Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30- Permíteme amarte, Diana.

Diana

Más que comer tenía ganas de salir corriendo en busca de Harry que se había ido de la casa horas atrás para no volver más pero mi madre se había empeñado en retenerme en la cocina para que desayunara antes de hacerlo. Suspirando, pinché con mi tenedor parte de mis Hotcakes que estaban empapados de miel silvestre y algo de frutas frescas que me harían bien según ella.

- Por favor, come-. Escuchando su voz, rodé los ojos en un intento de irritarla.- No lograrás mucho si no te alimentas bien. Por cierto, ¿ya has comenzando con los vómitos matutinos? -. Negando con la cabeza, siguió tomando su café recién hecho.- Deberíamos ir a un consultorio para ver cómo vas y de paso, pedir las recetas de lo que necesitas tomar durante el embarazo-. Levantándose, se acercó para abrazarme.- Todo estará bien. Además, no es como si fuese la primera vez en que estás embarazada-.

- ¿Embarazada? -. Cerrando mis ojos, traté de pensar las palabras más adecuadas para explicarle a Lux de lo que estaba pasando. Girando lentamente, miré su rostro alegre mientras soltaba la mano de Edward para que fuese con mi madre.

- Sí, vas a tener un hermano-. Sonriéndole, dejé de lado todo para que ella fuera feliz a pesar de todos los problemas que desde ayer me atacaban sin darme respiro.

- Un hermano... -. Con una sonrisa inocente en su rostro, se acercó para abrazarme.- Estoy contenta de que seas feliz con Harry-.

- Lux, el hijo no es de Harry sino de tu papá, de Jace-. Mordiéndome el labio, esperé que no hiciera más preguntas porque no creo que sea bueno explicarle en el quilombo en el cual estábamos metido por Erick.

- No importa de quién sea sino que me vas a dar otro hermano, ¿no?-. Yendo hacia Ed lo abrazó mientras él trataba de llevar algo de su comida a su boca y no tirar todo al suelo.- Y lo mejor de todo es que Ed podrá ayudarme-. Riéndome, me sentí feliz de que ella lo aceptara tan bien y no como su padre que hasta ahora como Harry habían huido. Si decían que las mujeres eran difíciles, los hombres subían un escalón más en las cosas que una mujer no podía comprender.

- Diana, he llamado a una compañera y te he conseguido un turno para que vayas a revisarte dentro de una hora y media-. Entrando, Araceli se acercó a sus sobrinos para darle un beso.- ¿Te acompaño o vas con Lizzy?-.

- Iré con ella sino te molesta-. Haciendo una mueca, bajé mi mirada para terminar mi desayuno.- Necesito hacer esto y tú me haces recordar constantemente a Jace que hasta ahora no ha hablado sobre esto-.

- Te entiendo y lo siento. Sabes que mi hermano es un poco tonto-. Rodando los ojos, negué con la cabeza pensando en que no tenía la culpa de las aptitudes del mismo.

- Si quieres ir, no tengo inconvenientes. Además, necesitaremos algo de ayuda con los niños-.

- Está bien, creo que podré ser niñera por un tiempo más pero cuando nazca el bebé, necesitaremos de una antes de volvernos locos-. Sonriéndome, salió de la cocina mientras mi mamá le preguntaba algunas cuestiones para cuidarme. Sí, estaba bastante preocupada y lo agradecía porque sin ella todo sería más difícil.

Harry

¿Cómo es posible que esté embarazada de Jace? Me pregunté, dando vueltas alrededor de mi antigua habitación en la casa de mi madre.

- Harry, ¿estás bien? -. Escuchando su voz, me dirigí a la única ventana que daba una vista panorámica del vecindario en la que había pasado gran parte de mi niñez.- No esperaba que vinieras aunque sé que estás preocupado por Gemma-. Sentándose en mi cama, no giré mi rostro hacia ella hasta que suspiró profundamente dándome a entender que se había rendido a mi silencio.- Si no quieres hablar, está bien-. Levantándose, se dirigió a la puerta pero sin darle tiempo a girar el picaporte, solté la noticia que tanto me había afectado.

- Mamá, Diana está embarazada y... es de Jace-. Fijando mi mirada a su rostro anonadado, esperé que pudiese decir algo pero pasaron varios segundos para esto.

- ¿Hablaste con ella? -.

- No, sólo salí de casa para no explotar delante de Jace que se regodeaba de que fuese su bebé-. Empujando mi cabello hacia atrás, me mantuve quieto por un momento.- ¿Qué debería hacer mamá? Esta noticia me rompió el corazón-.

- ¿Te has puesto a pensar en cómo se siente ella? Creo que no es fácil para una mujer estar embarazada y que tu novio te rechace por ello-. Haciendo una mueca, abrió la puerta.- Si la quieres, debes apoyarla y sino, habla con ella y vete antes de que tú rompas su corazón-

- Tal vez, sea lo mejor mamá-. Cerrando los ojos, pensé en qué hacer porque ambas opciones dolían aunque apartarme de ella, sería el final de todo.

*Una semana después*

Diana

- No entiendo por qué me traes aquí, mamá-. Cruzándome de brazos, miré la acogedora cabaña que se reflejaba sobre el vidrio de la ventana del auto como una fiel calcomanía.

- Es un lugar para te relajes, cariño-. Abriendo su puerta, salió para tomar la pequeña maleta que había preparado a las apuradas.- Seguramente, la pasarás genial.

- Pero parece deshabitada...-. Susurré, esperando que ella no me dejara sola.

- No te preocupes, la casa está protegida y hay varias personas que cuidarán la entrada y su perímetro una vez que me vaya-. Besando mi frente, sonrió antes de volver a su auto y partir rumbo a la ciudad.

- ¿Acaso todos se volvieron locos? -. Me pregunté, comenzando a subir los escalones para llegar a la puerta principal. Abriéndola, me encontré con una cálida decoración y una gran escalera dorada que llevaba hacia el segundo piso. Seguramente, los que alquilaban este lugar ganaban muy bien al rentarla y más, sabiendo que por dentro parecía una mansión.

- ¿Cómo estuvo el viaje? -. Escuchando su voz, dejé caer la valija al suelo mientras mi cuerpo se estremecía completamente.- Diana, ¿estás bien?-. Claro, ahora lo pregunta.

- ¿Qué haces aquí, Harry? ¿Acaso esto es una trampa de mal gusto? -. Girándome, traté de esquivar sus ojos llenos de remordimiento.- No puedo creer que Lizzy haya participado en esto cuando sabe lo que sufrí cuando...

- Sé que la he jodido y mucho pero el verdadero motivo de que estés aquí es para pedirte perdón-. Acercándose, retrocedí algunos pasos.- No te haré daño-.

- Hay otro tipo de daño y es el que tus palabras provocaron cuando te llamé hace unos días atrás-. Exhalando un poco de aire, traté de mantenerme firme para no saltar a sus brazos y llorar como lo venía haciendo todos estos días.- ¿Cómo pudiste pensar que te había ocultado mi estado cuando ni yo misma lo sospechaba? Además, ¡fue una fertilización in vitro! -. Con varias lágrimas a punto de aterrizar en la alfombra, giré mi cuerpo para no verlo directamente a su rostro sombrío de emociones.

- Fue un estúpido al pensar que ibas a hacer algo así pero Jace me explicó y puede comprender la situación completamente. Lo siento, Diana-. Susurró, acercándose un poco más hasta sentir su aliento en mi cuello.- ¿Acaso un tonto como yo no puede retractarse del daño que ha hecho? -.

- ¿En serio lo lamentas? -. Levantando mi mirada acuosa, permití que tomara mis manos tibias y sudorosas por el cálido roce de sus nudillos. Sí, con un solo toque lograba poner mi mundo al revés.- Porque si no será mejor que...

- Lo mejor será que te bese-. Acercándose, unió nuestros labios sedientos de algo más que de agua mortal. Cediendo poco a poco, me vi apresada por sus fuertes brazos y por el contorno imponente de su cuerpo apolíneo.- Permanecería así por toda la eternidad, si Dios me lo permitiera-. Sonriéndome tímidamente, se separó para recorrer mi rostro con sus dedos.- ¿Tienes hambre?-. Asintiendo, me dejé llevar por él hacia la cocina en la que nos esperaba un banquete dulce y natural ya que había frutas, crema batida y chocolate fundido para las frutillas que hacían que babeara anticipadamente.- Lizzy me dijo que has estado un poco irritante porque no conceden tus antojos así que rompí las reglas y compré lo que podría gustarte.

- Gracias-. -Dije, acercándome a sus labios para darle un pequeño y rápido beso.- Todo se ve tan delicioso-. Tomando una frutilla la llené de crema y la comí, sin importarme si Harry me mirase raro o no.- Esto es estar en el cielo-.

- Hay otras maneras más placenteras, cariño-. Riendo, tomó otra y la manchó de chocolate para comérsela lentamente. Sin apartar mi mirada de sus insinuaciones, tragué saliva pensando en que tal vez, podíamos llegar a tener algo de intimidad si es que él quería.

- ¿Coqueteas para llevarme a la cama? -. Pregunté, haciendo que sus ojos desprendieran destellos de sorpresa.- No hace falta tantos rodeos para llegar a algo que la otra persona también quiere-. Sonriéndome tímidamente, me alejé de la mesada para dirigirme hacia la puerta que comunicaba con la sala.- ¿Vienes? -. Riendo frente a su incredulidad, comencé a trotar para subir hacia el segundo piso y esconderme en una de las habitaciones que se encontraban disponibles para nosotros. Sintiendo los latidos de mi corazón chocar contra mi piel, traté de regularizar mi respiración para que este juego no acabara tan pronto pero ni bien logré hacerlo, ya tenía a Harry apresándome entre sus brazos.

- ¿Pensando en que ibas a escapar? -. Acercando su aliento a mi cuello, depositó sus labios húmedos para generar un hormigueo placentero que comenzaba a expandirse por todo mi cuerpo.- Quiero que me permitas amarte, Diana-. Bajando un poco más, llegó a mi clavícula y luego de dejar un leve mordisco que hizo quebrar mi voz y mi voluntad interna, levantó su mirada esperando que le diera mi consentimiento. Fue así que comenzamos a besarnos mientras las ropas iban cayendo a nuestro alrededor.- Hace mucho no sentía lo que ahora estoy sintiendo contigo-. Recostándome en la cama, recorrió con sus manos los contornos de mi cuerpo para presionar levemente en los espacios que me robaban más que un suspiro.- Quisiera tener todo el tiempo del mundo para recorrer cada parte de tu cuerpo pero como sólo tenemos unas horas, será mejor no atrasar lo inevitable.- Despojándonos de todo, apoyó gran parte de su peso en sus brazos que se encontraban a ambos lados de mi cabeza que no paraba de dar vueltas por el gran placer que recorría mis venas haciéndome presa de una pasión descontrolada.- Iré despacio, no te preocupes-. Acomodándose, sentí cómo iba uniendo nuestros cuerpos a través de su pene que se fundía en mi interior provocando que jadeara de sorpresa y de desesperación en el momento en que salía para volver a arremeter con un poco más de fuerza. Sin poder contenerme, me aferré a través de mis dedos a su espalda para no dejar que aquel cúmulo de sensaciones embriagadoras explotara en mis pulmones que comenzaban a pedir oxígeno debido a que me olvidaba cada cierto tiempo de cómo respirar por estar conectada solamente a las reacciones que esas sensaciones me producían al querer reclamarme como suya, como su mujer.- ¿Estás bien? -. Jadeando, besó mi mandíbula que dolía al no poder contenerme y gritar suavemente su nombre cada vez que mis piernas se entumecían y mi vientre quemaba por estar construyendo aquella escalera que me llevaría a tocar el cielo.- Me parece que más que bien-. Riendo, se dedicó a seguir manteniendo aquel vaivén tan delicioso y adictivo entre nuestros cuerpos sudorosos para que poco después, explotara repentinamente en un grito elevado entre sus brazos que se desplomaron una vez que él también logró liberarse.

- Esto es demasiado bueno para ser real-. Riendo, respiré lentamente para recuperarme pero poco duró la calma en cuanto lo sentí crecer nuevamente en mi interior. Gimiendo para mí misma, dejé que mi imaginación volara y tomé una decisión que en otras circunstancias no la hubiera tomada ya que comencé a moverme, creando más que fricción ya que su aliento comenzó a adormecer parte de mi cuello y de mis pechos que se encontraban muy receptivos a su saliva.- Si te molesta puedo parar-. Conteniéndome de moverme como una desquiciada, seguí manteniendo el ritmo hasta que mi vientre se contrajo varias veces haciendo que me moviera frenéticamente hasta lograr mi cometido. Fue de tal manera la liberación que logré arrastrarlo hasta el mismísimo infierno y de ahí, volver a ascender velozmente para sentir la contextura de las nubes y la frescura de las gotas que estaban suspendidas sobre ellas.

- Aunque no lo creas, es real-. Con su respiración alterada, besó mis labios entreabiertos para pasar los brazos y acariciar mi espalda mientras el sueño se apoderaba de nuestros cuerpos sudorosos.

- Te amo, Harry-. Susurré, besando su pecho caliente y suave-.

- Yo también te amo, Diana-. Con esas palabras, cerré mis ojos en tanto una sonrisa se dibujaba en mi rostro porque no sólo había recuperado a Harry sino que además, nos habíamos demostrado nuestro amor a través de esta unión carnal.

*Varias horas después*

Harry

- Diana... Diana... Diana -. Escuchando su voz, giré mi rostro para acercarme a sus labios y presionarlos con los míos mientras una cálida sensación en mi pecho se extendía hasta mis pies.

- Es lindo volver a escuchar mi nombre en tu boca-. Alejándome, me estiré dejando que parte de la sábana se corriera hacia abajo dejando mis pechos y mi vientre a la merced de su mirada verdosa.- Debemos volver, ¿no? -. Sin recibir una contestación de su parte, una de sus manos se posó en mi parte baja para extender sus dedos tibios y comenzar a repartir caricias tiernas.

- Aunque no sea mío, lo querré como a Ed y a Lux-. Regalándome una de sus miradas dulces, besó mi vientre antes de abandonar la habitación para que me cambiara ya que faltaba poco para que volviéremos a casa y pese a mis pocas ganas, era lo mejor para no levantar sospechas pero si habíamos desaparecido por unas horas, era para suponerse cualquier cosa como lo hizo mi papá cuando se enteró de mi embarazo. Sintiendo mis mejillas sonrojadas, negué con la cabeza y aparté esos pensamientos para salir a la sala donde Harry me esperaba mientras escribía algo para los chicos.

- Por cierto, mi hermana Gemma decidió volver a casa porque extrañaba mucho a los chicos y estará esperándonos con un gran pastel de chocolate para satisfacer tus antojos-. Abriendo uno de sus brazos, me llamó para que tomara asiento sobre sus piernas.- Está feliz de que tengas otro hijo y más, ahora que parece que será la encargada de que no te falte nada-. Rodando los ojos, me abrazó brevemente.- Creo que se obsesionó contigo-.

- ¡Harry! -. Exclamé, besando su cuello antes de acurrucarme sobre el mismo.- Tu hermana se merece lo mejor y si este embarazo hace que recobre algo del brillo que antes tenía en su mirada, dejaré que me haga engordar algunos kilos y llore conmigo en cuanto las hormonas asalten mi cerebro-.

- Creo que esto es peor de lo que pensé-. Golpeando levemente su costilla, escuché su queja fingida pero no se movió ni un milímetro de mi lado hasta que la bocina de un auto interrumpió nuestra calma.- Es hora de irnos, Diana-. Esperando que me levantara, tomó sus cosas y entrelazando nuestras manos, salimos hacia el exterior para encontrarnos con mi mamá que trataba de no sonreír al vernos nuevamente juntos y seguramente, sabía lo que había pasado allí así que debía prepararme para luego ser atosigada con cada una de sus preguntas.

- Muchas gracias por traerla, Lizzy-. Besando la mejilla de mi mamá, abrió la puerta delante para colocar nuestras cosas.- Sin ti, no nos hubiéramos reconciliado-.

- Me va bien en el trabajo de ser cupido, Harry-. Guiñándole un ojo, tomó mi brazo para alejarme un poco de él-. ¿Cómo te encuentras? -. Con una mirada de preocupación, observó mi rostro.- Lo que menos quiere es que pase algo malo contigo o el bebé-.

- Si me dieras menos sorpresas, estaré más que segura-. Tratando de no sonreír, volví al auto antes de escuchar sus reclamos aunque más tarde, tendría que hacerlo.

- ¿Todo bien? -. Preguntó Harry, desde la parte trasera del coche.- Parece que Lizzy está preocupada-.

- Sí, pero ya le dije que estoy bien y más, cuando te tengo conmigo-. Dándole un beso corto, abroché mi cinturón para acomodarme a su lado. Poco después, mientras viajábamos hacia nuestro destino mi madre hablaba animadamente con Harry y yo, por mi parte, observaba cada reacción y movimiento de que hacía  porque sin dudas, cada una de ellas lograba atraerme mucho más a él. Tenía suerte de tenerlo a mi lado por segunda vez, pensé.

- Diana, ¿estás escuchando? -. Saliendo de mis pensamientos, fruncí mi ceño a Harry que me miraba sin entender mi abstracción del mundo real.- ¿Has escuchado lo que Lizzy te preguntó? -.

- Lo siento, ¿de qué estaban hablando? -.

- De que podríamos pasar por una cafetería y comprar café para acompañar la torta que hizo Gemma, ¿no te parece?-. Estacionando, sólo asentí para acompañar a mi novio hacia ese lugar que estaba un poco abarrotado por la gente que hacía cola para pedir algo debido al frío que comenzaba a colarse por las partes descubiertas de mi abrigo.

- Debería haber traído algo más abrigado pero Lizzy me apuró un poco y no pude tomar nada-. Haciendo un puchero, abracé por un costado a Harry que reía por mi acción.

- Bueno, eso es algo que se puede solucionar-. Esperando que me diera su abrigo, me sorprendí al ver que no se movió para hacerlo y más, cuando un saco más grueso fue pasado por mis hombros dándome la protección que necesitaba. Girando mi rostro, quise abrir mi boca para decir algo pero Jace fue más rápido porque se retiró ni bien conecté mi mirada con la suya.

- Así como pienso cuidarte, él también tiene derecho a hacerlo por el bebé así que le envié un mensaje para que te trajera un abrigo. Espero que no te moleste-. Negando con mi cabeza, volví a mi posición anterior pensando en lo que había pasado porque sabía casi con certeza que Jace podía soportar la idea de que Harry estuviera a mi lado pero de ahí a que él ocupara su lugar paternal, primero muerto. Sin dudas, una nueva pelea comenzaría y ahora, por la paternidad que ambos querían ejercer a la misma vez. ¿En qué me he metido? Fue lo último que me pregunté antes de pedir la orden de mi café fracapucchino.

¡Nuevo capítulo! Espero que lo puedas disfrutar y ser generosos con un voto o comentario porque quiero saber sus reacciones.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro