero… ¿Cómo? Si ambos son tan tercos. ¡Tal para cual!-. Exclamé, agotando la paciencia que todavía tenía para ambos.
- Creo que tengo una idea-. Susurró, captando toda mi atención. Tal vez era hora de que alguien hiciese algo por ellos y por nosotros.
Harry
- ¿No notaste cómo me miraba?-. Volví a decir a Niall luego de que volviese del baño.- Oye, ¿me estás escuchando?-. Dije, ya que él se encontraba mirando su menú con aburrimiento.
- Claro… como para no hacerlo. ¡Hace media hora que estás repitiendo lo mismo!-. Llamando al mozo, me miró ligeramente antes de prestarle atención al chico que tomaría nuestro pedido.
- ¿Qué les puedo ofrecer, caballeros?-.
- Yo quisiera una hamburguesa doble con papas fritas y una ensalada de verduras mixta. También sería bueno un par de batatas asadas y…
- Vas a dejar al restaurante en la quiebra, Niall-. Riendo, él sólo rodó los ojos para seguir ordenando su comida.
- ¿Y usted?-.
- Pediré una pizza mediana-. Tomando un poco de mi copa de vino blanco, dirigí una mirada a mi compañero que no dejaba de levantar su ceja por cada cosa que hiciere.- Eso es todo, gracias-.
- No sabía que estabas a dieta, Harry. ¿Acaso te cuidas para la fiesta del sábado?-. Frunciendo el ceño, me detuve a pensar sus palabras. ¿Fiesta? Y como si él leyera mi mente, asintió.- Es por el cumpleaños del club por lo que todos los jugadores deben ir. Inclusive Diana pese a que cedió su lugar a Clary-.
- Entonces, no tengo intenciones de ir…-. Agregué, aunque me moría de ganas por ir y verla ya que seguramente luciría espectacular.
- ¿Acaso quieres que vaya acompañada de Jace?-.
- ¿Qué tiene que ver él?-. Volviendo a fruncir el ceño, sentí la primera punzada de celos.
- Que si tú no haces acto de presencia, seguramente él aprovechará la oportunidad para ganarse su corazón-.
Ya lo intentó una vez y no lo logró. ¿Por qué ahora lo lograría, Ni?-. Ofuscado, me crucé de brazos en señal de inseguridad.
- Porque esta vez, ella está esperando un hijo suyo ¿No es razón suficiente para convencerla de que te abandone y lo siga sin mirar ni siquiera una vez hacia atrás?-. Aquella pregunta hizo temblar a mi corazón que lloraba por tener nuevamente el amor de Diana.
- No, creo no. Y si te ponés a pensar... ¡Es solo un bebé!-.
- Y ella lo va a tener así que no es asunto tuyo meterte donde no te llaman, Harry-.
- Lo sé y eso me vuelve loco con solo pensarlo-. Confesé, un poco apenado por decírselo tan abiertamente. Hubiese servido para interrogar Niall, ¿no?
- ¿Harry? ¡Harry!-. Exclamó, haciendo que diera un brinco en mi propia silla.
- ¿Qué? Casi me das un infarto-.
- Te preguntaba si vas a asistir al evento como para organizarme con Barbara e ir en el mismo auto, ¿te parece?-. Desde hace días que su auto había sufrido un desperfecto técnico lo que lo obligaba a estar pidiéndome ayuda a cada rato. ¡Hasta eso logra! Es bastante persuasivo, supongo.
- Esta bien, iré para hacerte el favor pero ni bien me aburra me voy a otro lugar-.
- No creo que vayas a encontrar mejor diversión en otro lugar cuando la tienes a Diana allí. En el mejor de los casos para ti solo…-. Guiñándome un ojo, le sonrió a la camarera que nos traía la comida. Fue así que cada uno se concentró en comer lo que había pediso aunque a diferencia de él, me vi sumergido en una gran masa amorfa de pensamientos que adquiría cada vez más forma al pensar en una sola persona. Y sin pensarlo, internamente me estaba convenciendo de asistir ese día solo para verla.
Diana
*El día del evento*
- ¿Estás segura? No creo que con esto Harry vuelva a mí-. Haciendo una mueca de disgusto, acomodé el vestido que se pegaba a mi cuerpo como una segunda piel haciendo que mi vientre se luciera en todo su esplendor al estar entrando ya en los cuatro meses de gestación.
- Si hubieras visto cómo te miraba durante el entrenamiento, me darías la razón-. Dijo Clary mientras daba de amamantar a su hijo para que luego durmiera tranquilamente.
- Seguramente viste mal porque cuando lo miraba, él estaba más concentrado en mirar a la red que a otra cosa-. Con mis labios levemente fruncidos, mordisqué la última galletita de chocolate que quedaba del segundo paquete que papá había comprado al momento de hacer las compras generales.
- Los hombres son hombres y con este vestido, no hay dudas de que caerá de rodillas por ti-. Agregó mi mamá, haciendo que mi padre que se encontraba leyendo un diario, negara con la cabeza.
- Haré como si no escuché nada-. Volviendo a prestar atención a lo que estaba leyendo, dejó que mi madre siguiera dándome consejos de cómo llamar la atención frente a Harry lo que provocaba que me diera todavía más vergüenza. ¿Acaso debíamos hablar de esto delante de mi padre? ¿Qué seguía? ¿Hablar de sexo seguro?
- Por cierto, no te olvides de llevar esto-. Tirándome algunos paquetes plateados de preservativo, casi siento que me muero allí mismo cuando mi padre que permanece todavía sentado, levantó la mirada para verlos.
- Papá, yo…-. Sin saber qué decir, los guardo dentro de mi bolso.
- Creo que iré a tomar algo de aire luego de ser partícipe de esto-. Besando mi frente, salió sin decir nada.
- ¡Mamá! ¡Qué vergüenza!-. Exclamé, con mis mejillas ruborizadas.- Lo hiciste a propósito, ¿no?-.
- No, pero te salvé de que fuese tu papá quien te diese la charla de que te cuidaras cuando ya estás embarazada pero bueno… Nick es Nick y como tu padre, se preocupa demasiado-.
- Como para no hacerlo-. Susurré, volviendo a admirar mi silueta en aquel gran espejo que dejaba traslucir la gran tristeza que albergaban mis ojos. Sin embargo, el maquillaje surtía efecto por lo que estaba bastante bonita y sexy según la opinión de mi madre.
- Ya es hora, Diana-. Me dijo Clary mientras abría la puerta principal y dejaba entrar a su hermano que ya estaba recuperado luego del accidente que había tenido.
- Diana… Estás hermosa-. Agregó, sin malas intenciones. De igual, hizo que volviera a sentir calientes mis mejillas. ¿Por qué me ruborizaba tanto? Me pregunté, tomando mi abrigo.
- Gracias-. Susurré, caminando hacia la sala para despedirme de mis hijos que intentaban armar un rompecabezas aunque Ed más que armarlo lo desarmaba haciendo que su hermana tuviera un doble trabajo.- Me voy, niños. Por favor, portense bien con la abuelos y no hagan ninguna travesura, ¿sí?-. Besando sus frentes, los envolví en un abrazo.
- ¿Vas a volver con Harry, mamá?-. Con sus brillantes e inteligentes ojos, Lux mantuvo su mirada en mi rostro.
- No lo creo… Seguro que tiene cosas que hacer, cariño-. Levantándome, traté de no reflejar la desesperación que me causaba verlo otra vez. ¿Se estaba haciendo rogar a propósito? Pero lo más importante… ¿seguiría pensando que lo mejor era mantener distancia?
- Hija, ¡despierta! Ya es la hora de irte sino vas a llegar tarde-. Sintiendo que mi mamá me guiaba a la puerta de entrada, volví a ser partícipe de la realidad que me rodeaba.
- Por favor, cuida a mis hijos y no les de chocolate antes de dormir porque no lo harán-. Escuchando que Lux se quejaba, reí levemente antes de saludar a mi mamá y entrar al auto que me llevaría al club. Ya no había vueltas atrás, pensé. En minutos, ambos estaríamos frente a frente y sólo esperaba que las palabras fueran suficientes para solucionar nuestro gran dilema amoroso.
Harry
- ¿Por qué tardan tanto?-. Exasperado, volví a tocar bocina para que Niall saliera con Barbara.
- ¡Ya vamos!-. Gritó, colocándose su chaqueta mientras troteaba hacia mi auto.- No es problema nuestro si estás apurado, Hazz-. Haciendo que Barbara riera, rodé los ojos.
- No estoy apurado pero el tráfico estará colapsado dentro unos minutos por si no lo sabes-.
- Cierto, es hora de volver a casa luego de un arduo día-. Comentó ella, haciendo que le diera la razón.
- ¿Cómo puede ser que ella sepa más que vos de la cotidianidad londinense? -. Esperando que se acomodaran y abrocharan los cinturones, traté de mantenerme ocupado para no hacer frente a la ansiedad que carcomía cada vez más mi cerebro. Fue así que Niall empezó a hablar sobre su descendencia y de por qué eso influía directamente en su forma de ver las cosas por lo que se tomó todo el viaje para explicarlo hasta que llegamos y como si estuviese programado como un robot, terminó su discurso justo a tiempo lo que me sorprendió.
- Bien, estacionaré y luego iremos juntos hasta la entrada-. Fue así que poco después con mis manos temblorosas, bajé y comencé a caminar con ellos hacia la entrada que se encontraba adornada glamurosamente pero nada importó cuando posé mis ojos en ella, sentiendo cómo algo caliente bajaba por mi estómago para quemarme por dentro. ¿Cómo podía verse más hermosa de lo que ya es? ¿Cómo podía atraerme cuando se supone que la estaba evitando a toda costa?
- Se ve muy linda, ¿no?-. Dijo Niall golpeando suavemente mi hombro y marchándose de la mano con su novia. Que buen amigo, ¿no?
- Será mejor que entre antes de que mi cuerpo me pida que me vaya-. Acomodándome la corbata, desvié mi atención hacia otro lado para que pensara que no la había visto. Tiempo después, con una copa de licor encima, todo transcurrió más tranquilo aunque viéndola moverse de un lado a otro no favorecía en nada y menos cuando con una gran sonrisa se acercó hacia mí.
- Pensé que no vendrías-.
- No lo iba hacer-. Mentí, sin importarme su reacción.
- Entonces, ¿a qué viniste?-.
- No lo sé -. Me hubiera gustado decirle que había venido para verla pero esas palabras irían a parar conmigo a la tumba, pensé.- Creo que es mejor que me vaya. Ya es tarde-. Le dije, sintiendo ahogado por su aroma floral que sólo hacía que deseara más tenerla entre mis brazos.
- ¿Tarde? Pero si no…-.
- Sí, tarde para una cita pendiente-. Dejándola sorprendida, me alejé de su lado para caminar aceleradamente hacia la salida pero ni bien llegué a mi auto por un poco de paz, sentí el repiqueo de sus tacos acercándose.
- Esta vez, no te vas a escapar-. Girándome quise decirle algo hiriente para que se retirara pero sus labios cortaron el veneno que todavía saboreaba en mi lengua.
- ¿Acaso no ves que te necesito?-. Apretándose contra mi cuerpo caliente, sus latidos erráticos provocaron un cosquilleo en mi estómago. Fue en ese momento que entendí que el encuentro iba a ser desenfrenado.
- Vamos a casa-. Susurré, deteniendo sus manos inquietas.
- Será mejor que vayamos a otro lugar para que no nos puedan molestar-. Besándome nuevamente, entró al auto y poco después, también lo hice. Ya había caído en su trampa en iba a pagar las consecuencias si por ellas, obtenía algunos besos más de su dulce y tierna boca.
- No puedo creer que estemos comportándonos como dos críos llenos de hormonas-. Comenté, antes de estacionar a un costado de la ruta vacía.- No es el lugar adecuado pero trataremos de que estés cómoda en tu estado. Pasando al asiento trasero, acomodé un poco las bolsas de chucherías que Niall había comprado el día anterior y se había olvidado de sacar para luego traerla hacia mi regazo.
- Te necesito y mucho-. Volvió a decir, desabotonándose los primeros botones de su vestido. Fue así que sus pechos redondos quedaron a la vista.
- No creo que dure mucho así-. Desabrochándome el cinturón, bajé mi pantalón y mi bóxer ni bien ella se apartó para sacar enteramente su vestido blanco.
- Ya estoy… Sólo falta que me saque esto y…-. Atrayéndola, la besé duramente para luego sin previo aviso penetrarla de una sola estocada. Su interior húmedo envolvió a mi pene haciendo que jadeara de placer como ella.
- ¡Harry! Por favor, sigue-. Comenzando a moverme, la sentí tensarse incómodamente por lo que parando repentinamente, salí de su interior para levantarla y acomodar sus temblorosas piernas. Fue así que una idea vino a mi mente. Tomando mi corbata, la enrollé alrededor de sus tobillos delicadamente para que estos quedaran entrelazados detrás de mis piernas.
- No puedo moverme, Harry-. Esa es la idea, pensé.
- Ahora, viene lo mejor, amor-. Acomodándome, volví a unirme a ella para comenzar a atrapar cada uno de sus roncos gritos de deleite en cuanto la cuerda precariamente hecha no permitió que pudiese expandir ese placer a todo su cuerpo sino que este quedara acumulado en su vientre. - Ya no puedo más, Harry-. Susurró, agitándose desesperada mente sobre mí.
- Claro que puedes, bebé-. Empujando frenéticamente, me vine rápidamente en su interior provocando que ella también lo hiciese abruptamente.
- Eso es… Eso es…-. Repetí sin poder decir nada mientras permanecía todavía en su interior cálido.- Ahora, te soltare para que puedas descansar tus piernas-. Dije, una vez recuperado.
- Fue lo mejor que pude vivir en mí vida-. Riéndose, besó mi pecho para acurrucarse.- Te extrañe mucho, Harry-. Confesó, haciendo que mi corazón se estrujara de felicidad.
- Yo también, Diana-.
- Entonces… ¿Por qué me evitas? ¿Por qué no volvemos a estar juntos? -. Preguntó, haciendo que repentinamente me cegara de dolor al recordar el verdadero motivo del por qué sucedía esto.
- Ya te lo dije… Es por Jace y por… el bebé-. Removiéndome incómodamente, tomé mi ropa para colocármela.
- ¿Qué tiene que ver él bebé en todo esto, Harry?-. Frunciendo el ceño, comenzó a buscar su propia ropa.
- Tiene que ver en todo… Decidiste tenerlo y por ende,unirte a Jace para toda la vida-. Seguí sin detenerme en lo que decía.
- ¿Y? ¿Cuál es tu problema?-. Abrochándome su vestido, me miró por unos segundos fijamente.
- Que no es mío-. Aquella verdad que había estado consumiendo mi corazón, salió de mi boca sin que lo pudiera evitar.
- Y al no ser tuyo, lo es mejor es evitar el paquete, ¿no?-
- No, claro que no…-. Dije, en cuanto sus ojos se llenaron de lágrimas.
- ¡Claro que sí! Fui un idiota al pensar que tú ibas a volver conmigo pero no te preocupes, no volveré a ser una molestia y menos el bebé que al fin y al cabo no es tu responsabilidad-. Abriendo la puerta, quise detenerla pero se escurrió de mis brazos rápidamente.
- Espera, no puedes ir sola-. Saliendo, traté de alcanzarla.
- ¡Claro que puedo!-.
- Diana, sé razonable. Estás embarazada y no puedo dejarte a la deriva como si nada-.
- No te preocupes, ya lo hiciste luego que tuviéramos sexo ejemplo tu auto, ¿no?-.
- ¿Acaso crees que…?
- ¡Me usaste, Harry! ¿Cómo pudiste?-. Golpeando mi pecho, tomé sus brazos para poder aplacar su repentino odio con un abrazo.
- No te usé, amor. Jamás lo haría-.
- Entonces… vuelve conmigo-. Susurró, antes de atrapar mis labios con los suyos.- Sé que no puedes vivir sin mí como yo sin ti, Harry-.
- Eso no lo niego pero…Eso no quita lo que pasó anteriormente-. Alejándome, pensé en cómo decirle la segunda cuestión que lastimaba mi corazón.- porque lo que más me duele es que no te des cuenta de que estoy celoso con sólo pensar que él será padre y yo no-. Sin ponerme a reparar en el efecto que causaban aquellas palabras, volví lentamente al auto para que ella hiciera lo mismo ya que se había mantenido callada luego de que expresara lo que más me dolía.- ¿Te llevo a tu casa o nuevamente a la fiesta?-.
- A la fiesta…-. Sin decir otra palabra, conduje hasta allí y en cuanto bajó, me hundí en mi dolor sabiendo que tal vez nunca más la volvería a recuperar y menos a todo el amor que profesaba por mí. Tal vez, pronto terminaría muriendo en compañía de mi corazón.
Diana
¿Por qué las cosas debían ser así? Me pregunté, derramando unas cuantas lágrimas luego de dejar partir a Harry. Aquel nudo que sentía en mi estómago no se pasaría con comer o llorar eternamente porque lo realmente necesitaba era decir la verdad y especialmente a él que sufría por no poder estar unido de alguna manera a mí cuando no se imaginaba que ya lo estábamos desde que Ed creció en mi interior. ¿Hasta cuándo seguiría todo eso? ¿Hasta cuándo seguiría contando los días para decirle la verdad?
¡Nuevo capítulo!
Espero que les guste y puedan votar.
Estoy super cansada pero me tomé el tiempo de escribir lo que faltaba para subir.
Ayer, terminé el primer cuatrimestre de clases así que fue una semana intensa y llena de trabajos y parciales. 😩😩😩
La buena noticia es que tendré un poco más de tiempo como para escribir y poder dormir.
Pd: Foto de Diana y su vestido. ¿Qué tal el capítulo? 😏
Ana. x
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro