Capítulo 24- Mis padres y yo.
[Sin correcciones]
Jace
- ¿Cómo se encuentra Diana? -. Fue lo primero que pregunté cuando su guardaespaldas se comunicó conmigo luego de lo sucedido.- ¿No te he dicho de que la protegieras en todo momento?-. Furioso, caminé alrededor de mi despacho sin saber qué hacer para no ser tan impulsivo y tomar el primer avión que me llevara hacia Argentina.- Quiero hablar con ella, ahora-. Sin una pizca de amabilidad, ordené que la pusiera al teléfono.
- ¿Jace? - Escuchando su voz aterciopelada, traté de no gritarle por su imprudencia al arriesgar su vida por su madre.
- ¿Estás bien? No puedo creer que...
- Ya sé que me dirás que fue imprudente pero debes entender que el motivo que me llevó a hacerlo es más que justificado. No quería que él jodiera su vida otra vez.
- No niego que fuiste valiente pero ¡fue peligroso! ¿Qué hubiera pasado si él las atacaba? ¿Cómo te hubieras defendido?
- Él solo buscaba los archivos que estaban en mi computadora. Los que tú le pasaste a...
- Sí, ya está solucionado ese tema. Sin embargo, lo que no entiendo es cómo supo que mandé ese email con la información que buscaba.
- No lo sé, deberías investigar porque podemos seguir en peligro.
- Lo mejor que puedes hacer es volver, Diana.
- Lo sé, lo haré en cuanto pueda-. Suspirando, dejó que el silencio nos envolviera-. Debo irme, mi madre está siendo atendida por un doctor y quiero ver qué le ha recetado para su crisis nerviosa.
- ¿Ha pasado algo más que quieras contarme? -. Frunciendo el ceño, esperé que ella no haya cometido alguna estupidez.
- No, nada nuevo-. Cortando, pensé en la situación y luego, llamé a Luke.
- ¿Para qué soy bueno? -. Dijo, mi hermano sentándose en una de las sillas que se encontraban frente a mi escritorio.
- El ex padre de Ana ha entrado a su departamento y se ha llevado una copia de los archivos que, por suerte, el guardaespaldas bloqueó en su mayoría luego de que los leyera así que necesito que me averigües, ¿cómo ha sucedido esto? Tal vez, se infiltró algo por la computadora o...
- ¿Y si lo que está provocando esto está más cerca de lo que pensamos?-. Levantándose, me hizo una señal para que comenzara a revisar el lugar. Poco después, me encontré con algo que me hizo replantear mi poco cuidado frente a estos aparatos tan modernos.- Me parece que deberás llamar a alguien que se encargue de "esto" antes de que sea demasiado tarde-. Haciendo una mueca, lo tomó entre sus manos para analizarlo.
- Ya lo es... -. Susurré, pensando en que Harry estaba en peligro ya que llevaba otra copia libre de ellos y sin dudas, irían tras él para obtenerlo.
Diana
- ¿Cómo se encuentra Lizzy?-. Pregunté, cuando vi que mi papá salía junto a uno de los médicos que nos atendió luego de que Mark, mi guardaespaldas, llamara a su lugar de trabajo.
- Creo que bien pero no dejaba de decir algunas cosas absurdas-. Haciendo una mueca, me dejó pensando en ello mientras él acompañaba a la puerta al doctor. Minutos después, volvió y me abrazó.- Está muy alterada y ella piensa que...
- ¿Qué soy su hija? -. Tragando saliva, sentí una corriente de nervios pasar por mi débil estómago por lo que sin esperar una respuesta de su parte, salí corriendo hacia el baño para vomitar lo poco que había logrado comer durante ese tiempo.
- Lo siento, no debí recordarte todo lo que pasó-. Acercándose, me dio un vaso de agua para que limpiara mi boca y segundos después, ambos nos sentamos en el borde de mi cama ya que los niños, pese al susto, estaban nuevamente durmiendo plácidamente.- Ella no entiende que tú no eres...
- Nick, lo que dice Lizzy es verdad-. Levantando mi mirada, observé su rostro incrédulo y pálido.- Sé que sonará loco y poco creíble pero soy Ana.
- Aprecio que quieras borrar el sabor amargo que Erick nos dejó pero no hace falta que mientas, Diana-. Con un deje de decepción en su rostro, se levantó de mi lado para caminar hacia la puerta pero no podía dejarlo ir sin convencerlo de mis palabras ahora que tenía las agallas para decírselo.
- ¿Te acuerdas cuando Erick me echó de casa? -. Poniéndome de pie, comencé a acercarme para que pudiera ver a través de mis ojos que decía la verdad.- Yo no sabía qué hacer pero tú llegaste y mirándome directamente a los ojos, me dijiste... "No te preocupes Ana, todo va a estar bien." Y pese a mi poco optimismo, asentí para largarme de allí y nunca más volver. Poco después, nos mudamos a tu casa y con el poco dinero que tenías ahorrado, me inscribiste en uno de los torneos nacionales para que yo cumpliera mis sueños. ¿Cómo podría olvidarme de la primera medalla que gané y de tu rostro iluminado al verme triunfar?
- ¿Cómo sabes todo eso, Diana? -. Susurró, conteniendo sus lágrimas.
- Porque yo soy Ana y debes creerme... papá.-. Dije sintiendo un nudo en la garganta-. No puedo darte todos los detalles de cómo llegué a ser lo que soy pero cuando se haga el juicio en contra de Erick, todo saldrá a relucir y mi verdadera identidad será debelada a todos. Sin embargo, no pude esperar más tiempo al ver a mamá golpeada por ese idiota y por eso le he dicho la verdad.
- No... Esto no puede ser posible-. Susurró, antes de perder la estabilidad y caer de rodillas al suelo. Así permaneció hasta que levantó su mirada, mostrando cómo su dolor se estaba mezclado con algún sentimiento desconocido para mí.- Estuvimos ciegos como cuanto te perdimos aquel día en que...
- Ya, no es momento de volver al pasado-. Le dije, para arrodillarme a su lado y limpiar su rostro surcado de lágrimas.- Estoy de nuevo aquí y es lo que importa, papá-. Besando su mejilla, lo abracé para dejarme llevar por todo lo que se arremolinaba en mi interior.
- Ana, hija...-. Susurró, abrazándome con todas su fuerzas.- ¡No lo puedo creer! -. Riendo, recorrió con sus manos mi rostro lleno de alegría pese a las magulladuras que tenía.- Nunca nos vuelvas a dejar porque esto es peor que estar eternamente en el infierno.
- Está bien, no lo haré nuevamente, papá-. Así, seguimos conversando mientras la noche iba desgastando en cada hora la oscuridad que envolvía a toda la ciudad. - ¿No es momento de que vayas a dormir con mamá?-. Bostezando, seguí junto a él que no dejaba de sostenerme entre sus brazos como si fuera a escaparme.
- No quiero despertarme de este sueño, Ana-. Haciendo una mueca, suspiró pesadamente.- No sabes lo difícil que fue no tenerte a mi lado todo este tiempo. Se sentía como tener abierto un agujero en el medio del pecho que quemaba cada mañana al recordar que habías partido junto a otro ser que había comenzando a amar.- Girando su rostro, tomó la mano de su reciente nieto, Ed-. Pero aquí estamos, juntos al fin-. Besando su frente, se levantó e hice lo mismo.- Te dejaré descansar antes de que tu madre te robe la otra parte del día para ponerse al tanto de todo lo que me has contado. Te quiero, hija-. Volviendo a sentir sus brazos alrededor de mi cansado cuerpo, lo dejé partir no sin antes decirle otra vez "papá" porque lo es y no había nadie en este mundo que pudiera cambiar lo feliz que me sentía al poder llamarlo así.
Lizzy
- ¿Nick? -. Lo llamé antes de darme la vuelta entre sus brazos y observar su rostro apolíneo.- ¿Qué más puedo pedir a la vida? -. Susurré, recordar las palabras de Diana.- Al fin, te tengo a ti y a nuestra hija como siempre deseé desde que ella partió-. Dejando que una lágrima abandonara mi rostro, pensé en cómo decírselo. ¿Debía ser tan directa o dejar que lo averiguara por su cuenta? Tal vez, nuestra hija pueda hablar con él como para no generar más confusión y así...
- ¿En qué piensas, cariño? -. Susurró, haciendo que abandonara mis pensamientos acerca de lo que haría ese día.- Te ves hermosa -. Levantando su mano, recorrió los contornos de mi cara, memorizando cada parte a través de sus yemas para luego detenerse en mis labios que se encontraban algo sensibles.- Esto no me detendrá para darte los buenos días-. Sonriéndome, posó suavemente sus labios sobre los míos para borrar cualquier deje de preocupación. Sonriendo en medio de su beso, él se alejó para ofrecer una mirada cargada de emoción y vida, algo que hace mucho no veía. ¿Acaso...?-. He hablado con Diana y... -. Mordiendo su labio, aguardó unos segundos haciendo que me pusiera más ansiosa de lo que estaba.- ¡Es nuestra hija! -. Exclamó, explotando de felicidad y regocijo puro.
- Yo también siento que la felicidad hará que mi corazón explote porque es algo tan irreal, tan difícil de creer-. Confesé, correspondiendo a cada una las emociones reflejadas a través de sus pupilas.
- Sí, pero a través de unos recuerdos logró convencerme-. Tomando mi mano, se levantó de la cama.- ¿Me acompañas a su habitación? Quisiera verla a ella y a nuestro nieto, por más que estén durmiendo.
- Será nuestra primera actuación como padres así que debemos hacerlo bien-. Sin poner alguna objeción, dejé que me llevara entre sus brazos hacia su habitación y cuando llegamos, silenciosamente, abrimos la puerta para espiarlos.- Se ven tan lindos.
- A falta de un nieto, parece que tenemos dos-. Dijo, observando cómo ella acurrucaba a su lado protectoramente no solo a Ed sino que también a Lux, la hija de su ex novio.
- Es una lástima que la relación con Jace no haya prosperado pero ahora entiendo por qué-. Agregué en voz alta por más que el pensamiento era para mí misma.
- Por Harry... -. Rodando los ojos, Nick negó con la cabeza demostrando así su "fingida" molestia porque sabía que pese a todo lo que había pasado, él aceptaría a Harry si nuestra hija es feliz a su lado y de eso, no tengo ninguna duda.
Segundos después, nuestro primer momento como padres de Ana fue interrumpido por una corta melodía.- En su celular, Nick-. Susurré, para que él se acercara a la mesita de luz y lo tomara antes de que la misma los despertara.- Hablando del Rey de Roma.- Sonriendo, esperé que él leyera el mensaje que Harry le había mandando a ella.
- Parece que Harry viene para acá.
- Eso es... ¡muy bueno!-. Exclamé, haciendo un pequeño baile de victoria.
- ¿Y eso? -. Levantando una ceja, denotó algo de sorpresa por mis acciones.
- ¿Acaso no te das cuenta de lo que eso significa?-. Con cierta incredulidad en mi mirada, pensé en que él era demasiado lento a veces como para no darse cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor- Hace poco, Harry le dijo a nuestra hija que la quería pero ella lo rechazó así que con esto demuestra que no solo está enamorado sino que viene a conquistarla.
- ¿Debería intervenir como su nuevo padre? -.
- No, es mejor que dejes que ellos arreglen sus diferencias y, con mucha suerte, terminarán juntos. Además, no estaría mal un nieto más, ¿no?-. Guiñándole un ojo, logré convencerlo a duras penas porque sabía que él siempre fue sobreprotector con ella desde que era su tío y ahora, como padre los roles han cambiado y lo anterior, también. - Prométeme, que no intervendrás si ambos deciden estar en pareja.
- ¿Y por qué intenvendría, Lizzy? -. Preguntó, fingiendo algo de inocencia.
- Porque te conozco y no quiero que Ana siga sufriendo cuando puede estar con él y ser feliz.
- Tienes razón, lo importante es su felicidad-. Sonriéndome, nos alejamos de allí para arreglar la casa y esperar la llegada de Harry que seguramente no tardaría mucho.- Oye, ¿no deberías despertarla? Digo, supongo que querrá verse bien cuando lo vea.
- No había pensando eso pero estás en lo correcto-. Caminando lentamente a su habitación, abrí la puerta nuevamente y entré para acercarme a su cama. Sacando algunos mechones de su cara, la observé por un momento hasta que decidí llamarla.- Ana... Ana, despierta-. Susurré, con una sonrisa en mi rostro al poder hacerlo como lo que soy, soy madre.
- ¿Mamá? -. Me dijo, haciendo que mi corazón latiera más rápido.- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar descansando?
- Ya he descansado mucho, hija. Y tú, ¿estás bien?
- Sí, un poco desvelada por papá pero bien-. Bostezando, se sentó en el borde de la cama y me abrazó.- Me alegra saber que lo han tomado tan bien pero no que esto se mantenga en secreto entre nosotros hasta que el juicio llegue.
- Es lo de menos, pronto llegará ese día como Harry-. Riendo, presté atención a su reacción de sorpresa.
- ¿Qué tienes que ver Harry en todo esto?
- Él está viniendo hacia aquí y yo pensé que...
- ¿Harry viene para acá?-. Levantándose, atropelló algunas cosas hasta llegar al baño haciendo que no pudiera contener la risa. ¿No podía llamar a esa desesperación amor?-. No me causa risa, mamá. ¿Acaso está mal que me preocupe por mi aspecto? No estoy haciendo nada especial por él pero...
- Deja de negar lo que sientes por él porque se te nota hasta en los poros de tu piel que sigues enamorada.
- ¿Crees que Harry lo ha notado? -. Preguntó, arreglándose el cabello y cepillándose sus dientes a la vez. Claro, no podía hacer una cosa primero y luego otra aunque todo esto estaba justificado si pensábamos en que se encontraría con el amor de su vida en cuestión de segundos.
- No lo creo, sabes que los hombres son un poco lentos en ese sentido-. Riendo nuevamente, busqué algún atuendo que la hiciera ver arreglada pero a la vez sencilla.- Toma, esto te quedará bien.
- ¿Debería preocuparme tu descaro al querer arrojarme prácticamente a los brazos de Harry?
- No, solo cumplo mi papel de futura abuela-. Guiñándole un ojo, caminé hacia el pasillo.- Por cierto, ¡quiero dos nietos más!
- ¡Mamá! -. Escuché que dijo antes de que me alejara definitivamente de su lado para ir en busca de mi esposo que terminaba de preparar la mesa para desayunar.
Unos minutos después.
Harry
- ¿Cuánto es? -. Pregunté, una vez que me encontraba en el edificio donde Diana vivía.
- No te preocupes, muchacho. Me pagó la agencia para que te transportara hasta aquí-. Dijo el chofer bajando mi maleta.- Buena suerte.
- Es lo que necesito-. Susurré, antes de entrar al hall y saludar a un chico de seguridad que me guió hasta el piso en que ella se encontraba.- Gracias.- Una vez que él se alejó, aguardé unos segundos antes de tocar el timbre. Me sentí muy nervioso porque la tendría nuevamente tan cerca mío y eso hacía que sintiera una extraña sensación de cosquillas en mi estómago. Abriéndose la puerta, levanté mi mirada para encontrarme con Nick por lo que mi sonrisa decayó al saber que no estaríamos tan solos como imaginé.- Hola, ¿todo bien?-. Saludándolo, entré a la sala y luego de una corta conversación con él, me invitó al comedor donde desayunaríamos. Por el momento, no había rastros de Diana y eso bajaba considerablemente mi ánimo.
- Hola, ¿cómo estás? -. Me dijo Lizzy, abrazándome. Sin embargo, me mantuve estático al ver el hematoma que tenía cerca de su boca.- Más tarde, te contaré el motivo de este golpe pero ahora, siéntate. Asintiendo con la cabeza, la obedecí y me mantuve intrigado al ver que ambos tenían un aura de felicidad rebosante que hacía que el ambiente también se sintiera así por lo que cuando quise preguntar a qué se debía su felicidad, su voz hizo que me olvidara hasta de mi nombre. ¿Puedo ser más estúpido?
- Diana... -. Susurré, apesadumbrado y furioso por ver el mismo golpe que tenía Lizzy en su rostro.- ¿Qué te ha sucedido?
- Ya te lo contaré, no te preocupes-. Haciendo una mueca, me abrazó haciendo que mi mundo se colapsara frente a todos.- Lo importante es que estamos bien.
- No, lo importante es que tú estés bien-. Susurré, antes de observarla y besar su mejilla.
- Será mejor que nos sentemos. No hagamos esperar a mis... Digo, a Nick y Lizzy.- Riendo nerviosamente, tomó mi mano para guiarme a mi lugar.
- Seguro que tienen que ponerse al día, chicos así que no nos molesta que quiera estar solos-. Sonriendo, Lizzy dirigió su mirada a Diana que bajó su mirada para ocultar sus mejillas teñidas de rojo. ¿Qué es lo que realmente quiso decir ella?
- Lizzy, Harry y yo somos amigos-. Aquella declaración, rompió mi corazón pero a su vez hizo que recordara el verdadero motivo por el cual había viajado y eso, no implicaba darme por vencido si es que quería conquistarla.
- Por el momento... -. Susurré, dejando que cada uno sacara sus propias conclusiones.
Y así fue, ya que Lizzy denotaba la tensión sexual que comenzaba a crecer entre ambos. Tal vez, era cuestión de días para que ambos se dieran cuenta de que debían dejar lado su orgullo para sumerguirse en lo que realmente importaba pero si ellos seguían en el plan de "jugar al gato y al ratón", ella intervendría pese a lo que pudiera pensar su marido.
Jace
- Ya los han desactivado, hermano-. Me dijo Luke, cuando despidió al último de los chicos que quedaba del servicio técnico.- Y por suerte, el que se encargó de ponerlos, fue tan estúpido que dejó sus huellas en ellos así que el lunes, tendremos los resultados.
- Eso es bueno porque no puedo esperar la hora de poner las manos sobre el cuello de la persona que hizo esto. ¡Puso en riesgo la vida de Diana!-. Exclamé, sintiéndome lastimado.
- ¿Quién puso en riesgo la vida de Diana?-. Girando mi rostro, me encontré con mi hermana y los chicos que ingresaban a la casa junto a ella.
- No lo saben todavía pero lo sabremos pronto-. Susurré, antes de perderme en mis pensamientos y en la preocupación constante de saber que Diana estaba siendo acechada por su padre y por otro lado, por el amor de Harry. No sabía cuál de los dos representaba más peligro pero ambos hacían que mi corazón sangrara de dolor.
Mientras Jace se mantenía desconectado del mundo real, Zayn se removía inquieto en el sillón porque sabía que pronto iba a ser descubierto.
¡Nuevo capítulo!
Espero que les guste y que puedan votar o comentar.
Pd: Foto de Ana y su papá, Nick.
Ana
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro