Capítulo 28- ¿Qué culpa tiene Harry?
[Sin correcciones]
Diana
Cuando los rayos del sol se extendían a través del cielo y el reloj marcaba las doce del mediodía, el avión aterrizó suavemente sobre la pista londinense haciendo que ambos nos despertáramos abruptamente debido a que una hora atrás habíamos podido conciliar el sueño. Por su parte, Harry seguía muy nervioso y yo no sabía qué hacer a estas alturas.
- Todo estará bien, Harry-. Susurré, sabiendo que de antemano mis palabras no servirían para calmarlo pero tampoco podía ni quería quedarme de brazos cruzados al verlo tan vulnerable.- No olvides que estoy aquí-. Volví a repetir, sintiendo un gran nudo en la garganta al mirarlo directamente y encontrarme con sus pupilas embriagadas de dolor.
- Gracias por acompañarme... -. Susurró, tomando mi mano para bajar del avión que ya estaba siendo desalojado por las demás personas. Sin embargo, dos chicas nos esperaban al final de la escalera para sacarse una foto con él.
- ¿Estás seguro? -. Pregunté, acercándome a su oído para que ellas no me oyeran. Lo que menos quería era que se enteraran de lo que pasaba con su hermana. Era un tema delicado y había que mantenerlo lo más controlado posible.
- Sí, por favor toma la foto-. Me respondió, pasando sus brazos alrededor de sus hombros para regalarles la mejor sonrisa que tenía pero yo sabía que detrás de sus ojos momentáneamente teñidos de alegría simulada, el dolor se mantenía atrapado en el gran espacio que le brindaba todavía su corazón. Poco después, ellos intercambiaron palabras y mientras los veía interactuar, traté de mantener mis emociones controladas pero las lágrimas no aguardaron en salir cuando quedamos a solas por lo que lo abracé queriendo unir todas sus partes rotas.- Siento tanto que estés pasando por esto, Harry-. Levantando mi mirada, acaricié su rostro y sin pensarlo, me acerqué a sus labios para tratar de demostrarle mi amor, lo único bueno que hasta ahora había logrado salvarse luego de tanto tiempo.- Cuando todo este acabe, te diré algo muy importante que cambiará nuestras vidas para siempre-. Tal vez, no debía haber dicho aquello pero no podía seguir ocultándole tantas cosas y menos cuando podía perder a su hermana por culpa de Erick.- Sólo recuerda que quiero lo mejor para ti-. Volviendo a besarlo, sentí que sus brazos me envolvieron aislándonos momentáneamente hasta que su celular sonó.
- Sí, dime mamá-. Contestó, mientras nos dirigíamos a migraciones.- ¿Por qué la deben llevar al quirófano si...? Estaré allí pronto-. Con su mirada aún más perdida, entregó su pasaporte y aunque mis dedos trataron de darle calor, sus manos siguieron congeladas como cada una de sus expresiones.
- Bienvenidos a Londres-. Nos dijo una de las chicas que nos atendió antes de dejarnos ir por nuestro equipaje. Sin prestarle demasiada atención, guíe a Harry hacia un asiento y le pregunté qué había pasado.
- Mi hermana perdió a su bebé y ahora, su vida está pendiendo de un hilo-. Negando con la cabeza, trató de retener sus propias lágrimas pero cómo podría si una noticia como esa podía doblegar hasta la persona más desalmada.
- Entonces, no perdamos tiempo-. Tomando su mano y entrelazando nuestros dedos, lo llevé a recoger nuestras pertenencias para salir rápidamente de allí pero pese a no querer levantar sospechas de nuestro viaje, algunos paparazis se encontraban revoloteando a nuestro alrededor como buitres en una cacería.- Por favor, no es el momento oportuno.
- ¿Por qué no lo es? ¿Quién es usted? ¿Mantiene una relación con él? -. Fueron algunos de las preguntas que aturdieron mi mente mientras el taxi nos llevaba a la dirección que la madre de Harry le había pasado. Por suerte, logramos alejar a cualquier curioso en nuestro camino por lo que me sentía más tranquila al saber que Harry y sus allegados no sufrirían la presión de ellos o de cualquiera que sólo buscaba ganarse un minuto de fama.
Al llegar, pagué al taxista y luego de bajar las maletas, nos dirigimos hacia el piso donde se encontraban todos. Apretando los dedos de Harry al ver su desesperación creciendo a medida que pasaban los minutos, me infundí un poco de fortaleza para apoyarlo en todo momento.
- ¡Harry! -. Exclamó su madre, ni bien las puertas del ascensor se abrieron dejándonos a la vista de todos. Desviando mi mirada, reconocí algunas caras pero estaba el rostro de aquel chico joven que no lograba reconocer y que recién supe de quién se trataba cuando increpó a Harry cuanto se alejó de los brazos de Anne.
- ¡Es tu culpa! -. Gritó, llamando la atención de varias enfermeras que esperaron que los demás calmaran la situación antes de llamar a seguridad.- Si le hubieras dando el maldito CD a ese criminal, nada de esto hubiera pasado-. Empujándolo, hizo que Harry se tambaleara un poco.- No deberías estar aquí, asesino-. Susurró, lo suficientemente fuerte como para que me acercara a él y le diera una bofetada que resonó a través de la sala con un golpe seco.
- ¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Acaso te crees totalmente inocente? -. Pregunté, encolerizadamente.- Nunca te importó el hijo que llevaba en su vientre así no vengas con clases de moral ahora, ¿quieres? Porque quien estuvo cuando Gemma fue hospitalizada por primera vez o lloró desconsoladamente cada noche, fue Harry. Su hermano y no tú, que no tiene bien puesto los pantalones para asumir la responsabilidad que desde un principio tuviste con ella-. Tomando un poco de aire, quise seguir diciéndole un par de verdades que quizás no me correspondía decir pero al escuchar que alguien se movía apresuradamente hacia el pasillo, me paralicé al ver a Harry alejarse de aquella situación. Tratando de ir tras él, un apretón cálido me detuvo por lo que giré mi rostro para encontrarme con Anne que mantenía una mirada neutra en mi rostro contraído de enojo y dolor al no poder ayudar a su hijo.
- Tú, ¿quién te crees para hablarme así? ¿Acaso eres su protectora?-. Escuché que me decía pero toda mi atención estaba puesta en ella que no se inmutó frente a los gritos que él proliferaba en contra mía.
- Necesito hablar contigo, Diana-. Sin moverme un centímetro, suspiró pesadamente.- Robin se encargará de él, no te preocupes-. Asintiendo, dejé que ella me guiara hacia la cafetería mientras los demás sacaban de la sala a aquel chico que seguía molestando a los demás.- ¿Quieres té?-. Me preguntó, antes de tomar asiento. Asintiendo, dejé que fuese por dos tazas de esa infusión. Tal vez, lograría calmarme un poco si tomaba algo de ella.
- - Siento lo que pasó en la sala-. Susurré, luego de unos segundos.- Pero no fue justo que...
- ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones con Harry? -. Dijo, haciendo que mis palabras se borraran de mi boca de un sopetón.- La última vez que lo vi, pude reconocer en su mirada aquel brillo que tenía cuando estaba en pareja con Ana-. Si antes no sabía qué decir, ahora me encontraba con una gran laguna mental.- Lo que menos quiero es que ese brillo vuelva a apagarse porque nadie soportaría verlo hundirse otra vez y, menos ahora que su hermana está luchando por su vida. Tal vez, ella no llegue a... -.
- No, tu hija saldrá de esto-. Fue lo primero que respondí, ni bien logré pronunciar algo.- En cuanto a lo otro... Yo amo a su hijo y quiero lo mejor para él-. Mirándola con una mirada llena de emoción y de sinceridad, busqué que me creyera porque realmente decía la verdad. Poco después, ella sonrió y tomando mi mano agregó:
- Me alegra escuchar eso, Diana pero por favor, dale tiempo-. Recordando su huida, asentí con mi cabeza con cierto recelo.- Sólo estando solo podrá curar sus heridas.
- Está bien, trataré de seguir su consejo-. Sonriendo levemente, seguí tomando mi té con parsimonia.
- Por cierto, Ara iba a preparar unos bocadillos y quisiera saber si tú puedes ir a buscarlos porque si espero que los chicos lo hagan, estaré la mayor parte del día sin comer-. Rodando los ojos, hizo que por un momento la situación pareciera menos grave de lo que era.
- Iré por ellos, Anne-. Levantándome, me acerqué para abrazarla por un rato largo.- Todo estará bien, ten fe de que Gemma saldrá adelante-. Besando su mejilla, me alejé lentamente para buscar mi maleta y la de Harry para tomar un taxi y dirigirme hacia mi casa aunque tuviera más ganas de dejar todo e ir en busca de alguna pista de Harry para saber dónde se encontraba. Suspirando, busqué mi celular y le envié un mensaje.
- Espero que estés bien... -. Guardándolo, bajé del auto una vez que estacionó en la entrada en la que Marco me recibió amistosamente.- ¿Cómo estás?
- Estoy bien pero supongo que tú, no-. Encogiéndome de hombros, traté de restarle importancia aunque tuviese un agujero negro en medio de mi pecho.- No sé si alguien te envió un mensaje pero nadie está en la casa.
- Seguramente están ocupado y más, con todo lo que pasó-. Abriendo la puerta, dejé que entrara para dejar las valijas a un costado.- Muchas gracias, Marco-. Asintiendo con su cabeza, salió de la casa en cuanto me dirigí a la cocina para encontrarme con un panorama desolador y silencio debido a que varias bolsas estaban sobre la mesada.- Por esta razón, no llegaban los sándwiches-. Negando con la cabeza, hice una mueca para luego sacarme mi abrigo, limpiar las manos y ponerme manos a la obra para hacerlos y no matar de hambre a la familia de Harry. Prendiendo la radio, me dejé llevar por una melodía un poco triste mientras retiraba el papel film de una de las bandejas que contenía jamón crudo. Poco duró mis ganas de prepararlos ya que al sentir su olor, una oleada de náuseas me atacaron haciendo que abandonara mi tarea y corriera hacia el baño más cercano para terminar por expulsar el té que había tomado junto a Anne.
- ¿Diana? -. Escuché que alguien decía en cuanto logré abandonar el baño. Cerrando mis ojos momentáneamente, sentí el piso moverse.- Oye, no hace falta que prepares los bocadillos ya que los chicos me ayudaran y... -. Deteniéndose, se acercó y tomó mi mano que temblaba.- ¿Qué sucede? ¿Por qué estás pálida?
- No es nada, sólo que vomité-. Susurré, dejando que me guiara hacia una de las sillas de la cocina pero ni bien puede oler nuevamente ese olor, sentí mi estómago revolverse.- Por favor, saca el jamón crudo de aquí porque tengo náuseas-. Haciendo una leve presión sobre mi nariz traté de respirar por la boca mientras ella colocaba la bandeja en la heladera.
- No es normal que tengas náuseas por la comida, Diana-. Agregó, frunciendo el ceño.- Deberíamos hacerte un análisis para saber si estás bien o tienes algún problema con la alimentación porque...
- No te preocupes, creo que es por la situación que estamos pasando-. Haciendo una mueca, acomodé mis manos sobre la mesada y respiré varias veces para calmarme. Mientras tanto la mirada de Ara se mantenía sobre aquella pulsera que no dejaba de relucir sobre su muñeca derecha pero antes de que pudiera preguntar algo sobre su origen, los chicos entraron y quedaron paralizados al verla.
- Chicos... -. Susurró, pasando su mirada por cada uno de ellos y pese a que no se llevaban del todo bien, ellos se acercaron para darle un abrazo. Tal vez, compartiendo su dolor y desesperación por Gemma.- Todo estará bien, chicos-.
- Es lo que les dije pero siguen llorando como si fuesen críos-. Dijo Liam, cruzándose de brazos. Sonriendo, dejé que ellos siguieran hablando por un rato hasta que Ara les pidió que la ayudara para llevarle finalmente la comida a Anne.- ¿Y Harry? -. Preguntó, haciendo que me detuviera en mi nueva tarea de cortar algunos tomates.
- Bueno, no sabría decir dónde está pero...
- Aquí estoy-. Su voz quebrada inundó la sala y poco después, cada uno de los chicos se encontraba sobre él, abrazándolo y conteniéndolo por más que nuestro mundo pudiere venirse abajo en cualquier momento.- Necesito hablar contigo, Diana-. Sacándome de mis pensamientos, limpié mis manos y sin preocuparme por los demás, entrelacé nuestras manos para dejarme guiar por él hacia la sala.
Harry
- ¿Sucedió algo más? -. Me preguntó, una vez que nos habíamos acomodado en unos de los sillones. Negando con la cabeza, traté de pensar en cómo decírselo.- Me estás asustando, Harry-.
- No es nada malo, Diana-. Susurré, antes de levantar mi mirada y sonreírle tenuemente.- Sólo que quería decirte que te amo-. Anteriormente, con todo el peso sobre mis hombros no me di cuenta de que no se lo había dicho pero luego de lo que pasó en el hospital con la ex pareja de mi hermana y con la charla con mi madre, recordé su confesión.- Debería decírtelo más emocionado y con un ramo de flores como me lo había propuesto pero la situación es complicada-. Haciendo una mueca, levanté mi mano para acariciar su rostro.- No sé qué haría sino te tuviera aquí, Diana-. Acercándose poco a poco, besó con lentitud mis labios para luego ir profundizando en el hasta que nuestros pulmones rogaron oxígeno.- Quiero preguntarte algo pero...
- Dime, esta vez no huiré de ti-. Susurró, con una cálida sonrisa.- Creo que me he vuelto un poco adicta a ti, Harry-. Acomodándose sobre mi cuello, acarició lentamente mi brazo dándome algo de confianza.
- Bueno... ¿Quieres ser mi novia, Diana? -. Pregunté, esperando su negativa ya que se tomó un tiempo para pensarlo.
- Sí, quiero serlo-. Respondí, volviendo a juntar nuestros labios por unos segundos antes de que un ruido metálico nos hizo sobresaltar. Girándonos hacia la puerta de entrada, nos encontramos con Jace y con una expresión bastante aterradora porque sabía que estaba muriendo de rabia y celos al verme junto a Diana.
- Jace... -. Dijo ella, tensándome a mi lado.
- ¿Cómo estás? -. Le pregunté, esperando que la situación se apaciguara.
- Siento que tu hermana esté pasando por todo esto, Harry-. Dirigiendo una mirada rápido hacia mi rostro, volvió a prestar atención a mi reciente novia.- Si no te molesta, quisiera hablar con Diana.
- Claro, no tengo problemas con ello. Iré a ducharme para luego ir nuevamente al hospital-. Levantándome, apreté levemente la mano de ella para alejarme de ellos. Quizás, irme no fue la mejor opción pero tampoco buscaba otro conflicto más cuando con sentirme culpable era suficiente.
Diana
- Así que estás con él, ahora-. Afirmó, dejando que entrara al despacho y me sentara en una las sillas frente a su escritorio.
- Sí, ya me pidió que sea su novia oficialmente-. Bajando mi mirada, traté de huir de la suya que denotaba dolor.
- Vaya que es rápido, ¿no? -. Con ironía en sus palabras, se recostó sobre su asiento.- Cuando menos me lo espere, te dejará embarazada.
- ¿Qué estás tratando de decir? -. Pregunté, comenzando a enojarme.
- Nada en particular. Sólo es una opinión-. Rodando sus ojos, tomó su computadora para prenderla.
- Sé que estás enojado pero ya no puedo estar más alejada de él cuando Erick causó que...-.
- No me vengas con excusas, ¿quieres?-. Sin apartar la mirada de su ordenador, siguió atacándome con lo que más me dolía.- Desde que entró nuevamente a tu vida quisiste tenerlo para ti, sin importarte lo demás.
- Nunca te mentí sobre mis sentimientos y menos, hacia él-. Levantándose, caminé hacia la puerta para abrirla.- Y si tus celos no te dejan ver la verdad, no es mi problema.
- Vuelve aquí, ¿quieres? No quiero protagonizar otro escándalo-. Siseó, con su rostro contraído de furia creciente.
- ¿Otro escándalo? Creo que te gusta ser parte de él pero no caeré en tus juegos, Jace-. Cerrando la puerta fuertemente, me alejé un poco para calmar mi respiración y cuando quise ir en busca de Harry, Ara me detuvo.
- ¿Qué pasó? Desde la cocina se escuchan sus voces-. Con su ceño fruncido, me dirigió una mirada cargada de preocupación.
- Jace está celoso y no supo controlar su temperamento luego de que me viera junto a Harry-. Con mis manos temblorosas, empujé mi cabello hacia atrás.
- Hablaré con él pero tú, debes ir a acostarte un rato antes de que termines desmayándote de tanta presión-. Apretando uno de mis hombros suavemente, entró al despacho de su hermano.
- Esto recién comienza-. Me dije, caminando hacia mi habitación para acatar su orden.
Ara
- ¿Acaso te volviste loco? -. Pregunté, acercándome a él.
- No quiero hablar contigo, Ara-. Tomando un vaso de Wiski, lo llenó de ese líquido para hacerlo pasar rápidamente por su garganta.
- Lamentablemente, no me iré de aquí hasta que hablemos-. Sentándome, esperé que también lo hiciera. Sabiendo que había sido derrotado por mi insistencia, se sentó y esperó que hablara.- Actuaste muy mal con ella cuando sabes que lo único que está haciendo es apoyar a Harry.
- ¿Y para eso debe aceptar ser su novia?
- ¿Su novia? -. Vaya, eso no me esperaba pensé.- Creo que eso no es asunto nuestro, ¿no crees?-.
- Claro que lo es y más, cuando la situación se va complicando cada vez más-. Haciendo una mueca, giró su computadora para mostrarme unos archivos.- Ella nos lo vio pero temo por su seguridad y más, ahora que está con Harry. Es un blanco perfecto para Erick y si piensas que lo de Gemma es trágico, pueden suceder cosas peores-. Sin escuchar la mayoría de sus palabras, quedé paralizada al ver una foto en la que aparecía la misma pulsera que tenía Diana en su muñeca.
- ¿Qué significa esta pulsera? -. Pregunté, sintiendo que mi rostro iba perdiendo color.
- Es de la clínica "Lewis & Hyde" y lo usaban las mujeres que realizaban algún tratamiento de fertilidad o fecundación in vitro-. Encogiéndose de hombros, le restó importancia pero yo no lo hice lo mismo y menos, al tener a metros a una persona que tenía una de ellas.
- ¿Todavía sigue en funcionamiento?
- No, fue desbaratada en cuanto Erick hizo de las suyas junto a una doctora de apellido West. En fin, no es que sume mucho al caso cuando no tenemos pistas ni de lo anterior-.
- Claro. -. Fue lo único que dije, tratando de mantenerme tranquila.- Iré a terminar lo que estaba haciendo-. Levantándome, salí de aquel lugar que me estaba asfixiando. Poco después, recibí una llamada de Lizzy que confirmó mis sospechas al sentirla extraña y más, al preguntar constantemente por cómo sentía su hija. Sin embargo, la mejor manera de confirmarlo era haciéndome un análisis de sangre y lo haría, por más que se negara.
*Dos horas después.*
Mientras preparaba una tarta de manzana, ella apareció en la cocina luego de que se diera un baño debido al cansancio que se acumulaba en sus ojeras un poco menos evidentes.
- ¿Es tarta de manzana? -. Preguntó, con una sonrisa. Sentándose, miró con cierta fascinación cómo la colocaba en el horno para que se cocinara.
- Hice dos pero sólo te daré una porción si me dejas extraer un poco de sangre para unos análisis de rutina, Diana-. Sacando una rebanada de un recipiente que había guardado en la heladera, traté de accediera con su reciente antojo.
- Está bien, tú ganas-. Dijo, esperando que se la entregara. Poco después, al realizar la extracción pude quedarme tranquila de que pronto sabría los resultados.
- ¡Diana! ¡Chicos! -. Exclamó Harry desde la sala, haciendo que nos sobresaltáramos.
- ¿Qué sucede? -. Preguntó Diana, cuando llegó a su lado.
- Pasó algo grandioso, ¡Gemma despertó! -. Abrazándola, giró un poco con su cuerpo haciendo que sonriera inconscientemente ya que me hacían recordar a Jace y a su esposa, Hea cuando todavía estaban juntos.- Iré al hospital, ¿quieres venir conmigo?-. Le preguntó a ella, mientras los chicos se mantenían al margen con una sonrisa en sus labios.
- Claro, busco mi bolso y vamos-.
Así fue que la casa quedó vacía cuando tomé mi auto para ir a analizar su sangre. Con cierta desesperación, seguí los pasos correspondientes para obtener el resultado que cambiaría la vida de muchos y más, cuando este diera positivo.
¡Nuevo capítulo!
Si bien no soy de subir capítulos tan seguidos pero este es muy especial porque se lo dedicaré a una de mis lectoras.
Luego de todos participaran en la elaboración del video, pude acercarme mucho más a ustedes y especial a Pamela [al fin sé tu nombre] que está cumpliendo años. ¡Feliz cumpleaños!
Como te he dicho anteriormente en un mensaje privado, espero que pases un lindo día y todos tus deseos se cumplan. Saludos desde Argentina y éxito en todo lo que emprendas.
Pd: Te dejo esta foto como regalo. [Esta foto me sigue haciendo daño al verlo tan lindo como siempre.]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro