Capítulo 38- Kiwi
Diana
- ¿Seguro que estás bien? -. Me preguntó Jace en cuanto volví devastada al living.- ¿Y Harry?-. Comiendo perezosamente algunas palomitas, esperó una respuesta pero mis labios permanecieron sellados.
- Quiero ir a casa de mis padres-. Logré decir luego de unos segundos.
' ¿Por? ¿Acaso no iban a venir ellos a comer mañana?-.
- Por favor, quiero ir a su casa-. Las lágrimas arrasaron con el maquillaje prolijamente distribuido por las mejillas y cayeron sobre mi camisa mojándola.
- ¿Pasó algo con Harry?- Con sus ojos sobre mí, trató de no reflejar cierta preocupación mezclada de algo más que no logré descifrar.
- Me pidió tiempo-. Susurré, quemando con aquella palabra mi garganta.
- ¿Tiempo?-.
- Sí, Jace. Por eso, quiero hablar con mis padres-. Levantándome, busqué nuevamente mi bolsa de mano y colocando lo que iba a necesitar para mí y mi hijo, volví para encontrarlo todavía sentado en el sillón.
- No entiendo por qué te pidió tiempo. ¿Acaso busca terminar la relación?-.
- No lo sé...-. Sintiendo el rastro de gotas saladas fluir nuevamente por mis mejillas, negué con la cabeza. No debía mostrarme tan vulnerable y menos, delante de los niños.- Por cierto, ¿Lux puede ir?-.
- Claro, si ella quiere-. Buscando a su hija con la mirada no la encontró en ese momento pero segundos después apareció en la sala con una mochila cargada en su espalda.- ¿Y eso?-. Enarcando la ceja, esperó que le diese una respuesta.
- Mamá se va con Ed a casa de Lizzy y pensé que yo también podía ir, papá. Además, necesitaba ayuda y yo puedo cuidar de mi hermanito si lo necesita-. Con aquellas palabras logró que volviese a romper en lágrimas por lo que la abracé fuertemente para llenar su cara de besos.
- Eres una excelente hija y hermana, Lux. Estoy orgullosa de ti-. Tomando su mano pequeña entre las mías, tomé la de Ed para caminar lentamente hacia el garaje. Por su parte, Jace no sabía cómo interpretar lo que había sucedido entre Diana y Harry. ¿Se separarían? ¿Él volvería a tener una oportunidad más de reconquistarla? Tal vez, la vida le estaba sonriendo nuevamente pensó. Sin embargo, más que sonreírle le estaba dando la última oportunidad para arreglar las cosas pendientes que tenía para que cuando llegara el final no tuviera que lamentarse de nada.
Lizzy
En cuanto vi el rostro de mi hija a través de la rendija de la puerta principal me sorprendí gratamente aunque ello no me hizo olvidar que fuese extraño verla en casa cuando al día siguiente íbamos a ir a casa de Harry para cenar con ellos. Tal vez, venía para pasar un rato conmigo o Nick pensé.
- Hija, ¡qué sorpresa!-. Atrayéndola a mi cuerpo, la abracé cálidamente mientras Jace bajaba a los niños de la parte trasera para dejarlos corretear hacia nosotras.- ¡Ed! ¡Lux!-. Arrodillándome, les di un cariñoso abrazo para dejarlos pasar e ir apresuradamente hacia la cocina donde mi marido se encontraba tomando una taza de café tranquilamente. Sin dudas, la tranquilidad se le iba a acabar en cuanto los viera y tuviese que prepararles algo dulce para tomar o comer.
- Hola, Lizzy-. Saludó Jace antes de entrar con las que necesitaríamos para permanecer allí cómodamente.- Si necesitas algo más, llámame-. Acercándose, besó mi mejilla para encaminarse hacia su auto y partir hacia su oficina donde lo estaría esperando Luke con mucho trabajo según lo que me contó en el trayecto a casa de mis padres.
- Me parece o... ¿Te vas a quedar unos días?-. Cerrando la puerta nos encaminamos hacia la sala para sentarnos en el sofá que papá le había regalado para su cumpleaños.
- Sí, necesito de tu compañía. Además, también necesito pensar qué haré con la relación que tengo con Harry-. Bajando su mirada, se mantuvo un momento en silencio. Sin embargo, sus lágrimas gritaron el sufrimiento que guardaba en su corazón.
- ¿Qué sucede, cariño?-. Pregunté, frotando sus brazos para atraerla hacia mi cuerpo.
- Harry me pidió tiempo y...-. Temblando momentáneamente, intentó refrenar sus sollozos para que no pudieran escucharla pero en cuanto Nick asomó su cabeza desde la puerta de la cocina, supe que el silencio se había quebrado a través del aire. Haciéndole una seña muda le pedí que no interrumpiera el momento.- ¡No sé qué me quiso decir con ello! ¿Quiere terminar nuestro noviazgo y por eso me pide tiempo para no lastimarme?
- Tal vez, sólo quiera tiempo para pensar cómo seguir su relación-. Frotando su espalda, hice una mueca de disgusto a Nick que permanecía escuchando lo que nuestra hija decía. Seguramente, en su mente ya estaba matando a Harry.
- ¡Es que no entiendo su comportamiento! Me dijo que me ama pero que no por eso quiere compartirme con Jace-. Vaya... Entonces, esa es la causa.
- ¿No le gusta que pases mucho tiempo con Jace?-.
- Creo que no porque prácticamente está pegado a mí en todo momento-.
- Entonces, tiene razón en lo que dice-. Alejándose, frunció el ceño frente a mis palabras.- No puedes estar prestándole más atención a Jace cuando Harry es tu pareja, cariño. Ponte en su lugar, ¿te gustaría que él hiciese lo mismo contigo? -.
Con aquella pregunta, no sólo logré descolocarla a ella sino que también a Nick.
- No, no lo soportaría -. Con un deje de celos en su mirada, negó con la cabeza.- No me gustaría compartirlo con otra-.
- Entonces, deberás hacer lo mismo que Harry... Tomarte el tiempo de pensar qué vas a hacer con él y con Jace que aunque sea el padre de la criatura, no puede intervenir indirectamente en tu relación de pareja-.
- ¡Es que no puedo! Me inquieta pensar que él seguramente se convenza más al pasar los días. ¿Debería llamarlo, mamá? ¿Pedirle que nos veamos para hablar?-. Tomando su celular, intentó marcar el número de Harry pero poniendo mi mano sobre la suya, negué con la cabeza.
- Debes respetar su tiempo, cariño. Si él te ama como te dijo, volverá a ti cuando menos lo esperes-.
- ¿Y si no vuelve? Además, no le avisé que venía a tu casa-. Susurró, volviendo a llenar sus ojos de pequeños cristales.- Lo que menos quiero es que piense que lo abandoné-.
- No, no creo que piense eso cariño-. Frotando cariñosamente su espalda, levanté mi mirada para hacerle una seña silenciosa a mi marido.- ¿Te gustaría tomar una taza de chocolate caliente? Tal vez, con ello veas las cosas de una manera diferente-. Y aunque creía casi imposible que ella cambiara de perspectiva, rogué con que Harry tomara una decisión rápida y positiva. No quería que nuevamente su corazón fuese roto por el amor de su vida.
Harry
- ¿Qué hiciste qué?-. Dejando de lado su taza de café, Niall se mantuvo un rato sin saber qué decir y no era para menos.- ¿Por qué lo hiciste, Harry? ¿Cómo está ella?
- Porque estoy celoso, Ni. ¿Por qué más puede ser? ¡Ya no soporto que Jace esté a su lado a cara rato! -. Exclamé, tirando mi tranquilidad al tacho de basura.- Y no sé cómo está ella porque ni bien le dije eso, me fui de la casa-.
- Nunca pensé decir esto pero... Eres un imbécil, Harry-. Haciendo una mueca, se recostó sobre su sillón para meditar un poco.- Supongo que viniste acá para quedarte, ¿no?-. Si no lo he dicho anteriormente, él es la persona que más me conoce. Hasta podría ser mi sombra si lo propusiese, pensé. ¿Se imaginan eso?- - Harry, ¿me estás escuchando?-. Volviendo a la realidad, negué con la cabeza.- Te decía que deberás dormir en el sofá-cama porque las dos habitaciones que tengo están ocupadas y otra está siendo remodelada-. Asintiendo, tomé un trago de mi café con leche. Hacía mucho frío aquel día en Londres.
- Mañana, iré un rato a casa de mi mamá como para darte intimidad con tu novia. Algo que sin dudas no tenía con Diana en mi propia casa-. Haciendo una mueca de disgusto, miré un poco la sala y fue así que me encontré con mi libreta sobre algunos papeles que seguramente le correspondían a Niall.- ¿Qué hace mi libreta aquí?-. Levantándome, la tomé entre mis dedos para luego volver a sentarme.
- Quedó aquí desde que escribimos para el último álbum. Además, no es como si estuviese interesado en reclamarla cuando estuviste en una cabaña con Diana a solas-. Sintiendo que mi rostro se enrojecía, la abrí para ver mis últimas anotaciones.
- No te comenté pero estaba escribiendo otra canción en cuanto terminamos de armar las que iban sí o sí en nuestro álbum-. Pasando mis dedos sobre la hoja que tenía garabateada la letra de la canción, se la pasé para que la viera. No era de mostrarle a todos mis canciones pero a veces era necesario tener la opinión de alguien como Niall. Aunque no alardeaba de ello, era muy bueno a la hora de componer canciones.
"[Aún somos jóvenes, no sabemos a dónde vamos pero sabemos a dónde pertenecemos...] [Es difícil cuando discutimos, ambos somos tercos lo sé pero... dulce criatura a donde quisiera que vaya me traes a casa.] [...siempre pienso en ti y en cómo no hablamos lo suficiente...] -. Leyendo aquellos fragmentos elegidos al azar, me hizo pensar en cómo aquello estaba conectado con lo que me pasaba con Diana. ¿Acaso lo había predicho a través de esas palabras?
- ¿Y? Sé que debo terminarla pero... es lo que me salió en el momento-.
- ¿Podrías cantarla? Creo que ya sé que melodía iría bien con ella-. Devolviéndome mi diario de canciones, fue en busca de su guitarra sin que me diera tiempo de decirle que no tenía ganas de trabajar en esta canción cuando me hacía recordar a Diana y a nuestra discusión.- ¿Estás listo? -. Afinándola, comenzó a tocar algunos acordes que más tarde terminarían siendo los que acompañarían a la canción a la hora de publicar su propio álbum.
- Es la primera vez que la cantaré así que seguramente no saldrá del todo bien-. Removiéndome en el sillón, me acomodé y cerrando los ojos comencé a cantar los trozos de palabras que demostraban lo desangrado que se encontraba mi corazón pese a que tenía el amor de la persona que amaba. Sin embargo, a veces, el amor lastima más de lo que pude llegar a curar nuestro corazón.- "Sweet creature.... Sweet creature..." -. Con esas palabras recordé a Diana y sus antojos cotidianos. ¿Estaría hoy con ganas de comer algo dulce? ¿Extrañaría que le diese como cada mañana una ración de frutas? ¿Comería mi fruta favorita sin mí? Todas estas preguntas rondaron fantasmagóricamente alrededor de mí hasta que el silencio inundó mis oídos.
- ¡Eso fue fantástico, Harry!-. Exclamó, tomando su celular que anteriormente no había visto.- Y eso que todavía no la terminaste-. Escribiendo algo sobre la pantalla de su IPhone, lo guardó en el bolsillo delante de su pantalón de chándal.- Me encantó la parte en que haces las notas altas. Nunca sentí mi estómago contraerse de emoción pero lo lograste con ellas-. Sonriéndome, supe que estaba siendo sincero conmigo.- Si llegas a sacarla, espero que me tengas en cuanta para hacer la melodía completa-. Guiñándome un ojo, hizo que riera ya que con él podías pasar de llorar a reír instantáneamente.
- Te tendré en cuenta, Ni-. Rodando los ojos, logré que riera. Poco después, guardó su guitarra para volver a la sala y decirme mientras volvía escribir nuevamente en su celular.
- Saldré con Barbara así que si necesitas algo, llámame. Por cierto, hay comida en la heladera por si quieres calentarla y comer por la noche-. Trotando hacia las escaleras, subió apresuradamente los peldaños y entendí por qué. Él se moría por verla pronto.
- El amor... -. Susurré, acostándome sobre el sofá para quedarme tranquilamente toda la tarde allí como el resto de la noche también hasta que Niall volvió con Barbara. Como estaban borrachos fueron bastantes ruidosos y en cuanto me vieron acostado sobre el sofá cama, susurraron algo que captó mi atención.
- De la misma manera está Diana, amor-.
- Al estar separados sufren más que estando juntos-.
- Espero que nunca suceda lo mismo con nosotros. Te amo, Niall-.
- Y yo a ti, Barbie-.
En cuanto dijeron aquellas palabras, traté de taparme lo más posible mis oídos para no escuchar lo que vendría a continuación. Podían ser realmente molestosos si se lo proponían y más delante de las personas como yo que no tiene a nadie con quien compartir la noche.
- Creo que mañana iré a una misa para purificar mis oídos-. Me dije para volver a sumergirme lo más posible en aquella almohada que más que amortiguar los ruidos estaba ahogándome. Poco después, harto de no poder conciliar el sueño, me destapé para estrujar parte de mi cabello y apartarlo de mi rostro.- ¡Así no se puede!-. Calzándome, tomé mis pertenencias y yendo hacia la puerta de entrada, la abrí para salir al exterior. El aire frío impactó como un puñetazo imprevisto en el estómago en todo mi cuerpo pero no me detuvo para caminar hacia mi auto y entrar en él. Manteniéndome un rato en el asiento del copiloto, pensé si sería razonable ir a casa de mi madre a estas horas de la noche pero como no tenía otra opción disponible, decidí manejar hacia allí en medio de aquellas calles vacías y congeladas.
Diana
- ¿Recorriste todos los lugares que te dije, papá? -. Dándole la mamadera a Ed y el desayuno a Lux que se encontraban en la sala viendo su caricatura favorita, volví a la cocina donde mi mamá estaba preparando el desayuno para nosotros.- No importa, comeré lo que mamá prepare ¿sí?-. Terminando la llamada con Nick, me senté en mi asiento para tratar de calmar las ganas de llorar.
- ¿Todo bien, cariño?-. Poniendo un plato lleno de Hotcakes como miel frente a mí, me miro por un momento para volver a su labor.
- Sí, sólo que papá no pude conseguir lo que quería-. Cortando un trozo de mi comida, la comencé a masticar sin ganas.- Parece que no es temporada de kiwis-. Rodando los ojos frente a la contestación de las personas que habían atendido a mi papá, me detuve a pensar en algo. ¿Cómo Harry se las ingeniaba para conseguir varios cada día? ¿Acaso tenía un haz bajo la manga?
- ¿Por qué esa obsesión por el kiwi? Si es que se puede saber, hija-. Terminando de alistar lo demás, se sentó en su lugar para esperar que papá llegara.
- Es la fruta favorita de Harry-. Susurré, removiéndome un poco en la silla.
- Entonces, es más que seguro que él volverá contigo-. Frunciendo el ceño, ladeé mi cabeza al entender lo que me había dicho.- Si él te generó esa necesidad obsesiva, volverá para seguir haciéndolo-. Cayendo en cuenta de que tenía razón, sonreí.
- ¡Tienes razón, mamá! -.
- Siempre la tengo, cariño-. Haciéndose la que sabía todo, volví a reír.- Por cierto, no se lo digas a tu padre porque si no estaré en graves problemas.
- ¿Por qué estarías en graves problemas, amor? -. Preguntó mi padre antes de besar mi frente y luego la de mi mamá.
- Por nada, amor. Sólo que me olvidé de encargarte leche-. Riendo por lo que ella dijo, me dediqué a comer mis Hotcakes antes de que a Nick se le ocurriese preguntar algo más.
- Por cierto, recibí un llamado de Jace. Dijo que más tarde vendrá con Clary porque ella quiere hablar contigo, hija-.
- Aunque no me esperaba esto, la recibiré-. Dejando a un lado mi servilleta, me levanté para tomar mi celular.- Enviaré un mensaje a Jace para que me avise en cuanto estén viniendo para alistarme-. Apoyando una de mis manos en mi vientre, la moví suavemente mientras enviaba un audio. En cuanto lo envié y miré a mis padres, denoté en su mirada ternura y emoción.
- Cada vez se nota más tu embarazado y te sienta muy bien, hija-.
- No lo creas, mamá. ¡Ya subí dos kilos más desde que estoy aquí!-. Haciendo un puchero, ellos rieron.
- De igual manera, te vamos a seguir queriendo-.
- Yo también, papás-. Acercándome, me dejé abrazar por ellos hasta que los niños corretearon a la sala para tener algo de mi atención como de sus abuelos.
Harry
- Gracias por recibirme, mamá-. Repetí en cuanto ella me sirvió el desayuno que consistía de Hotcakes y algunas frutas bañadas de miel.- ¿No tienes kiwi?-.
- No, cariño. Por la tarde, veré si puedo conseguirte algunos-.
- Ya volvió el obsesionado por los kiwis-. Dijo mi hermana, sentándose a mi lado.
- ¿Qué hay de ti, rabbit?-. Haciendo mención de su antiguo sobrenombre que había inventado por su obsesión de comer zanahorias, ella arrugó su nariz para luego comer su desayuno como si nada hubiese pasado. ¿Debería preocuparme por ello? Tal vez, algo tramaba en contra de mí.
- ¿Ya tienes preparado todo para cuando venga Lou, Gem?-.
- Sí, todo listo-. Mirándome por unos segundos, sonrió como el gato de Cheshire para luego decir lo siguiente.- ¿Y si Harry se suma al proyecto?-.
- Es una buena idea, Gem-. Con sus ojos llenos de emoción, ella me miró y supe que mi fin había llegado.- Cariño, la fundación a la cual estamos ayudando, necesita que las personas interesadas donen cabello para hacer pelucas a los niños que no tienen cabello propio por la quimioterapia así que ¿podrías tú donar parte del tuyo?-. Dirigiendo la mirada a mi hermana, ella volvió a sonreír porque sabía que me había ganado la partida. Fue entonces que entendí que no sólo la llamaban "rabbit" por las zanahorias sino que también por su inteligencia.
- Claro, mamá-. Sonriendo tenuemente, ella me envolvió en sus brazos.- Sabes cuánto vale esto para mí y para Robin-. Sintiendo cómo mi corazón era traspasado por una daga, sólo atiné a abrazarla. Pronto, se vendrían tiempos difíciles en la familia.
Unos días después
- No creo que haya sido bueno venir, Niall-. Murmuré, ajustando la correa de mi raqueta en mi hombro derecho. Tenía la sensación de que la ansiedad que se encontraba estrujando mi estómago pronto acabaría conmigo.
- No tenías opción, Harry-. Caminando entre las gradas, nos acercamos poco a poco a la cancha de tenis.- Además, te mueres de ganas de verla-.
- Niall, no quiero hablar de ello-. Divisando a Nick, caminamos hacia él que se encontraba solo. Por un lado, eso me tranquilizó pero otro me decepcionó saber que ella no estaba allí
- Hola, chicos-. Saludándonos, comenzó a hablar sobre algo con Niall mientras que yo trataba de calmarme internamente.
- Y esta es la cancha, Clary. Parece inmensa la primera vez que uno la ve pero se vuelve demasiado pequeña al momento de jugar-. Escuchando su melodiosa risa, me tensé mucho más en mi lugar.
- Parece que el chico que jugará conmigo ya llegó-. Dijo la chica desconocida.
- No, no es él. Harry tiene el cabello largo-. Sin dudas, se llevaría una gran sorpresa al verme.
- Harry, necesito que te posiciones al otro lado de la cancha pero antes precalienta los músculos-. Asintiendo, seguí al pie de la letra las órdenes de Nick sin girar a verla.- Diana, ¿me ayudarías con Clary?-.
- Claro, Nick-. Posicionándose con ella en la parte delantera, guio sus pasos antes de comenzar el partido de entrenamiento mientras que dirigía algunas miradas rápidas hacia mi lado que intentaba esquivar.
- Ahora, Diana ¿podrías mostrarnos la forma de hacer un Ace? No te lo pediría si no lo hicieses tan bien-. Guiñándole un ojo, se posicionó a un lado para vernos.
- La forma correcta de hacerlo es así-. Posicionándose, levantó la raqueta y en cuanto la pelota comenzó a caer en caída libre, ella rápidamente no sólo conectó nuestras miradas sino que además logró hacer el punto sin vacilar en ningún momento.
Tal vez, en eso consistía el amor... En no vacilar en ningún momento pese a todos los obstáculos que uno podía encontrar en el camino.
¡Nuevo capítulo!
Sé que tardé mucho pero ya saben por qué motivo no pudo actualizar como se debe. Además, siento que con tanta presión estoy bloqueada y no quiero escribir cualquier cosa sin sentido. También, estuve triste con lo que pasó con el padrastro de Harry. Fue una sorpresa enterarse de su fatídica enfermedad y por eso, hago mención a ello un poco en la novela aunque no escribiré más allá de eso por respeto.
En fin, espero que les guste y que comenten algo porque siento que no les está gustando lo que escribo. ¿Ustedes qué se esperar para el final a partir de lo que viene pasando hasta el momento?
Por otro lado, tal vez suba la semana que viene el siguiente capítulo porque ya tengo la mitad avanzada así que es cuestión de esperar.
Pd: ¿Le gusta el kiwi?
Pd: Foto de Harry. Está hermoso como siempre.
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