Capítulo 23- Soy tu hija, Lizzy.
[Sin correcciones.]
Diana
*Una semana después.*
- ¡Qué calor! -. Exclamé, prendiendo el aire acondicionado. Sí, era difícil acostumbrarse de un día para otro al calor cuando en Londres se congelaban del frío.- Creo que no fue una buena opción venir aquí, ¿no? -. Le pregunté a Ed que jugaba con sus juguetes.- En fin, ya estamos aquí y hay que seguir con nuestras vidas-.Me respondí, comenzando a colocar unos cuadros decorativos sobre la pared de la cocina ya que estaba desprovisto de cualquier decoración y eso, no me gustaba. Poco después, cuando el reloj marcó las doce del mediodía, hice una ensalada con los vegetales que todavía quedaban en la heladera y cuando mi guardaespaldas llamó a la puerta, le ofrecí generosamente una porción. No podía dejar que se desmayara por más que fuera una petición de Jace que estuviera a sol y a sombra conmigo en todo momento.
- Gracias, estoy muy famélico-. Dijo, comiendo silenciosamente el almuerzo-. Linda decoración.
- Es lo mejor que pude hacer-. Encogiéndome de hombros, seguí dándole de comer a Ed que no lo dejaba de mirar.- Parece que alguien está interesado en ti.
- Me sucede con la mayoría de los niños pequeños-. Sonriéndonos, hizo una mueca graciosa que logró hacer reír a Ed.- Ojalá, que suceda lo mismo con mi hijo.
- ¿Con tu hijo?-. Pregunté, un poco más interesada en su vida que de costumbre.
- Sí, mi esposa está esperando nuestro primer hijo y será un varón-. Con demasiado amor y orgullo, sus palabras reflejaron lo feliz que era con saber aquello.
- ¡Felicidades! -. Fue lo único que pude decir antes de que el ruido de su celular interrumpiera nuestra menuda conversación.
- Es Jace-. Haciendo una mueca, se alejó de la cocina para poder hablar cómodamente.
- ¿Qué te parece Ed? ¡Jace no lo deja ni comer! -. Suspirando pesadamente, pensé en que Jace estaba propasándose con este pobre hombre y esto no quedaría así.
- Está bien, en cuanto pueda revisaré esos archivos-. Acercándose, abrió su computadora. Poco después, estaba navegando por su correo electrónico en busca de algo.- No, lamentablemente este archivo no es compatible con el tipo de software que tengo así que...
- Creo que la mía servirá-. Dije, interrumpiéndole.
- Diana me prestará la suya, Jace-. Dando el "ok", fui a buscarla y se la entregué.- Bien, más tarde te llamo, adiós-. Colgando, dejó su conversación telefónica con él y se hundió en la información que él le había pasado por lo que lo dejé en paz para que pudiera trabajar. Mientras tanto, llevaría a Ed a nuestro dormitorio para que durmiera su siesta pero lo que no tenía previsto es que también quedara dormido junto a él luego de estar toda la mañana ocupada con la decoración de mi nuevo departamento.
*Varias horas después*
Cuando desperté, el silencio de mi nuevo hogar me indicó que solamente estábamos Ed y yo por lo que sin preocuparme de mi apariencia, fui hacia la cocina para tomar algo de agua ya que mi garganta estaba seca. Poco después, aproveché a darme una ducha y ya, más animada, desperté a Ed para que jugáramos un poco y tomáramos nuestra merienda. En un momento dado, de todo el ajetreo que era cuidar a mi hijo, el timbre resonó en la casa haciéndome saber que nuestro tiempo de madre e hijo había acabada. ¿Será él? Me pregunté, mientras caminaba hacia la puerta pero cuando la abrí, la sorpresa fue mayor.
- ¿Lizzy? -. Pronunciando su nombre con asombro, me dejé abrazar por ella y luego por Nick que traía entre sus brazos a la hija de Jace.- ¿Lux? -. Besando su frente, ella abrió lentamente sus ojos para sonreír.
- ¡Mamá! -. Exclamó, antes de bajarse y abrazarme.- Te extraño un montón así que he decidido venir con los abuelos para estar contigo y Ed.
- Me alegra saber que hayas venido y que te quedarás con nosotros-. Fue lo último que le dije para dejarlos pasar a la pequeña y modesta sala de estar.- ¿Les sirvo algo de café? -. Acomodando sus maletas en la única habitación que quedaba disponible, traté de atenderlos de la mejor manera-. Además, he hecho "summer pudding".
- Si me lo hubiera dicho cuando Lizzy te llamó, la hubiera convencido antes para que viniéramos-. Guiñándome un ojo, Nick abrazó a mi madre que no dejaba de sonreír y de tener sus pupilas tan llenas de vida y dicha.
- Así como ustedes me dieron una sorpresa, esta es la mía-. Alejándome de ellos, caminé hacia la cocina para servirle dos tazas de café caliente con un chorro de leche descremada y cortando dos rebanadas de mi especialidad dulce, coloqué todo en una bandeja para llevárselos pero antes, dirigí mis pasos hacia mi habitación para cerciorarme de que todo estaba en orden. Minutos después, con más tranquilidad me senté junto a mis padres.- Entonces, ¿cómo les fue en su luna de miel? Quiero detalles. -. Sonriendo, dejé que la tarde se disolviera a través de las palabras que salían de la boca de ambos porque me alegraba saber que finalmente ellos eran felices.
- Bueno, creo que ha sido suficiente de nosotros así que te toca hablar a ti, ¿cómo es la vida en Bs. As?
- Es muy tranquila pese a que, a veces, me molesta escuchar cómo los vecinos pelean o hacen ruido por la madrugada al llegar de alguna fiesta-. Contando los sinsabores de mi convivencia diaria con otras personas, dejé de lado lo que había vivido con aquel tipo que todavía permanecía espiando mis pasos.- Sin embargo, me encanta pasear todos los días con Ed por los espacios verdes y apreciar la flor de metal que queda a unas cuadras de aquí.
- En cuanto puedas, deberías llevarme-. Dijo Lizzy, con cierta curiosidad en su voz.
- Está bien, lo haré en cuanto tengamos un tiempo libre el día de mañana-. Levantándome, esperé que ella también lo hiciera.- Ahora, ¿qué prepararemos para comer?
Lizzy: No te preocupes, nos encargaremos de eso en pocos minutos-. Riéndose, mi madre besó a mi padre para dejarlo ir a mi habitación donde se encontraban los niños.- No te quise preguntar delante de Nick pero ¿no has notado otro movimiento raro?-. Picando algunas cebollas, se detuvo para mirarme directamente a los ojos.- Lo que más me preocupaba era que estuviera en peligro, Diana.
- No, no ha pasado nada más-. Acercándome, sonreí tímidamente ya que me alegraba saber que ella se preocupaba por mí, por su hija-. Gracias por preocuparte, Lizzy.
Lizzy: Lo hago con mucho gusto-.Guiñándome un ojo, reí al tener una madre tan divertida. Poco después, ayudándole a cortar otros vegetales, pensé en que tal vez ella hubiera hablando con Harry.
Lizzy, ¿has visto a Harry? -. Poniendo lo que había picado en mi tabla de madera, aguardé ansiosamente saber alguna noticia sobre él.
Lizzy: Creo que está bien, ¿acaso no han estado en contacto?-. Colocando el recipiente que contenía nuestra comida al horno, miró la hora para controlar la cocción y luego se recostó por la mesada de mármol para prestarme exclusivamente atención a mí.- ¿Sucede algo de lo que no me haya enterado? -. Levantando una de sus cejas, esperó que mis labios dijeran algo pero me mantuve en mi lugar, sin hablar debido a que estaba sumergida en mis pensamientos.- ¿Me estás escuchando? -. Me preguntó, haciéndome reaccionar.
- Lo siento, no estaba prestando atención-. Sintiendo que mis mejillas quemaban debido a la escena vergonzosa que había pasado, bajé mi mirada.- ¿Qué me habías preguntado?
Lizzy: Que si había pasado algo entre Harry y tú como para no hablar.
- No, solo que.... Él confesó que me quería más que una amiga, Lizzy-. Mi aptitud era patética pero me ponía muy nerviosa comentarlo con ella cuando sabía que Harry había sido muy importante en la vida de Ana, anteriormente.- Pero yo lo rechacé y creo que fue lo mejor... -.Frunciendo mi ceño, supuse que mi corazón no pensaba lo mismo.
Lizzy: ¿Lo rechazaste? ¿Por qué? -. Acercándose, buscó mi mirada perdida en ciertos recuerdos entre Harry y yo.- Se nota que sientes algo por él, ¿de qué tienes miedo? -. De muchas cosas, mamá.
- No puedo estar con él cuando he salido de una relación con Jace. Además, fue el prometido de tu hija-. Dije, buscando excusas que fueron suficientemente fuertes como para que no haga la contraria.
Lizzy: Tienes razón pero ¿acaso el amor entiende de lógica?-. Tomando mi mano la apretó suavemente.- Si no hubiera seguido a lo que sentía por Nick, hoy, no estaríamos casados.
- No es lo mismo, Lizzy-. Haciendo una mueca, traté de mantenerme encapsulada en mis propias mentiras.- Yo...
Lizzy: Deja de buscar excusas y sé feliz-. Sonriéndome, dejó que pensara en sus palabras mientras ella se encargaba de terminar la cena.- Además, debes pensar que, pronto, Ed necesitará otro hermanito-. Guiñándome un ojo, hizo que mi rostro pasara por varios niveles de enrojecimiento. Poco después, su gran sonrisa durante la cena me hizo pensar seriamente en que mi madre se había obsesionado con que tuviera más hijos con Harry y si debía ser sincera, no me negaría a tal pedido con tal de estar junto a él pero no siempre lo que soñamos se hace realidad.
Harry
Gemma: Así que te vas a ir en busca de tu amor, Harry-. Riéndose, siguió comiendo sus palomitas de maíz.
- A este paso, la pobre criatura debe estar agonizando de tanto azúcar, Gemma-. Riendo ahora de ella, seguí acomodando algunas cosas en mi valija ya que mañana por la mañana viajaría a Bs. As.
Gemma: No puedes ser tan insensible-. Me dijo con dos grandes lagrimones en su mejilla.- ¡Hago lo mejor que puedo! -. Rodando los ojos, me retracté antes de abrazarla. No solo debíamos aguantar sus hurtos de comida con Niall ser su compañero incondicional sino que además, debíamos aguantar sus cambios de humor.
- Lo siento, Gem-. Dándole un beso en su cabello, saqué uno de los chocolates que había guardado para Ed y se lo entregué-. Toma, te lo regalo.
Gemma: Eres muy tierno, Hazz-. Sonriéndome, lo tomó para comenzar a comer-. A veces, tenía la idea de que llegábamos a este punto para que ella tuviera lo que quería y yo me sintiera mal por estar siempre cediendo a sus deseos.
- ¿Y mamá?-. Pregunté, sabiendo que ella sabría decirme dónde se encontraba.
Gemma: Fue con Robin a comprar algunas cosas para organizar su cumple. Por cierto, todavía sigue enojada contigo-. Nuestro mamá no había estado de acuerdo con que la abandonara en un momento tan especial pero no por eso intervino en mis decisiones sino que solo me advirtió que si no volvía con Diana siendo novios, lo iba a lamentar y eso era una "advertencia" que debía tomarla muy en serio.
- Eso ya lo sé pero seguro se pondrá contenta cuando vuelva con Diana-. Eso era lo que esperaba pero muy en el fondo temía que mi sueño no se hiciera realidad. Suspirando, esperé que todo saliera bien ya que solo quedaban unas horas para viajar y verla cara a cara.
Gemma: Oye, no te olvides esto-. Girando, me encontré con que tenía el disco que Jace me había dado para Diana-. Asintiendo con la cabeza, lo tomé para guardarlo en uno de los bolsillos y poco después, cerré mi valija para dar comienzo a la tan ansiada espera antes de emprender mi vuelo.
Diana
*Al día siguiente*
- Buenos días-. Dije a mis padres en cuanto entré a la cocina para desayunar con ellos.
- Buenos días, Diana-. Respondieron, dejando de lado lo que hacían.
- Por favor, sigan con lo suyo que no los molestaré-. Tomando mi taza, serví algo de café con leche y me senté junto a ellos para mirar mi celular que desde ayer lo había dejado abandonado en el taburete pero para mi mala suerte, este se apagó.
- ¿Qué harás hoy? -. Girando mi rostro, presté atención a las palabras de mi padre.- Porque quiero que por la tarde entrenemos en un club que queda cerca de aquí, si es que puedes.
- Claro, no tengo problemas en hacerlo. Solo déjame organizar y por la tarde, estaré libre.
- Lizzy: No le des siempre los gustos, Diana-. Riendo, besó la mejilla de mi papá que frunció el ceño.
- Acepté porque quiero salir y hacer algo de ejercicio. Estar encerrada aquí no es muy productivo-. Haciendo una mueca, tomé un sorbo de mi café.
Nick: Entonces, iré al club para arreglar los papeles que falta-. Besando a mi madre, nos dejó sumergidas a ambas en la tranquilidad que nos brinda aquella mañana pero esto iba a durar poco ya que unos minutos después de que mi padre saliera, alguien golpeó la puerta.
Lizzy: Seguramente se olvidó algo... Es muy olvidadizo-. Rodando sus ojos, se levantó para abrir la puerta pero, segundos después, lo que menos escuché fueron risas ya que en la ausencia de ellas escuché algunos ruidos.
- ¿Están bien? -. Caminando hacia la puerta, con una tostada en manos, me llevé una gran y terrorífica sorpresa debido a que mi ex padre apuntaba con una pistola a mi madre en su cabeza. Poco después, la tostada impactó en el suelo de madera y mis rodillas comenzaron a temblar debido a la situación.- No la lastimes... -. Fue lo primero que salieron de mis labios frente a su gélida mirada azul.
- Si colaboras conmigo, no lamentarás su muerte-. Su voz hizo que mi piel se erizara.- Vengo por unos archivos que tú tienes en tu computadora.
- Los que Jace le pasó a... -. Susurré, sabiendo de qué hablaba.
- Nos vamos entendiendo, Diana-. Sonriéndome, tragué saliva.- Si te apuras, sería mejor.
- Con torpeza caminé hacia la sala y tomé la computadora para ingresar a ella. Mientras tanto, él sostenía a mi madre con su brazo alrededor de su cuello.
- ¡Jackson! -. Gritó, antes de que un hombre corpulento entrara.- Entrégale el pendrive y luego revisa la casa.
- ¡No puedes hacer eso! -. Exclamé, levantándome lo que fue un gran error ya que aquel tipo me empujó contra uno de los muebles haciendo que el golpe fuera absorbido por mis costillas y parte de mi vientre.
- No estás en la situación de pedir nada así que dedícate a hacer lo tuyo sino quieres que él siga golpeándote hasta sacar toda mi mierda de ti-. Recorriendo el cuello de mi madre, escuché sus sollozos que buscaban ser amortiguados por los besos asquerosos de él.
- Está bien-. Dije, insertando el pendrive y copiando los archivos que tardaron en ser copiados debido a su peso.
- Recorre la casa-. Dijo, haciendo que mi piel se erizara aunque me mantuve quieta para no provocar más problemas. – No quiero causarle más problemas de lo debido pero quiero asegurar de quienes serán los testigos de mi querida visita-. Los minutos pasaron y luego, el tipo que me había golpeado, apareció con los niños en brazos mientras que una sonrisa sádica colgaba de sus mejillas.- Son muy hermosos, ¿no?
- No le hagas daño-. Dijo mi madre, con un nudo en su garganta.- Ya tienes lo que quieres, ¡déjalos en paz!
- Te equivocas, no tengo todo lo que quiero.
- Te daré mi cuerpo si es lo que quiere pero debes dejarlos ir.
- ¡No! -. Exclamé, sintiendo un dolor profundo en mi interior al ver el horror que reflejaba el rostro de mi madre.- Lizzy, no hagas algo que no quieras.
- ¿Qué sabes tú de lo que ella quieres? -. Me dijo, acercándose para tomar mi rostro y golpear mi mejilla derecha con fuerza provocando que mi labio comenzara a sangrar. Temblando, lo miré a la cara mientras que él tomaba un pañuelo para limpiar aquel líquido que quemaba sobre la herida que el mismo que me había infligido.- Siempre me gustó el olor a sangre, ¿sabes?-. Riendo, llevó el mismo a su nariz para olerlo.- ¡Llévatelos! No quiero verlos mientras yo esté con mi mujer.
- Lizzy, ¡volveré por ti! -. Exclamé, antes de que me arrastraran afuera con mis hijos que seguían durmiendo pese a todo lo que había pasado.- ¡Suéltame! -. Grité una vez que nos encontrábamos en el estacionamiento para luego golpearlo en la rodilla contundentemente.
- ¡Me la pagarás! -. Soltando a mis hijos sobre unas bolsas de residuos, tomó un arma y la levantó para dispararme pero un sonido ensordecedor evitó que lo hiciera. Girando mi rostro golpeado, me encontré con mi guardaespaldas a pocos metros de donde estábamos nosotros.
- ¿Están bien? -. Preguntó, golpeando al tipo que ahora yacía inconsciente sobre el piso con algún rastro de sangre sobre su cara.
- Creo que sí-. Respondí, levantando a Ed que no dejaba de llorar y a Lux que no entendía lo que había sucedido.- Por favor, llévatelos arriba.
- ¿Qué harás? ¿Acaso hay alguien en el departamento todavía?
- No te preocupes, no correré peligro pero ellos sí-. Tomando su arma, me alejé antes de que preguntara algo más. Esperando que el ascensor me dejara en mi piso, pensé en lo que haría para evitar que mi madre pasara por una situación tan traumática como ser violada por su ex esposo. Una vez que salí, entré sin pensarlo dos veces al departamento para encontrarme con él arriba de mi madre que temblaba de miedo y no placer.
- ¡Aléjate de ella!-. Apunto con un arma a su cabeza, esperé a que retrocediera. Tomando la mano de mi madre, la oculté detrás de mi cuerpo.- No quiero volver a verte aquí sino quieres que atraviese tu cabeza con una de estas balas-. Amenacé.
- ¿Me estás amenazando? -. Riendo, se abrochó su camisa.- Se nota que no me conoces...
- Te conozco lo suficiente como para saber quién eres-. Quitando el seguro, presioné el gatillo levemente conteniéndome de dispararle y acabar con su vida.
- Si lo hicieras, sabrías que alguien más está vigilando este lugar y ahora mismo, está apuntando a ambas con un arma por lo que si no me dejas ir, las matará a ambas-. Tomando el pendrive, dio unos pasos hacia nosotras y recorrió mi rostro antes de decir.- Pronto, nos volveremos a ver y que no te quede duda de que te haré pagar todo lo que hiciste-. Sintiendo sus pasos retumbar sobre el piso, cerré la puerta con seguro y abracé a Lizzy que se derrumbaba del dolor emocional y corporal ya que el salvaje también la había golpeado cerca de su boca.- Ya está, ya fue... -. Fue lo único que dije antes de abrazarla y dejar que nuestras lágrimas se mezclaran frente al dolor que compartíamos.
- ¡Lo odio! -. Repitió, sollozó descontroladamente.- Me quitó todo y ahora, ha vuelto para acabar con mi vida.
- No, no lo has perdido todo-. Levantando su rostro, quebré el juramento que había hecho a Jace sobre no decirle a nadie sobre mi verdadera identidad.- Lo tienes a Nick y a mí, a tu hija.
- ¿Mi hija? -. Susurró, conteniéndose.- Te quiero como tal pero...
- Mamá, soy Ana-. Confesé, dejando que ella procesara la información antes de sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo.
- Hija... -. Susurró, devolviéndome el alma y las esperanzas de seguir adelante porque lo malo se había esfumado al escuchar que me llamaba por lo que realmente soy en su vida. Ya no habrá más secretos y más distancia entre mi madre y yo, me prometí abandonándome a sus caricias maternales.
¡Sorpresa!
Espero que les guste y puedan apoyarme a través de un voto o comentario.
Ana
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